“Gates tiene un concepto napoleónico de sí mismo, un apetito que deriva del poder y el éxito puro, sin una experiencia dura, sin reveses”. — Juez Thomas Penfield Jackson, juez presidente en el caso Gates/Microsoft fraude antimonopolio

Los confinamientos globales que Bill Gates ayudó a orquestar y a los que animó han llevado a la quiebra a más de 100.000 empresas solo en los EE.UU. y precipitado a mil millones de personas en la pobreza y la inseguridad alimentaria mortal que, entre otros daños devastadores, matan a 10.000 niños africanos cada mes, al tiempo que aumentan la riqueza de Gates en $20 mil millones. Su fortuna de 133.000 millones de dólares lo convierte en el cuarto hombre más rico del mundo.

Gates ha estado utilizando ese nuevo efectivo para ampliar su poder sobre las poblaciones globales mediante la compra de activos devaluados a precios de saldo y realizando maniobras para el control monopolístico de la salud pública, la privatización de prisiones, la educación en línea y las comunicaciones globales, mientras promueve las monedas digitales, la vigilancia de alta tecnología, los sistemas de recolección de datos y la inteligencia artificial.

Para un hombre obsesionado con el control monopolístico, la oportunidad de dominar también la producción de alimentos debe parecer irresistible.

Según el último número de The Land Report, Gates se ha convertido discretamente en el mayor propietario de tierras de cultivo de los Estados Unidos. La cartera de Gates ahora comprende alrededor de 242,000 acres de tierras de cultivo estadounidenses y casi 27,000 acres de otras tierras a través de Luisiana, Arkansas, Nebraska, Arizona, Florida, Washington y otros 18 estados.

Thomas Jefferson creía que el éxito de la lucha ejemplar de Estados Unidos por suplantar el yugo del feudalismo europeo con un noble experimento de autogobierno dependía del control perpetuo de la base de tierras de la nación por decenas de miles de agricultores independientes, cada uno con una participación en nuestra democracia.

Así que, en el mejor de los casos, la campaña de Gates para engullir los bienes raíces agrícolas de Estados Unidos es una señal de que el feudalismo puede volver a estar de moda. En el peor de los casos, su oleada de compras es un presagio de algo mucho más alarmante: el control de los suministros globales de alimentos por parte de un megalómano hambriento de poder con complejo de Napoleón.

Exploremos el contexto de las compras sigilosas de Gates como parte de su estrategia a largo plazo de dominio de la agricultura y la producción de alimentos a nivel mundial.

A partir de 1994, Gates lanzó una campaña internacional de biopiratería para lograr un dominio verticalmente integrado sobre la producción agrícola mundial. Su imperio ahora incluye vastas tierras agrícolas y considerables inversiones en cultivos genéticamente modificados, OMG, las patentes de semillas, los alimentos sintéticos,la inteligencia artificial, incluidos los trabajadores robóticos de las granjas, y los puestos de mando en los mastodontes de la industria de la alimetación que incluyen Coca-Cola, Unilever, Philip Morris (Kraft, Alimentos Generales), Kellogg’s, Procter & Gamble y Amazon (Whole Foods), y en multinacionales como Monsanto y Bayer que ponen en el mercado pesticidas químicos y fertilizantes petroquímicos.

Como de costumbre, Gates coordina estas inversiones personales con subsidios que son subvencionados por los contribuyentes de la Fundación Bill y Melinda Gates, la organización más rica y poderosa de todas las de ayuda internacional, sus asociaciones financieras con las grandes empresas de agricultura, ‘Big Ag’, las grandes empresas químicas, ‘Big Chemical’, y las grandes empresas de alimentación, ‘Big Food’, y su control de las agencias internacionales, incluyendo algunas de su propia creación, con un poder impresionante para crear mercados cautivos para sus productos.

El ex Secretario de Estado Henry Kissinger, protegido y socio de David Rockefeller, observó que“quien controla el suministrode alimentos controla a la gente”. En 2006, las Fundaciones Bill y Melinda Gates y Rockefeller lanzaron la Alianza para una Revolución Verde (Alliance for a Green Revolution in Africa, AGRA por sus siglas en inglés) de 424 millones de dólares, prometiendo duplicar la productividad de los cultivos y aumentar los ingresos de 30 millones de pequeños agricultores para 2020, al tiempo que reducía la inseguridad alimentaria a la mitad.

Como es característico en él, el enfoque de Gates respecto a los problemas globales puso a la tecnología y a sus socios de la industria química, farmacéutica y petrolera en el centro de cada solución. Resulta que la “estrategia innovadora” de Gates para la producción de alimentos fue imponer el sistema estadoundense fallido de productos transgénicos,OMG, la agricultura basada en productos químicos y combustibles fósiles a los agricultores africanos pobres.

Las prácticas agrícolas africanas han evolucionado a partir de la tierra a lo largo de 10.000 años en formas que promueven la diversidad de cultivos, la descentralización, la sostenibilidad, la propiedad privada, la auto organización y el control local de las semillas. La libertad personal inherente a estos sistemas localizados permite a las familias campesinas tomar sus propias decisiones: los amos en sus tierras, los soberanos de sus destinos. La innovación continua de millones de pequeños agricultores maximizó los rendimientos sostenibles y la biodiversidad.

En su despiadada reinvención del colonialismo, Gates gastó 4.900 millones de dólares para desmantelar este antiguo sistema y reemplazarlo por una agricultura corporatizada e industrializada de alta tecnología, monocultivos químicamente dependientes, centralización extrema y control descendente. Obligó a las pequeñas granjas africanas a pasarse a semillas comerciales importadas, fertilizantes derivados del petróleo y al uso de pesticidas.

Gates construyó la infraestructura de la cadena de suministro de productos químicos y semillas y presionó a los gobiernos africanos para que gastaran enormes sumas en subsidios y a utilizar sanciones draconianas y un control autoritario para obligar a los agricultores a comprar sus insumos caros y cumplir con sus ‘diktats’. Gates hizo que los agricultores reemplazaran los cultivos tradicionales de subsistencia nutritiva como el sorgo, el mijo, la batata y la yuca por cultivos industriales de alto rendimiento en efectivo, como la soja y el maíz,que benefician a los comerciantes de productos de élite pero dejan a los africanos pobres con poco para comer. Tanto la nutrición como la productividad se desplomaron. Los suelos se volvieron más ácidos con cada aplicación de fertilizantes petroquímicos.

Al igual que con la empresa africana de vacunas de Gates, no hubo evaluación interna ni obligación de rendir cuentas de forma pública. El estudio de 2020“Falsas promesas: La Alianza para una Revolución Verde en Africa (AGRA)” es el informe sobre el esfuerzo de 14 años del cártel de Gates. La investigación concluye que el número de africanos que sufren hambre extrema ha aumentado en un 30 por ciento en los 18 países en los que Gates se enfocó. La pobreza rural ha hecho metástasis dramáticamente, y el número de personas hambrientas en estas naciones ha aumentado a 131 millones.

Bajo el sistema de plantaciones de Gates, las poblaciones rurales africanas se han convertido en esclavos en su propia tierra en una servidumbre tiránica de insumos de alta tecnología, mecanización, horarios rígidos, condicionalidades gravosas, créditos y subsidios que son las características definitorias de la “Revolución Verde” de Bill Gates.

Las únicas entidades que se benefician del programa de Gates son sus socios corporativos internacionales, y particularmente Monsanto, del que el Gates Foundation Trust compró 500.000 acciones por valor de 23 millones de dólares en 2010 (pero más tarde vendió esas acciones debido a la presión de grupos de sociedad civil). El propio Gates incluso filmó anuncios para los productos transgénicos, OMG, de Monsanto, promocionándolos como la “solución” al hambre en el mundo.

En un ejemplo típico de la extraña generosidad de Gates, su fundación aparentemente hizo sus subvenciones “caritativas”, en realidad subvencionadas por los contribuyentes, por un monto de $10 millones al gigante de Big Ag, Cargill, para construir sus cadenas de suministro de soja transgénica, OMG, en Sudáfrica. Los africanos llaman al programa de Gates“Neocolonialismo” o “Colonialismo Corporativo.”

La iniciativa ‘AGRA Watch’ (Vigilancia de AGRA) del grupo ‘Community Alliance for Global Justice’ (Alianza de la comunidad para la justicia global), con sede en Seattle, sigue de cerca las políticas agrícolas y alimentarias de Gates. Según Heather Day, portavoz de ‘AGRA Watch’, AGRA es un caballo de Troya para la cleptocracia corporativa.

“La Fundación Gates y AGRA afirman ser ‘pro-agricultor’, ‘pro-pobres’ y ‘pro-medio ambiente'”, me contó Heather Day. “Pero su enfoque está estrechamente alineado con las corporaciones transnacionales, como Monsanto, y con actores de política exterior como USAID [siglas en inglés de ‘United States Agency for International Development’, Agencia estadounidense para el desarrollo internacional]. Se aprovechan de las crisis alimentarias y climáticas globales para promover la agricultura industrial centralizada y de alta tecnología quegenera beneficios para los socios corporativos de Gates, al tiempo que degradan el medio ambiente y quitan el poder a los agricultores. [United States Agency for International Development] Sus programas son una forma oscura de filantrocapitalismo basada en la biopiratería y la biopiratería corporativa”.

