Desde que las vacunas COVID de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson (J&J) recibieron la Autorización de Uso de Emergencia (‘Emergency Use Authorization’, EUA por sus siglas en inglés), ‘The Defender’ ha realizado un seguimiento de las lesiones postvacunales notificadas por los trabajadores sanitarios y los receptores de las vacunas al Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (‘Vaccine Adverse Events Reporting System’, VAERS por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés).

También hemos cubierto los informes de los medios de comunicación sobre muertes y lesiones entre personas recientemente vacunadas contra el COVID.

Los últimos datos del VAERS muestran que entre el 14 de diciembre de 2020 y el 30 de abril, se notificaron al VAERS un total de 157.277 eventos adversos, incluyendo 3.837 muertes y 16.014 lesiones graves tras la vacunación con las vacunas de Pfizer, Moderna y J&J.

Según el sitio web de los CDC, “los CDC hacen un seguimiento de cualquier informe de muerte para solicitar información adicional y saber más sobre lo ocurrido y determinar si la muerte fue consecuencia de la vacuna o no.”

El 8 de marzo, ‘The Defender’ se puso en contacto con los CDC con una lista de preguntas por escrito sobre las muertes y lesiones registradas relacionadas con las vacunas COVID. Solicitamos información sobre cómo los CDC llevan a cabo las investigaciones sobre las muertes notificadas, el estado de las investigaciones en curso sobre las muertes y lesiones notificadas por los medios de comunicación, si se estaban realizando autopsias, la norma para determinar si una lesión está relacionada causalmente con una vacuna, y las iniciativas de educación para fomentar y facilitar la notificación adecuada y precisa.

Tras repetidos intentos, por teléfono y correo electrónico, de obtener una respuesta a nuestras preguntas, un especialista en comunicación sanitaria del Grupo de Trabajo de Vacunas de los CDC se puso en contacto con nosotros el 29 de marzo, tres semanas después de nuestra consulta inicial.

La persona recibió nuestra solicitud de información del VAERS, pero dijo que nunca había recibido nuestra lista de preguntas, aunque los empleados con los que hablamos varias veces dijeron que los funcionarios de prensa de los CDC estaban trabajando en las preguntas y confirmaron que la representante las había recibido. Volvimos a proporcionar la lista de preguntas junto con un nuevo plazo, pero nunca recibimos respuesta.

‘The Defender’ también se puso en contacto con el departamento de medios de comunicación de los CDC, que nos dijo que se informaría a la unidad de respuesta del COVID de que el especialista en comunicación sanitaria nunca respondió. No se dio ninguna explicación de por qué se ignoraron nuestras preguntas. Nos dijeron que volviéramos a llamar, cosa que hicimos varias veces.

Preguntamos por qué el CDC, financiado por los contribuyentes, parecía responder a otros medios de comunicación de manera oportuna, pero no ha respondido a ‘The Defender’. No se proporcionó ninguna respuesta. Nos dijeron que alguien se pondría en contacto con nosotros.

Han pasado 64 días desde que enviamos nuestro primer correo electrónico preguntando por los datos e informes del VAERS, pero todavía no hay respuesta.

Investigaciones de los CDC sobre las muertes notificadas

Desde que se concedió la EUA para las vacunas experimentales COVID, los principales medios de comunicación han informado de muchas muertes después de las vacunas, y en esos informes, declararon que las muertes estaban siendo investigadas por los CDC.

Preguntamos a los CDC sobre varias de estas investigaciones, si se realizaron autopsias, qué determina si una vacuna causa o contribuye a una muerte y dónde puede acceder el público a los resultados de las investigaciones.

El 3 de enero, el Departamento de Salud de Florida y los CDC anunciaron que estaban llevando a cabo una investigación sobre la muerte del Dr. Gregory Michael, que falleció poco después de recibir la vacuna COVID de Pfizer. El Dr. Jerry L. Spivak, experto en trastornos sanguíneos de la Universidad Johns Hopkins, declaró al New York Times que creía que era una “certeza médica” que la vacuna de Pfizer había causado la muerte de Michael.

