Los mayores proveedores de comida basura del mundo, como Coca-Cola, PepsiCo y McDonald’s, gastan millones de dólares en todo tipo de actividades, desde promover campañas publicitarias engañosas hasta influir en la ciencia.

Además, gastan grandes sumas para presionar a los funcionarios públicos con el fin de eludir la normativa, mantener sus prácticas monopolísticas e incluso dictar lo que comen los niños en la escuela.

Pero no está claro exactamente cuánto gastan estas empresas, dónde lo gastan y en qué lo gastan, según “Corporate Accountability”, una organización sin ánimo de lucro que dice “impedir que las empresas transnacionales aniquilen la democracia, pisoteen los derechos humanos y destruyan nuestro planeta”.

En un esfuerzo por arrojar más luz sobre los grandes gastos de las grandes empresas de alimentación (“Big Food’s Big Spending”), una amplia coalición mundial de inversores institucionales e individuales y organizaciones sin ánimo de lucro entregó resoluciones de accionistas a Coca-Cola, McDonald’s y PepsiCo exigiendo una total transparencia sobre sus gastos globales.

Las resoluciones obtuvieron suficientes votos en las juntas de accionistas de este año para ser incluidas en las papeletas de las juntas del próximo año.

Las resoluciones tienen su origen en casos documentados de gasto político por parte de estas empresas en países como Brasil, México y Sudáfrica, con el fin de socavar las leyes de protección del consumidor, las propuestas de normas de seguridad de los alimentos y los productos, la normativa medioambiental y la salud pública.

Ashka Naik, directora de investigación de “Corporate Accountability”, explicó los motivos de las resoluciones de los accionistas.

Naik dijo a “The Defender”:

“Las empresas transnacionales llevan mucho tiempo traduciendo el poder del mercado en poder político y utilizando ambos para endosarle a la opinión pública mundial unos costes humanos y medioambientales abrumadores.

“Y han podido hacerlo generación tras generación manteniendo sus feas y antidemocráticas actividades políticas fuera de la vista de la población, y concentrando su poder en el Sur Global, y con su poder, su comportamiento abusivo.

“La ciudadanía no puede corregir lo que no puede ver. Un gobierno verdaderamente receptivo y representativo tiene que funcionar a la luz del día… la presente iniciativa se apoya en los hombros de innumerables defensores -a lo largo de generaciones y generaciones- que han luchado para que exista una democracia que funcione y un gobierno abierto que realmente trabaje para el pueblo.”

Una amplia coalición mundial de inversores y defensores respalda la transparencia

“Harrington Investments”, una empresa de asesoramiento con sede en California que se describe a sí misma como “un líder en la inversión socialmente responsable y la defensa de los accionistas desde 1982”, presentó las resoluciones, dijo Naik.

Varias empresas de inversión y otras organizaciones firmaron una carta abierta a los directores generales de Coca-Cola, McDonald’s y PepsiCo en apoyo de la campaña para la plena divulgación de las actividades políticas mundiales de estas empresas.

Y hay una creciente presión pública y de los inversores para que haya más transparencia y se frene totalmente el gasto político de las empresas.

Brianna Harrington, analista de investigación de “Harrington Investments”, dijo:

“Harrington … es el proponente, pero hemos recibido el apoyo de otras empresas y grupos debido a los esfuerzos de “Corporate Accountability” y su petición y campaña para difundir la importancia de presionar a empresas como éstas en materia de transparencia financiera.”

Naik dijo que numerosas ONG, que operan en varios países, están muy implicadas en esta campaña. Entre ellas están la brasileña “ACT Promoção da Saúde”, la mexicana El Poder del Consumidor y la sudafricana “Amandla.Mobi”.

Los representantes de algunas de estas organizaciones se dirigieron recientemente a los accionistas en las reuniones anuales de Coca-Cola, PepsiCo y McDonald’s.

Otros ejemplos citados por Naik son la empresa estadounidense “Declaration for American Democracy coalition” , (La coalición Declaración para la Democracia Americana) que, según ella, “está impulsando una importante reforma de la gobernanza, incluida una mayor divulgación de información política”, y organizaciones como Amigos de la Tierra (“Friends of the Earth”) y la Alianza Alimentaria HEAL (“HEAL Food Alliance”) las cuales, junto con otras organizaciones, firmaron una petición dirigida a Coca-Cola, McDonald’s y PepsiCo.