El activismo climático de Gates (Un memorándum a mis colegas ambientales)

Para ocultar sus planes distópicos para la humanidad tras intenciones benignas, Gates ha expropiado la retórica de “sostenibilidad”, “biodiversidad”, “buena administración” y “clima”. Estas causas son realidades sombrías que plantean amenazas existenciales para nuestros hijos y requieren atención urgente. Sin embargo, el historial de Gates expone que sus intenciones benévolas son disfraces para su agenda real que es maximizar el beneficio personal y el control.

Me desconcierta cómo muchos de mis amigos del movimiento ambiental se han tragado las artimañas de Gates. En mis 40 años como activista del clima, no vi ninguna evidencia de la financiación de Gates para una auténtica defensa del clima; la Fundación Gates está ausente en las guerras climáticas.

Los principales grupos climáticos, el Consejo Nacional de Defensa de Recursos, el Fondo de Defensa Ambiental, Sierra Club, Greenpeace, Waterkeepers, etc., no reciben prácticamente nada de la filantropía más grande del mundo. Su historial de inversiones sugiere que la crisis climática, para Gates y sus compinches, no es más que una coartada para el control social intrusivo”la vigilancia a escala del Gran Reseteo y el enorme, digno de ciencia ficción, despilfarro en geoingeniería, incluyendo sus vanidosos proyectos dementes y aterradores de rocíar la estratosfera con cloruro de calcio o agua de mar para frenar el calentamiento, desplegar globos gigantes para saturar nuestra atmósfera con partículas reflectantes para bloquear el sol,o su maniobra peligrosa de liberar millones de mosquitos modificados genéticamente en el sur de Florida.

Cuando ponemos estos planes de pesadilla en contexto junto con la batería de vacunas experimentales que obliga a ponerse a 161 millones de niños africanos anualmente, queda bastante claro que Gates nos considera a todos como sus ratas de laboratorio.

Gates también ha hecho caso a los consejos de Kissinger,“Controle el petróleo y usted controla las naciones;” sus propiedades de energía de ninguna manera reflejan su expresa antipatía por los gases de efecto invernadero. Las inversiones personales de Gates en hidrocarburos incluyen enormes inversiones en todas las especialidades petroleras: Exxon, Chevron, ConocoPhillips y Shell. Es dueño de la compañía de jets privados más grande del mundo. Su enorme compromiso con el carbón incluye inversiones gigantescas en las flotas generadoras de carbón más sucias, incluyendo el Canadian National Railway y CSX Richmond, que es el mayor transportador de carbón al este del río Mississippi. Gates está apostando mucho por el futuro del carbono.

Los centros de recolección, procesamiento y análisis de datos, hambrientos de energía de Gates, se encuentran entre las fuentes de más rápido crecimiento en el mundo en esta explosión en la demanda de energía. Y, por supuesto, las empresas químico/industriales agrícolas de Gates son la antítesis de una actitud respetuosa con el clima. Su maíz transénico, OMG, requiere enormes suministros de fertilizantes, pesticidas, agroquímicos hechos de gas natural y otros insumos de combustibles fósiles. Gates eficazmente, en palabras de Michael Pollan, obligó a los africanos a “comer petróleo”. Los agricultores africanos llaman al programa de Gates“agricultura climáticamente estúpida”.

Gates ha aprendido a engordar con las crisis globales, ya sean pandemias, del clima, hambrunas o la extinción masiva. El cambio climático ha dado a Gates una excusa para crear monopolios sobre las semillas, la alimentación y la agricultura.

En 2008, la Fundación Bill y Melinda Gates anunció 306 millones de dólares en subvenciones para promover la agricultura sostenible de alto rendimiento entre los pequeños agricultores del Africa subsahariana y Asia meridional. Los planes de la fundación incluían la creación, a través de la manipulación genética, de vacas lecheras de alta producción, resistentes a la sequía, y el desarrollo y proliferación de supercultivos resistentes al cambio climático.

En otras palabras, el cambio climático fue el pretexto de una geoingeniería más dañina. Mientras tanto, las políticas agrícolas de Gates están destruyendo los sistemas climáticos de nuestro planeta, empujando a millones de especies a la extinción, desertificando el suelo, destruyendo los sistemas de agua y enriqueciendo el Cártel de Venenos.

Así que, una nota a mis compañeros líderes ambientales: ¡Bill Gates no es nuestro ‘amigo’ (en español en el original)! Además, Gates ha dejado la reforma climática en mal lugar ante millones de estadounidenses, que ven sus pretensiones sobre el clima en el contexto de sus ambiciones por controlar a la humanidad y poner fin a la actividad económica y a la libertad personal.

Es en gran parte las acciones de Gates lo que hace que la mitad de Estados Unidos vea el cambio climático como una engañifa del “Gran Reseteo” para desplazar la riqueza hacia arriba, o un despilfarro de geoingeniería. Pesa sobre ellos que no reconozcan el grave peligro del cambio climático. Pesa sobre nosotros que parezcamos deliberadamente cegados ante el peligro de Bill Gates.

Gates se beneficia de toda esta confusión; la polarización del debate climático paraliza los esfuerzos de reforma preservando así el valor de sus apuestas de carbono. ¡Todos necesitamos reconocer quién está realmente detrás de esa máscara verde!

Biopiratería

“Una nación que destruye sus suelos se destruye a sí misma.” — Carta del presidente Franklin D. Roosevelt a todos los gobernadores estatales, febrero de 1937

La larga experiencia y la investigación han demostrado que la agroecología basada en la biodiversidad, la libertad de semillas y la libertad alimentaria es esencial, no sólo para las libertades civiles y la democracia, sino para el futuro de la alimentación y la agricultura.

Durante miles de años, la innovación y la biodiversidad de los agricultores evolucionaron conjuntamente y crearon las prácticas más eficientes para la producción sostenible de alimentos y la biodiversidad. El estudio seminal de 2009 de las Naciones Unidas realizado por la Evaluación Internacional del Conocimiento Agrícola, la Ciencia y la Tecnología para el Desarrollo (International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development,IAASTD por sus siglas en inglés) documenta la evidencia incontrovertible que demuestra el abyecto fracaso de la “Revolución Verde” de Gates/Rockefeller para mejorar la agricultura tradicional.

El IAASTD desplegó un equipo de 900 destacados científicos, agrónomos e investigadores para estudiar el tema del hambre en el mundo. Su informe completo y definitivo demostró que los cultivos de transgénicos, OMG, no son la respuesta a la escasez de alimentos ni a la pobreza rural. Ese informe concluye definitivamente que ni la Revolución Verde de Gates ni sus OMG pueden alimentar al mundo y al mismo tiempo proteger el planeta.

El análisis exhaustivo de IAASTD demuestra que la Revolución Verde que la Fundación Rockefeller lanzó en India y México en la década de 1960 fue una catástrofe; la trayectoria química de los monocultivos ha socavado la capacidad de la Tierra para apoyar la vida y la producción de alimentos debido a la destrucción de la biodiversidad, el suelo y el agua, y además ha contribuido al cambio climático.

Las políticas de la Revolución Verde subvierten la seguridad alimentaria y nutricional, y desposeen a los pequeños agricultores a través de la deuda contraído para obtener insumos externos. LA IAASTD y muchos otros estudios muestran que la Soberanía de las Semillas, la Soberanía Alimentaria y la Soberanía del Conocimiento son el único futuro viable para la alimentación y la agricultura. Las Naciones Unidas y los principales científicos agrícolas del mundo han admitido que los OMG no pueden luchar contra el hambre con tanta eficacia como la agricultura tradicional.

Bill Gates ha optado por ignorar esta realidad, descartando la evidencia basada en la ciencia a favor de su fe mesiánica en que él es ordenado por Dios para salvar al mundo mediante la tecnología. Según el Dr. Gates, M.D., la buena salud sólo viene en una jeringuilla (él es el mayor productor de vacunas del mundo).

Del mismo modo, Bill, el granjero, predica que los buenos alimentos sólo provienen de monocultivos, pesticidas químicos y fertilizantes, cultivos OMG y semillas patentadas de las que él resulta ser el dueño. Al construir su imperio agrícola, Gates se ha mostrado repetidamente dispuesto a ignorar las voces de científicos y agricultores, y a pisotear leyes, tratados, tradiciones, derechos civiles, ciencia y sensibilidades.

Robar semillas

Desde el inicio de la Revolución Neolítica hace unos 10.000 años, los agricultores y las comunidades han trabajado para mejorar el rendimiento, el sabor, la nutrición, las cualidades robustas de las semillas que mejoran el crecimiento peculiar, los atributos medicinales y nutricionales, y la resiliencia genética que permite que ciertas semillas florezcan en unas particulares condiciones del suelo y del agua o que resistan a sus depredadores.

