Dinamarca se convirtió el lunes en el primer país en excluir la vacuna COVID de Johnson & Johnson (J&J) de su programa de vacunación por un vínculo potencial con problemas de coágulos de sangre. La Autoridad Sanitaria danesa dijo en un comunicado que había llegado a la conclusión de que “los beneficios del uso de la vacuna COVID-19 de J&J no superan el riesgo de causar el posible efecto adverso en quienes reciben la vacuna”. según informa Reuters.

Funcionarios sanitarios daneses han tomado nota de que la Agencia Europea de Medicamentos (‘European Medicines Agency’, EMA por sus siglas en inglés) ha llegado a la conclusión de que “existe una posible relación entre casos raros pero graves de coágulos sanguíneos y la vacuna COVID-19 de J&J”, en referencia a una investigación realizada el mes pasado sobre ocho informes estadounidenses de coágulos sanguíneos raros -uno de los cuales fue mortal- que se produjeron después de la vacunación reciente.

Sin embargo, a diferencia de la Autoridad Sanitaria danesa, la EMA concluyó que los beneficios de utilizar la vacuna de J&J superan los riesgos. La EMA recomendó añadir una advertencia a la etiqueta de la vacuna de J&J, y la empresa dijo que cumpliría esa medida.

“Teniendo en cuenta la situación actual en Dinamarca, lo que estamos perdiendo en nuestro esfuerzo por prevenir la enfermedad grave del COVID-19 no puede compensar el riesgo de causar posibles efectos secundarios en forma de coágulos sanguíneos graves en las personas que vacunamos”, dijo la autoridad sanitaria.

Dinamarca dejó de utilizar la vacuna de AstraZeneca el mes pasado después de que los reguladores europeos descubrieran una posible relación entre la vacuna COVID de AstraZeneca y coágulos de sangre “muy raros”.

Tanto las vacunas de J&J como las de AstraZeneca utilizan una tecnología de vectores de adenovirus modificados, a diferencia de la tecnología de ARNm utilizada en las vacunas COVID de Moderna y Pfizer.

La EMA señaló en sus conclusiones sobre la vacuna de J&J que una explicación plausible para la combinación de coágulos de sangre y baja cantidad de plaquetas podría ser una respuesta inmunitaria que llevara a una condición similar a la trombocitopenia inducida por la heparina.

Los científicos de Noruega y Alemania que estudiaron los coágulos de sangre tras la vacunación con AstraZeneca sugirieron que algunas personas pueden experimentar una respuesta inmunitaria anormal que les hace formar anticuerpos que atacan sus propias plaquetas tras ser vacunadas.

Todavía no está claro si podría haber un mecanismo similar con la vacuna de J&J, pero las vacunas de J&J y AstraZeneca, así como la vacuna rusa COVID y la china, se fabrican con la misma tecnología.

El 13 de abril, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (‘Food and Drug Administration’, FDA por sus siglas en inglés) pidieron que se suspendiera inmediatamente el uso de la vacuna COVID de J&J, comercializada por la filial Janssen de la empresa, mientras investigaban al menos seis casos de coágulos de sangre potencialmente peligrosos en personas que se pusieron la vacuna. Las seis ocurrieron en mujeres de entre 18 y 48 años, y los síntomas se produjeron entre seis y 13 días después de la vacunación. Se informó de una muerte.

Como informó ‘The Defender’, uno de los seis casos incluía a una adolescente de Nevada que fue sometida a tres cirugías cerebrales para reparar los coágulos de sangre que desarrolló aproximadamente una semana después de ser vacunada.

El 14 de abril, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (‘Advisory Committee on Immunization’, ACIP por sus siglas en inglés) de los CDC aplazó la votación sobre el levantamiento de la pausa de la vacuna de J&J, prolongando de hecho la pausa a la espera de nuevos análisis de los datos relativos a los coágulos de sangre en las personas que recibieron la vacuna.

Ese mismo día, J&J reveló otros dos casos de coágulos sanguíneos: uno en un hombre de 25 años que sufrió una hemorragia cerebral durante un ensayo clínico y otro caso de trombosis venosa profunda en una mujer de 59 años.

El 23 de abril, el ACIP votó 10 – 4 para levantar la pausa y continuar con el uso de la inyección de J&J sin restricciones ni una advertencia adicional sobre el riesgo de trastornos de la coagulación de la sangre después de analizar 15 casos de coágulos raros, incluyendo tres muertes, según una presentación de diapositivas compartida durante la reunión.

El ACIP dijo que la relación entre los coágulos sanguíneos y la vacuna COVID de J&J era “plausible”, pero concluyó que los beneficios de la vacuna superan los riesgos y recomendó la vacuna para las personas de 18 años o más en los EE.UU. bajo la Autorización de Uso de Emergencia (‘Emergency Use Authorization‘, EUA por sus siglas en inglés) de la FDA.

‘Children’s Health Defense’ consultó losdatos del VAERS en busca de una serie de acontecimientos adversos asociados a la formación de trastornos de la coagulación y otras afecciones relacionadas. El VAERS arrojó un total de 1.845 informes para las tres vacunas desde el 14 de diciembre de 2020 hasta el 23 de abril.

De los 1.845 casos notificados, 655 se atribuyeron a Pfizer, 577 a Moderna y 608 a J&J. Las autoridades sanitarias estadounidenses sólo reconocieron 15 casos de coágulos de sangre asociados a la vacuna de J&J en la reunión del 16 de abril.

Aunque las vacunas de J&J y AstraZeneca han estado bajo el microscopio por su potencial para causar coágulos de sangre, los científicos advirtieron, ya en diciembre de 2020, que las vacunas de ARNm como las de Pfizer y Moderna plantean riesgos similares.