El Dr. Robert Malone, que ayudó a desarrollar la tecnología de ARNm utilizada en las vacunas COVID-19, solicita a “The Washington Post” 50,35 millones de dólares en concepto de indemnización y daños punitivos por supuesta difamación.

Malone, que critica abiertamente las vacunas COVID-19 y las contramedidas, presentó el 19 de agosto una demanda contra el periódico, propiedad de Jeff Bezos, en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Oeste de Virginia.

Las demandas por difamación de Malone surgen de un artículo publicado el 24 de enero por “The Washington Post”: “Las desacreditadas afirmaciones de un científico especializado en vacunas han reforzado un movimiento de desinformación”.

El artículo, publicado un día después de la manifestación “Defeat the Mandates” en Washington, D.C., se basa en el discurso de Malone en el evento.

Malone exige un juicio con jurado.

En una entrevista exclusiva con “The Defender”, Malone habló de la demanda, de las afirmaciones hechas sobre él por los medios de comunicación y también de los esfuerzos del ‘establishment’ por reprimir las llamadas “teorías de la conspiración” y la “desinformación”.

Malone también habló de las novedades en torno al anuncio del lunes del Dr. Anthony Fauci de que se retirará de sus cargos en el gobierno en diciembre.

El periódico “sacó de contexto” los comentarios del discurso de Malone en “Defeat the Mandates”

La demanda de Malone lo describe como “un científico/médico reconocido internacionalmente y el inventor original de la vacunación con ARNm como tecnología, de la vacunación con ADN y de múltiples tecnologías de entrega de plataformas de ADN y ARN/ARN no virales”.

Según la denuncia, es “el principal contribuyente a la ciencia [mRNA] explotada por Pfizer y otras corporaciones farmacéuticas para crear las supuestas “vacunas” para el nuevo coronavirus.”

La demanda alega que “WaPo acusó falsamente al Dr. Malone de fraude, desinformación, deshonestidad, engaño, mentir al público estadounidense, falta de integridad, inmoralidad e irregularidades éticas”.

“La esencia del artículo es que el Dr. Malone no es apto para ser médico y científico [y] expuso al Dr. Malone al ridículo, al desprecio y al desdén públicos, y perjudicó gravemente al Dr. Malone en su puesto de trabajo”, afirma la demanda.

Malone dijo a “The Defender” que, aunque varios medios de comunicación convencionales han hecho declaraciones difamatorias contra él, las publicadas por “The Washington Post” fueron especialmente ofensivas, lo que dio lugar a la demanda.

“Lo que hemos hecho junto con mi abogado es revisar e identificar las declaraciones difamatorias más destacadas y ofensivas en los principales medios de prensa”, dijo Malone, enumerando las historias publicadas por “The New York Times”, The Atlantic, Rolling Stone y The Scientist, además de “The Washington Post”.

Malone envió cartas a las publicaciones conminándoles a cesar en la práctica ilegal (“cease and desist letter”), que, según él, “eran representativas” de las afirmaciones difamatorias hechas contra él en los medios de comunicación convencionales.

Según Malone, los cinco medios de comunicación “negaron que tuviera ningún fundamento nuestra solicitud de difamación y de cese en la práctica infractora, negaron “cualquier reclamación o responsabilidad” por ninguna de las cosas que publicaran sobre él y se negaron a tomar ninguna medida, como retractarse de los artículos en cuestión o publicar correcciones”.

Sin embargo, la historia publicada por “The Washington Post” fue el ejemplo más extremo de difamación, dijo Malone.

Malone dijo a “The Defender”:

“En el caso de “The Washington Post”, habían hecho estas declaraciones respecto a lo que yo había dicho en las escaleras del Lincoln Memorial y luego también la habitual afirmación de ‘divulgador de información errónea’.

“Utilizaron directamente términos como “mentir” [y] declaraciones sobre información errónea. Eso hizo que ese caso en particular fuera el más claro y el más convincente. Y por eso decidimos optar por ese como caso inicial”.

