La familia británica de un ingeniero de 27 años que murió por una hemorragia cerebral catastrófica tras recibir la vacuna COVID-19 de AstraZeneca está estudiando la posibilidad de emprender acciones legales, a la espera de una próxima revisión preliminar del caso de su hijo.

Jack Last, que fue vacunado el 30 de marzo de 2021, murió tres semanas después de recibir la inyección de AstraZeneca.

Una tomografía computarizada realizada el 10 de abril de 2021 reveló que Last había desarrollado una trombosis del seno venoso cerebral (TSVC), que se produce cuando se forma un coágulo de sangre en los senos venosos del cerebro e impide que la sangre drene fuera de él.

El TSVC provoca que las células sanguíneas se rompan y filtren sangre a los tejidos cerebrales, formando una hemorragia.

Last murió en el Hospital Addenbrooke de Cambridge (Reino Unido) el 20 de abril de 2021, 11 días después de haber solicitado tratamiento médico por fuertes dolores de cabeza.

Su familia contrató a un abogado tras plantear su preocupación por las circunstancias que condujeron a la muerte de Jack,informó el “East Anglian Daily Times”.

En una declaración a los medios de comunicación, Michael Portman-Hann, abogado del equipo de negligencia clínica de FBC Manby Bowdler, dijo:

“La preocupación por el riesgo de coágulos sanguíneos en menores de 30 años a los que se les administró la vacuna de Astra Zeneca ya se estaba aireando en los círculos sanitarios, y justo una semana después de que Jack se vacunara, se retiró su uso en este grupo de edad. …

“Debido a la preocupación de la familia por el tratamiento de Jack tras la vacuna, les estamos apoyando para encontrar algunas respuestas”.

Según su familia, Last era un ávido esquiador que también disfrutaba caminando, haciendo senderismo y acampando. Tenía licencia de piloto privado en el Reino Unido y Estados Unidos.

El 11 de agosto se celebrará una revisión previa a la investigación, tras la cual se programará una investigación completa.

Una investigación es un proceso formal llevado a cabo por un juez de instrucción para determinar cómo murió una persona. El propósito de una investigación se limita a establecer la identidad del individuo fallecido, así como dónde, cuándo y cómo murió.

AstraZeneca, otra de las vacunas COVID conocidas por causar coágulos de sangre

El 7 de abril de 2021, los organismos reguladores europeos anunciaron que habían encontrado una “posible relación” entre la vacuna COVID de AstraZeneca y coágulos de sangre “muy poco frecuentes“, pero concluyeron que los beneficios de la vacuna siguen siendo mayores que los riesgos.

La Agencia Europea del Medicamento (“European Medicines Agency”, EMA por sus siglas en inglés) no recomendó entonces restringir el uso de la vacuna en función de la edad, el sexo u otros factores de riesgo, pero recomendó que la coagulación de la sangre tras la vacunación se incluyera como un posible efecto secundario, según un comunicado emitido por el comité de seguridad de la agencia.

Las recomendaciones de la EMA se produjeron tras la revisión por parte de la agencia de 62 casos de TSVC y 24 casos de trombosis de la vena esplácnica notificados en la base de datos de seguridad de medicamentos de la Unión Europea (EudraVigilance) hasta el 22 de marzo de 2021. Dieciocho de los casos habían resultado mortales en el momento de la revisión.

El regulador de vacunas del Reino Unido, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (“Medicines and Healthcare products Regulatory Agency”, MHRA por sus siglas en inglés), emitió un comunicado de prensa el mismo día en el que confirmaba que la relación entre la vacuna de AstraZeneca y los coágulos sanguíneos es fuerte, pero dijo que se necesitaba más investigación.

La EMA y la MHRA no recomendaron inicialmente ninguna restricción de edad para la vacuna, aunque la MHRA advirtió de una “incidencia ligeramente mayor en los grupos de edad de los adultos más jóvenes”.

Los reguladores de la MHRA aconsejaron que la “evolución de las pruebas debe tenerse en cuenta al considerar el uso de la vacuna”.

El Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (“Joint Committee on Vaccination and Immunisation”, JCVI por sus siglas en inglés) del Reino Unido reconoció en un comunicado, también el 7 de abril de 2021, que se ha informado de un “acontecimiento adverso extremadamente poco frecuente de trombosis (coágulos de sangre) y trombocitopenia (bajo recuento de plaquetas) concurrentes tras la vacunación con la primera dosis de AstraZeneca”.

