¿Por dónde empezar con el absurdo análisis de riesgo-beneficio de la “vacuna” COVID-19 de ARNm de Pfizer en niños de 5 a 11 años?

Empecemos por mis credenciales. He cursado un año de estadística en una de las mejores universidades de artes liberales de Estados Unidos (Swarthmore). Tengo un año de estadísticas de posgrado en el programa de máster calificado como el número 1 para el análisis de medidas políticas (UC Berkeley). Y tengo un doctorado en economía política por una de las mejores universidades del mundo (Universidad de Sydney).

Mi investigación se centra en la corrupción en la industria farmacéutica, por lo que llevo leyendo estudios científicos relacionados con las vacunas casi a diario durante cinco años. Al principio de mi carrera, trabajé profesionalmente desmontando análisis de costes y beneficios de mala calidad elaborados por empresas que intentaban obtener exenciones fiscales, contratos y otras concesiones del gobierno local.

Basta con decir que he pensado mucho sobre el tema del análisis de riesgos y beneficios y que estoy más capacitado que la mayoría para leer uno de estos documentos.

El análisis de riesgo-beneficio de la FDA en relación con la solicitud de Autorización de Uso de Emergencia (“Emergency Use Authorization”, EUA por sus siglas en inglés) de Pfizerpara inyectar a niños de 5 a 11 años su vacuna COVID-19 es uno de los documentos más chapuceros que he visto en mi vida.

Vamos a tomarlo desde el principio:

1. Las tasas de COVID-19 en niños de 5 a 11 años son tan bajas que hubo CERO casos de COVID-19 grave y CERO casos de muerte por COVID tanto en el grupo de tratamiento (n= 1.518) como en el de control (n= 750). Así que cualquier afirmación que veas en la prensa sobre que la vacuna de Pfizer tiene una “eficacia del 90%” en los niños carece de sentido porque se refiere a casos leves de los que los niños suelen recuperarse rápidamente (y luego tienen inmunidad robusta de amplio espectro).

Así que literalmente no hay ninguna emergencia en esta población para la que se pueda solicitar la EUA. La solicitud de Pfizer debería haberse considerado inaceptable desde el principio si la FDA atendiera realmente a los datos científicos y a sus propias reglas. Volveremos a tratar este tema más adelante.

2. El ensayo clínico de Pfizer en niños incluyó intencionadamente un número insuficiente de niños con la idea de ocultar los daños. Este es un truco bien conocido de la industria farmacéutica. La FDA incluso les llamó la atención a principios de este verano y pidió a Pfizer que ampliara el ensayo y Pfizer se limitó a ignorarlos porque puede hacerlo. (Pfizer lo amañó importando datos de un estudio diferente, pero este otro estudio sólo controló los resultados adversos durante 17 días, por lo que, en todo caso, los nuevos datos contaminaron los resultados en lugar de aclararlos).

En pocas palabras, si la tasa de resultados adversos particulares en los niños como resultado de esta inyección es de 1 en 5.000 y el ensayo sólo inscribe a 1.518 en el grupo de tratamiento, entonces es poco probable que se detecte este daño particular en el ensayo clínico. Así que ¡Voilà! es “Segura & Efectiva” (marca registrada).

3. Pfizer sólo inscribió a “participantes de 5 a 11 años de edad sin evidencia de infección previa por SARS-CoV-2”. ¿La inyección de ARNm de Pfizer anula la inmunidad natural y deja a uno en peor situación de la que estaría si no hiciera nada, tal como muestran estos datos del gobierno británico?

Pfizer no tiene ni idea de esto porque los niños con infección previa por SARS-CoV-2 fueron excluidos de este ensayo. Esto fue decidido previamente. Los contaminadores tóxicos han aprendido a no hacer las preguntas para las que no quieren obtener respuesta, y así no acabarán encontrándose con su propia pistola humeante en un futuro juicio.

Según un análisis de Alex Berenson:

“Lo que dicen los británicos es que ahora están descubriendo que la vacuna interfiere con la capacidad innata que tiene cuerpo después de una infección para producir anticuerpos no sólo contra la proteína de espiga o pico, sino contra otras partes del virus.