Malone añadió:

“Nunca han utilizado el término ‘desinformación’. Siempre es ‘información errónea’. Rara vez, si es que alguna vez, identifican lo que constituye esa ‘información errónea’… simplemente lo lanzan como una caracterización”.

Según Malone, “The Washington Post” sacó sus comentarios “fuera de contexto” y luego los “refutó” con información que los CDC habían publicado recientemente en su página MMWR [Morbidity and Mortality Weekly Report], que no está revisada por expertos”.

El periódico tergiversó sus comentarios de que “las vacunas no están funcionando”, dijo:

“Lo que dije clara e inequívocamente es que las vacunas no están funcionando con Omicron. No están evitando la infección, la replicación y la propagación de este virus. No dije nada sobre la muerte y la enfermedad, porque sabía que eso era todavía polémico.

“Lo que hizo “The Washington Post” fue llamarme mentiroso, porque los CDC habían publicado hace poco… que las vacunas seguían siendo eficaces para reducir la muerte y la enfermedad por el virus”.

Según Malone, “hay muchos vídeos del discurso, así que todo esto se puede reproducir en los tribunales. El discurso fue escrito muy conscientemente, sabiendo que era probable que fuera atacado por los ‘verificadores de datos’ y otros”, dijo.

La demanda afirma que el 7 de junio, Malone entregó a “The Washington Post” una “notificación por escrito en la que informaba a WaPo de que las declaraciones del artículo eran falsas y difamatorias y exigía que se retractaran y/o las corrigieran y las retiraran de Internet”, a lo que el periódico se negó.

En cambio, según la demanda, “The Washington Post” “optó por aumentar los daños del Dr. Malone al volver a publicar el artículo”, una acción que Malone, en su entrevista con “The Defender”, caracterizó como “echar aún más leña al fuego”.

La demanda cita textualmente varios casos específicos de supuesta difamación en el artículo de “The Washington Post”, entre ellos:

  • Las afirmaciones de Malone han sido “desacreditadas” y sus opiniones constituyen “información errónea”.
  • “Robert Malone se plantó en las escaleras del Lincoln Memorial ante miles de manifestantes antivacunas y antimandatos [y] repitió las falsedades que le han hecho ganar legiones de seguidores”.
  • “‘En lo que respecta a las vacunas genéticas COVID, la investigación científica es un asunto zanjado’, dijo [Malone] en un discurso de 15 minutos… ‘No están funcionando’. La información errónea se produjo dos días después de que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades publicaran sus primeros estudios.”
  • Las “afirmaciones y sugerencias de Malone han sido desacreditadas… no sólo por ser erróneas, sino también por ser peligrosas”.
  • “Hay un enorme mercado para la información errónea… La forma en que se le enmarca en el mundo de la teoría de la conspiración es que es un valiente denunciante en lugar de alguien que está difundiendo información errónea, y esto sólo está mejorando su perfil”.
  • “Aunque Malone es un científico brillante que tiene una enorme experiencia y conocimiento sobre las vacunas, hay razones para preocuparse por cómo su nuevo estrellato podría ser un riesgo para la salud pública”.
  • “Hay un riesgo al que nos enfrentamos todos cuando no representa la información con precisión”.
  • “En [la Experiencia de Joe Rogan], promovió una teoría infundada llamada ‘psicosis de formación de masas’, diciéndole a Rogan que un ‘tercio de la población básicamente está siendo hipnotizado’ para creer lo que los medios de comunicación convencionales y Anthony S. Fauci informan sobre la vacuna”.
  • “Malone ha convertido en un arma la mala investigación”.
  • “Con su mayor protagonismo en las últimas semanas, algunos le piden que dé un paso atrás y reflexione sobre el daño que está causando su información errónea”.

