Una adolescente de Nevada que recibió la vacuna COVID de Johnson & Johnson (J&J) el 1 de abril fue sometida a tres intervenciones quirúrgicas en el cerebro para reparar los coágulos de sangre que se le formaron una semana después de recibir la vacuna, informó Las Vegas Review-Journal.

Según el portavoz de la familia, Bret Johnson, después de que Emma Burkey, de 18 años, sufriera convulsiones, los médicos la pusieron en coma inducido y con un respirador. La estudiante de último año de secundaria ha mejorado y ahora está despierta y sin el respirador, pero todavía necesita un tubo de traqueotomía, lo que ha afectado a su capacidad de hablar.

“Está mejorando lentamente”, dijo Johnson a Las Vegas Review-Journal. “La palabra que recibimos de sus padres anoche fue ‘despacio, despacio’. Durante un tiempo, su situación y su estado eran completamente desconocidos. Muy aterrador y muy incierto, la verdad”.

Aunque Burkey sufrió una “lesión cerebral masiva”, sus padres son “cautelosamente optimistas”, dijo Johnson.

Burkey fue tratado primero en el Hospital Dominicano Santa Rosa de Henderson antes de ser trasladada por aire al Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, en el sur de California, para recibir atención especializada.

Según Fox 5 Las Vegas, Burkey era una de las seis mujeres cuyo caso está siendo revisado por las agencias sanitarias estadounidenses, que la semana pasada pusieron en pausa la vacuna citando la preocupación por los coágulos de sangre.

Un panel de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés) dijo que Burkey y otras mujeres experimentaron dolores de cabeza y de espalda antes de descubrir los coágulos de sangre.

El panel de los CDC también reveló que a Burkey se le administró heparina, un anticoagulante que suele ser el tratamiento estándar para los coágulos de sangre, pero que en casos como el de Burkey puede empeorar la enfermedad.

“Si alguien llega con este síndrome bastante raro de trombocitopenia trombótica en el que se producen trombos, la forma más común de tratarlo sería con heparina”, dijo el Dr. Anthony Fauci, asesor médico jefe de la Casa Blanca, durante una sesión informativa en la Casa Blanca el 13 de abril. “Eso sería un error en esta situación porque podría ser peligroso y empeorar la situación”.

Tal y como informó ‘The Defender’ el 16 de abril, ‘Children’s Health Defense’ consultó los datos del Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (‘Vaccine Adverse Events Reporting System’, VAERS por sus siglas en inglés) de los CDC en busca de eventos asociados a trastornos de la coagulación. El VAERS arrojó un total de 795 informes para las tres vacunas desde el 14 de diciembre de 2020 hasta el 8 de abril. De los 795 casos notificados, hubo 400 informes atribuidos a Pfizer, 337 informes a Moderna y 56 informes asociados a J&J.

Las autoridades sanitarias estadounidenses recomendaron una pausa la semana pasada en la administración de las vacunas de J&J mientras investigan los informes de lo que describieron como condiciones de coagulación “raras y graves”. Está previsto que el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC se reúna el viernes para estudiar si se reanudan las vacunaciones con la inyección de dosis única de J&J y, en caso afirmativo, qué recomendaciones o restricciones de uso deberían establecerse.

La Agencia Europea de Medicamentos dijo el martes que su comité de seguridad recomendó que se añada una advertencia sobre una rara y grave afección de coágulos sanguíneos a la información del producto de la vacuna de J&J. La agencia, que supervisa la regulación de los medicamentos en la UE, dijo que los beneficios siguen siendo mayores que los riesgos de la vacuna, pero señaló que la gente debe ser consciente de los síntomas raros de los coágulos de sangre para que puedan ser tratados rápidamente si desarrollan síntomas.