El 8 de abril, los médicos forenses establecieron que Michael murió por complicaciones de la ITP, pero catalogaron oficialmente la muerte como natural porque, según Darren Caprara, director de operaciones del Departamento de Medicina Forense del condado de Miami-Dade, no había “ninguna certeza médica” de que la vacuna hubiera causado la muerte de Michael.

El 4 de febrero, los medios de comunicación informaron de que funcionarios estatales y federales estaban investigando la muerte de una mujer de 58 años, Drene Keyes, en Virginia, que falleció por un shock anafiláctico horas después de recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer. Un artículo publicado el 7 de marzo reveló que las autoridades sanitarias no habían realizado la autopsia de Keyes, por lo que la familia tuvo que procurarse una autopsia por su cuenta.

El Comisionado de Salud del Estado de Virginia, Norman Oliver, dijo a los funcionarios de información pública en un correo electrónico el 5 de febrero que si los reporteros preguntaban si se había hecho una autopsia, debían decir que “no era necesaria una autopsia completa para determinar si la muerte estaba relacionada con la vacunación”.

El correo electrónico de Oliver formaba parte de una solicitud de registros públicos que revelaba que a los funcionarios de dentro y fuera del departamento de salud les preocupaba que la muerte de Keyes, que es negra, pudiera empeorar las dudas sobre las vacunas entre las minorías.

El 5 de febrero, una mujer de 39 años de Ogden, Utah, murió cuatro días después de recibir una segunda dosis de la vacuna de Moderna. Kassidi Kurill falleció por un fallo orgánico después de que su hígado, corazón y riñones dejaran de funcionar. Según su familia, no tenía problemas médicos conocidos ni condiciones preexistentes. Las noticias señalan que la muerte de Kurill ha sido comunicada al VAERS.

Notificación insuficiente al VAERS

‘The Defender’ preguntó a los CDC si existe algún mecanismo para confirmar si los proveedores de atención sanitaria informan al VAERS, o si la agencia tiene alguna iniciativa educativa para mejorar la tasa y la calidad de los informes.

Según el sitio web de los CDC y los materiales de aprobación de la EUA de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU., los proveedores de asistencia sanitaria están obligados por ley a notificar determinados acontecimientos adversos al VAERS.

Sin embargo, según una encuesta realizada en 2013 en “Vaccine”, el 37% de los proveedores de atención sanitaria había identificado un evento adverso tras la inmunización, aunque solo el 17% de ellos indicó que había informado alguna vez al VAERS. Los factores asociados a la no presentación de informes por parte de los proveedores de atención sanitaria fueron: el desconocimiento de cómo presentar un informe VAERS en papel; el tipo de consulta; y el desconocimiento por parte del proveedor de los requisitos para presentar un informe VAERS, frente a su conocimiento.

Se cierra la campaña de vacunación contra el H1N1 tras menos de 50 muertes

En marzo de 1976, el gobierno federal se apresuró a comercializar la vacuna contra el H1N1, después de que cientos de soldados de Fort Dix (Nueva Jersey) contrajeran la nueva cepa del virus. De los 45 millones de personas que recibieron la vacuna, 450 desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré y de ellos, más de 30 murieron.

Meses después, en diciembre de 1976, el gobierno suspendió la campaña de vacunación masiva contra el H1N1, después de que la Academia Nacional de Medicina concluyera que las personas que recibieron la vacuna tenían un mayor riesgo de desarrollar Guillain-Barré.

‘The Defender’ preguntó a los CDC cuántas muertes, como porcentaje del número total de administraciones de una vacuna, serían necesarias para que la FDA retirara esa vacuna del mercado.

Los CDC dicen que el VAERS indica que no hay problemas de seguridad con las vacunas

El sitio web de los CDC afirma: “Hasta la fecha, VAERS no ha detectado patrones en la causa de muerte que indiquen un problema de seguridad con las vacunas COVID-19”.