Estas genéticas vigorosas e ingeniosas son el producto de una colaboración milagrosa entre los seres humanos, la naturaleza y su Creador durante las 1.000 generaciones de intensa innovación agrícola de la humanidad. El libre intercambio de conocimientos y semillas entre los agricultores ha sido la base para mantener la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

Desde 1979, bajo los auspicios del Banco Mundial, un consorcio de centros de investigación agrícola conocido como el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) ha estado recolectando estas semillas de primer nivel de pequeños agricultores de todo el mundo y conservándolas en 15 bancos públicos de semillas independientes estacionados en diferentes países. Esa empresa trató de archivar un inventario completo de las existencias de semillas patrimoniales en beneficio de toda la humanidad con el fin de preservar la diversidad de cultivos durante los milenios.

En los últimos 17 años, Gates ha maniobrado con éxito para obtener el control de esas colecciones, que comprenden 768.578 semillas, y para reivindicar la propiedad monopolística de los principales inventarios de semillas del mundo.

A partir de 2003, trabajando en coordinación con la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates bombeó $720 millones al proyecto del Banco de Semillas del CGIAR. Como el mayor financiador del CGIAR, Gates utilizó su apalancamiento financiero para forzar la fusión de los 15 centros legalmente independientes del CGIAR en una sola entidad jurídica, una iniciativa siniestra que él llama “Gates Ag One”. Luego se trasladó a orquestar la transferencia de investigación y semillas de instituciones de investigación científica a corporaciones basadas en productos básicos como Bayer y Cargill con las que se asocia. De esta manera está asaltando, saqueando y privatizando la reserva de semillas que contiene las semillas más prometedoras de los agricultores indígenas de todo el mundo.

El director de ‘Gates Ag One’, Joe Cornelius, es un ex ejecutivo de ‘Bayer Crop Science’. Antes de eso, fue Director de Desarrollo Internacional de Monsanto. Trabajando con Cornelius, Gates ha perfeccionado las técnicas en las que Monsanto fue pionero en la década de 1980, cuando lideró el impulso para propagar OMG y patentar semillas. Gates se ha convertido en el Comandante General en la guerra pirata de ‘Big Data’ para saquear y monopolizar los datos genómicos comunes de millones de plantas criadas por campesinos a lo largo de los milenios.

Gates financia la Búsqueda de diversidad, (‘Diversity Seek’, DivSeek), un proyecto global que lanzó en 2015 para mapear los genomas y las secuencias del genoma de las poblaciones de semillas campesinas conservadas en bancos de semillas. ‘DivSeek’ y ‘Gates Ag One’ son las puntas de sus lanzas, “minería” de datos de semillas para “censurar” y eliminar a la gente común. En otras palabras, para poner fin a las reclamaciones de propiedad del público.

Utilizando inteligencia artificial (IA) y tecnologías digitales, los esbirros de Gates en ‘DivSeek’ y ‘Gates AG One’ escanean estas semillas y clasifican sus datos genéticos para mapear, patentar y robar la herencia global de semillas de la humanidad. Gates refuerza su justificación de patente utilizando la tecnología CRISPR para editar selectivamente los genomas de semillas patrimoniales, haciendo cambios suficientes para que le permitan superar los desafíos de las patentes.

El objetivo principal de Gates es la cría de variedades ‘Green Revolution’ diseñadas para responder a insumos químicos producidos por los socios de Gates del “Cartel del veneno”:Monsanto, Bayer, Dow/DuPont, CropLife, BASF, Syngenta, Corteva, etc. En resumen, Gates roba deliberadamente la semilla de su integridad y diversidad, borrando la historia evolutiva y sus vínculos con el suelo,reduciéndolo todo a un simple “código”. De esta manera, Gates captura la diversidad genética de nuestro planeta, la reescribe, patenta su código, roba las semillas de la humanidad y las casa con los conglomerados químicos.

Al centralizar los bancos de semillas y manipular las leyes de propiedad intelectual, Gates ha lanzado una campaña de “colonialismo genético” para privar a los campesinos y agricultores indígenas del mundo de las semillas y los conocimientos que han ganado con tanto fuerza.

“El objetivo de ‘Gates Ag One’ es tomar el control de la diversidad genética de este planeta”, me dijo la activista de libertad agrícola Dra. Vandana Shiva. Según Shiva, Gates “continúa subvertiendo y saboteando la soberanía de las semillas de los agricultores y la soberanía semilla de los países. ‘ Gates Ag One’ es una clara declaración de su intención de crear un imperio sobre la vida y la biodiversidad, sobre la alimentación y la agricultura, y sobre nuestro sustento”. En el proceso, dice Shiva, “Gates está financiando experimentos infernales de Frankenstein que profanan la creación de Dios”.

Los ciudadanos, los gobiernos y las organizaciones agrícolas han escrito muchas leyes y los gobiernos han adoptado tratados internacionales sobre protección de la diversidad biológica, incluido el Convenio sobre la Diversidad Biológica (Convention on Biological Diversity, CDB por sussiglas en inglés) y el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del CDB. Al estafar a los funcionarios del gobierno, manipular la ley de propiedad intelectual y reescribir las regulaciones de semillas, Gates ha sido capaz de circunvalar o pisotear estos estatutos y tratados, y evadir las estructuras multilaterales de gobernanza que los gobiernos pusieron en marcha para impedir que las corporaciones mundiales secuestren la biodiversidad del planeta y la propiedad común de semillas de campesinos y agricultores.

Organismos genéticamente modificados (OMG)

La fe misionera de Gates en la tecnología como solución para todas las desgracias humanas, desde la inseguridad alimentaria y las enfermedades hasta la salud climática, explica su obsesiva promoción de los OMG. La idolatría de los OMG de Gates y las tecnologías de edición de genes lo dejan sordo a las montañas de evidencia científica revisada por pares y advertencias por parte de agrónomos, nutricionistas, toxicólogos y otros científicos que cuestionan su seguridad.

Las vacunas y los medicamentos OMG son pilares de su empresa de salud pública, y Gates financia la investigación, el desarrollo y la proliferación de OMG como solución para todos los problemas agrícolas. Financió,por ejemplo, a Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna,las dos químicas CRISPR que ganaron los premios Nobel 2020 por la edición genética.

Gates fue también uno de los mayores accionistas de Monsanto, el promotor más agresivo del mundo de OMG y pesticidas. La misión central de ‘Gates Ag One’ es contradecir diametralmente prácticamente todas las evaluaciones independientes de ciencia y seguridad en una carrera ciega para imponer a la humanidad los OMG no probados de Gates, semillas patentadas, alimentos sintéticos y medicamentos experimentales.

Uno podría esperar que su inversión en Monsanto y sus asociaciones con empresas de alimentos procesados, con compañías químicas y petroleras desacreditarían las pretensiones de Gates de presentarse como defensor de la salud pública. Pero las enormes inversiones de Gates en el periodismo mediático (un artículo de marzo de 2020 de la revista Nation revela que la Fundación Gates ha comprado la garantía de que Gates recibirá un tratamiento mediático favorable mediante 250 millones de dólares en subvenciones a medios de comunicación, que incluyen NBC/Universal, BBC, NPR, The Guardian, Le Mond, Al Jazeera, y otros “para influir en las noticias”) lo han aislado del escrutinio y escepticismo que los medios de comunicación aplicaron históricamente a esquemas de especulación diabólicos y fétida hipocresía de los multimillonarios locos por el poder.

Las charlas de dinero, y los miles de millones que Gates y sus aliados farmacéuticos vierten anualmente en el periodismo público y comercial han hecho de Gates el principal favorito de los medios de comunicación. Utiliza sus “viajes por satélite” quincenales de los principales programas de noticias por cable y de la red para mostrar su poder fascinante para llevar bien las entrevistas de preguntas amables y fáciles de responderl y la aduladora deferencia de presentadores serviles (con la excepción de Norah O’Donnell) incluyendo a Anderson Cooper (CNN), David Muir (ABC), Ari Melber (MSNBC), y Chuck Todd (NBC), quienes agradecidamente atienden a sus elevados pronosticos sobre temas que van desde la salud pública hasta la economía y la política agrícola.

Evadir la regulación gubernamental

La riqueza y el poder de Gates también le permiten evadir los esfuerzos del gobierno para regular la proliferación de OMG. En 2011, cuando la India introdujo una moratoria de los cultivos Bt Cotton y ‘Roundup Ready’ modificados genéticamente de Gates, Gates trasladó sus operaciones a Bangladesh. Cuando el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas dictaminó que los organismos y OMG editados genéticamente deben estar fuertemente regulados para proteger la salud pública, Gates lanzó una campaña de presión para la desregulación en toda la comunidad europea.

Gates está desplegando sus miles de millones para orquestar ataques a las leyes contra OMG y la edición de genes en muchos de los países que han impuesto normas de seguridad. Cuando los científicos y los reguladores alegan que el tiempo es esencial para evaluar con precisión la seguridad de la edición de genes y los OMG, Gates declara que “¡El tiempo es el enemigo!”.

