Mensajes privados de WhatsApp publicados en los últimos días detallan cómo los funcionarios de salud del Reino Unido, incluido el ex secretario de salud Matt Hancock, tomaron decisiones políticas sobre COVID-19 basándose en la conveniencia política y no en la ciencia, que era lo que los funcionarios de salud afirmaban públicamente.

Los mensajes “plantean nuevas cuestiones vitales sobre la gestión de la pandemia antes de una investigación pública sobre la respuesta a COVID-19″y revelan “detalles devastadores sobre la respuesta a la pandemia que hasta ahora habían permanecido en secreto”, según “The Telegraph”, que obtuvo el archivo de más de 100.000 mensajes (a los que se les ha puesto el apodo de “Los archivos del confinamiento”“The Lockdown Files”)de la periodista Isabel Oakeshott..

Oakeshott es coautora del libro de Hancock “Los diarios de la pandemia: La historia desde dentro de la batalla británica contra el COVID” (“Pandemic Diaries: The Inside Story of Britain’s Battle Against COVID”).

Hancock fue el primer miembro del gobierno del Reino Unido en anunciar un confinamiento, en declaraciones realizadas el 16 de marzo de 2020, basándose en el asesoramiento del Grupo de Asesoramiento Científico para Emergencias (“Scientific Advisory Group for Emergencies”, SAGE por sus siglas en inglés). El confinamiento comenzó oficialmente una semana después.

Los mensajes exponen cómo los funcionarios tomaron informalmente decisiones sobre confinamientos, mandatos de mascarillas, distanciamiento social y aislamiento, cuarentenas, distribución de vacunas y una serie de otras cuestiones relacionadas con COVID-19, y cómo las decisiones estaban políticamente motivadas.

The Telegraph describió el contenido de los mensajes filtrados como “un caso práctico del pensamiento de grupo“:

“Con otros miembros del Gabinete, a menudo disfrutando de una capacidad limitada para cuestionar los movimientos de los principales responsables de la toma de decisiones, las restricciones que coartaron la libertad de millones de personas parecen haber sido tomadas por intuición, no necesariamente sobre lo que funcionaría, sino a veces sobre lo que era políticamente más fácil.

“Sin tener que dar explicaciones al Parlamento, los ministros decían que estaban ‘siguiendo el mejor asesoramiento científico’.”

El miedo y la culpa, “herramientas vitales” para garantizar la obediencia

Una de las principales revelaciones es cómo Hancock y otras figuras clave del gobierno y asesores del Reino Unido garantizaron la obediencia de la población con repetidos confinamientos y otras medidas estrictas.

El 13 de diciembre de 2020, enfrentándose a la oposición dentro de las filas de su propio Partido Conservador ante la perspectiva de un nuevo confinamiento y a la preocupación de que las conversaciones sobre el Brexit eclipsaran la narrativa COVID-19 uno de los asesores mediáticos de Hancock, Damon Poole, sugirió a Hancock: “Podemos modular el ambiente usando la nueva cepa” refiriéndose a la recientemente identificada variante alfa de COVID-19..

Hancock respondió: “Hacemos que todo el mundo se muera de miedo con la nueva cepa”, a lo que Poole replicó: “Sí, eso es lo que conseguirá el cambio adecuado de comportamiento [bahviour (sic)]”.

En otro mensaje, Hancock preguntó a su asesor: “¿Cuándo desplegamos la nueva variante?”.

Las conversaciones que siguieron después de Navidad entre Hancock y el secretario del gabinete, Simon Case, trataron de identificar formas de vender al público las medidas más estrictas posibles.

A ello siguió un aumento de los casos notificados, y el Gobierno retiró posteriormente una flexibilización de cinco días de las medidas que se había previsto para Navidad, el 18 de diciembre de 2020.

“El miedo” y “la culpa” se identificaron como “herramientas vitales para garantizar la obediencia”, según “The Telegraph”, al igual que el uso obligatorio de mascarillas en “todos los entornos”, porque tenía un “impacto muy visible”.

Estos métodos se parecen mucho al “nudging” (dar un empujoncito), una técnica de psicología conductista que trata de cambiar el comportamiento de las personas para conseguir los resultados deseados. Hancock empleó estos métodos, por ejemplo, cuando dijo a los jóvenes del Reino Unido que acataran las restricciones del gobierno para “no matar a su abuela“.