Sin embargo, en su página web, la agencia reconoce 4.178 muertes notificadas entre las personas que recibieron una vacuna COVID entre el 14 de diciembre de 2020 y el 3 de mayo, y determinó que “una revisión de la información clínica disponible, incluyendo los certificados de defunción, las autopsias y los registros médicos, no reveló ninguna evidencia de que la vacunación haya contribuido a las muertes de los pacientes.”

Preguntamos cómo llegaron los CDC a esta conclusión, dónde puede acceder el público a la información relativa a las autopsias, qué se necesitaría para confirmar que una vacuna fue la causa de la muerte y si existe la opción de incluir la vacuna como causa de la muerte en un formulario de autopsia.

Informes sobre coágulos de sangre con vacunas de ARNm

Recientemente hemos complementado nuestras preguntas con las cifras más recientes del VAERS sobre lesiones por vacunas, a medida que aumentan las pruebas de que las vacunas de Pfizer y Moderna causan trastornos de coagulación de la sangre similares a los notificados tras las vacunas de AstraZeneca y J&J.

Como informó ‘The Defender’ el 30 de abril, el VAERS arrojó un total de 2.808 informes asociados a la formación de trastornos de coagulación para las tres vacunas desde el 14 de diciembre de 2020 hasta el 30 de abril.

De los 2.808 casos notificados, 1.043 se atribuyeron a Pfizer, 893 a Moderna y 860 a J&J. Las autoridades sanitarias estadounidenses sólo reconocieron 15 casos de coágulos sanguíneos asociados a la vacuna de J&J en la reunión del 16 de abril en la que se votó el levantamiento de la suspensión de la vacuna y la reanudación de su uso sin restricciones.

Los CDC reducen el umbral de Ct para las pruebas de COVID

Hasta el 26 de abril de 2021 se habían notificado más de 9.245 casos de COVID en las personas totalmente vacunadas, conocidos como “casos de fallos de la vacunación”. Los CDC han recomendado recientemente reducir el valor de Ct de la RT-PCR a 28 ciclos cuando se realicen pruebas de COVID a personas totalmente vacunadas.

El umbral más bajo daría lugar a una disminución de los casos de fallos de la vacunación positivos que podrían poner en duda los datos de eficacia de la vacuna COVID.

El Dr. Fauci recomienda un valor Ct de 35. A nivel mundial, el punto de corte aceptado para el valor Ct de COVID oscila entre 35 y 40, dependiendo de las instrucciones de los fabricantes de equipos de ensayo.

Según el Consejo Indio de Investigación Médica (‘Indian Council of Medical Research’, ICMR por sus siglas en inglés), se considera que un paciente es positivo para COVID si el valor Ct es inferior a 35. En otras palabras, si el virus es detectable después de 35 ciclos o antes, se considera que el paciente da positivo.

“Si el punto de referencia se redujera a 24, significaría que los valores de Ct en el rango 25-34 no se considerarían positivos. Un punto de referencia de 35, por tanto, significa que se considerarían positivos más pacientes de los que obtendríamos si el punto de referencia fuera 24.”

Pedimos a los CDC que explicaran por qué cambiaron las recomendaciones para las pruebas de COVID en pacientes vacunados, el impacto que esto tendrá en los informes de los casos de COVID que se presentan y por qué la agencia no aplica un estándar de prueba RT-PCR para las pruebas, independientemente del estado de vacunación.

Los CDC dejan de contabilizar todos los casos de fallos de la vacunación

Las autoridades sanitarias federales decidieron este mes limitar el seguimiento de las personas vacunadas infectadas con COVID, lo que suscitó la preocupación de algunos científicos, que afirmaron que la falta de datos podría obstaculizar la capacidad de los científicos para investigar por qué y cómo se producen los casos de fallos de la vacunación, informó Bloomberg.