En 2017, un grupo alemán de derechos humanos, Heinrich Böll Stiftung (HBS), publicó pruebas de una campaña secreta de Gates para evadir las restricciones impuestas democráticamente a sus experimentos de manipulación genética de alto riesgo. HBS publicó más de 1.200 correos electrónicos del grupo obtenido bajo las leyes de libertad de información de los Estados Unidos. Esos documentos muestran que la Fundación Bill y Melinda Gates contrató a un sombrío grupo de espionaje y propaganda Big Ag/Biotech para montar un ataque de espionaje encubierto destinado a corromper a funcionarios de las Naciones Unidas y sabotear los esfuerzos internacionales que buscaban prohibir una nueva tecnología diabólica llamada “impulso genético”.

Los impulsos genéticos están a la vanguardia de la ingeniería genética, la biología sintética y la edición de genes. Son las herramientas de elección para los eugenistas y para aquellos que buscan construir el “futuro transhumano” tecnocrático defendido por Gates y sus compinches de Silicon Valley.

Los científicos utilizan la tecnología CRISPR para editar genes en los cromosomas de un organismo para reprogramar el ADN para desactivar las reglas normales de herencia genética y “conducir” el rasgo introducido artificialmente a través de toda una población y difundirlo a todas las generaciones futuras. Su capacidad para alterar permanentemente el genoma de una especie entera hace que los impulsos genéticos sean el instrumento biológico del poder supremo.

La tecnología de edición de genes podría facilitar los planes de Gates para crear y patentar nuevas y mejoradas especies de plantas y animales, o para exterminar especies las cuales él desaprueba. Uno de sus objetivos es utilizar unidades genéticas para insertar “genes suicidas” que llevarían a erradicar especies enteras de mosquitos que propagan el zika o el paludismo, un objetivo del ‘Target Malaria Project’, en el que la Fundación Gates ha invertido $40 millones. El Dr. Anthony Fauci, un protegido de larga duración y socio de Gates y un entusiasta animador del impuso genético, dijo a StatNews, “Deshacerse de ellos sería una bendición.”

Los críticos argumentan que los impulsos genéticos representan un riesgo existencial de bioseguridad para la humanidad debido a su capacidad para cambiar o eliminar especies enteras y para alterar catastróficamente los ecosistemas. Son, también, el arma biológica definitiva; las mentes más satánicas en varias agencias militares y de inteligencia codician los impulsos genéticos para criar supersoldados o para acuñar “genes de apocalipsis”. Los críticos temen que las naciones puedan algún día usar “genes de genocidio” para erradicar ciertas razas o rasgos indeseables.

Los archivos ‘Gene Drive’ de HBS exponen el papel principal del ejército estadounidense en el desarrollo de la tecnología de impulso genético. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos (U.S. Defense Advanced Research Projects Agency , DARPA, por sus siglas en inglés) ha gastado aproximadamente 100 millones de dólares investigando impulsos genéticos. Los otros principales inversionistas de ‘Gene Drive’ son los Institutos Nacionales de Salud (‘National Institutes of Health’, NIH por sus siglas en inglés) del Dr. Fauci, y la Fundación Bill y Melinda Gates, que ha invertido $75 millones en la investigación de genes suicidas y anti-fertilidad.

En la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica de 2016 (COP 13) de Cancún, 179 organizaciones internacionales, entre ellas la Fundación Heinrich Böll, votaron a favor de que la ONU impusiera una moratoria mundial a los impulsos genéticos. Los opositores a esta tecnología también hicieroncircular una carta, “Un llamamiento a la conservación con conciencia: No hay lugar para los impulsos genéticos en la conservación”. Los ambientalistas se preocupan por las consecuencias no deseadas si los genes suicidas o de extinción saltan especies.

Los correos electrónicos de ‘Gene Drive’ revelan que, en reacción a la resolución de la COP 13, la Fundación Gates contrató a “Emerging Ag”,una sospechoso grupo de espionaje con sus propios enredos siniestros con las grandes empresas farmacéuticas, ‘Big Pharma’ y las grandes empresas de alimentación, ‘Big Ag’, para sabotear y cerrar la diversa y unificada coalición internacional opuesta a los impulsos genéticos.

La Fundación Gates dio a ‘Emerging Ag’ $1.6 millones para “reclutar a una coalición encubierta de académicos que manipulara el proceso de toma de decisiones de la ONU sobre los impulsos genéticos”. Los correos electrónicos revelan que la campaña de Gates fue parte del plan del multimillonario de “luchar contra los proponentes de la moratoria de los impulsos genéticos”. ‘Emerging Ag’ movilizó en secreto algunos 65 presuntamente “científicos independientes” en alquiler — a los que se llama “Biostitutes”, en jerga industrial — y funcionarios públicos para formar un grupo de expertos en línea, el Foro en línea del CDB de las Naciones Unidas sobre Biología Sintética. Un alto ejecutivo de la Fundación Gates proporcionaba a estos agentes corruptos instrucciones diarias sobre cómo sabotear las regulaciones, socavar la investigación científica, desacreditar a los defensores, corromper el proceso y subvertir la democracia.

En el desarrollo de su campaña, Gates financió simultáneamente un informe de 2016 de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos que respaldaba el impulso genético. La DARPA cofinanció el informe blanqueado junto con la Fundación Gates. Como The Guardian señaló después del lanzamiento del informe NAS:

“La misma agencia de investigación de defensa de Estados Unidos (DARPA) que pagó el estudio NAS ha hecho saber que van a darlo todo en la investigación del impulso genético y el desarrollo de organismos sintéticos ‘robustos’. Hay buenas razones para estar preocupados”.

Como observó Jim Thomas, del Grupo ETC: “El hecho de que el desarrollo del impulso genético esté siendo financiado y estructurado principalmente por el ejército estadounidense plantea preguntas alarmantes sobre todo este campo”.

En apoyo de su campaña coordinada con ‘Emerging Ag’, la Fundación Gates manipuló a tres miembros, que estaban bajo el control de Gates, del comité de expertos pertinente de las Naciones Unidas conocido como AHTEG (Ad Hoc Technical Expert Group) sobre Biología Sintética. Gates y ‘Emerging Ag’ tuvieron éxito y la ONU derribó la moratoria.

El papel de la Fundación Gates, expuesto por los archivos’ Gene Drives’, al subvertir la campaña del movimiento ambiental contra esta peligrosa tecnología confirma a Gates y su fundación como un cártel de canallas forajidos con desprecio por el proceso, por la democracia, por la ciencia, el derecho, la opinión pública, la salud pública y la seguridad de la humanidad.

Guerra química a la salud humana

Una creciente evidencia apunta a que el tipo de alimentos cultivados y procesados industrialmente que Gates favorece como los principales culpables de las epidemias de enfermedades crónicas que están devastando la salud humana y debilitando a los niños en todo el mundo.

Los organismos genéticamente modificados más populares del mundo funcionan de forma que facilitan la fumigación aérea de pesticidas. La técnica de Monsanto de insertar genes que hacen los cultivos agrícolas resistentes a los venenos que matan malas hierbas permite a las grandes empresas de agricultura, ‘Big Ag’, echar de sus trabajos a los trabajadores agrícolas terrestres, sustituyéndolos por aviones (o drones) que saturan paisajes (y alimentos) con toxinas aerosolizadas como el glifosato y los neonicotinoides.

Desde la proliferación de pesticidas químicos en la década de 1940, más de la mitad de las aves cantoras estadounidenses han desaparecido, la mayoría de las poblaciones mundiales de abejas e insectos se han derrumbado y las tasas de enfermedades crónicas en Estados Unidos han aumentado en un 54% a la par que el mayor uso de pesticidas.

Como señaló Vandana Shiva, “Gates ha declarado la guerra química no sólo sobre la naturaleza, sino sobre los sistemas metabólicos de nuestro cuerpo y la simbiosis en el microbioma intestinal con su obsesión por pesticidas y herbicidas, y su campaña para cambiar la humanidad a organismos modificados genéticamente, OMG”.

Alimentos sintéticos: el ‘soylent’ de Gates

“La dieta, las inyecciones y los requerimientos se combinarán, desde una edad muy temprana, para producir el tipo de carácter y el tipo de creencias que las autoridades consideren deseables, y cualquier crítica seria a los poderes establecidos será algo psicológicamente imposible”. — Bertrand Russell, propagandista de la CIA, defensor de un gobierno mundial, una dictadura y un control de arriba hacia abajo de las masas por parte de una clase privilegiada oligárquica (1952).

La agenda de poder, ganancias y control de Gates parece impulsar su compromiso de sintetizar los llamados alimentos de laboratorio “transhumanos” y sus enormes inversiones en la fabricación de alimentos procesados.

Gates llama a la carne sintética “el futuro de la comida.” Tiene inversiones en empresas que hacen pollo a base de plantas, huevos, y otros que producen alimentos a partir de insectos. Gates posee patentes o tiene patentes pendientes para más de 100 representantes de animales, desde pollo hasta pescado. Ha invertido mucho en ‘Motif FoodWorks’, una empresa que fabrica una variedad de alimentos e ingredientes de laboratorio sintetizados. Cofundó ‘Breakthrough Energy’ en 2015 con sus compañeros multimillonarios Jeff Bezos, Michael Bloomberg y Mark Zuckerberg, el llamado “Pandemic Profiteers Club” o Grupo que sacó provecho de la pandemia. (Los multimillonarios estadounidenses han aumentado su riqueza en 1,1 billones de dólares desde que comenzó el confinamiento, mientras que el número de estadounidenses empobrecidos creció en 8 millones.)

