Nota del editor: Este artículo es la primera parte de una serie de dos partes sobre el impacto de las vacunas COVID-19 y de los mandatos de vacunación en la seguridad de las líneas aéreas en EE.UU.

La Administración Federal de Aviación (FAA) expidió una autorización médica de primera clase a un piloto cuyo historial médico incluye una “posible” miocarditis inducida por una vacuna, según una carta filtrada anónimamente por un piloto.

Esta carta se filtró en medio de las recientes revelaciones de que la FAA está dando prioridad a mantener a los pilotos en el aire a expensas de la seguridad de los pilotos, los pasajeros y el público en general.

Los datos de la FAA indican que el número de desvíos de vuelos médicos aumentó en 2021 y 2022, en comparación con 2019 y años anteriores.

Otros documentos revelan que en 2021, la FAA recomendó encarecidamente, por escrito, que a los pilotos se les administrasen las vacunas COVID-19 emitidas bajo una autorización de uso de emergencia (EUA), a pesar de que las propias regulaciones de la agencia prohíben a los pilotos tomar medicamentos o tratamientos terapéuticos que han estado en el mercado sólo durante 12 meses o menos.

Un piloto autorizado a volar pese a una “posible” miocarditis inducida por una vacuna

La carta filtrada -con nombres y fechas expurgados- por la que se expedía un certificado médico de primera clase a un piloto con antecedentes de “posible” miocarditis inducida por una vacuna procedía del Instituto Médico Aeroespacial Civil de la FAA en Oklahoma City.

Según la carta:

“Se le advierte que debe respetar el Título 14 del CFR, Sección 61.53, relativa a las operaciones durante una deficiencia médica.

“Debido a su historial de posible miocarditis inducida por vacunas, hiperlipidemia, extirpación de quiste ganglionar de la mano izquierda y dolor de rodilla, se prohíbe la operación de aeronaves en cualquier momento en que se produzcan nuevos síntomas o cambios adversos en su estado de salud.”

Según WebMD“La miocarditis suele ser asintomática”. Johns Hopkins Medicine afirma que la miocarditis aguda puede desarrollarse “repentinamente”, mientras que según Empendium, la aparición de la miocarditis puede ser “repentina”, y los “factores que provocan reacciones autoinmunes a los alérgenos” -como las vacunas- figuran como una causa frecuente de esta afección.

Sin embargo, a pesar de ello y de otros problemas médicos del piloto, la FAA dijo: “Nuestra revisión de sus registros médicos ha establecido que usted es elegible para un certificado médico de primera clase”.

Un estudio de la Universidad de Basilea de noviembre de 2022, en el que se examinó a personas a las que se les había administrado una inyección de refuerzo de COVID-19, halló “niveles elevados de troponina cardiaca entre individuos vacunados en un porcentaje superior al esperado”, así como “indicios de daño leve temporal [miocarditis] a las células cardiacas” en el 2,8% de los pacientes, “en lugar del 0,0035% previsto”.

Según el cardiólogo Dr. Christian Müller, uno de los autores del estudio, incluso estos daños leves podrían agravarse con el tiempo, especialmente con la administración de dosis de refuerzo anuales contra el COVID-19:

“Así que hay daños leves en las células del músculo cardiaco en casi el 3% de los casos, lo que no debe sobrestimarse, pero tampoco ignorarse. …

“Según los conocimientos actuales, el músculo cardíaco no puede regenerarse, o sólo en un grado muy limitado en el mejor de los casos. Así que es posible que las vacunaciones de refuerzo repetidas cada año puedan causar un daño moderado a las células del músculo cardiaco.”

Según la FAA, un certificado médico de primera clase generalmente “está diseñado para el piloto de transporte de línea aérea”, mientras que “el de segunda clase [es] para el piloto comercial, y el de tercera clase para el piloto estudiante, recreativo y privado”.

Esta autorización puede ser la primera vez que la FAA reconoce abiertamente una lesión causada por vacuna, como la miocarditis inducida por vacuna, en un piloto.