Cada viernes, los CDC publican en su sitio web el número de casos de fallos de la vacunación en personas totalmente vacunadas. El 7 de mayo, los CDC anunciaron que pasarán a notificar sólo los pacientes con infección por COVID que hayan sido hospitalizados o hayan fallecido para “ayudar a maximizar la calidad de los datos recogidos sobre los casos de mayor importancia clínica y de salud pública.”

El cambio en la notificación, que entra en vigor el 14 de mayo, reducirá el número de casos de fallos de la vacunación notificados.

Según Bloomberg, el seguimiento y la secuenciación de los casos ayuda a determinar quiénes pueden tener más riesgo, si las nuevas variantes evaden las vacunas y cuándo empieza a disminuir la protección de las vacunas. Los infectados -algunos de los cuales sufren problemas médicos generalizados, aunque no estén hospitalizados- dicen sentirse perdidos por la falta de información.

“No deberíamos limitar el enfoque, sino ampliarlo y desarrollar un plan sistemático”, dijo Eric Topol, director del ‘Scripps Research Translational Institute’ de La Jolla (California).

Tom Clark, jefe de la unidad de evaluación de vacunas del grupo de trabajo de los CDC, dijo que los CDC están maximizando la calidad de los datos recogidos sobre los casos, y que la agencia cambió su estrategia porque hay pocos patrones preocupantes en los datos recogidos hasta ahora, lo que sugiere que la atención debe centrarse en los casos más graves.

Sin embargo, Michael Kinch, vicerrector asociado de la Universidad de Washington en San Luis, dijo que debería registrarse toda la información posible sobre los fallos de vacunación. Los casos que no llegan a la hospitalización siguen siendo importantes de rastrear, dijo Kinch, ya que los síntomas que no son tan graves para alguien podrían eventualmente conducir a hospitalizaciones. Los síntomas que no suponen una amenaza para la vida pueden tener un gran impacto en la vida de una persona y evolucionar con el tiempo, añadió.

Pedimos a los CDC que explicaran por qué la agencia modificó la forma de contabilizar los casos de fallos de la vacunación COVID, que explicaran el efecto que esto tendrá en las cifras de irrupción y cómo los CDC pueden controlar la eficacia de la vacuna si excluyen los casos de fallos de la vacunación COVID que no resultan en hospitalización o muerte.

Hasta la fecha, todavía no hemos recibido respuesta, pero seguiremos presionando a los CDC para que respondan a nuestras preguntas.

Estas son nuestras preguntas:

Preguntas de los CDC para la investigación del Congreso

1. Según su página web, los CDC hacen un seguimiento de cada muerte notificada tras la vacunación para solicitar información adicional y conocer mejor “lo que ocurrió para determinar si la muerte fue consecuencia de la vacuna o no.”

Hasta el 30 de abril, 157.277 acontecimientos adversos se habían notificado al Sistema de Notificación de Acontecimientos Adversos a las Vacunas(VAERS) de los CDC tras la vacunación con COVID, incluidos 3.837 fallecimientos y 16.014 lesiones graves. El sitio web de los CDC reconoce 4.178 muertes notificadas entre personas que habían recibido la vacuna COVID entre el 14 de diciembre de 2020 y el 3 de mayo de 2021.

  • ¿Cuántos de estos informes han seguido los CDC hasta ahora?
  • ¿Qué criterios determinan si hay que seguir investigando?
  • ¿Qué implica una investigación?
  • ¿Cuánto tiempo dura una investigación, por término medio?
  • ¿Dónde puede acceder el público a los resultados de las investigaciones realizadas sobre las muertes denunciadas?

2. El sitio web de los CDC afirma: “Hasta la fecha, VAERS no ha detectado patrones en la causa de muerte que indiquen un problema de seguridad con las vacunas COVID-19.” Sin embargo, una búsqueda de los informes presentados hasta el 30 de abril muestra lo que parecen ser una serie de patrones.

Por favor, explique por qué el CDC no los reconoce:

3. En referencia a las 4.178 muertes notificadas, el sitio web de los CDC afirma: “Una revisión de la información clínica disponible, incluidos los certificados de defunción, las autopsias y los registros médicos, no reveló ninguna prueba de que la vacunación haya contribuido a la muerte de los pacientes.”