Sobre la base de estas declaraciones, la demanda argumenta que “las cualidades que el WaPo desprecia -la honestidad, la veracidad, la integridad, la competencia, el buen juicio, la moral y la ética del Dr. Malone como médico y científico licenciado- son peculiarmente valiosas para el Dr. Malone y son absolutamente necesarias en la práctica y la profesión de cualquier médico y científico”.

La demanda alega que “The Washington Post” “atribuye al Dr. Malone conductas, características y condiciones, incluyendo el fraude, la desinformación, el engaño y la deshonestidad, que afectarían negativamente a su aptitud para ser un profesional de la medicina y para llevar a cabo la actividad de un médico”.

Al hacerlo, dice la demanda, “el WaPo era muy consciente de los conocimientos y la experiencia del Dr. Malone … ignoró intencionadamente las credenciales y la estatura del Dr. Malone, y optó por impugnar su posición en las comunidades médica y científica”.

Malone dijo que las intenciones de “The Washington Post” le resultaron evidentes desde la primera vez que se pusieron en contacto con él, antes de publicar el artículo. Refiriéndose a Timothy Bella, autor del artículo, Malone dijo a “The Defender”:

“[Había] algo sobre la forma en que este tipo lo estaba enfocando y el hecho de que era “The Washington Post”.  Sabía que no iba a ser en absoluto una historia amistosa.

“Así dije ‘no’. Tuve mucho cuidado de no decir ‘no’ de ninguna manera que le predispusiera negativamente. Pero simplemente dije que no iba a ser posible”.

Malone se refirió a una experiencia anterior en la que un periodista de “The Atlantic” se puso en contacto con él antes de que publicaran un artículo sobre él, una experiencia que le demostró cómo los periodistas de medios de comunicación de ese tipo a menudo intentan engañar a personas como él cuando se ponen en contacto con ellos para una entrevista.

Según Malone:

“Lo que hacen es, te dicen: ‘Sólo quiero ser su amigo y publicar su historia’. Puede que digan algo en el sentido de que reconocen que he sido difamado en historias anteriores, y entonces se ganan su confianza.

“Es realmente un juego de confianza. Usamos el término ‘con artists’ (estafadores)… y muchos de estos periodistas, en mi opinión, que buscan ganarse la confianza de uno de esta manera realmente son artistas del engaño. Así es como juegan”.

Según Malone, Bella se puso en contacto con un colega suyo, que Malone infiere que es el mismo individuo “que había hecho un comentario negativo en el artículo de “The Atlantic” de forma anónima”.

La demanda se refiere a esto, declarando:

“El WaPo se basó ciegamente en ello y volvió a publicar declaraciones de “fuentes” que el WaPo sabía que no eran fiables, incluyendo fuentes que se sabía que eran tremendamente parciales y que tenían intereses personales en contra del Dr. Malone y que tenían la intención de arruinar su reputación.”

La demanda también describe cómo el presidente del periódico, Stephen Hills, “entró en la calumnia” al tuitear, en referencia a Malone, que “las afirmaciones desacreditadas de un científico especializado en vacunas han reforzado un movimiento de información errónea”.

La demanda alega:

“Los lectores del artículo y los seguidores del WaPo en Twitter comprendieron inmediatamente que las afirmaciones [del artículo] querían transmitir la esencia difamatoria pretendida y respaldada, y quería decir: que el Dr. Malone es un profesional médico de mala reputación, que debería perder su licencia, que es deshonesto y peligroso, que difunde mentiras e información errónea, y que se dedica al fraude y a la información errónea”.

Tales afirmaciones, “incluyendo las acusaciones directas y contundentes [en el artículo] de ‘fraude’ y desinformación médica”, se consideran “palabras hostiles“, que son procesables bajo la ley de Virginia, argumenta la demanda.

El alcance del daño potencial a la reputación de Malone también se estima en la demanda, en la que se afirma que “además de publicar el artículo en la prensa y en su sitio web, WaPo y sus agentes publicaron el artículo de forma llamativa a un tercer público objetivo: 19.703.612+ seguidores de Twitter”.

