En un ejemplo inspirador de la creciente colaboración entre organizaciones de base que trabajan decididamente para proteger la salud de los niños y defender la libertad sanitaria, el presidente de “Children’s Health Defense” (CHD), Robert F. Kennedy Jr. y la presidenta, Mary Holland, pronunciaron vehementes discursos en la conferencia anual de la Fundación Weston A. Price en Allen, Texas.

Alrededor de 1.200 participantes entusiastas y motivados asistieron al evento del 5 al 7 de noviembre, había personas procedentes de todo Estados Unidos y del resto del mundo reunidas para explorar el tema “Mantenerse sano en un mundo tóxico”. Además, casi 400 personas participaron a través de la transmisión en directo.

Con los centros de vacunación de todo el país comenzando a inyectar a los niños la vacuna COVID de Pfizer el mismo día en que Kennedy y Holland hablaron, ambos enfatizaron que ha llegado el momento de “resistir a la tiranía con cada fibra de nuestro ser”.

Holland describió la urgencia de “mantener viva la luz del espíritu humano, los derechos humanos y la democracia” y subrayó que “lo que se trata aquí es el mundo que damos a nuestros hijos”.

Kennedy dijo: “Normalmente, no pido a la gente que deje su trabajo y haga un espectáculo de ello”.

“Sin embargo, con el asalto global a los niños y a la libertad que ahora se ha puesto en marcha, el cálculo ha cambiado”, dijo Kennedy a la audiencia. “Hay cosas peores que la muerte: esta es la colina en la que morimos”.

Obediencia peligrosa

En su discurso de apertura, “Cuando el dinero se cruza con la política de salud pública”, Kennedy criticó enérgicamente las decisiones erróneas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (“Centers for Disease Control and Prevention”, CDC por sus siglas en inglés) de EE.UU. de autorizar la vacuna experimental COVID de Pfizer para niños de 5 a 11 años.

Describiendo una industria farmacéutica cada vez más rabiosa, Kennedy señaló que aunque las vacunas COVID de Pfizer suponen riesgos desproporcionados para los niños, las grandes farmacéuticas están ansiosas por ampliar las leyes que les protegen de toda responsabilidad, lo que ocurrirá al conseguir que la inyección se incluya en el calendario de vacunas infantiles, que están libres de responsabilidad.

En discursos recientes, Kennedy recordó los tristemente célebres experimentos llevados a cabo en la década de 1960 por Stanley Milgram, quien descubrió, de forma preocupante, que alrededor de dos tercios de los individuos ordinarios, “bajo la dirección de una figura de autoridad … obedecerán casi cualquier orden que se les dé”. [are]

Como Kennedy detalla en su próximo libro, “The Real Anthony Fauci”, el burócrata con bata blanca de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) es un “peligroso charlatán” que, durante décadas, ha estado muy contento de servir como la poderosa figura de autoridad de la nación al estilo de Milgram.

Reconociendo el punto de vista de la Fundación Weston A. Price de que la tecnología moderna “debería aprovecharse como un servidor de las sabias y enriquecedoras tradiciones de nuestros antepasados en lugar de utilizarse como una fuerza destructiva para el medio ambiente y la salud humana”, Kennedy destacó la importancia de la verdadera sabiduría en todas sus dimensiones espirituales.

Al hablar de las amenazas más amplias a la libertad a las que se enfrentan ahora los estadounidenses, Kennedy también invocó el famoso discurso de 1961 del presidente Eisenhower, que advirtió a los estadounidenses sobre los peligros del poderoso complejo militar-industrial.

Cuando Estados Unidos tuvo la oportunidad de cosechar un “dividendo de paz” tras la caída de la Unión Soviética en 1989, el complejo militar-industrial-médico-farmacéutico inventó nuevos enemigos para mantener el control sobre el “dividendo”, incluyendo amenazas virales convenientemente invisibles.

Sacrificio de niños

En su discurso, “¿Hacia dónde nos dirigimos y qué podemos hacer al respecto?” Holland caracterizó la presión para inyectar a los niños como un “sacrificio de niños”, ya que los tiranos y las farmacéuticas “van a por todos los niños del mundo”.

Sólo en EE.UU., dijo Holland, el gobierno precompró 65 millones de dosis de la vacuna pediátrica de Pfizer, dejando claro que el proceso de autorización de vacunas de la FDA y los CDC era una farsa.

Holland advirtió que mientras un “tren muy rápido” empuja las vacunas COVID hacia los niños pequeños a través de los pediatras, las farmacias y las escuelas, los llamados expertos también han estado sentando las bases para la eliminación de los requisitos de consentimiento de los padres.

En un artículo de opinión publicado en julio en la revista “JAMA Pediatrics”, tres autores de la Ivy League con conocimientos jurídicos, de salud pública y de bioética defendieron abiertamente que “las leyes estatales deberían… autorizar a los menores a dar su consentimiento para la vacunación con COVID-19 sin el permiso de los padres“.

Ominosamente, los autores incluso sugirieron que la “intervención judicial” podría ser apropiada en situaciones que involucran a los niños más pequeños.

La inducción de la psicosis masiva a través de la manipulación del miedo ha desempeñado un papel fundamental a la hora de conseguir que el público acepte la experimentación masiva con niños, sugirió Holland.

Si bien esto es alarmante en sí mismo, Holland también hizo hincapié en la importancia de ver el “panorama general“: una agenda de centralización y control que se está implementando al unísono en todo el mundo, facilitada por los esfuerzos coordinados de la industria farmacéutica, la medicina, las finanzas, la tecnología y el complejo militar-industrial-inteligencia.

Para ilustrar su punto, Holland citó unas reveladoras declaraciones del mayor gestor de activos del mundo sobre cómo “a los mercados les gustan los gobiernos totalitarios“. También destacó el entusiasmo de los principales banqueros centrales por los controles y las obligaciones las monedas digitales de los bancos centrales hacen posibles.

Organizaciones hermanas

La misión de la Fundación Weston A. Price -devolver a la dieta humana los alimentos ricos en nutrientes mediante la educación, la investigación y el activismo- abarca actividades y recursos destinados a ayudar a padres y a futuros padres a criar niños sanos.

Esos recursos incluyen el suministro de información sobre “la decisión más importante que tomarán los padres en su vida: vacunar o no a su hijo”.

La misión de la fundación, fundada en 1999 por Sally Fallon Morell, encaja perfectamente con el objetivo de CHD de acabar con las epidemias de salud infantil, trabajando enérgicamente para eliminar las exposiciones nocivas, hacer que los responsables rindan cuentas y estableciendo salvaguardas para evitar más daños.

Weston Price cuenta con una red bien establecida de delegaciones locales, y la red de delegaciones de CHD está creciendo.

Para aquellos que deseen unirse al esfuerzo por derrotar al totalitarismo, acercarse a estas redes puede ser un buen punto de partida. Las dos organizaciones están buscando activamente formas de colaborar más estrechamente para hacer frente a las amenazas para la salud de nuestros niños.