En un informe del 24 de enero, la Dra. Susan Northrup, Cirujana Aérea Federal, afirmó que la FAA no ha visto “ninguna prueba” de lesiones causadas por la vacuna COVID-19 que hayan provocado “accidentes aéreos o incapacitaciones de pilotos”.

Y en febrero, Northrup declaró a “The Epoch Times” que “sólo tenía conocimiento de cuatro acontecimientos adversos potencialmente relacionados con las vacunas en pilotos en activo.” De ellos, “sólo un [piloto] ha aportado documentación médica a través del proceso normal”, según Northrup. No describió en qué consiste el “proceso normal”.

Sin embargo, en abril de 2022, la FAA y Northrup tuvieron conocimiento de varias incidencias de lesión por vacuna en pilotos que se produjeron ya en diciembre de 2021, a través de una carta entregada en mano a la FAA y otras agencias federales, incluido el Departamento de Transporte de EE.UU., departe de la asociación basada en California, Abogados por los derechos de los ciudadanos “Advocates for Citizens’ Rights.”.

La carta incluía datos que mostraban que los pilotos de todo el sector de la aviación -incluidos los pilotos comerciales, militares y de aviación general- se enfrentan a mayores riesgos para la salud derivados de las vacunas COVID-19 debido a la naturaleza única de su profesión.

La carta hacía referencia a incidentes concretos, entre ellos el caso de un piloto agrícola, Cody Flint, que estuvo a punto de perder el conocimiento mientras volaba, pero consiguió aterrizar su avión sano y salvo, aunque no recuerda cómo lo hizo.

En una entrevista con “The Defender” en mayo de 2022, Flint dijo que el incidente ocurrió dos días después de que se le administrara su primera y única dosis de la serie primaria de la vacuna de Pfizer-BioNTech en febrero de 2021.

Se le diagnosticaron fístulas perilinfáticas izquierda y derecha (una lesión en el oído interno) y una presión intracraneal muy elevada debido a una inflamación del tronco encefálico.

“Mi presión intracraneal había subido tanto que me hizo “estallar” los dos oídos internos”, dijo Flint. Los médicos le dijeron que la causa suele ser un traumatismo craneoencefálico grave.

Una carta del senador Ron Johnson (republicano de Wisconsin) del 27 de enero enviada a Northrup enumera cuatro pilotos, entre ellos Flint y un controlador aéreo, que sufrieron efectos adversos graves poco después de que se les administrara la vacuna COVID-19.

Uno de los pilotos, Wil Wolfe, sufrió un ataque y murió 13 días después de que le administrasen la vacuna COVID-19 de Johnson & Johnson. Bob Snow sufrió una parada cardiaca repentina inmediatamente después de aterrizar un avión de pasajeros en el aeropuerto internacional de Dallas-Fort Worth, y Greg Pierson sufrió una fibrilación auricular a las 24 horas de que le administraran la vacuna de Pfizer-BioNTech.

Hayley López, controladora aérea, sufrió efectos adversos graves a los pocos minutos de que le inyectasen su primera dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech, y finalmente se le diagnosticó el síndrome de taquicardia ortostática postural, comúnmente conocido como POTS.

Mantener a los pilotos en el aire, ¿a costa de la seguridad?

Una entrevista de agosto de 2021 con Courtney Scott, D.O., M.P.H., publicada en el “Federal Air Surgeon’s Medical Bulletin”, puede arrojar luz sobre por qué la FAA puede estar pasando por alto los acontecimientos adversos relacionados con las vacunas en los pilotos y emitiendo certificados médicos a pesar de los antecedentes de lesiones por vacunas de los pilotos.

Scott, que trabajó con la FAA durante más de una década y es director en funciones de la División de Certificación Médica Aeroespacial de la agencia, dijo en su momento que el objetivo era mantener a los pilotos en el aire en lugar de dejarlos en tierra cuando se identificaran riesgos médicos, siempre que la agencia pudiera “hacerlo de forma segura.”