Además, en la demanda se afirma que “el artículo fue republicado millones de veces en Virginia [el estado donde se presentó la demanda], incluso por WaPo y sus empleados y seguidores, por Politico y sus empleados y por muchos otros, sobre todo miembros del Partido Demócrata”.

El WaPo coordinó una narrativa falsa con el gobierno de Biden, alega la demanda

Las alegaciones de motivación política por parte de “The Washington Post” ocupan un lugar destacado en la demanda, que alega:

“El WaPo fabricó la línea de la historia y coordinó la falsa narrativa con la Administración Biden y sus funcionarios y operativos con el propósito específico de atacar al Dr. Malone.

“El WaPo no buscó la verdad ni pretendió informar sobre ella. Más bien, WaPo traicionó la verdad en aras de su sesgo institucional y su deseo de apoyar las operaciones y maquinaciones políticas de la Administración Biden.”

En su entrevista, Malone destacó la importancia de este aspecto concreto de la demanda. Explicó:

“Si se permite que esta [demanda] siga adelante… lo que probablemente veremos salir del descubrimiento es una mayor precisión sobre la interacción entre “The Washington Post” y, por extensión, una serie de otros medios de comunicación corporativos que están muy alineados con la administración actual y [sus] intereses políticos.

“Si uno puede establecer que estos medios de comunicación corporativos estaban operando según las indicaciones y, en algunos casos, la capitalización por el gobierno federal, entonces cumplimos los criterios para decir que esas organizaciones actúan como sustitutos del gobierno federal y… de la represión de la libertad de expresión en nombre del gobierno”.

Esto tendría implicaciones constitucionales, según Malone:

“El gobierno federal… no puede eludir la libertad de expresión, las restricciones de la Primera Enmienda, empleando sustitutos como la prensa corporativa o las grandes empresas tecnológicas, “Big Tech”.

“Lo que observamos es la notable alineación a lo largo del tiempo entre las posiciones adoptadas particularmente por la administración Biden, pero también remontándose a la administración Trump.

“Así que trasciende la izquierda y la derecha. No es una cuestión de izquierda contra derecha. Es una cuestión de estado administrativo”.

También es parte de un patrón más amplio, según la demanda, que se refiere a “la gran cantidad y naturaleza de los artículos de ataque publicados por WaPo desde 2020.”

Según la denuncia, “el WaPo y sus seguidores albergan una hostilidad institucional, odio, parcialidad extrema, rencor y mala voluntad hacia el Dr. Malone y otros profesionales de la medicina… que expresan la verdad incómoda sobre el COVID-19 y las llamadas ‘vacunas'”.

Reforzando sus afirmaciones, “The Washington Post” volvió a publicar aspectos de la historia en varias ocasiones, según la demanda, incluso el 30 de julio, en un artículo que “repetía falsamente que el Dr. Malone ‘difundía información desacreditada sobre las vacunas contra el coronavirus'”.

Según Malone, dicha reedición -especialmente una vez que se ha entregado una carta de cese en la práctica infractora (“cease-and-desist letter”) al periódico- “constituye una prueba clara de alevosía”.

La demanda argumenta que también viola la norma de republicación, confirmada por el precedente legal de Virginia en Weaver contra “Beneficial Finance” (1957) y Moore contra “Allied Chemical” (1979).

Demanda: WaPo “actuó con auténtica alevosía y desprecio temerario por la verdad”

La demanda de Malone solicita 50 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios y 350.000 dólares en concepto de daños punitivos, la recuperación de las costas judiciales y los intereses de demora del 6% anual a partir del 24 de enero, fecha de publicación del artículo.

Al solicitar estos daños y perjuicios, la demanda alega que “The Washington Post” “publicó las declaraciones con conocimiento real o constructivo de que eran falsas o con indiferencia temeraria sobre si eran falsas”, y añade que el periódico “actuó con auténtica alevosía e indiferencia temeraria por la verdad”.