El JCVI dijo que los datos disponibles sugieren que “puede haber una tendencia al aumento de la incidencia de este evento adverso con la disminución de la edad, con una incidencia ligeramente mayor notificada en los grupos de edad de los adultos más jóvenes.”

Estas preocupaciones llevaron a Jonathan Van-Tam, entonces jefe médico adjunto de Inglaterra, a recomendar que se ofreciera a los menores de 30 años en el Reino Unido una alternativa a la vacuna de AstraZeneca, siempre que hubiera una disponible y no causara un retraso sustancial.

El 7 de mayo de 2021, el JCVI actualizó sus orientaciones desaconsejando la vacuna de AstraZeneca para personas menores de 40 años.

La vacuna de AstraZeneca no está autorizada para su uso en los Estados Unidos. Sin embargo, es similar a la de Johnson & Johnson (J&J) pues ambas vacunas contra la COVID-19 utilizan una tecnología de vectores de adenovirus.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) en mayo puso límites estrictos al uso de la vacuna de J&J, citando el riesgo de un problema de coagulación de la sangre que la agencia describió como “poco frecuente y potencialmente mortal”.

Sin embargo, la FDA no ha limitado el uso de las vacunas de ARNm de Pfizer o Moderna a pesar de los informes sobre trastornos de coagulación de la sangre asociados a ambas marcas.

Los últimos datos disponibles del Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas, o VAERS, muestran informes de trastornos de coagulación de la sangre con Pfizer, Moderna y J&J.

La historia de Last no es única

Como informó “The Defender” el 23 de mayo, otro hombre de 26 años, Jack Hurn, murió el año pasado a causa de unos coágulos sanguíneos “catastróficos” en el cerebro 13 días después de recibir la vacuna de AstraZeneca.

A los investigadores durante una investigación que duró una semana se les comunicó que un médico de cabecera le dijo a Hurn que el riesgo de sufrir un coágulo de sangre en el cerebro para su grupo de edad era de uno entre 250.000 cuando, según el Servicio Nacional de Salud (“National Health Service”, NHS por sus siglas en inglés) del Reino Unido, se estimaba que era de uno entre 50.000.

Hurn y su novia, Alex, preguntaron al personal de la clínica de vacunas “Revival Fires” de Dudley sobre la posibilidad de que se les inyectara la vacuna COVID-19 de Pfizer en lugar de la de AstraZeneca, ya que eran conscientes de la preocupación que suscitaba el uso de AstraZeneca en personas jóvenes.

El personal del centro tranquilizó a Alex y Jack diciéndoles que la vacuna era segura, y al no haber dosis de Pfizer disponibles ese día, el personal de vacunación les animó a seguir adelante con lo que se les ofrecía”, dijo Portman-Hann, que también representó a la familia de Hurn.

Hurn se sintió mal ocho días después del pinchazo y murió en el hospital Queen Elizabeth de Birmingham el 11 de junio de 2021, a pesar de haber sido operado de urgencia de la hemorragia cerebral.

Las orientaciones del NHS en ese momento establecían que a los pacientes menores de 40 años se les debía ofrecer una alternativa a la vacuna de AstraZeneca, aunque podían decidir “con conocimiento de causa” ponérsela.

La forense del área de Birmingham, Emma Brown, dijo en una grabación del veredicto que se acordó “que a Jack se le dijo que el riesgo era de uno entre 250.000”, y “no puede haber duda de que lo asumió”.

Brown dijo que la gente podía tomar una decisión informada para inyectarse la vacuna de AstraZeneca, pero determinó que a Hurn “no se le dio toda la información para tomar una decisión informada.”

“En particular, se subestimó el riesgo de complicaciones para su grupo de edad”, añadió.

Antes de la investigación, Portman-Hann dijo que la familia esperaba que la investigación ayudara a responder algunas de las preguntas que tenían sobre la muerte de Hurn.

“The Defender” informó a principios de este año sobre la muerte de dos residentes del Reino Unido que también desarrollaron coágulos de sangre después de la vacuna de AstraZeneca, y sobre los informes de trastornos de coagulación de la sangre entre los residentes australianos, alemanes y brasileños después de las inyecciones.