Scott explicó:

“Se ha producido un cambio en el objetivo de las normas de medicina aeroespacial, que ha pasado de impedir volar a los aviadores con determinadas afecciones médicas a permitir volar a algunos aviadores con determinadas afecciones médicas tras mitigar los riesgos. Esta mitigación, que podemos denominar gestión de enfermedades aeromédicas, es lo que hace tan importante el papel de los AME [aviation medical examiners], que ayudan a identificar y evaluar el riesgo.

“Los AME son esenciales para conseguir y mantener a los pilotos en el aire. En ocasiones, los pilotos pueden ver a los AME como un adversario porque, a veces, en la mente de un piloto, el objetivo de un AME es impedirle volar. Esta actitud va con el antiguo enfoque aeromédico de no permitir que nadie vuele si tiene ciertas condiciones médicas. Ahora el objetivo es que el piloto vuele si puede hacerlo con seguridad”.

No está claro si se trata de una normativa oficial de la FAA. Sin embargo, acciones recientes de la agencia, que van desde la flexibilización de sus límites de electrocardiograma (EKG) hasta la concesión de un certificado médico de primera clase a un piloto con una “posible” miocarditis inducida por una vacuna, sugieren una voluntad por parte de la FAA de aceptar normas médicas menos estrictas para permitir volar a los pilotos.

Las lesiones provocadas por la vacuna COVID contribuyen a desviar más vuelos, ¿escasez de pilotos?

En respuesta a una solicitud de la Ley de Libertad de Información (FOIA) presentada el 24 de febrero por “US Freedom Flyers”, una organización de defensa que se opone a los mandatos de vacunación para pilotos, la FAA proporcionó datos sobre “el número de aviones que tuvieron que desviarse por emergencias médicas desde 2017 hasta la actualidad.”

Los datos brutos proporcionados por la FAA indican un descenso en 2021 y 2022, en comparación con los años 2017 a 2019, ya que la actividad de vuelo se intensificó tras las fuertes restricciones de 2020. Entre 2017 y 2019, los desvíos anuales por motivos médicos oscilaron entre 630 y 641. La cifra era de 510 en 2021, y de 589 en 2022.

Sin embargo, cuando se calculan como proporción del número de vuelos y del número de pasajeros transportados anualmente en EE.UU., las cifras cuentan una historia diferente. La FAA no facilitó estos datos, pero sí lo hace la Oficina de Estadísticas de Transporte.

Los datos muestran que antes de la pandemia, en 2018 y 2019, el tráfico nacional e internacional de pasajeros en EE. UU. superó los 1.000 millones. En 2021, esa cifra apenas superó los 700 millones, y alcanzó los 935,4 millones en 2022.

Los movimientos de vuelos también disminuyeron en comparación con los niveles anteriores a 2020. El total de vuelos nacionales e internacionales en Estados Unidos superó los 10 millones en 2018 y 2019. Fueron un total de 7,6 millones en 2021 y 8,7 millones en 2022.

Como resultado, los datos muestran que, sobre una base por vuelo, el porcentaje de vuelos desviados por razones médicas aumentó tanto en 2021 como en 2022 en comparación con los niveles anteriores a 2020. Del mismo modo, el porcentaje de desvíos sobre el total de movimientos de pasajeros aumentó considerablemente en 2021, mientras que la cifra de 2022 superó a la de 2018 y 2019.

Cabe destacar que 2021 y 2022 fueron los años en que la vacuna COVID-19 estuvo disponible y se distribuyó ampliamente al público.

La escasez de pilotos también puede influir en los cambios de normas de la FAA y en su aparente mayor tolerancia con los problemas médicos de los pilotos.

Según un informe de julio de 2022 de Perspectivas de Oliver Wyman (“Oliver Wyman Insights”), “una inminente escasez de pilotos estaba en el horizonte” a principios de 2021, y ahora se está materializando, debido al envejecimiento de la mano de obra y a la edad de jubilación obligatoria de 65 años, así como a “una oleada de jubilaciones anticipadas en el momento álgido de la pandemia” -el informe no especificaba el motivo de la oleada-.