“En concreto, las personas vacunadas no parecen producir anticuerpos contra la proteína de la nucleocápside, que es la cubierta del virus, a pesar de que ésta es una parte crucial de la respuesta inmune entre las personas no vacunadas.

“Esto significa que las personas vacunadas serán mucho más vulnerables a las mutaciones de la proteína de espiga o pico INCLUSO DESPUÉS DE HABERSE INFECTADO Y HABERSE RECUPERADO UNA VEZ (o más de una, probablemente).

“También significa que es probable que el virus seleccione mutaciones que vayan exactamente en esa dirección, porque esencialmente éstas le proporcionarán una enorme población vulnerable a la que infectar”. Y probablemente es una prueba más de que las vacunas pueden interferir en el desarrollo de una inmunidad robusta a largo plazo después de la infección”.

4. ¿PERDIÓ Pfizer el contacto con el 4,9% de los participantes en sus ensayos clínicos? El documento de riesgo-beneficio de la FDA dice: “Entre los participantes de la cohorte 1, el 95,1% tuvo un seguimiento de seguridad ≥2 meses después de la dosis 2 en el momento del corte de datos del 6 de septiembre de 2021”. Entonces, ¿qué pasó con ese 4,9% que no tuvo un seguimiento de seguridad 2 meses después de la dosis 2?

¿Estaban en el grupo de tratamiento o de control? No tenemos ni idea porque Pfizer no lo dice. Dado el reducido tamaño del ensayo, el hecho de no haber realizado el seguimiento del 4,9% de los participantes puede sesgar los resultados.

5. El periodo de seguimiento fue intencionadamente demasiado corto. Este es otro conocido truco de la industria farmacéutica diseñado para ocultar los daños. La cohorte 1 parece haber sido seguida durante dos meses, mientras que la cohorte 2 sólo fue monitoreada para eventos adversos durante 17 días.

Muchos daños de las vacunas, como el cáncer y los trastornos autoinmunes, tardan mucho más en aparecer. Como dice el viejo refrán, “puedes hacerlo rápido o puedes hacerlo bien hecho, pero no puedes hacer ambas cosas”. Pfizer eligió hacerlo rápido.

6. El modelo de riesgo-beneficio creado por la FDA sólo contempla un daño conocido de la inyección de ARNm de Pfizer: la miocarditis. Pero sabemos que los daños en el mundo real de la inyección de ARNm de Pfizer van mucho más allá de la miocarditis e incluyen anafilaxia, parálisis de Bell, infarto de miocardio, trombocitopenia/baja de plaquetas, discapacidad permanente, herpes zóster y Síndrome de Guillain-Barré, por nombrar unos pocos.

El cáncer, la diabetes, las alteraciones endocrinas y los trastornos autoinmunes pueden aparecer más tarde. Pero a la FDA no le importa nada de eso porque tienen una vacuna que vender, así que simplemente ignoran todos esos factores en su modelo.

7. Pfizer elimina intencionadamente el grupo de control en cuanto puede, vacunando a todos los niños que recibieron inicialmente el placebo. Afirman que lo hacen por “razones éticas”. Pero todo el mundo sabe que el verdadero objetivo de Pfizer es eliminar cualquier grupo de comparación para que no pueda haber estudios de seguridad a largo plazo.

Eliminar el grupo de control es un acto criminal y, sin embargo, Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson y AstraZeneca lo hacen como práctica habitual con el beneplácito de la FDA y de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.

8. Teniendo en cuenta todo lo anterior, ¿cómo es posible que la FDA afirme que esta inyección tiene algún beneficio? Probablemente debería usted sentarse para escuchar esta parte, porque es una maravilla. Esta es la frase clave:

“La eficacia de la vacuna se dedujo por medio de títulos de anticuerpos neutralizantes del 50% contra el SARS-CoV-2 (NT50, ensayo de microneutralización del SARS-CoV-2 mNG)”.