En la demanda se alega además que Malone sufrió “daños a la reputación (pasados y futuros), injurias, dolor y sufrimiento mental (pasados y futuros)”, además de “daños especiales, incluyendo la pérdida de ingresos, daños a su carrera profesional y deterioro de la capacidad de ingresos futuros”.

El daño a la carrera incluye “la pérdida de negocios e ingresos, la pérdida de apariciones públicas debido al riesgo percibido a la reputación … y el impacto sobre las perspectivas de progreso [de Malone] en su carrera profesional”.

Malone dijo a “The Defender” que el artículo de “The Washington Post” “es citado a menudo por los médicos cuando sus pacientes les presentan datos sobre los riesgos de la vacuna [COVID], y comentarios en los que los pacientes piden a sus médicos que simplemente escuchen lo que el Dr. Malone ha estado diciendo”.

“Lo que reciben de vuelta”, según Malone, son afirmaciones de que “el Dr. Malone difunde información errónea, según ‘The Washington Post’.”

Como resultado, Malone dijo, “el artículo del Washington Post tuvo éxito … en su intención, que era deslegitimar [me]al menos para aquellos que están envueltos en este tipo de mundo de pensamiento grupal … para no tener que dar cuenta de la información que he estado compartiendo durante el último año y medio”.

La demanda también citaba publicaciones difamatorias realizadas por usuarios de Twitter en respuesta al artículo de “The Washington Post”, en las que se afirmaba, entre otras cosas, que “Malone es una diva desinformativa anti-vaxx” y se pedía que los profesionales de la medicina como Malone “empezaran a perder sus licencias”.

Según la demanda, “leídas en su conjunto, las declaraciones representan un atentado ofensivo contra el carácter, la experiencia, el prestigio en la comunidad médica y la verdad del Dr. Malone”.

La demanda argumenta que “la misión del Dr. Malone es garantizar la seguridad de las vacunas [y] su objetivo es salvar vidas”, y que “descubrió atajos, problemas con las bases de datos, ofuscación y, francamente, mentiras en el desarrollo de” las vacunas COVID-19.

Malone dijo que si prevalece, la sociedad se beneficiará más que él personalmente:

“¿Voy a conseguir que mi reputación se corrija al prevalecer en una demanda contra “The Washington Post”? Sería algo menor. Creo que el término adecuado es “victoria pírrica”.

“Pero en términos de las implicaciones más amplias para nuestro gobierno y el experimento estadounidense, establecer que no es aceptable que el gobierno emplee a sus agencias de inteligencia o sustitutos en los medios de comunicación para reprimir información… sería un enorme paso adelante para el derecho a la libertad de expresión de los individuos y súper importante a medida que avanzamos en este nuevo entorno mediático donde las cosas no están centralizadas… y donde las voces alternativas se van a convertir en uno de los flujos de información más importantes.”

Los medios de comunicación corporativos están “alarmados” por la pérdida de control sobre los mensajes

En su entrevista, Malone comentó los recientes esfuerzos de las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial (FEM ), y también de las plataformas de medios sociales, para restringir y vigilar aún más las “teorías de la conspiración” y la supuesta “información errónea”, prediciendo que las voces alternativas se encontrarán en una posición más fuerte de prominencia “en el próximo par de años”.

Le dijo a “The Defender”:

“Estamos entrando en una época en la que hay una gran necesidad de que se rindan cuentas.

“Creo que el gran mensaje que subyace aquí, de cara a los próximos dos años, va a ser la lenta erosión del poder de los medios de comunicación corporativos y centralizados y la aparición de un panorama mediático mucho más balcanizado en el que los usuarios seleccionan los flujos de información a los que desean suscribirse.

“Será cada vez más difícil controlar la narrativa de la forma en que se ha hecho en el pasado debido a esta balcanización”.

Según Malone, las principales instituciones y medios de comunicación están cada vez más alarmados por ello:

“Creo que lo que no estamos viendo [por parte de los principales medios de comunicación e instituciones] es una reacción a la pérdida de control de los mensajes.

