Abigail, “Abby”, Stratton, de Carolina del Sur, solía disfrutar de su estilo de vida activo y saludable. Corría en pista y a campo traviesa, participaba con las animadoras y competía en gimnasia.

Todo cambió en noviembre de 2017, cuando el médico de Abby le recomendó la vacuna Gardasil.

Abby consintió en recibir la vacuna porque el fabricante de Gardasil, Merck, presentó engañosamente a Gardasil como una opción segura y eficaz para prevenir el cáncer de cuello de útero.

Semanas después de la inyección de Gardasil, Abby se dio cuenta de que algo iba mal. Las reacciones adversas menores, como la rosácea, pronto dieron paso a fuertes migrañas que la mantuvieron en el hospital durante varios días cada vez.

Una vez, mientras intentaba correr en una cinta de su gimnasio local, se mareó tanto que fue a trompicones hasta el baño y se tumbó en el suelo para no desmayarse. Ni siquiera podía subir las escaleras de su apartamento sin sentirse débil.

Los médicos de Abby hicieron poco para ayudarle a solucionar el empeoramiento de sus síntomas. Menospreciaron sus problemas de salud como algo relacionado con la ansiedad o como resultado de la deshidratación.

Un médico le dijo que estaba “siendo ridícula” en relación a sus síntomas.

El deterioro de la salud de Abby afectó a sus estudios en el “College of Charleston”. Consultó con la escuela para que se adaptase mejor a sus discapacidades proporcionándole servicios adicionales. La facultad accedió a conceder la solicitud si su médico confirmaba los diagnósticos de Abby y si estaba de acuerdo en que ella podía beneficiarse de los servicios.

Pero cuando Abby se dirigió al médico que le diagnosticó el síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS), éste se negó a firmar nada que indicara que sus problemas médicos obstaculizaban sus estudios. Acusó a Abby de usar su salud como excusa para sus bajas calificaciones.

“Una de las cosas más duras de la vida después de Gardasil es que la gente no me crea cuando les digo que estoy sufriendo”, dijo Abby. “El dolor ya es bastante difícil de sobrellevar. Cuando además tienes que sufrir la indignidad de que no te crean al hablar de ese dolor, es mucho peor”.

Baum Hedlund y yo presentamos una demanda contra Merck alegando que Gardasil provocó que Abby desarrollara POTS así como disautonomía, entre otros problemas.

Los enfermos de POTS suelen experimentar (entre otras cosas)

  • Fatiga severa
  • Mareos
  • Desmayos
  • Vértigo
  • Palpitaciones del corazón
  • Dolores en el pecho
  • Dolores de cabeza crónicos y migrañas
  • Sudoración excesiva
  • Temblor
  • Problemas de visión debido a la pérdida de flujo sanguíneo al cerebro
  • Incapacidad para hacer ejercicio
  • Empeoramiento prolongado de los síntomas generales después de aumentar la actividad

Esta es la décima demanda sobre el Gardasil que presentamos contra Merck alegando que la peligrosa y defectuosa vacuna contra el VPH de la compañía causa POTS y otras lesiones graves que cambian la vida.

Además del caso de Abby, hemos presentado casos en nombre de Savannah Flores de Nevada, Korrine Herlth de Connecticut, Kayla Carrillo de California, Michael Colbath de California, Sahara Walker de Wisconsin, Zach Otto de Colorado, Julia Balasco de Rhode Island y otros dos.

Aunque cada caso ofrece una historia única, todos comparten un hilo conductor: Gardasil destruyó la vida de la que gozaban nuestros clientes.