Estas organizaciones acompañan a la creciente presión de los inversores por una mayor divulgación de las empresas en las que tienen acciones o en las que están considerando invertir.

Estas filosofías de inversión incluyen la inversión socialmente responsable (“socially responsible investing”, SRI por sus siglas en inglés) y las normas medioambientales, sociales y de gobernanza (“environmental, social and governance”, ESG), según Harrington.

Los principales inversores institucionales, como Vanguard, también proclamaron su apoyo a una mejor gobernanza empresarial, declarando:

“La mala gobernanza de la actividad política de las empresas, unida a la falta de alineación con la estrategia declarada de la empresa o a la falta de transparencia sobre la actividad, puede manifestarse en riesgos financieros, legales y de reputación que pueden afectar al valor a largo plazo.”

Pero Harrington dijo que estos pronunciamientos pueden no ser del todo sinceros. “Vanguard no aboga por la ISR/ESG, dijo Harrington. “Es estrictamente para fines de marketing”.

Y añadió: “Empresas como Vanguard están mucho más interesadas en dar una imagen de transparencia que en la transparencia empresarial real”.

Harrington dijo a “The Defender” que esto refleja una falta de voluntad más amplia entre las grandes empresas para operar con transparencia, ya que, según ella, “ninguna empresa mundial ofrece una transparencia total y una divulgación completa”.

Relacionó esta falta de transparencia y falta de divulgación global con la laxitud de los requisitos de información en numerosos países.

“Las empresas generalmente sólo revelan lo que exige la ley, y en el mercado internacional, esos requisitos son escasos o inexistentes”, dijo.

Esto ha llevado a la reciente presión por una mayor transparencia, especialmente cuando se trata de las contribuciones políticas que hacen las empresas multinacionales en varios países.

Según Harrington:

“Lo poco que se sabe sobre las contribuciones de las empresas es motivo de preocupación, por lo que la plena transparencia sobre todas las donaciones no sólo es una petición sensata, sino que sería beneficiosa para que los inversores entendieran lo que su empresa está financiando.

“John Harrington [presidente y CEO de “Harrington Investment”] , junto con “Corporate Accountability”, han sentido durante mucho tiempo que la divulgación actual por parte de estas gigantescas empresas de alimentos/bebidas ha sido tan mínima, y esta fue de algún modo una especie de “petición” única por parte de los inversores, para solicitar la transparencia no sólo de la influencia política, sino de todos los fondos de la empresa utilizados para influir en la política pública, a nivel internacional”.

En un comunicado de prensa de “Corporate Accountability”, Harrington explica por qué es importante la divulgación completa:

“La divulgación en todos los mercados debería ser una parte fundamental de la licencia de una empresa para operar.

“Porque las leyes de transparencia son débiles -a menudo gracias a los grupos de presión financiados por empresas como McDonald’s- ¿significa eso que los inversores deben estar ciegos a los riesgos que se plantean?”

Socavar las leyes de consumo en países extranjeros

Los inversores y los defensores de los derechos de los consumidores apuntan a Coca-Cola, McDonald’s y PepsiCo porque se les acusa de intentar socavar las leyes existentes y las propuestas de ley en varios países.

Por ejemplo, “Corporate Accountability” citó la “promesa muy pública de Coca-Cola de ‘mejorar’ en materia de transparencia”, contrastando esta promesa con los presuntos esfuerzos de la empresa “para socavar el etiquetado frontal de los envases en México”.

Alejandro Calvillo, en su intervención en la reunión anual de Coca-Cola el 26 de abril, dijo:

“He observado de primera mano cómo la industria de la alimentación y las bebidas, y en concreto Coca-Cola y sus asociaciones comerciales, han utilizado su influencia y su financiación para intentar bloquear las políticas de salud pública recomendadas a nivel nacional e internacional, la más reciente de las cuales es la nueva etiqueta frontal para alimentos [en México].

