La rama de regulación de alimentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) es lenta, carece de recursos, no es transparente, no rinde cuentas, es burocrática y es reacia a enfadar a las grandes empresas alimentarias, “Big Food”.

Eso es lo que dice un informe de Politico que expone las flagrantes deficiencias del Centro de Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada (“Center for Food Safety and Applied Nutrition”, CFSAN por sus siglas en inglés) de la FDA.

Mientras que el gobierno y los medios de comunicación se centraron en el papel de supervisión de medicamentos de la FDA durante la pandemia de COVID-19, la parte de la agencia responsable de la seguridad alimentaria se mantuvo fuera de la vista del público – y los estadounidenses siguen sufriendo las consecuencias, afirma el informe.

Pero los problemas de supervisión de los alimentos empezaron mucho antes de la pandemia, según las personas con información privilegiada que hablaron con Politico.

Faltan soluciones proactivas a los problemas agudos (como los brotes de intoxicación alimentaria) y a los continuos (como la creciente obesidad en Estados Unidos).

Según el informe, los funcionarios de la FDA llevan mucho tiempo bromeando con que la “F” de la FDA es muda.

La CFSAN, el “brazo alimentario” de la FDA, es responsable del seguimiento de los brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos, la evaluación de la seguridad de nuevos ingredientes y aditivos, el control de las prácticas de fabricación y la supervisión del etiquetado de alimentos, suplementos y cosmética.

También menciona como parte de su misión “fomentar la buena nutrición y las prácticas eficaces de seguridad alimentaria”.

La doctora Susan T. Mayne es la directora de la CFSAN desde 2015. Según Politico, Mayne y el comisionado adjunto de la FDA para la política alimentaria, Frank Yiannas, están enfrascados en “una abierta lucha de poder”.

Según el informe, la burocracia, las luchas internas y la mala gestión contribuyen a la lentitud glacial de las respuestas de la agencia a los problemas de seguridad y nutrición, tanto graves como de larga duración.

Stephen Ostroff, que ha desempeñado altos cargos en la FDA, dijo a Politico: “El programa de alimentos está en un segundo plano. Para mí, ése es el problema número 1”.

“Hay personas que van a morir”

El presidente Obama firmó en 2011 la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria (“Food Safety Modernization Act”) para proteger a los estadounidenses de las enfermedades transmitidas por los alimentos.

Pero los brotes de enfermedades causadas por frutas y verduras contaminadas continúan, en gran parte debido a los patógenos presentes en el agua utilizada en la agricultura.

Once años después, la FDA sigue sin disponer de una norma sobre la seguridad del agua para uso agrícola.

“Hay personas que van a morir, literalmente, porque la FDA se ha rendido ante la agricultura en lo que respecta a los patógenos y al agua de riego”, dijo Scott Faber, del Grupo de Trabajo Ambiental (“Environmental Working Group”), a Político.

Entretanto, las muertes de niños causadas por leche para bebés contaminada han acaparado recientemente la atención y han suscitado las críticas de la opinión pública.

“The Defender” informó que en 2021 y principios de 2022, los bebés estuvieron expuestos a leche de bebé en polvo contaminada con las bacterias Salmonella Newport y Cronobacter sakazakii. Cinco bebés fueron hospitalizados y dos murieron.

La FDA fue criticada por su lenta respuesta al brote. La agencia tardó casi cinco meses desde la notificación de la primera enfermedad en determinar la causa y retirar la leche para bebés del mercado.

Antes de esto, las investigaciones de los grupos “Healthy Babies Bright Futures” y “Environmental Defense Fund” -ambas en 2017- mostraron altas cantidades de arsénico en los cereales infantiles y de plomo en los alimentos para bebés.

Un informe del subcomité del Congreso de 2021, titulado “Los alimentos para bebés están contaminados con niveles peligrosos de arsénico, plomo, cadmio y mercurio“, culpaba a los fabricantes de alimentos para bebés y a la FDA, y pedía que ésta “acelerara sus plazos propuestos para publicar los límites definitivos de estos metales pesados tóxicos.”

Politico señaló que el informe generó planes de acción y declaraciones de la FDA, pero no una normativa firme para limitar las toxinas en los alimentos para bebés hasta 2024 como mínimo.

Esto hizo que el congresista Raja Krishnamoorthi (demócrata de Illinois), presidente de la Subcomisión de Política Económica y del Consumidor, se preguntara: “¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo?”.

FDA, ‘Foot-Dragging Artists’, artistas de la dilación

Como ejemplo de la ineficacia de la FDA, Politico se centró en las cantidades poco saludables de sodio en la dieta típica estadounidense. El informe afirma que la falta de regulación del sodio por parte de la FDA está costando vidas.

Las autoridades sanitarias comenzaron a preocuparse por las cantidades excesivas de sodio en la dieta estadounidense en la década de 1980, y la Academia Nacional de Medicina (antes Instituto de Medicina) aconsejó a la FDA que estableciera normas obligatorias sobre el sodio en 2010.

Pero no fue hasta 2016 que la FDA dio a conocer un plan para regular el contenido de sodio en los alimentos, informó Politico.

Michael Jacobson, autor de “La guerra de la sal” (“Salt Wars”), fundador del Centro para la Ciencia en el Interés Público y uno de los primeros defensores de la regulación del sodio en los alimentos envasados y en los restaurantes, dijo a Politico: “Solía decir que la FDA era sinónimo de ‘foot-dragging artists’, artistas de la dilación”.

Explicó que a la FDA le “aterroriza hacer algo polémico”.

Jacobson es coautor de un artículo publicado en febrero en la revista Hypertension: “El retraso en la fijación de los objetivos de sodio en Estados Unidos podría haber costado más de 250.000 vidas para 2031”.

Los grupos comerciales que representan a la industria de la panadería, los productores de yogur y los fabricantes de bebidas, entre otros, esperan que la FDA actualice las directrices sobre envases y normas, pero a menudo se les hace esperar años o décadas.

“Esto no funciona”, dijo Michael Dykes, presidente y director general de la Asociación Internacional de Alimentos Lácteos (“International Dairy Foods Association”), a Politico. “El público se merece algo mejor, los consumidores se merecen algo mejor, la industria se merece algo mejor”.

“Ignoran a todo el mundo. Lo ignoran todo”.