El equipo “Behavioural Insights” asesoró al gobierno del Reino Unido durante la pandemia. El equipo compartió miembros con el “Independent Scientific Pandemic Insights Group on Behaviours”, un subgrupo del SAGE, que recomendó encarecidamente el uso de los empujoncitos (“nudging”).

Anteriormente, en el verano de 2020, con los casos notificados de COVID-19 en niveles bajos en el Reino Unido y los comedores a punto de reabrirse, Hancock y sus asesores creían que la amenaza de confinamientos localizados no sería “inútil” para mantener un nivel de miedo entre el público, a lo que Hancock respondió: “eso no es algo malo”.

Vacunas: Un asunto puramente político y de comunicación

“The Lockdown Files” también reveló que una gran cantidad de decisiones políticas sobre COVID-19 se tomaron pensando en la conveniencia política, la imagen pública y las perspectivas futuras de avance en la carrera profesional, aunque al público se le dijo que esas decisiones se basaban en la “investigación científica”.

Al principio de la pandemia, el 29 de enero de 2020, Hancock envió un largo mensaje a un ayudante explicándole cómo podía utilizar “una crisis de esta envergadura para impulsar [su propia carrera] a la siguiente liga”.

A mediados de abril de 2020, a pocas semanas del primer confinamiento pero a meses del despliegue de las primeras vacunas COVID-19, Hancock y el asesor de medios, Jamie Njoku-Goodwin, analizaron cómo “presionar sobre la vacuna” y ser “los primeros en la línea de salida de la vacuna” sería “lo más políticamente beneficioso que podían hacer.”

Lejos de basarse en la “investigación científica”, esta estrategia se describió como “puramente un asunto de comunicación/política”.

Durante el segundo confinamiento de 2020, Hancock intentó vincular su nombre a un plan del Gobierno para suministrar vitamina D a las personas vulnerables, diciéndole a Poole que “se basara en que ‘han aparecido nuevas pruebas y he actuado con rápidez… veloz y decisivo”.

La prensa británica se hizo eco de la noticia al día siguiente, utilizando casi las mismas expresiones.

En otras ocasiones, Hancock comentó “creo que salgo estupendo” y “j—r, eso es bueno” en relación con la cobertura de prensa relacionada con él y el gabinete. También se centró en su actividad en las redes sociales y dijo a sus ayudantes: “Quiero que la gente piense que estoy trabajando tanto que estoy loco”.

“Vamos a ser los dueños de la salida” de los confinamientos

La óptica también entró en juego con la distribución de las vacunas COVID-19. “The Lockdown Files” reveló que Hancock intentaba atribuirse el mérito de los “éxitos” de las vacunas y “se ponía furioso si pensaba que otros se llevaban el mérito”, informó “The Telegraph”.

En un debate celebrado en abril de 2020 con asesores de medios de comunicación, Hancock habló de cómo el hecho de ser la cara pública del programa de vacunas del Reino Unido llevaría a la prensa y al público a “perdonarle” la imposición de confinamientos, y añadió que era necesario “políticamente” equilibrar ambas cosas.

En diciembre de 2020, cuando las primeras vacunas COVID-19 estaban a punto de salir al mercado, Hancock y sus asesores trataron cómo podría el Gobierno salir airoso ante la opinión pública. Hancock le dijo a Poole: “Vamos a ser los dueños de la salida [de los confinamientos]. [from lockdowns] Ese es el imperativo estratégico”.

Hancock también pretendía que la distribución de vacunas se describiera como un “triunfo de Hancock”.

Cuando en octubre de 2020 la secretaria de vacunas del gobierno británico, Dame Kate Bingham, sugirió que la vacunación con COVID-19 de toda la población “no iba a ocurrir” y que sólo recibirían la inyección “todas las personas en situación de riesgo”, Hancock la calificó de ” chiflada” y “totalmente poco fiable” en mensajes a sus asesores.

Las filtraciones también revelaron que Hancock buscó la ayuda de Bill Gates para promocionar en otros países la Plataforma de Evaluación de Nuevas Variantes del Reino Unido, un sistema del que se dice que identifica rápidamente nuevas variantes de virus.