“El daño al FEM es el daño a [Presidente francés] Emmanuel Macron, el daño a [Primer ministro canadiense] Justin Trudeau y la primera ministra de Nueva Zelanda y el liderazgo en Australia. Así que hay que controlar todo eso y recuperar el control de la historia.

“Se está viendo un esfuerzo más global para recuperar el control de la mensajería y la línea argumental por parte de estos líderes globales que han sido parcialmente dañados”.

Malone destacó el papel de los grandes fondos de inversión como Vanguard, BlackRock y State Street, que debido a sus participaciones significativas en múltiples empresas de muchos sectores -desde los medios de comunicación hasta los bancos o los productos farmacéuticos- conducen a una situación en la que “todas funcionan como una sola empresa” debido a su “propiedad común”.

Citando un ejemplo de ese intento de control de la narrativa, Malone argumentó que los algoritmos de búsqueda de Google han alterado recientemente los resultados de las búsquedas que contenían el término “psicosis de formación masiva”, que se expresó en su entrevista con Rogan.

Malone dijo que la propia entrevista de Rogan es ahora “muy difícil de encontrar, aunque probablemente tenga más de 100 millones de visitas… no se puede encontrar en Google”.

Describió tales acciones como “un esfuerzo concertado para negar la validez” de la hipótesis de la “psicosis de formación masiva”, y de él mismo y de otros estudiosos que la han promovido, entre ellos el investigador Mattias Desmet.

Malone citó los recientes ataques contra la profesora de política sanitaria, Dra. Leana Wen, una analista de la CNN que, irónicamente, es también una frecuente colaboradora de “The Washington Post”.

Wen, que anteriormente apoyaba las estrictas contramedidas contra el COVID-19 y los mandatos de vacunación, ha sido criticada por sus colegas por apoyar ahora un enfoque más moderado.

¿Fauci dimite antes para evitar la “caza de brujas”?

Malone también se refirió al anuncio del lunes de Fauci de que dejará su cargo en diciembre, y no al final del gobierno de Biden, como había afirmado anteriormente.

Malone sugirió que con la alta probabilidad de que la Cámara de Representantes, en particular, pueda pasar al control de los republicanos tras las elecciones de mitad de período, hay una gran posibilidad de que haya “importantes investigaciones en la Cámara en enero”.

Según Malone, “la explicación común es que Fauci ha dejado el trabajo ahora para evitar ser llamado a declarar por el nuevo Congreso en enero”.

Pero Malone rechazó estas afirmaciones. “Le van a llamar pase lo que pase”, dijo.

En cambio, al anunciar su marcha en diciembre, Fauci pretende conseguir dos beneficios, según Malone. Un posible beneficio es que su salida ayude a los demócratas, porque “las encuestas [probablemente] muestran que Tony Fauci es un problema importante para el Partido Demócrata de cara a las elecciones intermedias”.

El otro beneficio potencial, dijo Malone, es que “le dará la oportunidad de seleccionar a su sucesor y conseguir que ese sucesor sea confirmado antes de que la nueva Cámara y el Senado sean convocados.”

Según Malone, una salida en ese momento podría permitir a Fauci evitar por completo prestar testimonio ante el Congreso.

“Sospecho que se sube”, dijo Malone, “el camino es la Organización Mundial de la Salud, un puesto de alto nivel en la Fundación Bill y Melinda Gates, o el CEPI [the Coalition for Epidemic Preparedness Innovations].” “Estas son las vías” seguidas por antiguos funcionarios de salud pública de Estados Unidos y otros países, dijo.

Lo que esto significaría, dijo Malone a “The Defender”, es que Fauci “bien podría resistirse a las citaciones del Congreso de los Estados Unidos para su testimonio con el argumento de que está haciendo un trabajo muy importante en el escenario mundial ahora y que no tiene tiempo para perder en la “caza de brujas” de los republicanos, o algún tipo de mensaje como ese”.