“Durante décadas, esta interferencia política en los principales mercados como México, Brasil, India y otros países ha sido un gran lastre para la salud de las personas y del planeta, pero ha pasado desapercibida.”

Añadió Calvillo:

“Pedimos simplemente que Coca-Cola se adhiera a los valores básicos y universales de integridad y responsabilidad que todas las empresas deberían practicar en todos los lugares donde hacen negocios.

“¿Por qué los inversores no deberían estar informados o tener menos visibilidad sobre las acciones políticas de Coca-Cola en mi país o en cualquier otro? No hay ninguna justificación para que Coca-Cola tenga un doble rasero en la forma de aplicar los principios de transparencia y ética en los países del Norte Global frente a los del Sur Global”.

Otro conjunto de ejemplos que implican a Coca-Cola se refiere a uno de sus principales embotelladores en el extranjero, “Coca-Cola Hellenic Bottling Company”, y sus operaciones en Nigeria.

En 2017, a raíz de una demanda, un tribunal nigeriano determinó que algunos de los productos de la empresa podían suponer un riesgo para la salud de los consumidores.

Y en 2014, el director general de “Coca-Cola Hellenic” en Nigeria se enfrentó a cargos penales por violaciones de la protección del consumidor, incluyendo “latas oxidadas, tapas de botellas oxidadas y objetos extraños en los refrescos.”

También en 2014, “Coca-Cola Hellenic” dejó de cotizar sus acciones en la Bolsa de Nueva York, lo que significaba que ya no estaría registrada ni sujeta a la supervisión de la SEC.

A su vez, se acusa a McDonald’s de “un largo y problemático historial de hacer política a costa del público, e incluso de los inversores”, según Naik, citando supuestos problemas de derechos civiles, salud pública, bienestar animal y medio ambiente.

Del mismo modo, Paula Johns, de “ACT Promoção da Saúde”, en su intervención en la reunión anual de PepsiCo del 4 de mayo, citó el supuesto papel de McDonald’s en la obstrucción y atenuación de las políticas sanitarias nacionales brasileñas y en la presión ejercida sobre las autoridades para la retirada de un proyecto de impuestos sobre los refrescos, a pesar de la evidencia de la prevalencia de enfermedades relacionadas con la dieta en el país.

Según Johns, ACT contribuyó al éxito de la ratificación y aplicación de varias medidas internacionales, como el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, antes de ampliarse a la defensa de las empresas, centrándose en las enfermedades no transmisibles causadas por dietas poco saludables y el papel que desempeñan los principales productores de alimentos.

Al referirse a las actividades de PepsiCo en Brasil, Johns dijo a “The Defender”:

“[PepsiCo ha demostrado una] … total falta de transparencia en sus gastos políticos y CPA (actividades políticas corporativas), incluyendo, pero no limitándose a, esconderse detrás de sus asociaciones comerciales en sus actividades de presión diarias dentro del Congreso Nacional.

“Aquí estamos hablando de políticas muy básicas destinadas a proteger a los niños de productos sanitarios nocivos, como la venta de [bebidas azucaradas] en las escuelas, protegiendo a los niños de las prácticas de marketing y presionando contra las regulaciones efectivas de etiquetado en el frente del envase y contra las medidas fiscales para hacer más accesibles los alimentos saludables y más caros y menos accesibles los alimentos insalubres”.

Además de las cuestiones relativas a los consumidores, Johns abordó presuntos problemas similares en la cadena de producción, como las “violaciones de los derechos humanos de las poblaciones indígenas” y el “envenenamiento de los agricultores locales con pesticidas” por parte de los proveedores de PepsiCo en Brasil.

Palesa Ramolefo, de Amandla.mobi, se dirigió a los inversores en la reunión anual de McDonald’s, declarando:

“Muchas empresas que influyen en nuestra democracia y gobierno a puerta cerrada pueden beneficiarse a corto plazo, pero la verdad suele salir a la luz.

“En la mayoría de los países en los que McDonald’s hace negocios, como el mío, no tenemos ni idea de lo que la empresa está haciendo y gastando para poner patas arriba las políticas públicas.