Comentando esta perspectiva con Poole, que estaba intentando ponerse en contacto con Gates, Hancock bromeó: “¡Dile que, teniendo en cuenta a cuánta gente le estoy inyectando sus chips, me debe una!”. Según “The Telegraph”, Gates no respaldó la plataforma.

Hancock fue uno de los principales partidarios del gobierno del Reino Unido del “Gran Reseteo” y la “Cuarta Revolución Industrial” (“Fourth Industrial Revolution”, 4IR por sus siglas en inglés) del Foro Económico Mundial (FEM).

En octubre de 2017, Hancock presentó al fundador del FEM Klaus Schwab al Parlamento del Reino Unido – “aplaudiendo” la creación de un grupo parlamentario sobre la 4IR, diciendo que Schwab “escribió el libro” sobre la 4IR y la convirtió en “una frase familiar”, y diciendo a Schwab que su trabajo “ha es el fundamento de lo que estamos haciendo”.

‘Pónganse pesados con la policía’ para hacer cumplir los confinamientos

Muchos de los mensajes filtrados se refieren a los confinamientos en sí mismos, y revelan que Hancock y otros miembros del gabinete y asesores buscaron informalmente formas de recabar apoyos para una medida de este tipo, y a menudo recurrieron a amenazas contra los propios miembros del partido y científicos clave para imponer medidas políticas.

En marzo de 2020, en la cúspide del primer confinamiento del Reino Unido, el estratega político australiano Isaac Levido se reunió con Hancock y otros miembros del gabinete para analizar cómo superar la oposición a los confinamiento dentro de las filas del partido sobre la base de que serían impopulares entre el público.

En abril de 2020, Hancock y Dominic Cummings, asesor del entonces primer ministro Boris Johnson, volvieron a plantear la cuestión, y Hancock le dijo a Cummings que había que informar a otros miembros del gabinete de que más de la mitad de los votantes apoyaban los confinamientos o querían medidas aún más estrictas.

Según “The Telegraph”, estas conversaciones se produjeron incluso cuando se dijo a la opinión pública que “los ministros insistían en que todas las decisiones se tomaban de acuerdo con la investigación científica y con el asesoramiento de los dos asesores más veteranos de Inglaterra, el profesor Sir Chris Whitty y Sir Patrick Vallance”, añadiendo que “no está claro” a qué sondeos se había referido Hancock.

Otros mensajes revelaron que Johnson quería poner fin al primer confinamiento antes de tiempo, permitiendo la reapertura de los comedores antes del “día de la libertad” previsto para el 4 de julio de 2020, pero dos estrategas mediáticos, Lee Cain y James Slack, sin formación científica, se lo impidieron. Dijeron que esto sería “adelantarsedemasiado a la opinión pública“.

Hancock reforzó la posición de Cain y Slack, diciendo a Johnson que la tasa “R” (reproducción) del virus COVID-19 “era muy cercana a uno”, añadiendo que “es demasiado pronto para la hospitalidad al aire libre” y que “todo el mundo acepta” que las escuelas no reabran hasta septiembre de 2020.

Esto recuerda a las revelaciones de febrero de 2022 de que la administración Biden se basaba en temas de discusión de una destacada empresa de sondeos para desarrollar las medidas políticas sobre COVID-19.

La política de mascarillas parece basarse en consideraciones similares. El 1 de junio de 2020, Cummings sugirió introducir el uso obligatorio de mascarillas en el transporte público, ya que “Es gratis, nos compra un poco de R, no hay inconveniente real.” La normativa se promulgó tres días después.

Las filtraciones también revelaron que en octubre de 2020, Hancock y la baronesa Dido Harding, jefa del programa de Pruebas y Rastreo del Reino Unido, trataron de solidificar el apoyo del gobierno a un segundo confinamiento mediante el desarrollo de una “tasa de muertos por no hacer nada“, un número previsto de muertes por COVID-19 si el gobierno del Reino Unido no tomara medidas.

Tres semanas más tarde, esto dio lugar a una modelización que “proyectaba” 4.000 muertes. Según “The Telegraph”, esto plantea “dudas sobre si el Sr. Hancock esperaba empujar al país a un segundo confinamiento”, mientras que el propio Johnson y otros científicos no tardaron en cuestionar los datos obsoletos en los que se basaba el modelo -y el confinamiento-.