Esa colaboración tiene grandes participaciones en ‘Beyond Mea’t, de la que son copropiedad con ‘Tyson Foods’ y Cargill. ‘Beyond Meat’ fabrica tacos de pollo a base de plantas OMG y cargadas de pesticidas. Gates y su Billionaire Boys Club también tienen grandes puestos en ‘Impossible Foods’, que utiliza calor y presión para producir hamburguesas sintéticas y bratwurst de soja OMG. Los resultados del laboratorio muestranque la carne de imitación de la compañía contenía niveles de glifosato 11 veces más altos que su competidor más cercano. Seth Itzkan de Soil4Climate escribió:

“La compañía ‘Impossible Foods’ debería llamarse realmente ‘Patentes imposibles’. No es comida; es software, propiedad intelectual — 14 patentes, de hecho, en cada bocado de ‘Impossible Burger’. Es IFood, la próxima aplicación asesina. Sólo tienes que descargar tu sabor. Este es su más probable atractivo para Bill Gates, su inversor principal”.

Otra de las empresas de ‘Breakthrough’ es ‘Memphis Meats,’ que formula un tejido similar a la carne en un sustrato de sangre de ternera. Un alcista de Bloomberg ha hecho la predicción de que los ingresos por carne sintética alcanzarán los 3.500 millones de dólares en 2026.

En junio de 2020, los “Breakthrough Bros” invirtieron 3,5 millones de dólares en Biomilq, una empresa que produce leche materna sintética a partir de “glándulas mamarias humanas cultivadas y células epiteliales”. Gates no ha explicado si la leche contendrá los anticuerpos maternos —presentes en la leche materna auténtica— que funcionan para proteger a los lactantes de las enfermedades infecciosas, o si las próximas generaciones de niños de Biomilq tendrán que depender, en cambio, de baterías adicionales de las vacunas OMG de Gates.

Sin dejarse impresionar, Vandana Shiva observa que Bill Gates “quiere privarnos de proteínas y grasas buenas y saludables y engancharnos a su basura sintética cultivada en el laboratorio”.

Gates es el creador y mayor donante de la filial de las Naciones Unidas, GAVI, una agencia gubernamental falsa que creó para impulsar sus diabólicos brebajes químicos, médicos y alimentarios, y llevar a cabo malvados experimentos de vacunas en africanos e indios. Desde 2014, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, financiada por la Fundación Gates con la cantidad de casi $850 mil ha empujado agresivamente el uso de proteínas obtenidas de insectos, particularmente para los pobres. GAVI caracteriza a las avispas, escarabajos, grillos y otros insectos como fuentes de alimento “infrautilizadas”.

Siguiendo el ejemplo de Gates, GAVI es optimista con la propuesta de que los insectos pronto serán un importante suplemento alimenticio para los niños empobrecidos y desnutridos.

Tal vez en previsión de ese día feliz, la Fundación Gates ha invertido en una empresa sudafricana que produce proteínas comestibles a partir de gusanos cultivados. La fábrica de la compañía alberga mil millones de moscas y produce 22 toneladas de gusanos diarios que pastan en mataderos, residuos municipales y domésticos. Dado que los mercados siguen siendo inmaduros para los gusanos como alimento humano, Gates vende su comida de gusanos a las operaciones de carne de fábrica como las propiedad del socio de Gates, ‘Tyson Foods’, para alimentar a pollos enjaulados en batería, y a piscifactorías a gran escala, como las que son propiedad de Unilever, una multinacional de 58.000 millones de dólares,que es a la vez un socio comercial de Gates y un beneficiario de una subvención de su peculiar caridad pública.

Como de costumbre, Gates también ha movilizado a las agencias internacionales que controla y a las grandes corporaciones con las que se asocia para impulsar su agenda de alimentos falsos, incluyendo, en particular, el financiado por Gates Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF por sus siglas en inglés), que reúne a los multimillonarios del mundo en Davos cada año para planificar y trazar el futuro político y económico de la humanidad.

El presidente de WEF, Klaus Schwab, es el autor del influyente libro, “COVID-19: El gran reseteo”, que WEF aparentemente ha enviado por correo a la mayoría de los funcionarios electos del mundo, llegando hasta los ejecutivos provinciales.

Schwab defiende la idea de que las personas poderosas deben utilizar la crisis COVID para imponer controles autoritarios, vigilancia generalizada, nuevos modelos económicos opresivos y un único gobierno mundial en una humanidad acosada, aterrorizada y sumisa. El Gran Reseteo es el plan del WEF para reconstruir una nueva economía controlada sistemáticamente después de la pandemia COVID-19.

Schwab y el príncipe Carlos dieron a conocer “The Great Reset” en una cumbre del WEF en mayo de 2020. Es una visión para transferir el mundo a un estado de vigilancia totalitario y autoritario manipulado por los tecnócratas para manejar poblaciones traumatizadas, cambiar la riqueza hacia arriba y servir a los intereses de los oligarcas multimillonarios de élite. Para “resetear” las políticas alimentarias mundiales, el WEF ha promovido y se ha asociado con una organización llamada EAT Forum, que se describe a sí misma como el “Davos para la alimentación”.

El cofundador de EAT es Wellcome Trust, una organización fundada, financiada y estratégicamente vinculada al fabricante de vacunas GlaxoSmithKline, en la que Gates ha invertido mucho dinero. La mayor iniciativa de EAT se llama FReSH, que la organización describe como un esfuerzo para impulsar la transformación del sistema alimentario. Los socios del proyecto incluyen a Bayer, Cargill, Syngenta, Unilever y el gigante tecnológico Google.

El Foro EAT trabaja con estas empresas para “añadir valor a los negocios y a la industria” y “establecer la agenda política”. Para promover esta empresa lucrativa, EAT colabora con cerca de 40 gobiernos de ciudades en Europa, Africa, Asia, América del Norte, América del Sur y Australia. La organización también presta asistencia al Fondo de las Naciones Unidas parala Infancia (UNICEF), financiado por Gates, en la “creación de nuevas directrices dietéticas” y en las iniciativas de desarrollo sostenible.

Según Frederic Leroy, profesor de ciencia alimentaria y biotecnología de la Universidad de Bruselas, la red EAT está trabajando estrechamente con algunas de las mayores empresas de carne de imitación, incluyendo a ‘Impossible Foods’ y otras empresas biotecnológicas, para reemplazar los alimentos nutritivos saludables por los brebajes de laboratorio modificados genéticamente de Gates.

“Lo plantean como algo saludable y sostenible, cuando por supuesto no es ninguna de las dos cosas”, dijo Leroy a The Defender.

La Dra. Shiva también se burla de la propaganda perenne de Gates que afirma que sus carnes de organismos genéticamente modificados se hacen con idea de alimentar a los niños y descarrilar el cambio climático:

“La comida falsa procesada por laboratorio busca realmente patentar nuestra comida, no de alimentar a la gente o salvar el clima, como Gates y sus compañeros amigos biotecnológicos fingen. La dieta propuesta por EAT no se trata en absoluto de nutrición, se trata de grandes negocios y se trata de una adquisición corporativa del sistema alimentario”.

Leroy añadió:“Empresas como Unilever y Bayer y otras compañías farmacéuticas ya son procesadores químicos, por lo que muchas de estas empresas están muy bien posicionadas para beneficiarse de este nuevo negocio de alimentos que gira en torno al procesamiento de productos químicos y extractos necesarios para producir estos alimentos elaborados en laboratorio a escala global”.

Alimentos enriquecidos

Los alimentos sintéticos y OMG tienden a ser bajos en los micronutrientes vitales que apoyan la salud humana. El glifosato, por ejemplo, funciona como quelante. Mata las hierbas lixiviando los bloques de construcción mineral de la vida. Los cultivos agrícolas expuestos al glifosato tienen mucho menos valor nutricional que los alimentos naturales.

Las personas que comen los alimentos procesados, sintéticos y OMG de Gates pueden tener los estómagos llenos, a la vez que están clínicamente desnutridas. Gates se apresura a resolver este problema comprando tecnologías y asociándose con empresas como Roche y Kraft que enriquecen artificialmente los alimentos con minerales y vitaminas. Al mismo tiempo está promoviendo leyes en las naciones en desarrollo para exigir el enriquecimiento de los alimentos. Esas leyes benefician a las empresas de plaguicidas y de alimentos procesados en perjuicio de los agricultores tradicionales y orgánicos. Dado que las empresas estadounidenses, como Roche, Kraft, General Foods y Philip Morris ya fortifican su queso procesado y sus cereales, son los socios entusiastas de Gates en este timo.

