El principal órgano europeo de formulación de decisiones políticas exigió el miércoles un mercado de productos químicos más seguro y sostenible, diseñando un enfoque de tolerancia cero que casi elimina los compuestos de imitación hormonal.

La estrategia, aprobada por la Comisión Europea, representa algunas de las recomendaciones políticas más ambiciosas del planeta y muestra un marcado contraste con los Estados Unidos, donde los compuestos que alteran el sistema endocrino, como el bisfenol-A (BPA), los ftalatos, ciertos productos ignífugos y pesticidas, permanecen en gran medida sin regular y se utilizan por todas partes en productos y envases.

“Oportunidad única en una década”

Los defensores de la salud ambiental elogiaron el esfuerzo como “la iniciativa de política química más transformadora” tomada en 20 años y una “oportunidad única en una década para reconsiderar el enfoque europeo ante la gestión de los productos químicos”.

“Cada día, nuestra exposición a cócteles de productos químicos nocivos se está traduciendo en condiciones de salud y enfermedades de la vida real para las generaciones actuales y futuras”, dijo Natacha Cingotti, responsable de políticas de salud y sustancias químicas de la Alianza para la Salud y el Medio Ambiente con sede en Bruselas.

“Si bien damos la bienvenida a este importante paso adelante, la realidad no deja lugar a la autocomplacencia y es urgente que la Comisión se ponga a trabajar para implementar las promesas hechas con el fin de proteger eficazmente a las personas de daños y de apoyar la innovación segura para ciclos de materiales no tóxicos”.

Cinco ejes principales

El nuevo plan europeo, bautizado como Estrategia de Productos Químicos para la Sostenibilidad, forma parte del más amplio Acuerdo Verde Europeo, una propuesta de gran envergadura para lograr que la Unión Europea alcance la neutralidad del carbono para 2050, elimine la contaminación y promueva una economía sostenible.

La estrategia publicada el miércoles tiene cinco ejes principales:

  1. Un escrutinio más estricto de los compuestos de imitación hormonal, junto con un sistema de alerta temprana de los riesgos químicos antes de que tales compuestos lleguen al mercado.
  2. Un enfoque de “una sustancia, una evaluación” para aumentar la transparencia de las pruebas químicas.
  3. Incentivos para la química verde y el desarrollo de materiales no tóxicos.
  4. Información y herramientas para que los ciudadanos entiendan los riesgos químicos.
  5. Presión sobre los mercados internacionales para mejorar la seguridad química a nivel mundial.

En esencia, la estrategia hace uso del principio de precaución: obliga a las empresas o fabricantes a demostrar que los productos químicos son seguros antes de salir al mercado y les hace pagar cuando hay contaminación.

Preocupación por los negocios

Si bien los defensores del medio ambiente y de la salud elogiaron la medida, los intereses empresariales advirtieron que sofocará el comercio y la innovación.

“Los ciclos de producción y las cadenas de suministro son complejos … (y) no siempre los entienden bien los responsables de la toma de decisiones”, escribió EuroCommerce, en representación de los sectores de negocios minoristas y mayoristas del continentes en un documento de posición dado que la decisión política se estaba elaborando este verano. “Pedimos a la Comisión que vigile de cerca el impacto de las iniciativas individuales y sus efectos acumulativos en el sector minorista y mayorista y cómo afecta a su viabilidad económica”.

Contraste con EE.UU.

El plan de la Comisión contrasta fuertemente con el de los Estados Unidos. A pesar de décadas de advertencias de científicos académicos, los reguladores estadounidenses han ignorado en gran medida la ciencia independiente y no industrial encargada de investigar sobre los peligros de los productos químicos que afectan a nuestras hormonas, a menudo a pesar de aparecer en dosis muy bajas.

Los compuestos disruptores endocrinos son especialmente preocupantes, basándose en los laboratorios de investigación científica de todo el mundo. Los compuestos, añadidos a una amplia gama de productos como plásticos, juguetes, cosméticos, envases de alimentos, se han relacionado con innumerables problemas de salud, incluidos defectos de nacimiento, obesidad, diabetes, ciertos tipos de cáncer, así como daños al cerebro y a los sistemas reproductivo e inmune.

El esfuerzo de más alto perfil, y más alto en dólares, de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos para ponerse en la misma página que están los científicos académicos y Europa en el tema científico de los disruptores endocrinos, sólo ha hecho más profundas las divisiones existentes. Una investigación de la Environmental Health Network del esfuerzo de la FDA en el estudio de un solo producto químico, BPA, encontró que la agencia discriminó en contra de los hallazgos de científicos independientes que estudian BPA. También encontró que muchos productos químicos utilizados para reemplazar el BPA en productos que se anuncian como “libres de BPA” tienen los mismos impactos adversos para la salud que el producto químico original.

Enfoque independiente en el PFAS

También se publicó el miércoles una estrategia de la UE que apunta específicamente a las sustancias per y polyfluoroalkyl (PFAS), los cuales son unos compuestos tan persistentes que se denominan “sustancias químicas permanentes”. Se ha encontrado PFAS, que es utilizado en productos como espuma de extinción de incendios, utensilios de cocina antiadherentes y algunas prendas de vestir, en el agua de aproximadamente 2.230 comunidades estadounidenses en 49 estados, lo que afecta a más de 100 millones de personas.

La nueva estrategia europea sólo permitiría el uso del PFAS cuando los productos químicos sean “esenciales para la sociedad”. Además, financiará la investigación en busca de alternativas seguras y de métodos para el seguimiento y la limpieza.

Hacia la “contaminación cero”

El marco se deriva de las directrices políticas establecidas a finales de 2019 por la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, que orientaban a Europa hacia la “contaminación cero”.

“Presentaré una estrategia transversal para proteger la salud de los ciudadanos de la degradación y la contaminación ambiental, abordando la calidad del aire y del agua, los productos químicos peligrosos, las emisiones industriales, los pesticidas y los disruptores endocrinos”, escribió la presidenta von der Leyen en el informe.

La comisión tiene previsto lanzar el año que viene un Plan de Acción de Contaminación Cero en el aire, agua y suelo para complementar la estrategia de productos químicos.

Publicado con permiso de Environmental Health News.