Sin embargo, los mensajes también revelaron que Johnson a menudo fluctuaba entre ser un “escéptico” de los confinamientos y ser un “fanático” de ellos. En junio de 2020, por ejemplo, con el primer confinamiento finalizado, Johnson ya hablaba de la necesidad de “algunos mensajes duros [y] los protocolos para volver al confinamiento local y nacional.” [and]

Un mes antes, Johnson le dijo a Hancock en un mensaje que le preocupaba que un descenso de los casos de COVID-19 aumentara las peticiones públicas para poner fin al confinamiento.

Y en enero de 2021, durante el segundo confinamiento y en medio de una creciente presión para que se suavizaran las restricciones, Hancock envió un mensaje a Michael Gove, uno de los miembros del gabinete de Johnson, en el que decía que “el 80% del público apoya el confinamiento… no hay un clamor público para empezar a levantar las medidas… Quieren que mantengamos la seguridad de la gente”.

Parece que una parte de mantener a la gente “segura” conllevaba pedir a la policía que fuera más severa a la hora de aplicar las restricciones.

“The Telegraph” informó de que, a pesar de que la policía es operativamente independiente del gobierno, Hancock dijo a otros miembros del gabinete “que se pusieran pesados con la policía” para que fueran más estrictos con la ciudadanía.

Hancock y Case también expresaron su preocupación por el hecho de que la policía no tomara medidas suficientemente enérgicas contra las infracciones de las medidas de confinamiento y cuarentena. En febrero de 2020, Johnson dijo a Hancock que la multa de 10.000 libras impuesta a dos personas que no acataron la cuarentena obligatoria tras regresar de Dubai era “soberbia”.

Se impusieron más de 118.000 multas en todo el país por diversas infracciones.

También se emplearon medidas políticas de poder contra otros políticos. En noviembre de 2020, en la cúspide del segundo confinamiento del Reino Unido, Hancock le dijo al asesor especial del Departamento de Salud y Asistencia Social, Allan Nixon, que advirtiera a un diputado conservador que tenía la intención de votar en contra del confinamiento que la financiación de un nuevo centro para niños discapacitados en su distrito se retiraría si lo hacía.

Otros mensajes filtrados revelaron que Hancock exigió la expulsión de Sir Jeremy Farrar, miembro del comité SAGE y director del “Wellcome Trust”, por ser abiertamente crítico con políticas gubernamentales como “Test and Trace”.

Hancock preguntó si Farrar “aportaba algún valor a SAGE” y si el gobierno “podía despedirlo”, caracterizándolo como “peor que inútil” y un “completo bocazas”.

“The Lockdown Files” también reveló las tensiones entre Hancock y el entonces rector Rishi Sunak, quien expresó su preocupación por el elevado coste económico de los confinamientos. En un mensaje a los asesores, Hancock preguntó: “¿Cuál es el dilema de Rishi?” y le acusó de “dar pistas a la derecha dura”.[ing]

Hancock también ridiculizó el plan de Sunak “Comer fuera para ayudar” (“Eat Out to Help Out”) para promover las cenas fuera de casa como medio de ayudar al sector de la restauración, llamándolo “Comer fuera para ayudar a que el virus se extienda” (“Eat out to help the virus get about“). Más o menos por esas fechas, Hancock también forzó un cambio en la política de rastreo de contactos propuesta para los restaurantes, pasando de que los clientes “pueden” registrarse a que “deben” registrar sus datos.

Y el 18 de diciembre de 2020, con planes de que el confinamiento se prolongara más allá de las fiestas, Sunak sugirió a Hancock que se pusiera fin al mismo en febrero, basándose en los consejos del SAGE.

Pero Hancock dijo: “Esto no es una decisión del SAGE – es una decisión política”, diciendo a Sunak que en febrero, sólo los mayores de 70 años habrán sido vacunados.

Óptica: distanciamiento social, aislamiento, cuarentena mantenida a pesar de la “investigación científica”

“The Lockdown Files” revela que, antes del segundo confinamiento en el Reino Unido, el entonces Secretario de Educación, Sir Gavin Williamson, presionó para que se mantuvieran abiertas las escuelas, pero Hancock luchó para mantenerlas cerradas.

