Un adolescente de Texas al que se le diagnosticó el síndrome de Guillain-Barré (SGB) unas semanas después de su primera dosis de la vacuna COVID-19 dijo que cree que la vacuna es la culpable, según un informe del canal de noticias local KPRC2 de Houston.

“Quería vacunarme”, dijo Wyatt McGlaun, estudiante de último año de secundaria de The Woodlands. “Sentí que era lo correcto. Quería viajar y disfrutar de mi último verano antes de la universidad”.

Unas semanas después de recibir la vacuna, McGlaun se debilitó y tuvo dificultades para caminar. Le admitieron en el hospital CHI St. Luke’s Health, donde se le diagnosticó SGB.

Los informes de prensa no revelaron qué vacuna COVID recibió McGlaun.

Según la Clínica Mayo, el SGB es un trastorno poco frecuente en el que el sistema inmunitario del organismo ataca sus propios nervios. Los síntomas iniciales incluyen debilidad y hormigueo en las extremidades, que pueden extenderse rápidamente, llegando a paralizar todo el cuerpo. La mayoría de las personas con esta enfermedad deben ser hospitalizadas para recibir tratamiento.

Las personas que padecen el SGB suelen experimentar su mayor debilidad en las dos semanas siguientes al inicio de los síntomas.

Según el Instituto Nacional de Salud, en febrero se notificó un caso de SGB en una mujer de 82 años que recibió una dosis de la vacuna COVID de Pfizer.

Según los datos del Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (‘Vaccine Adverse Events Reporting System’, VAERS por sus siglas en inglés), se han notificado 70 casos de SGB después de haber recibido una vacuna COVID, de los cuales el 59% ocurrieron con Pfizer, el 44% con Moderna y el 3% con Johnson & Johnson (J&J).

Se notificó un caso de SGB en un participante vacunado en el ensayo clínico de la vacuna COVID de J&J.

La revista ‘New England Journal of Medicine’ de abril de 2020 informó de varios casos de personas del norte de Italia diagnosticadas de SARS-CoV-2 que desarrollaron el SGB. Investigadores de España y Estados Unidos han informado de casos de SGB en personas diagnosticadas con COVID.

No hay cura conocida para el SGB, pero la mayoría de las personas acaban recuperándose. La tasa de mortalidad es del 4% al 7% y entre el 60% y el 80% de las personas son capaces de caminar a los seis meses. Los pacientes pueden experimentar efectos persistentes del SGB, como debilidad, entumecimiento o fatiga.

El Dr. Charles Sims, de la Autoridad Sanitaria del Condado de Montgomery y médico especialista en enfermedades infecciosas del St. Luke’s de The Woodlands, dijo que el SGB suele estar causado por una infección vírica o bacteriana y que no puede afirmar que la vacuna haya causado la afección de McGlaun.

“Se han visto casos en personas que han recibido la vacuna, pero no tienen una tasa más alta que las personas que no han recibido la vacuna. El Guillan Barré se observa en 1 ó 2 personas por millón al año”, dijo Sims. dijo a KPRC2, así que esto podría ser sólo una coincidencia.

Sims dijo que si estas supuestas reacciones adversas se notifican al VAERS de los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU. (‘Centers for Disease Control’, CDC por sus siglas en inglés) se investigarán. Los padres de McGlaun dijeron que piensan informar de su reacción adversa a los CDC.

El SGB se incluye como un posible riesgo para muchas vacunas, incluyendo Adacel, Afluria, Engerix-B, Fluarix, Flulaval, FluMist, Fluzone, Gardasil/Gardasil 9, Havrix, Menactra, Menomune, MMR-II, PedvaxHIB, Pneumovax-23, ProQuad, Recombivax, Tenivac, Vaqta y Varivax.

Desde 1992, el Programa Nacional de Indemnización por Daños Causados por Vacunas ha pagado aproximadamente 500 millones de dólares a 1.450 víctimas de SGB postvacunación, según informó ‘The Defender’.

El 8 de marzo, ‘The Defender’ se puso en contacto con los CDC por correo electrónico y por teléfono con una lista de preguntas específicas en un esfuerzo por obtener la posición de los CDC sobre la tendencia de los informes de lesiones y muertes por la vacuna COVID. En concreto, queríamos saber cómo los CDC llevan a cabo sus investigaciones, cuáles son los resultados de las investigaciones que supuestamente se llevan a cabo y por qué no se realizan autopsias en los casos de muertes notificadas.

Desde entonces, hemos hecho repetidos intentos de seguimiento por teléfono y correo electrónico, sin éxito. El 25 de marzo llamamos y nos dijeron que los responsables de prensa de los CDC estaban revisando nuestra lista de preguntas. Se solicitó un plazo adicional, que facilitamos pero que el CDC no cumplió.

El 29 de marzo, recibimos un correo electrónico en el que se nos informaba de que nadie había recibido nuestra lista de preguntas (que se adjuntó a nuestro correo anterior y se confirmó que el CDC la había recibido). Volvimos a facilitar la lista de preguntas y dimos un nuevo plazo hasta el 6 de abril. Hasta la fecha, no hemos recibido ninguna respuesta.

Continuaremos el seguimiento de los numerosos casos que el CDC dice estar investigando, incluido el diagnóstico de SGB de McGlaun.