Espera, ¿qué? Se lo explicaré. Hubo CERO casos de COVID-19 grave en el ensayo clínico de niños de 5 a 11 años. Así que Pfizer y la FDA se limitaron a ignorar todos los resultados reales para la salud (tenían que hacerlo, no hay ninguna emergencia, por lo que la solicitud es discutible).

EN VEZ DE ESO, Pfizer pasó a analizar los anticuerpos en la sangre. En general, los anticuerpos son un mal indicador de la inmunidad. Y los anticuerpos en la sangre de estos niños de 5 a 11 años no nos dicen nada porque, de nuevo, hubo cero casos de COVID-19 grave en este estudio (ninguno en el grupo de tratamiento, ninguno en el grupo de control).

Así que ¡Pfizer tuvo que ser creativo!

Lo que se les ocurrió es el “inmuno-puente”. Pfizer observó el nivel de anticuerpos en el análisis de sangre de otro estudio, que incluía a personas de entre 16 y 25 años, calculó el nivel de anticuerpos que parece ser protector en esa población, luego calculó cuántos niños de entre 5 y 11 años tenían niveles similares de anticuerpos en su sangre, y luego llegó a una cifra de cuántos casos, hospitalizaciones, ingresos en la UCI y muertes se evitarían con esta vacuna en la población de entre 5 y 11 años en el futuro, basándose en los niveles de anticuerpos y los resultados de salud de la población de entre 16 y 25 años.

Si le duele la cabeza por esa lógica torturada, eso sería lo normal, porque semejante argucia no tiene precedentes en un análisis de riesgos y beneficios.

Por lo tanto, cuando la FDA utiliza esta lógica torturada al principio de su documento informativo, todos los cálculos que se deriven de esto serán totalmente erróneos. No sólo es erróneo, sino que es absurdo y criminalmente erróneo.

Todo se reduce a la tabla 14 de la página 34 del documento de riesgos y beneficios de la FDA. Y ahí las señales de alarma llegan con velocidad e intensidad.

9. El modelo de la FDA sólo evalúa los beneficios de la protección de la vacuna en un periodo de seis meses tras la aplicación de dos dosis. Además, asume una eficacia constante de la vacuna durante ese periodo de tiempo. Esto es problemático por varios motivos.

En primer lugar, reducir los casos leves en los niños no es un resultado clínico deseado. Como señala el Dr. Geert Vanden Bossche, la vacunación masiva convierte a los niños en transmisores de más variantes infecciosas. Dijo:

“En ningún caso se debe vacunar a personas jóvenes y sanas, ya que sólo se erosionará su inmunidad innata protectora frente a los Coronavirus (CoV) y otros virus respiratorios.

“Su inmunidad innata les protege normalmente/de forma natural en gran medida y proporciona una especie de inmunidad de rebaño en el sentido de que diluye la presión infecciosa del CoV a nivel de la población, mientras que la vacunación masiva les convierte en excretores de variantes más infecciosas.

“Los niños/jóvenes que contraen la enfermedad desarrollan en su mayoría la enfermedad de forma leve a moderada y, como resultado, siguen contribuyendo a la inmunidad de rebaño desarrollando una inmunidad amplia y duradera.

“Si uno se vacuna y contrae la enfermedad, puede desarrollar también una inmunidad de por vida, pero ¿por qué correr el riesgo de vacunarse, especialmente cuando uno es joven y está sano?

En primer lugar, existe el riesgo de posibles efectos secundarios; de forma secundaria, existe el riesgo cada vez mayor de que sus anticuerpos vacunales dejen de ser funcionales mientras siguen uniéndose al virus, aumentando así la probabilidad de ADE o incluso de enfermedad grave …”

En segundo lugar, sabemos que la eficacia de la vacuna en el mes posterior a la primera dosis es negativa porque suprime el sistema inmunológico y comienza a disminuir después de cuatro meses, por lo que todas las estimaciones de la FDA sobre la eficacia de la vacuna están infladas.

