A la luz de los correos electrónicos del Dr. Anthony Fauci publicados el miércoles, “Children’s Health Defense” (Defensa de la salud infantil, CHD por sus siglas en inglés) hace un llamamiento a las agencias sanitarias para que detengan inmediatamente la administración de las vacunas COVID-19 a los menores, ya sea en ensayos clínicos o en virtud de la autorización de uso de emergencia.

Con una tasa de recuperación del 99,997%, los niños no corren un gran riesgo de sufrir consecuencias graves para la salud a causa de las infecciones por COVID-19, pero sí corren un riesgo importante de sufrir efectos adversos a causa de la vacuna.

El 19 de mayo, Pfizer publicó una “hoja informativa” de 37 páginas con datos de ensayos clínicos sobre su vacuna COVID-19 probada en niños de 12 años o más. Las cifras mostraron que cuatro de cada cinco niños que participaron en los ensayos sufrieron efectos adversos de leves a graves.

Independientemente de la gravedad de estos efectos adversos, se desconocen los efectos a largo plazo de esta vacuna experimental sobre la salud de los niños.

Los correos electrónicos publicados el miércoles demuestran que Fauci sabía que el virus y la pandemia desaparecerían sin una vacuna, sabía que las mascarillas no funcionan y que quienes se han recuperado de la infección tienen una inmunidad considerable.

A pesar de tener este conocimiento, Fauci insistió en que las personas, incluidos los niños, llevaran mascarillas y que los que ya habían tenido COVID fueran vacunados.

CHD exige a los organismos federales y estatales que sean precavidos, especialmente cuando se trata de nuestro futuro: los niños del mundo. La suspensión inmediata de las decisiones relativas a las vacunas COVID para los niños es crucial.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) ha anunciado una reunión el 10 de junio para analizar la posible autorización de la vacuna de Pfizer para poblaciones pediátricas.

El Presidente de la Junta Directiva de CHD, Robert F. Kennedy Jr. y “Children’s Health Defense” han estado abogando durante años por mejoras en el programa nacional de seguridad de las vacunas, el cual es un desastre.

En una carta del 15 de marzo al presidente Biden, Kennedy expuso la larga lista de problemas del Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (“Vaccine Adverse Event Reporting System”, VAERS):

  • El público y los médicos rara vez informan de los efectos adversos.
  • Los datos de los ensayos clínicos suelen estar sesgados, no están disponibles o son inexistentes.
  • Conflictos de intereses entre la FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (“Centers for Disease Control and Prevention”, CDC por sus siglas en inglés) en el asesoramiento sobre vacunas. Los comités y las empresas farmacéuticas están descontrolados.

Según un estudio financiado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos y la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Sanitaria, el sistema VAERS sólo capta el 1% de los efectos adversos de las vacunas.

A pesar de ello, hasta el 21 de mayo, los datos del VAERS mostraban 262.521 eventos adversos, incluyendo 4.406 muertes, después de las vacunas COVID-19 inyectadas desde el 14 de diciembre de 2020. Las lesiones causadas por las vacunas entre los jóvenes de 12 a 17 años se han triplicado con creces en la última semana de notificación.

En 1976, unas 50 muertes cerraron la campaña contra la gripe porcina bajo el mandato del presidente Gerald Ford. A pesar de la infradeclaración al VAERS, los Estados Unidos tienen ahora casi 100 veces ese número de muertes tras la vacunación contra COVID.

La Ley Nacional de Indemnización por Daños Causados por Vacunas de 1986 ha obstaculizado las acciones legales, al igual que la Ley PREP de 2005, que otorga a los fabricantes de vacunas una responsabilidad prácticamente nula por sus productos.

En cambio, los demandantes -incluidos los niños- deben presentar reclamaciones por lesiones las cuales rara vez se pagan. Los padres de los niños dañados y muertos por las vacunas son conscientes de este sistema. Ahora las personas lesionadas por las vacunas COVID-19, o cuyos seres queridos mueren, también están descubriendo que no tienen protección ni apoyo.

El nuevo libro de Kennedy “The Real Anthony Fauci: Bill Gates, Big Pharma, and the Global War on Democracy and Public Health” (“El verdadero Anthony Fauci: Bill Gates, las grandes farmacéuticas, Big Pharma, y la guerra global contra la democracia y la salud pública”), ya se puede encargar en Barnes & Noble y Amazon. Se publicará el 20 de julio.

Aunque la mayoría de los medios de comunicación han guardado silencio, CHD elogia a Tucker Carlson y a otros periodistas que están cubriendo los correos electrónicos de Fauci. CHD está presentando una demanda en virtud de la Ley de Libertad de Información para exigir el acceso a los correos electrónicos no redactados.

CHD insta a las personas de todo el mundo a comentar su petición a la FDA solicitando que se revoquen inmediatamente las autorizaciones de uso de emergencia de las vacunas COVID.

La organización también pide a los ciudadanos que añadan sus nombres a una carta dirigida al Congreso en apoyo de la Ley Prepare , que establecería una Comisión Nacional sobre la pandemia de COVID-19 para examinar e informar sobre los hechos y las causas que subyacen a la crisis mundial.