Las nuevas investigaciones muestran que entre el 15% y el 80% de las personas con determinadas afecciones médicas no generan muchos anticuerpos, si es que los generan, después de recibir la vacuna COVID.

Según NBC News, las personas que toman medicamentos que suprimen su sistema inmunitario, las que se medican por trastornos inflamatorios y las que padecen cánceres de sangre mostraron una respuesta de anticuerpos significativamente más débil a la vacuna.

Un estudio sobre trasplantes de órganos publicado en JAMA descubrió que el 46% de los 658 pacientes trasplantados no presentaban una respuesta de anticuerpos tras dos dosis de las vacunas Pfizer-BioNTech o Moderna. Los investigadores creen que la falta de reacción es probablemente el resultado de tomar una clase de medicamentos inmunosupresores, llamados antimetabolitos.

“Aunque este estudio demuestra una mejora en … las respuestas de los anticuerpos en los receptores de trasplantes después de la segunda dosis … estos datos sugieren que una proporción sustancial de receptores de trasplantes probablemente siguen en riesgo de COVID-19 después de dos dosis de la vacuna de ARNm“, escribieron los investigadores de Johns Hopkins.

“Estoy bastante decepcionado por el hecho de que una cantidad significativa de pacientes trasplantados no obtuviera una respuesta razonable con las dos dosis de la vacuna”, dijo el Dr. Dorry Segev, autor del estudio, vicepresidente asociado de investigación y profesor de cirugía de la Universidad Johns Hopkins.

“La abrumadora mayoría de los pacientes trasplantados, incluso después de una segunda dosis de la vacuna, parecen tener una protección subóptima -si es que tienen alguna protección- de la vacuna, lo cual es algo preocupante, decepcionante y un poco sorprendente”, dijo Segev.

Una de las participantes en el ensayo de Segev, Laura Burns, recibió un doble trasplante de pulmón en 2016, y estaba tomando medicamentos inmunosupresores para evitar que su cuerpo rechazara los nuevos pulmones. A pesar de las dos dosis de la vacuna de Moderna, su cuerpo no generó ningún anticuerpo detectable contra el virus.

Sin embargo, Segev se mostró esperanzado porque el número de participantes que desarrollaron anticuerpos tras dos dosis fue mayor que el número de personas que desarrollaron anticuerpos tras una sola dosis. Él y otros investigadores dijeron que los científicos están preparados con posibles soluciones, incluyendo un tercer refuerzo o inyecciones de alta dosis, aunque todavía no se han realizado ensayos clínicos.

Mounzer Agha, hematólogo del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, dirigió un estudio sobre los cánceres de sangre y las vacunas COVID publicado en línea antes de la revisión por expertos. Agha dijo que se sintió abrumado cuando vio los bajos resultados de los anticuerpos en casi la mitad de los 67 pacientes a los que su grupo dio seguimiento.

Los pacientes sometidos a tratamientos que inciden en la función de las células B fueron los que obtuvieron los resultados más débiles, y los que padecían leucemia linfocítica crónica tuvieron una respuesta muy débil aunque no estuvieran sometidos a tratamiento.

“Cuando descubrí que pacientes que nunca habían recibido terapia no respondían a la vacuna, fue muy descorazonador”, dijo Agha.

Las directrices actuales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés) indican que las personas con sistemas inmunitarios comprometidos deben vacunarse contra la COVID, aunque” no se dispone de datos para establecer la seguridad y la eficacia de la vacuna contra la COVID en estos grupos.”

El sitio web de la agencia también indica que los receptores deben “ser conscientes de la posibilidad de que se reduzcan las respuestas inmunitarias a la vacuna.”

Las personas con sistemas inmunitarios comprometidos o que toman inmunosupresores por una afección médica fueron excluidas en gran medida de los ensayos clínicos de vacunas.

“Hay millones de estadounidenses que están inmunodeprimidos y los CDC no nos han dicho qué categorías de personas inmunodeprimidas no van a obtener ningún beneficio de la vacuna”, dijo la Dra. Meryl Nass, médico de medicina interna.

“Algunas de estas personas están tomando esteroides, otras están sometidas a tratamientos contra el cáncer, otras tienen trastornos inmunológicos, por lo que se desconoce por completo cuáles de esas personas pueden ser vacunadas de forma segura o efectiva”.

Nass dijo que es responsabilidad de los CDC determinar los riesgos y beneficios de cada vacuna para diferentes grupos de personas. “Si se miran las contraindicaciones de cada vacuna, que forman parte de lo que publica el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC, se verá que ciertos grupos no deben recibir ciertas vacunas por determinados motivos”, dijo Nass.

En el caso de las vacunas COVID, dijo Nass, los CDC no han publicado esa información, ni han informado al público de qué grupos podrían correr un mayor riesgo de sufrir una reacción adversa que supere con creces cualquier beneficio potencial.

“Si no vas a ganar inmunidad y no puedes protegerte a ti mismo o a los que te rodean, entonces ¿por qué deberías ponértela?” preguntó Nass.

Pruebas anecdóticas, como la muerte de personas totalmente vacunadas, respaldan las conclusiones del estudio

El 18 de mayo, el ‘Wisconsin State Journal’ informó de que una mujer de 75 años de Madison había fallecido a causa del COVID tras contraer la enfermedad más de un mes después de haberse vacunado completamente.

Según los hijos de la mujer, ésta tomaba medicamentos inmunosupresores para una enfermedad crónica, y se cree que ésta es la causa subyacente de su menor protección vacunal.

“Mi opinión es que la combinación de… medicamentos perjudicó su respuesta inmunitaria a la vacuna, por lo que probablemente no produjo tantos anticuerpos”, dijo el Dr. Seth Kingree, hijo de la mujer, que trabaja en Virginia Occidental donde trata a pacientes de COVID.

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Nebraska, una mujer de más de 80 años con enfermedades subyacentes desarrolló COVID y murió más de 14 días después de recibir su segunda dosis de la vacuna de Pfizer.

Alan Sporn, propietario y presidente de Spornette International, cerca de Chicago, murió de COVID después de haber sido completamente vacunado con la vacuna de Pfizer. Tuvo una leucemia linfocítica crónica en 2019, que no requirió tratamiento.

En Dallas (Texas), un receptor de un trasplante de órganos murió de COVID después de haber sido completamente vacunado con una vacuna de COVID.

El 30 de abril, las autoridades sanitarias del condado de Dallas informaron de la muerte de cuatro personas a causa del COVID después de haber sido completamente vacunadas. Las cuatro muertes por fallo de la vacunación se produjeron en personas con problemas de salud subyacentes, y tres de las cuatro estaban inmunodeprimidas o tomaban medicación inmunosupresora, informó la NBC DFW.

“Realmente no sabemos si este grupo de pacientes desarrolló una buena respuesta inmunitaria”, dijo el Dr. Mezgebe, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Baylor.

Como informó ‘The Defender’ el 14 de mayo, el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas de los CDC mostró que entre el 14 de diciembre de 2020 y el 7 de mayo, hubo un total de 192.954 eventos adversos notificados después de la vacunación COVID, incluyendo 4.057 muertes y 17.190 lesiones graves.