Hancock calificó de “locura” la propuesta de mantener abiertas las escuelas y escribió que era necesaria una “acción de retaguardia” para obligarlas a cerrar.

Cuando Johnson se mostró inicialmente de acuerdo con Williamson, Hancock escribió: “Ha nacido el próximo giro en U”, indicando con certeza que sería capaz de hacer cambiar de opinión al primer ministro, como así fue. Hancock se jactó más tarde de que Williamson se viera obligado a comer “pastel de humildad” (“humble pie”).

Según “The Telegraph”, éste “fue sólo uno de los repetidos casos en los que aparentemente se ignoraron los intereses de los niños en favor de las restricciones”, mientras que “muchas de las medidas iban en contra del consejo de los asesores científicos”.

Y a pesar de que el Jefe de Servicios Médicos, Chris Whitty, le dijo que “no había razones de peso” para obligar a los escolares a llevar mascarilla, Johnson optó por el consejo de Cain y Case.

A la luz de la imposición en Escocia de su propio mandato de mascarilla para los escolares, Case dijo a Johnson que “los padres nerviosos se volverán locos” si no se hace lo mismo en Inglaterra.

Las escuelas también mantuvieron las pruebas de flujo lateral para COVID-19 como la base para mantener a los estudiantes en cuarentena de 10 días a pesar de un alto número de resultados falsos positivos – a menudo superior al 50-60%, “The Lockdown Files” mostró.

Hancock fue advertido de esta situación “increíblemente preocupante”, pero optó por no “desmontar” esta normativa. En cambio, el gobierno dijo a la población que las pruebas de flujo lateral tenían una “precisión del 99,9%”.

El gobierno del Reino Unido también mantuvo “la regla de los seis“, que impedía las reuniones de más de seis personas, a pesar de saber que no existía una “justificación sólida” para ello. Hancock fue informado de ello, pero respondió que el gobierno ” [no] quiere ir allí en esto [y] también en toque de queda – no quieren moverse ni una pulgada “.

Esta norma mantuvo separadas a muchas familias, según “The Telegraph”.

Se prohibieron las visitas a las residencias de ancianos durante meses, a pesar de que a Hancock se le dijo que esta medida era “inhumana” y que muchos ancianos “simplemente se rendían” debido a su aislamiento indefinido.

Hancock, sin embargo, respondió que consideraría la posibilidad de flexibilizar las medidas “sólo después de unas semanas… Mientras tanto, tenemos que alcanzar el objetivo [de vacunación] de final de mes”.

Las normativas de aislamiento del personal de los centros asistenciales que dio positivo en las pruebas de COVID-19, que oscilaron entre siete días y dos semanas, también provocaron una grave escasez de personal y, en consecuencia, algunos centros recurrieron a personal seropositivo. Los mensajes mostraban que Hancock era consciente de ello.

Los mensajes también mostraban que a Hancock y a sus asesores les parecía “graciosísimo” que los viajeros que regresaban a Inglaterra durante este periodo se vieran obligados a pasar la cuarentena en hoteles. En un intercambio, Case preguntó a Hancock “a cuántas personas encerramos ayer en hoteles”.

Hancock respondió “Ninguno. Pero 149 eligieron entrar en el país y ahora están en Hoteles de Cuarentena por su propia voluntad”, a lo que Case contestó “Graciosísimo”.

Reglas para usted pero no para mí

A finales de junio de 2021, unas fotos y un vídeo de vigilancia mostraron a Hancock, que está casado, y a su ayudante, Gina Coladangelo, abrazados en su despacho ministerial el 4 de mayo. En 41 horas, dimitió.

Sin embargo, durante ese periodo, Hancock luchó denodadamente por controlar la narrativa y salvar su carrera política, buscando formas de desviar la atención de cualquier posible violación de las restricciones COVID-19 de su propio gobierno.

Los mensajes revelaron que Hancock no sabía cuáles de sus propias normas estaban en vigor en esa fecha, y le dijo a un asesor que averiguara “cuáles eran EXACTAMENTE las normas del 4 de mayo”.

