Un año después de ser deportado por negarse a que se le administrase la vacuna COVID-19 -lo que le impidió jugar en el Open de Australia de 2022-, la estrella del tenis Novak Djokovic hizo historia el domingo al regresar a Australia y ganar su 10º Open de Australia y su 22º título de Grand Slam.

Con la presencia de Bill Gates, Djokovic derrotó al griego Stefanos Tsitsipas, convirtiéndose en el segundo jugador que gana 10 o más veces una competición masculina de Grand Slam. También empató el récord de victorias en Grand Slam, en poder de Rafael Nadal.

Tras su victoria, a Djokovic se le saltaron visiblemente las lágrimas y ocultó su rostro con una toalla mientras esperaba sentado en la banda la entrega de trofeos. Después, dijo a los periodistas:

“Por supuesto, cuando entré en mi palco, creo que me derrumbé emocionalmente y se me saltaron las lágrimas, sobre todo con mi madre y mi hermano, cuando les di un abrazo, porque hasta ese momento no me había permitido, supongo, distraerme con cosas fuera de la pista o con lo que estuviera ocurriendo al tratar con una lesión, cosas que ocurrían también fuera de la pista, que podrían haber sido fácilmente una gran alteración para mi concentración, para mi juego.

“Me exigió una enorme energía mental para estar presente, concentrado, tomarme las cosas día a día y ver realmente hasta dónde puedo llegar”.

Djokovic tuvo que superar una lesión en los isquiotibiales, que le obligó a recibir “77 terapias al día”, según su entrenador, Goran Ivanisevic.

También tuvo que hacer frente a una reacción mediática negativa que implicaba a su padre, quien durante el torneo fue fotografiado con un grupo de aficionados que portaban la bandera rusa y el símbolo de la “Z”, entendido como una señal de apoyo a Rusia en su conflicto con Ucrania. Su padre no asistió a la final del domingo.

Sin embargo, Gates -uno de los principales defensores mundiales de la vacuna COVID-19- sí asistió y presenció los partidos de semifinales y la final del torneo masculino.

Gates se encontraba en Australia para hablar ante el Instituto Lowy del país. Sus comentarios suscitaron cierta extrañeza, ya que parecía criticar las mismas vacunas COVID-19 que había promovido anteriormente con entusiasmo y en las que había realizado fuertes inversiones.

Djokovic, partidario declarado de la autonomía corporal, estuvo dispuesto a arriesgar su carrera por no vacunarse.

Djokovic, conocido por sus éxitos en la pista de tenis, adquirió una fama aún mayor por su postura abierta contra la vacunación obligatoria COVID-19 y a favor de la autonomía corporal.

En una entrevista de febrero de 2022, un periodista de la BBC preguntó a Djokovic si estaba “dispuesto a renunciar a la oportunidad de ser el mejor jugador que jamás haya cogido una raqueta, estadísticamente, porque tiene una opinión tan clara sobre el pinchazo”.

“Sí, lo estoy”, respondió Djokovic. Cuando se le preguntó por qué se sentía así, Djokovic declaró: “Porque los principios de la toma de decisiones sobre mi cuerpo son más importantes que cualquier título”.

A lo largo de 2022, Djokovic dijo que estaba dispuesto a renunciar a otros torneos del Grand Slam, como Wimbledon y el Open de Francia, antes que vacunarse contra el COVID-19.

El tema resurgió tras la victoria de Djokovic el domingo, cuando la leyenda del tenis John McEnroe y el locutor deportivo Chris Fowler se enzarzaron en un debate, en directo en ESPN, sobre el estado de vacunación de Djokovic y los torneos que se perdió por ello.

Fowler dijo que Djokovic se perdió torneos como el Open de Australia y Wimbledon en 2022 como “parte de sus elecciones, para ser justos”, y agregó: “Tomó decisiones que lo llevaron a eso para algunas de esas cosas.”

McEnroe, en respuesta, dijo: “Creo que se le debería haber permitido jugar”.

Según Fox News, McEnroe ya se había pronunciado anteriormente en apoyo de la postura de Djokovic, calificando de “basura” los mandatos de vacunación de la administración Biden que mantuvieron a Djokovic fuera del Open de Estados Unidos.

En agosto de 2022, justo antes del Open de Estados Unidos, “Children’s Health Defense” organizó una protesta en apoyo de Djokovic con el lema “End All Travel Mandates” (Que acaben todos los mandatos para los viajes), la cual atrajo la atención de los principales medios de comunicación.

Djokovic, que ganó el Open de Australia de 2021, obtuvo inicialmente un visado para entrar en Australia para la competición de 2022. Sin embargo, las autoridades le anularon el visado, se lo devolvieron y se lo volvieron a anular, lo que provocó su expulsión.

En aquel momento, el Ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, revocó unilateralmente el visado de Djokovic por motivos de “salud y buen orden”, “basándose en que era un tema de interés público hacerlo”. Djokovic alegó que había obtenido una exención médica que le permitía entrar en el país.

Posteriormente, Djokovic se perdió el Open de Estados Unidos, otro torneo del Grand Slam, en septiembre de 2022, porque la administración Biden no levantó su mandato de vacunación con COVID-19 para los extranjeros que entraran en el país, aunque los espectadores no vacunados podían asistir a los partidos del Open de Estados Unidos.