Vi este ajetreo perpetrado por otro estafador de las grandes empresas de alimentación, ‘Big Food’, al principio de mi carrera. En 2003, representé a miles de pequeños agricultores polacos en la batalla por mantener las fábricas industriales de cerdo de Smithfield Foods fuera de Polonia. El viceprimer ministro de Polonia, Andrzej Lepper, me dijo que los funcionarios de Smithfield le ofrecieron un soborno de un millón de dólares para apoyar una ley que exigía a los mataderos instalar tecnología de higiene de alta tecnología, incluidos grifos de baño operados por láser. Smithfield sabía que la ley tendría el efecto de cerrar los 2.600 mataderos llevados por familias que tradicionalmente hacían la salchicha kielbasa de Polonia. Como era la única entidad que podía permitirse los láseres, Smithfield obtendría así el control monopolístico de la capacidad de los mataderos de Polonia y el 100% de sus lucrativas exportaciones de kielbasa.

Gates basó sus leyes de enriquecimiento de alimentos del libro de jugadas de Smithfield. Al exigir que se enriquezcan todos los alimentos, los productos Kraft como Cheez Whiz y American Singles, y su Kool-Aid y Tang enriquecidos con vitaminas, están posicionados para desplazar el queso de cabra y la leche de cabra producidos localmente en los mercados de las aldeas y poner a los pequeños agricultores africanos fuera del negocio.

Para promover su agenda obligatoria de alimentos enriquecidos, Gates creó otra de sus organizaciones cuasi-gubernamentales útiles, la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición (Global Alliance for Improved Nutrition, GAIN por sus siglas en inglés) para ayudar a las empresas multinacionales de alimentos (socios comerciales de Gates) en la presión para lograr aranceles favorables y tasas impositivas para alimentos procesados y enriquecidos, y una revisión regulatoria más rápida de los nuevos productos en los países específicos. El consorcio GAIN de Gates también da a los gobiernos locales dinero para estimular la demanda de alimentos enriquecidos a través de campañas de relaciones públicas a gran escala u ofreciendo “sellos de aprobación” gubernamentales para productos alimenticios corporativos.

Gates, GAVI y GAIN

Gates modeló su proyecto GAIN después de su programa mundial de vacunas multimillonaria (GAVI). Al hacerse pasar por una agencia de salud pública, GAVI ha movilizado con éxito a los organismos públicos y a la industria privada para volcar rentablemente vacunas no probadas, experimentales o desacreditadas, y a menudo vacunas mortales para inocularlas a los niños pobres de los países en desarrollo.

Siguiendo el modelo GAVI, Gates lanzó su programa GAIN de 70 millones de dólares en el Período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Infancia. Su colaboración incluye los organismos de las Naciones Unidas que Controla Gates, como el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF,y las grandes empresas de alimentos procesados como Philip Morris y Kraft, en las que tiene inversiones.

Según Vandana Shiva, el objetivo de GAIN es “coordinar campañas que presionen a los países africanos y asiáticos a conceder subsidios obscenos, exenciones fiscales y arancelarias y otras preferencias para los alimentos procesados”.

Algunos expertos están preocupados por la idea de que Bill Gates y las empresas multinacionales de alimentos se unan para colonizar los sistemas alimentarios en los países subdesarrollados, y que haya un venta callejera de alimentos procesados bajo la bandera de salud pública.

El Dr. Mark Hyman, autor de best-sellers del New York Times y Jefe de Estrategia e Innovación del Cleveland Clinic Center for Functional Medicine, me dijo:

” … a pesar de estar ocasionalmente enriquecidos con vitaminas y minerales, los alimentos procesados están cargados de azúcar, almidón, aceites procesados, colores artificiales, conservantes, pesticidas y sodio que contribuyen a la doble carga de obesidad y desnutrición, y a la epidemia de enfermedades crónicas. A nivel mundial, 11 millones mueren cada año por un exceso de alimentos ultraprocesados y la falta de alimentos integrales protectores, lo que convierte a los alimentos procesados en el primer asesino del mundo”.

El Dr. Hyman llama a esos alimentos “lo contrario” de la nutrición. Shiva está de acuerdo. “El programa GAIN”, dice Shiva, “se trata menos de resolver la desnutrición que de una forma de mano dura de obligar a las naciones pobres a abrir el acceso a sus mercados, a destruir a los productores locales”.

“Los alimentos enriquecidos son soluciones técnicas ilusorias para problemas socioeconómicos complejos. Las soluciones sociales y económicas funcionarían mejor a largo plazo”, argumenta la profesora Marion Nestle. Nestle es el venerado icono de la alimentación y la nutrición que ocupa la Cátedra Paulette Goddard de Nutrición y Estudios de Alimentos dela Universidad de Nueva York. Nestle, el autor de ‘Food Politics: How the Food Industry Influences Nutrition and Health’ (Política de la alimentación: cómo la industria de la alimentación influye la nutrición y la salud), me dijo:

“Con una excepción, la sal yodada, los alimentos enriquecidos cuestan demasiado, no alcanzan sus objetivos previstos o tienen un alcance demasiado limitado para hacer lo que se pretende hacer. Veo que estas leyes están para resolver un problema de las empresas que hacen estos productos, no para abordar las deficiencias de nutrientes y calorías. No soy fan de los alimentos enriquecidos. Quiero que se haga más disponible una amplia variedad de alimentos reales y menos costosos, y producidos localmente. Así que estaría de acuerdo con los críticos. Desearía que la Fundación Gates invirtiera en proyectos para promover la pequeña producción local de alimentos”.

Inteligencia artificial: librar al mundo de los agricultores

Gates dice que quiere revivir las economías agrícolas transformando la agricultura con una IA súper eficiente y de alta tecnología para crear las “granjas del futuro”. Según Gates:

“Antes teníamos que trabajar todos la tierra. Apenas conseguimos suficiente comida, cuando el clima era malo la gente se moriría de hambre. Ahora a través de mejores semillas, fertilizantes, muchas cosas, la mayoría de la gente no son granjeros. Y así la IA nos traerá una inmensa nueva productividad”.

Sobre todo, quiere que funcione rápido. La “aceleración computacional” de Gates acelerará la adopción de estas innovaciones beneficiosas para lograr sus ambiciosos planes para ofrecer avances científicos a los pequeños agricultores antes de que el cambio climático destruya sus rendimientos.

Pero Shiva advierte a los agricultores estadounidenses, que ya se ahogan en deudas, que desconfíen de las promesas de Gates de que va a echarles un cable:

“Cuando Bill Gates forzó sus diabólicas tecnologías de “rescate” a los agricultores indios, el único que se benefició fue Gates y sus socios multinacionales. Dio dinero al gobierno y a una empresa llamada ‘Digital Green’ e hizo promesas extravagantes para transformar digitalmente la agricultura india. Luego con la cooperación de sus funcionarios del gobierno comprados.

“Bill Gates puso cámaras y sensores electrónicos en los hogares y campos de los agricultores indios. Utilizó sus teléfonos celulares, que les dio de forma gratuita, y sus instalaciones de fibra óptica y 5G, que persuadió a la ‘Indian Telecom Company’ de que financiara— para catalogar, estudiar y robar los datos de cultivos de los agricultores, las prácticas indígenas y los conocimientos agrícolas de forma gratuita. Luego se lo vendió como nuevos datos. En lugar de transformar digitalmente las granjas como prometió, transformó a los agricultores indios en información digital. Privatizó sus semillas y recoletó el trabajo del sistema público. Arrancó sus activos de conocimiento y sus reliquias genéticas, e instaló semillas de OMG y otras prácticas ridículas”. Shiva añade: “Su agenda clara era expulsar a los pequeños agricultores de la tierra y eventualmente mecanizar y privatizar la producción de alimentos”.

Christian Westbrook, un investigador agrícola y el fundador del podcast en línea,“Ice Age Farmer” se consuela sabiendo que los agricultores estadounidenses conocen la historia de Gates en la India y en Africa: “Sabemos quién es Bill Gates, y sabemos el daño que hizo a los pequeños agricultores en México, Africa e India. Sabemos que sus recientes compras de tierras aquí son sólo el comienzo de la Revolución Verde 3.0. Quiere chupar la esencia democrática de los paisajes pastorales de Estados Unidos y nuestras familias campesinas, para robar nuestros medios de vida, nuestro conocimiento, nuestras semillas y nuestra tierra”.

Westbrook toma nota del hecho de que, al igual que todos los cinceladores, Gates siempre tiene prisa:

“Su estrategia es mantener a todos moviéndose tan rápido que no pueden ver la estafa. Siempre nos dice que el cambio climático no puede esperar, que necesitamos acelerar el acceso a estos productos y la adopción de sus tecnologías, que la investigación no está sucediendo lo suficientemente rápido”.

Westbrook me dijo que el discurso interminable de Gates de “acelerar el proceso” y sus extravagantes promesas de nuevas tecnologías milagrosas, de “inversión” y de asociaciones “público-privadas”, son parte de su estafa. “Sigue diciendo a todos que tenemos que ‘acelerar, acelerar, acelerar'”.