En otro mensaje, mientras Hancock buscaba exenciones por las que pareciera que no había infringido las restricciones sobre distanciamiento social y reunión con personas de otros hogares, escribió en mayúsculas: “No hemos infringido la j—-da ley OK”.

En enero de 2021, Hancock fue fotografiado jugando al rugby con su hijo en un parque público de Londres, después de que el gobierno aconsejara a la población “quedarse en casa” ese fin de semana.

Esto recordó el caso del científico Neil Ferguson, de SAGE, cuyo modelo, que sugería que 250.000 personas morirían de COVID-19 sin medidas drásticas, llevó al gobierno del Reino Unido a imponer el primer confinamiento.

En mayo de 2020, Ferguson dimitió de su cargo de asesor tras revelarse que había recibido en su casa a su amante casada mientras existían restricciones para este tipo de reuniones.

A pesar de estas excepciones a las normas, Hancock y otros persiguieron a figuras prominentes por supuestas infracciones similares.

Por ejemplo, cuando el político pro-Brexit Nigel Farage se mostró en vídeo disfrutando de unas copas en un pub inmediatamente después de su regreso de EE.UU. -mientras seguía en vigor una cuarentena de 14 días para quienes regresaran al Reino Unido-, Hancock intervino para intentar que “encerraran” al “gamberro de pub” Farage, según revelaron unos mensajes.

La opinión pública “no puede esperar ya más para obtener respuestas”.

En respuesta a las continuas filtraciones de “The Lockdown Files”, Hancock afirmó que los mensajes están “trucados ” y que se están “hilando para que encajen en una agenda contraria al confinamiento”, y añadió que lo que muestran los mensajes “es a mucha gente trabajando duro para salvar vidas”.

Oakeshott respondió alegando que Hancock la había amenazado. También dijo que el público “no puede esperar ya más para obtener respuestas” a la luz de la lenta investigación oficial COVID-19 y la necesidad de “evitar un encubrimiento” como parte de este proceso.

Cualquiera que piense que he hecho esto por dinero debe de estar completamente loco”, dijo.

La investigación oficial COVID-19 ha pedido que los mensajes se presenten como pruebas.

Hasta el lunes, una encuesta en línea de “The Telegraph” mostraba que el 76% del público apoya la publicación de “The Lockdown Files”.

Los comentarios de los lectores publicados por “The Telegraph” afirmaban: “El principal escándalo es que se dieran los confinamientos” y “Los mensajes muestran un flagrante desprecio por la calidad de vida de los humanos”.

Hancock ha sido una figura polémica durante toda la pandemia. En junio de 2021, en una entrevista con la LBC, Hancock admitió no saber cuántos miembros del SAGE había, a pesar de que supuestamente seguía sus directrices.

También se ha enfrentado a demandas de empresarios que se oponían a las normativas de confinamiento y de Andrew Bridgen, parlamentario que en enero cuestionó abiertamente las vacunas COVID-19, comparando la campaña de vacunación masiva con el Holocausto. Hancock respondió llamando a Bridgen “antisemita”.

En mayo de 2021, se reveló que el dueño de un pub cercano a la casa de Hancock ganó un contrato de 31,4 millones de dólares para suministrar equipos de protección individual -a pesar de no tener esa experiencia- simplemente enviando mensajes a Hancock por WhatsApp.

En medio de una oleada de protestas contra las medidas de COVID-19 en junio de 2021, los manifestantes corearon “arresten a Matt Hancock” y planearon concentrarse frente a su casa.

La dimisión de Hancock se adelantó a la manifestación ante su casa, según el autor y analista político londinense Evans Agelissopoulos, en declaraciones compartidas con “The Defender”.

En enero, un abucheador “anti-vacunas” siguió a Hancock en el metro de Londres y le llamó “escoria asesina“.

Hancock, que el 7 de diciembre de 2022 anunció que renunciaría a su escaño parlamentario en las próximas elecciones, ha creado su propia empresa de televisión y recientemente ha participado en el reality show “I’m A Celebrity… Get Me Out Of Here“.

Incluso allí, Hancock no pudo escapar a las críticas, ya que un grupo de activistas de COVID-19 enarboló una pancarta sobre el lugar en la que se leía “Los que han perdido seres queridos por COVID dicen vete de aquí” (“COVID bereaved say get out of here”).