“Si Mcdonald’s no tiene nada que ocultar, la plena transparencia y la rendición de cuentas deberían ser fáciles. Si Mcdonald’s puede hacerlo en Estados Unidos, ¿por qué no en los países africanos? ¿Por qué el doble rasero?”.

Según Corporate Accountability, Sudáfrica ha experimentado el llamado “efecto McDonald’s“. La incidencia de las enfermedades relacionadas con la dieta ha aumentado a medida que la presencia de la cadena en el país se ha ampliado. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa fue propietario de 145 franquicias de McDonald’s.

“Hacer visible lo invisible” es el primer paso hacia la transparencia mundial

Naik argumentó que “hacer visible lo invisible es el primer paso para avanzar en un llamamiento que exija que las empresas dejen de interferir en nuestras normativas y en nuestra política de una vez por todas”.

Estos llamamientos han llegado en forma de una propuesta de transparencia global, que se presentó en las reuniones anuales de Coca-Cola, McDonald’s y PepsiCo.

La propuesta pedía la elaboración de informes de transparencia global de las empresas sobre las actividades y gastos políticos de las tres corporaciones, así como estudios y divulgación relacionados con los impactos externos en la salud pública de los productos y actividades de las empresas.

Según Harrington, aunque “todas las empresas son objeto de consultas sobre transparencia y peticiones de los inversores sobre la cuestión de la divulgación” -y a pesar de que “los inversores y las partes interesadas llevan décadas presionando a las empresas sobre numerosas formas de divulgación”-, esta resolución es única en el sentido de que es raro que los inversores pidan una divulgación financiera completa a una empresa, sobre todos los gastos de la misma.

Harrington dijo a “The Defender”:

“La divulgación en todos los mercados debería ser una parte fundamental de la licencia de una empresa para operar… La mayoría de las grandes entidades corporativas son globales. Debe haber una divulgación y transparencia globales.

“Estas propuestas solicitan la plena divulgación de todos los fondos gastados, a nivel internacional, para influir en las políticas públicas.

“Esto incluye, pero no se limita a, las contribuciones políticas, los grupos de presión, las donaciones de caridad y la financiación otorgada a las organizaciones de “investigación” para producir informes de ciencia basura que impactan en las políticas de salud.”

Johns añadió:

“Nos encantaría saber cuánto gastan en el extranjero, pero no tenemos esa información.

“Sabemos que hacen presión gracias a nuestras fuentes en el congreso nacional y porque nosotros también hacemos presión allí (por las políticas de salud pública)”.

Según Naik, “Harrington Investments” pudo presentar estas resoluciones para que se votaran en las tres reuniones anuales porque “los inversores con una determinada cantidad de participaciones durante cierto tiempo pueden presentar resoluciones antes de un plazo de presentación ante la Comisión de Valores y Bolsa [“Securities and Exchange Commission”, SEC por sus siglas en inglés].”

Según Harrington, estas resoluciones tuvieron un grado de éxito significativo:

“Nuestras propuestas en KO [Coca-Cola] recibieron un 12,6% y PEP [PepsiCo] recibió un 17,6% de apoyo de los accionistas … lo que es una señal muy positiva para una propuesta de esta naturaleza en su primer año de introducción.”

El recuento oficial de votos de la asamblea anual de McDonald’s sigue pendiente en el momento de escribir este artículo.

Harrington señaló que esto se produjo a pesar de la oposición de los directivos de estas empresas:

“No es de extrañar que todas las empresas en las que presentamos la propuesta no la apoyen, la dirección indica una recomendación para que los accionistas voten en contra de la(s) resolución(es).

“[Ni Coca-Cola ni PepsiCo] respondieron a nuestras propuestas u ofertas de contratación después de que las presentáramos. Por otro lado, PEP impugnó nuestra propuesta y luchó con ahínco para intentar convencer a la SEC de que no debía permitirse su inclusión en la papeleta de voto de los accionistas y en los materiales de representación. PEP aceptó comprometerse y mantuvimos una conferencia telefónica con ellos”.

Johns dijo a “The Defender”:

“Me dijeron que obtener un 18% era una respuesta inusualmente alta para este tipo de resolución.

“Pero, estar en la reunión y escuchar la respuesta oficial y la recomendación de la junta de rechazar la resolución fue toda una experiencia.