Muchos granjeros dicen que no les importa ser rescatados por Gates. Westbrook dice que cree que Gates tiene la intención de que su baronía de Estados Unidos se extienda para servir como buque insignia, lugares de exhibiciones de su séquito de tecnologías digitales para los agricultores estadounidenses. “Lo está haciendo por las mismas razones por las que llevó su tecnología a las granjas indias, para robar sus conocimientos y sacarlos de la tierra”.

Trent Loos,un ranchero y activista agrícola del medio oeste de la sexta generación, me dijo que los agricultores tienen una reacción de rodillas contra los multimillonarios que “juegan al Monopoly” con las tierras agrícolas estadounidenses:

“Hace que sea difícil para los jóvenes agricultores o incluso aquellos que han cultivado durante generaciones, competir con bolsillos tan profundos. Sin duda crea una barrera para ellos. Cuando las personas con este tipo de riqueza comienzan a comprar granjas, nos hace preguntarnos qué están tramando realmente. Nadie quiere alquilar tierras de Bill Gates, o trabajar como su arrendador.

Westbrook dice que cree que Gates está siguiendo una agenda más oscura. Al igual que Shiva, Westbrook cree que Gates y los otros barones ladrones están usando los pretextos del clima, la biodiversidad y la amenaza de pandemia zoonótica para sacar a los seres humanos del negocio de la agricultura y de las granjas. Y hay pruebas que lo apoyan. La Fundación Gates ha invertido significativamente en Alphabet, la empresa matriz de Google. Alphabet ha inventado robots de“olfateo de cultivos”,diseñados para reemplazar a agricultores y ganaderos, como parte de su proyecto“Mineral”. Suproyecto Moonshot está “desarrollando y probando una gama de prototipos de software y hardware basados en avances en inteligencia artificial, simulación, sensores, robótica y más”.

Un año después de la compra de ‘Whole Foods’, Jeff Bezos — Gates tiene una considerable inversión en Amazon — también invirtió fuertemente en granjas verticales controladas por robots que también minimizan la participación humana en la agricultura.

Westbrook dice: “Quiere sacar a la gente de las granjas, sacar a los animales y hacer que todos comamos sus carnes a base de plantas y proteínas de insectos”.

“Gates habla de la agricultura como una reliquia arcaica, pintoresca, sucia, peligrosa, ineficiente y bárbara del pasado que nos amenaza aumentando la el riesgo del cambio climático y los peligros de las pandemias globales al poner a los humanos en arriesgado contacto con microbios”, dice Howard Vlieger, un agricultor de Iowa que ha trabajado como consultor de cultivos y ganado en los Estados Unidos y Canadá desde 1992.

Vlieger es un experto en los impactos de pesticidas y OMG en productos alimenticios y suelos. “El objetivo de Gates es alejar al mundo de una agricultura animal sostenible y humana que celebra nuestro contacto con el suelo y encuentra buena salud en nuestras interacciones respetuosas con la naturaleza, y lo lleva hacia vacas artificiales y un paradigma químico sombrío que son todas características de la distopía de arriba hacia abajo. Su visión consiste en alimentos contaminados y desagradables y la separación del hombre de la naturaleza”.

“Gates parece no tener ningún concepto de la alegría que la gente común —gente como nuestra familia— siente con la agricultura”, me dijo Nicolette Niman. Niman es una ranchera y agricultora de California, y autora de los libros “Righteous Porkchop” y “Defending Beef”. Su esposo Bill es el fundador de Niman Ranch, una cooperativa de cientos de pequeños cuidadores sostenibles de ganado y cerdo estadounidense que comercializan carne de cerdo y carne de vacuno orgánica de alta calidad a partir de granjas sostenibles que las alimentan con pasto.

La agricultura regenerativa y la ganadería enriquecen inconmensurablemente la vida humana. Es un trabajo desafiante, basado en nuestro contacto íntimo con la tierra. En su mejor momento, una buena agricultura es una búsqueda para entender y seguir los modelos de la naturaleza”, dijo Niman. Niman dice que Gates parece tener poco interés en la sabiduría de la naturaleza:

“No parece entender que nuestro compromiso con la tierra, y el gozo que obtenemos de nuestro contacto con la tierra, nuestra compleja relación con nuestros animales, incluso con todas las adversidades y dificultades, son las fuentes de nuestra libertad y nuestro orgullo, y la felicidad de ser amos de nuestros destinos”.

“Necesitamos construir un mundo que respete la autodeterminación individual, el trato humano de los animales y la buena administración de nuestros suelos. Tenemos que entender que una relación sana con la naturaleza no sólo es vital para nuestra salud y clima, es la fuente de dignidad, libertad y enriquecimiento en nuestra era post-industrial”.

Utilizando tecnologías de amplio alcance, todos estos activistas de varios continentes expresaron su malestar con la tendencia de Gates a mirar a la población, en lugar de a las personas, y a ver la gestión de la población como un problema que necesita urgentemente sus soluciones tecnológicas.

“Gates ve el bosque, no los árboles”, observa Vlieger. “E incluso cuando mira el bosque, sólo parece ver tablones de madera, cómo puede aprovechar los paisajes para obtener dinero en efectivo y convertir a la gente en un producto básico”. Vlieger continúa:

“El hábito de Gates de ver cada dificultad humana a través de la lente de alguna solución tecnológica de la que puede beneficiarse está algo más allá de lo miope. Es patología, sociopatología, en realidad. Gates es un sociópata peligrosamente poderoso con 137.000 millones de dólares y una visión de una tecnocracia de arriba hacia abajo. ¿Le preocupa eso a alguien?”

Westbrook dice que Gates, Cargill y Tyson son un poderoso cártel que tiene la misión de poner fin a la agricultura animal y expulsar a los seres humanos de las granjas. “Es ‘agricultura de reemplazo'”, dice Westbrook. “Incluso usan esa palabra, ‘agricultura alternativa'”.

La visión de Westbrook del futuro distópico del totalitarismo tecnocrático imaginado por Bill Gates suena como una teoría de conspiración infundada si uno ignora todas las pruebas que lo apoyan. Predice que muy pronto, en meses, no en años, veremos escasez de alimentos que estarán diseñados y habrá presiones para vaciar y “mejorar” los paisajes rurales ociosos y reemplazar los trabajos agrícolas por robots e inteligencia artificial.

Westbrook predice que habrá esfuerzos del gobierno para empujar a las poblaciones hacia las megaciudades y las ciudades inteligentes donde las empresas están cerradas, los empleos son escasos y la mayoría de nosotros dependeremos de la renta básica universal pagada en monedas digitales, revocable, por supuesto, en casos de incumplimiento y desobediencia. Westbrook predice un escenario “donde el ganado humano depende completamente del gobierno para recibir dinero y comida, y toda la gente está en un solo lugar, en las ciudades inteligentes, y son fácilmente monitoreados por los tecnócratas del Gran Reseteo de Gates”. Westbrook continuó:

“Están cerrando la producción de alimentos y, más ampliamente, están cerrando toda la actividad económica, toda la actividad humana, acorralándonos en sus ciudades inteligentes. Es bastante espantoso. Y ahora que tenemos estas pandemias, tuvimos que implementar la ley marcial médica, y como todo es una crisis de salud, también vamos a tener que hacerse cargo de todas sus producciones de alimentos y sus necesidades nutricionales. Se han casado con estas dos cosas.

El tiempo nos dirá si la pesadilla de Westbrook es simplemente una teoría de la conspiración paranoica; espero que sí.

Cumbre de Sistemas Alimentarios

En 2009, Bill Gates, un multimillonario no electo sin oficina gubernamental ni cartera diplomática, inició su empresa mundial de vacunas con un discurso ante las Naciones Unidas. Anunció la donación de 10.000 millones de dólares y declaró el lanzamiento de su “Decenio de las Vacunas. Su plan se desarrolló como un reloj. Las contribuciones de Gates le aseguraron un control blindado sobre la OMS. Como ha informado Foreign Affairs, “Pocas iniciativas políticas o estándares normativos establecidas por la Organización Mundial de la Salud se anuncian antes de que hayan sido investigadas de manera casual y extraoficial por el personal de la Fundación Gates”.

Gates creó y financió poderosos organismos falsamente gubernamentales como PATH, GAVI, CEPI y Brighton Collaboration, para impulsar las vacunas en los países en desarrollo, consolidar su control sobre la salud pública y preparar las bases para el golpe de estado de la vacuna mundial que había previsto para 2020.

En enero de 2019, la OMS declaró debidamente —sin citar ninguna prueba específica— que la “vacilación ante las vacunas” era una de las principales amenazas para la salud mundial. El Cartel Médico de Gates siguió esa declaración con campañas orquestadas en todos los estados de Estados Unidos y en países de todo el mundo por políticos financiados por las empresas farmacéuticas para introducir leyes que exigieran las vacunas y pusieran fin a las exenciones.

Dos meses más tarde, el poderoso presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Justicia, Adam Schiff —otro de los beneficiarios financieros de Gates— exigió a las empresas de medios sociales y medios de comunicación que comenzaran a censurar la “desinformación de las vacunas”, un eufemismo para cualquier afirmación que se aparte de las declaraciones oficiales de las empresas farmacéuticas y del gobierno. Gates tiene participaciones gigantescas en Google, Apple, Amazon y Facebook. Todas esas empresas comenzaron a censurar con entusiasmo las críticas a las vacunas.