En tercer lugar, es probable que los daños de la miocarditis por estas inyecciones se desarrollen a lo largo de los años. Robert Malone, el inventor de la tecnología del ARNm, señala que la FDA está admitiendo que los niños serán inyectados dos veces al año para siempre (de ahí el plazo de seis meses en el modelo de riesgo-beneficio de la FDA).

Pero los riesgos de “eventos adversos como la cardiomiopatía serán acumulativos”. Por lo tanto, cualquier modelo que sólo contemple un plazo de seis meses está ocultando la verdadera tasa de eventos adversos.

10. La FDA/Pfizer se permiten jugar a los dados con sus estimaciones de miocarditis. En primer lugar, calculan el “exceso” (léase: causado por la vacuna) de miocarditis utilizando datos de la “base de datos de reclamaciones sanitarias de Optum” privada, en lugar del sistema público de notificación de acontecimientos adversos relacionados con las vacunas (VAERS)(véase la página 32).

Así que es imposible para el público verificar sus afirmaciones. Luego, a la hora de estimar cuántos niños con miocarditis inducida por vacunas serán hospitalizados e ingresados en la UCI, utilizan el “Vaccine Safety Datalink” (véase la página 33). ¿Por qué cambiar de base de datos para esas estimaciones? Por último, no se explica cómo han calculado el “exceso” de muertes por miocarditis, así que se limitan a poner 0. Señal de alarma, señal de alarma, señal de alarma.

La FDA estima que habrá 106 casos adicionales de miocarditis por cada millón de niños de 5 a 11 años a los que se les aplique una doble inyección. Hay 28.384.878 niños de 5 a 11 años en Estados Unidos. El gobierno de Biden quiere inyectar las vacunas de ARNm de Pfizer a todos ellos y ya ha comprado suficientes dosis para hacerlo (aunque sólo 1/3 de los padres quieren inyectar a sus hijos con esta vacuna).

Así que (si el gobierno de Biden se sale con la suya) 106 casos en exceso de miocarditis por cada millón x 28,38 millones de personas serían 3.009 casos en exceso de miocarditis después de la vacunación si se aprueba la vacuna de Pfizer.

Y en el transcurso de varios años, muchos de esos niños morirán. El Dr. Anthony Hinton (“Cirujano consultor con 30 años de experiencia en el NHS”) señala que la miocarditis tiene una tasa de mortalidad del 20% a los dos años y del 50% a los cinco años.

Así que la FDA lo está planteando exactamente al revés: quieren prevenir la COVID leve en los niños, lo que va a reducir la inmunidad de rebaño, y simplemente mienten de plano sobre los daños de miocarditis.

Me he tomado la libertad de corregir la tabla 14 de la FDA con datos reales y ampliados a 5 años. Y entonces queda así:

Cuadro 14 corregido

Un estudio realizado por “Harvard Pilgrim Healthcare” para el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. estimó que el VAERS sólo captura el 1% de las lesiones reales causadas por las vacunas. Steve Kirsch ha realizado un elaborado modelo que sitúa el factor de infradeclaración de las muertes por la vacuna COVID-19 en 41 (así que multiplique las cifras anteriores por 41). Y la miocarditis es sólo uno de los múltiples daños posibles de las vacunas COVID-19. La Dra. Jessica Rose calculó recientemente un factor de infranotificación de 31 para todos los efectos adversos graves tras la vacunación.

La vacuna de Pfizer no logra ninguna evaluación honesta de los riesgos y beneficios en relación con su uso en niños de 5 a 11 años. El análisis de riesgo-beneficio de la vacuna de ARNm de Pfizer en niños de 5 a 11 años es deficiente. Utilizó una lógica torturada (que sería rechazada por cualquier revista académica seria) para llegar a un resultado predeterminado que no se basa en las evidencias científicas.

El documento informativo de la FDA es una obra de ficción y debe ser retirado inmediatamente. Si la FDA continúa con esta grotesca farsa, causará un daño irreparable a los niños y los dirigentes de la FDA serán procesados algún día por crímenes contra la humanidad.

Publicado originalmente en Substack.