“La mayoría de las cosas que valoro como positivas se presentaron como negativas en la reunión y viceversa, parecía que vivíamos en planetas paralelos. Afirman que son “ciudadanos” corporativos maravillosos y responsables en su contribución a la seguridad alimentaria y nutricional y lo que las pruebas demuestran es básicamente lo contrario.”

Más acciones a continuación

Una reciente declaración de inversores publicada por el Centro Interreligioso de Responsabilidad Corporativa (“Interfaith Center on Corporate Responsibility”, ICCR por sus siglas en inglés), que representa más de 4 billones de dólares en activos, afirmaba que “el gasto político de las empresas tiene un efecto desestabilizador en el entorno económico y cultural más amplio, lo que inhibe la sostenibilidad a largo plazo de los negocios”.

Los miembros de ICCR, que representan más de 140.000 millones de dólares en activos, apoyaron una carta abierta a los ejecutivos de la industria de alimentos y bebidas pidiéndoles que aumenten sus divulgaciones globales.

Esta parece ser una nueva tendencia entre los inversores, según Naik. “Teniendo en cuenta el éxito inicial y el creciente impulso a favor de una mayor transparencia política entre las 500 empresas de Fortune, es de esperar que resoluciones como ésta proliferen”, dijo.

Johns añadió:

“Tratar de mover [una] empresa desde dentro y plantar algunas semillas críticas en sus juntas de accionistas es sólo parte de una estrategia mucho más amplia para garantizar sistemas alimentarios más saludables y sostenibles para todos”.

Pero, ¿por qué deberían preocuparse los inversores por cuestiones relacionadas con la divulgación y la transparencia, así como por el gasto político de las empresas en el extranjero, si éstas son rentables y obtienen buenos resultados financieros?

Para Johns, refiriéndose específicamente a las actividades de PepsiCo en Brasil, se trata de la cuestión más amplia de la sostenibilidad.

“Porque hay un solo planeta Tierra y las prácticas, políticas y productos de la abrumadora mayoría de la cartera de Pepsico son perjudiciales para la salud, el medio ambiente y la justicia social”, dijo Johns a “The Defender”.

Naik añadió:

“Para que el planeta, las personas y las economías prosperen, los gobiernos deben ser, ante todo, servidores del interés público, no de un puñado de empresas mundiales.

“Para corregir el gran desequilibrio actual, primero tenemos que saber cómo las transnacionales están controlando los gobiernos y las políticas públicas. Entonces hay que corregirlo.

“Haríamos que las corporaciones, como debería implicar la licencia para hacer negocios de cualquier empresa, revelaran completamente sus actividades y gastos políticos en cada lugar geográfico en el que hagan negocios”.

Esto es importante para los inversores, según Naik, incluso para las grandes empresas institucionales como Vanguard y BlackRock:

“Si inviertes en una empresa debes tener una visión completa de las responsabilidades que estás asumiendo. ¿Qué más oculta esta empresa a los inversores y al público que podría afectar al valor de sus acciones?

“Vanguard, BlackRock y otros están sentados sobre montañas de riesgo en este sentido. Cuando las empresas están vendiendo una cosa a los inversores y al público y haciendo otra totalmente distinta para influir en la política, cuando sale a la luz, puede crear una responsabilidad y un daño reputacional importantes.”

En última instancia, dijo Harrington, el objetivo es que las empresas “revelen toda su financiación internacional para influir en las políticas públicas”, y añadió que “es justo que los inversores y las partes interesadas tengan acceso a la información sobre el destino de su dinero y lo que éste apoya”.

Johns estuvo de acuerdo:

“Sería maravilloso que todas las grandes empresas, no sólo Pepsico, McDonald’s y Coca-Cola y Bayer, Unilever [and] Phillip Morris… pero también los principales grupos de inversores como BlackRock, Vanguard, State Street, Elon Musk, Google, Shell, Exxon, los bancos y otros, se convirtieran realmente en parte de la solución al presionar para que se establecieran normas que pusieran límites a las empresas, que sus directores generales fueran responsables y rindieran cuentas de sus prácticas y políticas.”