Un año más tarde, el brote COVID-19 brindó una conveniente oportunidad para que Gates y su cártel de vacunas consolidaran su control de la humanidad. Un artículo de mayo de 2020 de Derrick Broze en ‘The Last American Vagabond’ observó que, “al rastrear las inversiones de la Fundación y las relaciones de Gates podemos ver que casi todas las personas involucradas en la lucha contra COVID-19 están vinculadas a Gates o a su Fundación en dos grados o menos”. Su relación le dio a Bill Gates y a su Fundación una influencia indiscutible sobre la respuesta a la pandemia.

Gates declaró repetidamente, en apariciones que realizó en prácticamente todas las redes y programas de cable y en todas las plataformas de medios de comunicación, que toda la actividad económica debe cesar hasta que los 7.000 millones de seres humanos fueran vacunados y poseyeran pasaportes de inmunización. Su diez años de la Década de vacunas que comenzó con su aparición en la ONU se había desarrollado sin problemas. Bajo el liderazgo del antiguo protegido y leal de Gates, Fauci, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos organizó inmunidad de responsabilidad para las vacunas COVID y comprometió $48 mil millones en dinero de los contribuyentes para comprar y distribuir un séquito de nuevas vacunas experimentales, muchas de ellas propiedad de Gates.

El control de Gates del proceso ha sido completo. Su ejecución de su predicción de la vacuna fue elegante e impecable. Y ahora los suplentes de Gates están utilizando el mismo libro de jugadas para impulsar su agenda totalitaria de alimentos.

Durante la sesión plenaria del 46 de octubre del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, anunció la convocatoria de una Cumbre de las Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios en 2021. Guterres reconoció que la Cumbre había sido solicitada conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Foro Económico Mundial (WEF). Bill Gates y su fundación financian generosamente y controlan las cuatro organizaciones.

La Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios anunció efectivamente una agenda paralela a la puesta en marcha por el WEF cuando acogió su Conferencia del Gran Reseteo en junio de 2020. En su investigación sobre la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas, ‘AGRA Watch’ (el grupo de defensa de base que sigue a Gates y la fallida Revolución Verde en Africa) encontró que de las 12 personas involucradas en la Cumbre, 11 tienen fuertes conexiones con la Fundación Gates.

Según Heather Day of ‘AGRA Watch’, en algunos casos, estas organizaciones fueron financiadas directamente por la Fundación Gates y otros programas específicos financiados por Gates que tenían papeles principales: “Así que no es que simplemente tenga un poco de influencia; casi todos y cada uno de los participantes trabaja para Bill Gates. Estos son los autores de la cumbre de los sistemas alimentarios de la ONU”. La Cumbre de Sistemas Alimentarios es un proyecto 100% Gates.

Se pone peor: La coordinadora de “Decenio de la Seguridad Alimentaria” de Gates es la Dra. Agnes Kalibata. Kalibata es presidenta del programa AGRA de Gates/Rockefeller que orquestó la famosa Revolución Verde fallida de Gates en Africa. Kalibata es la líder perfecta para traer AGRA al mundo. La Cumbre, ella predice, reunirá a todas las principales partes interesadas en una asociación público-privada “para hacer que lossistemas alimentarios sean inclusivos, el clima adaptado y resiliente, y apoyarla paz sostenible”.

Kalibata recordó a los participantes de la Cumbre de Sistemas Alimentarios la urgencia. Ella les dijo que sólo les quedaban 10 años para acelerar la transformación de nuestros sistemas alimentarios para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de clima, nutrición y respuesta pandémica.

La Cumbre de sistemas alimentarios de las Naciones Unidas presentará el plan “Decenio de los Alimentos” de Gates para la agenda alimentaria mundial que se completará en 2030. Sólo podemos rezar para que el próximo nuevo plan de salud de Gates para la humanidad no implique el mismo nivel de violencia traumática a nuestros derechos civiles, a nuestra economía global, a las tradiciones de nuestra civilización, al idealismo de las democracias y a nuestra autodeterminación, que acompañó su “Decenio de las Vacunas” de 2020.

Heather Day es pesimista: “El plan de Gates será una hoja de ruta de cómo reemplazar todo lo que es bueno de la agricultura por los propios sistemas de los tecnócratas para la agricultura sin empleo, los alimentos químicos y las proteínas de los insectos”, predice Day.

Conclusión

La Fundación Gates no es filantropía convencional. Proporciona un apoyo minúsculo, si lo hay, a causas populares como ‘Wounded Warrior Foundation’ (Fundación Guerrero Herido), ASPCA, grupos de derechos ambientales o de derecho al voto o de derechos civiles.

Es una filantropía convertida en un arma que Gates lanzó en 1994 para resucitar su reputación después de que el caso antimonopolio de Microsoft lo expusiera como un mentiroso, tramposo, ladrón, manipulador con la intención de un criminal control monopolístico de los conductos de información global.

Desde entonces Gates ha invertido $36 mil millones en la Fundación Gates, que tiene un valor de $46.900 millones sobre los cuales él y su esposa ejercen el control total. La fundación ha regalado sólo 23.600 millones de dólares en subvenciones benéficas, y estos “regalos” incluyen miles de millones en donaciones deducibles de impuestos a empresas en las que Gates ha invertido, como Merck, GlaxoSmithKline, Novartis, Sanofi.

La brillante mente de Gates ideó este esquema para formar una fundación que alberga sus ingresos, y le permite aprovechar los dólares de los contribuyentes invirtiendo las ganancias de la fundación en proyectos que multiplican su riqueza y expanden su poder y prestigio público, evitando impuestos.

Usando esta estructura, puede dar donaciones deducibles de impuestos a empresas que en parte posee y cosechar beneficios personales y de fundación evitando impuestos, y permitiéndole ocultar su dinero de innumerables maneras. ¡Es ganar-ganar! Gates ha desplegado su fundación como la encarnación de sus instintos básicos de monopolio y control, un vehículo para el filantrocapitalismo despiadado que secuestra el acceso público y desdibuja las líneas entre los intereses corporativos y públicos, encubre las agendas de ganancias privadas con una elevada retórica de espíritu público y se da a sí mismo el control monopolístico sobre la salud pública, los sistemas de soporte vital de nuestro planeta, nuestra economía y nuestra gente.

Gates ha hecho de su fundación una herramienta para consolidando los esfuerzos de sus compañeros multimillonarios, capturar a los reguladores y sus socios comerciales de Big Pharma, Dirty Energy, GMO food, Telecom y Big Data, y los periodistas comprados y con muerte cerebral que se benefician colectivamente de las miserias multiplicadoras del mundo distópico que han organizado para el resto de nosotros. Gates y sus compinches, aduladores y súbditos despiertan el miedo a las pandemias, el cambio climático, la extinción masiva, y ofrecen su visión de las nuevas tecnologías como la salvación, que sólo él posee el genio para desplegar.

A pesar de que consolida el control sobre nuestros sistemas de salud y alimentos, Gates está promoviendo monedas digitalizadas, llamando a estos sistemas una “prioridad humanitaria mundial.” (La adjuración final de Kissinger es, “Quién controla el dinero puede controlar el mundo”), y en la financiación infraestructuras terrestres y espaciales y 5G, centros de análisis del tamaño de una ciudad,y chips biométricos para extraer y cosechar nuestros datos y biodatos y como mecanismos de vigilancia, ganancias y control.

Gates está planeando una flota de satélites que podrá inspeccionar cada centímetro cuadrado del planeta las 24 horas del día. Sin duda, esos sistemas serán útiles si las poblaciones se inquietan con estructuras políticas y económicas que despojen a los ciudadanos del poder, que desplacen la riqueza cada vez más y condenen a la mayor parte de la humanidad a una supervivencia sin sentido y desesperada.

La Dra. Vandana Shiva, defensora de la democracia y la libertad agrícola, dice que el filantrocapitalismo de Gates es una “fuerza destructiva con el potencial de empujar el futuro de nuestro planeta hacia la extinción y el colapso ecológico”. Shiva acusa a Gates de usar el capitalismo filantrópico para acelerar la toma corporativa de nuestras semillas, agricultura, alimentación, conocimiento y sistemas de salud globales. “Financia la manipulación de la información y promueve la erosión de la democracia, todo en pos del poder y los beneficios personales”.

Shiva dice que la Fundación Gates ha impulsado una“alianza profana” entre el gran capital, las instituciones científicas y tecnológicas y los gobiernos para establecer un imperio global sobre la vida, a través de monocultivos, patentes y monopolios diseñados para destruir el mundo natural de la diversidad, la auto-organización y la libertad.

“Has visto la maldad que pueden hacer con las vacunas en nombre de la salud pública”, me dijo Shiva. “Bueno, ahora él controla la tierra. Controla la semilla. Controla la comida. Tiene el poder supremo de hacernos morir de hambre a todos”.