Snow confirmó para “The Defender” la creciente escasez de pilotos en Estados Unidos, señalando que “los antiguos aviadores militares son una fuente tradicional de pilotos para las aerolíneas, pero el ejército ya no produce pilotos en grandes cantidades, por lo que ahora hay un déficit.”

“El sector de las aerolíneas no parece tan atractivo para los jóvenes como para las generaciones anteriores”, añadió Snow.

El sector aéreo podría estar admitiendo tácitamente lo mismo. Según un reportaje de “CBS News” del 8 de diciembre de 2022:

“Hay un lenguaje en un nuevo proyecto de ley ahora introducido en el Congreso – el proyecto de ley de reautorización de la Administración Federal de Aviación – pidiendo a la Administración Federal de Aviación que reconsidere la parte 121 y permita el uso de una operación de un solo piloto, primero en aviones de carga.”

Según “CBS News,” el sector de las aerolíneas está presionando a favor de esta medida, ya que “reduciría los costes y aliviaría la presión provocada por la escasez de tripulación”.

Este año la FAA se enfrenta a la reautorización del Congreso, ya que su anterior autorización quinquenal, aprobada en 2018, está a punto de expirar. En una búsqueda en la web del Congreso no aparece ningún proyecto de ley de reautorización a fecha de hoy, pero se espera que se presente formalmente un proyecto de ley dentro del año natural.

A escala mundial, más de 40 países, entre ellos el Reino Unido, Alemania y Nueva Zelanda, también han presionado a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo de la ONU, para que codifique el cambio a un solo piloto en la normativa internacional.

La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea también apoyó la revisión, aunque en febrero aplazó este cambio de norma en Europa. En 2017 Canadá derogó su norma que exigía la presencia de dos pilotos en la cabina en todo momento.

Para ilustrar los peligros potenciales de las tripulaciones de un solo piloto, Canadá adoptó previamente su norma de los dos pilotos tras el accidente deliberado del vuelo 4U 9525 de Germanwings en marzo de 2015. Cuando el capitán del vuelo salió de la cabina, presumiblemente para ir al baño, el primer oficial lo dejó fuera de la cabina y procedió a estrellar intencionadamente el avión contra los Alpes. Murieron todos los pasajeros y la tripulación.

La normativa actual de la FAA exige dos pilotos en los vuelos comerciales.

La FAA, al recomendar la vacunación COVID, infringió su propia normativa

En una “Alerta de Seguridad para Operadores” (SAFO) del 25 de mayo de 2021, la FAA recomendó encarecidamente a los pilotos, miembros de la tripulación y empleados del sector de la aviación que se vacunaran contra la COVID-19, indicando por escrito que la agencia infringía su propia normativa en el proceso.

La SAFO declaró:

“Se recomienda a los tripulantes que se vacunen contra el COVID-19. Los titulares de un certificado médico de aviador expedido por la FAA deben cumplir los requisitos médicos aplicables tras la vacunación. Se recomienda a los tripulantes que comuniquen su estado de vacunación al programa de salud laboral de su empresa.

“Las vacunas COVID-19 autorizadas para uso de emergencia por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) están disponibles en todo Estados Unidos, y todas las personas mayores de 16 años pueden vacunarse contra la COVID-19”.

“Estas vacunas son eficaces contra el COVID-19, incluida la enfermedad grave, y cada vez hay más pruebas que sugieren que las personas totalmente vacunadas tienen menos probabilidades de sufrir una infección asintomática o de transmitir el SRAS-CoV-2 a otras personas, aunque se sigue investigando.

“La vacunación generalizada es una herramienta fundamental para ayudar a detener la pandemia, y se recomienda a los tripulantes aéreos que se vacunen lo antes posible y de acuerdo con las indicaciones de la FAA sobre las tareas de vuelo tras la vacunación.”

