Un estudio de simulación reciente encontró que un teléfono 5G mantenido 3 pulgadas (7centímetros) o más cerca del cuerpo puede exponer al usuario a límites de radiofrecuencia que exceden los recomendados por la Comisión Internacional sobre Protección contra la Radiación No Ionizante (International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection, ICNIRP por sus siglas en inglés).

El estudio, “Human Electromagnetic Field Exposure in 5G at 28 GHz”, fue publicado en el número de noviembre / diciembre de 2020 del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE) Consumer Electronics Magazine.

Joel Moskowitz,Ph.D., director del Centro de Salud Familiar y Comunitaria de la Universidad de California, Berkeley, proporciona una evaluación del estudio en su sitio web saferemr.com. Moskowitz escribe en parte:

“Este artículo investiga la exposición humana a emF en un sistema 5G y los compara con las mediciones obtenidas en la generación anterior de sistemas celulares. Sugiere una distancia mínima de separación entre un transmisor y un usuario humano para mantener la exposición a EMF por debajo del nivel de regulación de seguridad, lo que proporciona a los consumidores una comprensión general sobre el uso seguro de las comunicaciones 5G.”

La ICNIRP es un organismo internacional de normalización cuyas normas de seguridad para la exposición a la radiación han sido adoptadas por muchos países europeos, así como por la Organización Mundial de la Salud, a pesar de los vínculos bien documentados de la comisión con la industria de las telecomunicaciones.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos confía en el IEEE para un propósito similar, a pesar del hecho de que sus miembros son ingenieros que carecen de experiencia en fisiología o medicina.

Al igual que ICNIRP, IEEE, una organización privada con intereses claros y vínculos con la industria, niega los efectos adversos para la salud de las ondas de radiofrecuencia.

Es importante tener en cuenta que las directrices de seguridad de la Comisión Federal de Comunicaciones de la ICNIRP protegen sólo del calentamiento de los tejidos (efectos térmicos). No protegen adecuadamente de los efectos no térmicos. Sin embargo, miles de estudios y evidencia humana de enfermedad han demostrado profundos efectos adversos, tales como enfermedad de microondas,cánceres, daño al ADN,efectos en el sistema inmunológico y reproductivo, así como en el cerebro,y efectos conductuales,como el TDAH.

Además, la prueba para evaluar la seguridad de los teléfonos celulares utiliza una“cabeza ficticia”que imita la de un hombre que pese de 220 libras (casi 100 kg), conocido como Sam. La cabeza de plástico se llena con líquido La seguridad de un teléfono celular se confirma si el líquido no muestra un aumento de 1 grado celsius en la temperatura. Esta prueba no tiene relevancia para el uso real o para los efectos biológicos reales.

Children’s Health Defense es parte de una campaña internacional,“We Are Not Sam”,que educa al público sobre esta irrelevante “prueba de seguridad”. La campaña también pide al público que boicotee los teléfonos celulares 5G.