Esta orientación es contraria a la normativa codificada en el Título 14 del Código de Reglamentos Federales §61.53, bajo el epígrafe “Productos farmacéuticos (medicamentos terapéuticos) – No expedir – No volar”. Esta normativa establece:

“Por lo general, la FAA exige al menos un año de experiencia posterior a la comercialización de un nuevo medicamento antes de considerarlo a efectos de certificación aeromédica.

“Este periodo de observación da tiempo a que se manifiesten efectos adversos poco comunes, pero aeromédicamente significativos.

“[N]inguna persona que sea titular de un certificado médico expedido en virtud de la parte 67 de este capítulo podrá actuar como piloto al mando, o en cualquier otra capacidad como miembro de la tripulación de vuelo requerida, mientras dicha persona … esté recibiendo tratamiento para una condición médica que hace que la persona no pueda cumplir los requisitos del certificado médico necesario para la operación de pilotaje”.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) concedió la primera EUA para las vacunas COVID-19 en diciembre de 2020. Según la normativa de la FAA, los pilotos deberían haber tenido prohibido vacunarse hasta diciembre de 2021, como muy pronto, y quizás no hasta que la autorización de la EUA fuera sustituida por una licencia completa.

Además, la SAFO de mayo de 2021 afirmaba:

“La FAA y los CDC recomiendan y esperan que todos los transportistas aéreos y tripulantes con base en los Estados Unidos, todos los transportistas aéreos sin base en los Estados Unidos que operen vuelos con un nexo en los Estados Unidos y todos los tripulantes sin base en los Estados Unidos en vuelos con un nexo en los Estados Unidos implementen y utilicen sus planes y procedimientos de preparación para el COVID-19 desarrollados por la compañía junto con la guía de salud y seguridad ocupacional de la FAA y los CDC en el apéndice adjunto con respecto a las prácticas para limitar la propagación del COVID-19.”

Para varias de las principales compañías aéreas estadounidenses, estos “planes y procedimientos de preparación” abarcaban mandatos internos de vacunación para sus empleados, incluidos los pilotos. Varios pilotos lesionados por vacunas que hablaron anteriormente con “The Defender” dijeron que fueron “coaccionados” por mandatos del empleador para aceptar que les administrasen las vacunas COVID-19.

Brett Vance, antiguo piloto de caza de las Fuerzas Aéreas y piloto de líneas aéreas que posteriormente trabajó como piloto de pruebas en el Servicio de Certificación de Aeronaves de la FAA, se vio obligado a jubilarse de su puesto en la FAA como consecuencia del mandato de vacunación de la administración Biden para los empleados federales.

Vance escribió que él y otros empleados de la FAA que no querían aceptar la vacuna COVID-19 EUA fueron amenazados con medidas disciplinarias, incluida la confiscación de fondos de sus cuentas de anualidades de jubilación e incluso el despido, si no se vacunaban.

Las preocupaciones sobre el respaldo de la FAA a las vacunas COVID-19 llegaron ya el 15 de diciembre de 2021, en una carta de la organización con base en California Defensores de los derechos de los ciudadanos “Advocates for Citizens’ Rights”firmada conjuntamente por Robert F. Kennedy Jr. presidente y abogado jefe de litigios de “Children’s Health Defense”, (CHD) y Mary Holland, presidenta y consejera general de CHD.

La carta acusaba a la FAA y a la industria de la aviación de:

“Poner tanto a los pilotos como al público en general en riesgo de muerte y/o lesiones graves al operar en contravención del Título 14 del Código de Regulaciones Federales, §61.53, y la orientación relacionada que en conjunto operan para no permitir la autorización médica de los pilotos que se han inyectado o ingerido productos no aprobados por la FDA – como es el caso de la inoculación COVID-19″.

Johnson planteó preocupaciones similares. En declaraciones publicadas en un artículo del 21 de febrero de “The Epoch Times,” Johnson señaló que el 12 de diciembre de 2020, el mismo día en que la FDA emitió por primera vez una EUA para las vacunas COVID-19, la FAA declaró que estas vacunas también son seguras para los pilotos.