  • ¿Cuáles son los criterios para determinar si la vacuna causó y/o contribuyó a la muerte notificada?
  • ¿Dónde puede acceder el público a la revisión de las muertes notificadas por los CDC?

4. El 3 de enero, el Departamento de Salud de Florida y los CDC anunciaron que estaban llevando a cabo una investigación sobre la muerte del Dr. Gregory Michael, que falleció poco después de recibir la vacuna COVID de Pfizer. El Dr. Jerry L. Spivak, experto en trastornos sanguíneos de la Universidad Johns Hopkins, declaró al New York Times que creía que era una “certeza médica” que la vacuna COVID de Pfizer había causado la muerte de Michael.

El 8 de abril, los médicos forenses establecieron que Michael murió por complicaciones de la ITP, pero catalogaron oficialmente la muerte como natural porque, según Darren Caprara, director de operaciones del Departamento de Medicina Forense del condado de Miami-Dade, no había “ninguna certeza médica” de que la vacuna hubiera causado la muerte de Michael.

El 4 de febrero, los medios de comunicación informaron de que los funcionarios estatales y federales estaban investigando la muerte de una mujer de 58 años, Drene Keyes, en Virginia, que falleció horas después de recibir la primera dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer por una anafilaxia. Un artículo publicado el 7 de marzo reveló que no se realizó ninguna autopsia sobre la causa de la muerte de Keyes y que la familia tuvo que procurarse la suya propia.

El Comisionado de Salud del Estado, Norman Oliver, dijo a los funcionarios de información pública en un correo electrónico el 5 de febrero que si los periodistas preguntaban si se había hecho una autopsia, debían decir que “no era necesaria una autopsia completa para determinar si la muerte estaba relacionada con la vacunación”.

El correo electrónico de Oliver formaba parte de una solicitud de registros públicos que revelaba que a los funcionarios de dentro y fuera del departamento de salud les preocupaba que la muerte de Keyes, que es negra, pudiera empeorar las dudas sobre las vacunas entre las minorías.

El 5 de febrero, una mujer de 39 años de Ogden, Utah, murió cuatro días después de recibir una segunda dosis de la vacuna COVID de Moderna. Kassidi Kurill falleció por un fallo orgánico después de que su hígado, corazón y riñones dejaran de funcionar. Según su familia, no tenía problemas médicos conocidos ni condiciones preexistentes.

  • ¿Dónde puede el público acceder a los resultados de las investigaciones de Michaels, Keyes y Ogden?
  • ¿Disponen los CDC de algún mecanismo para garantizar que los funcionarios locales de salud pública investigan adecuadamente las muertes notificadas?
  • ¿Por qué el CDC no pidió que se le hiciera una autopsia a Keyes?
  • ¿Se considera que las autopsias son esenciales para demostrar que una vacuna causó una muerte, o la autopsia no es una herramienta eficaz para determinar la causalidad y, si no es así, por qué no? ¿Se puede establecer una relación causal sin una autopsia?
  • En caso negativo, ¿qué sucede en los casos en los que se presenta un informe pero no se realiza la autopsia, se desestiman esos informes? ¿O se descarta que la vacuna haya causado o contribuido a la muerte?

5. Numerosos médicos forenses y patólogos han declarado que no existe la opción de seleccionar una vacuna como causa de muerte en sus informes. Esto tiene implicaciones obvias para determinar si una vacuna es una causa subyacente o un factor que contribuye a una muerte notificada.

  • ¿Puede verificar que tanto los médicos forenses como los patólogos tienen la opción en sus formularios de indicar que una vacuna causó y/o contribuyó a una muerte?
  • ¿Distingue el CDC entre una vacuna que “contribuye a una muerte” y la que “causa” una muerte? En caso afirmativo, ¿cuáles son los criterios para diferenciar entre “contribuir” y “causar”? ¿Y se informa de ambas cosas al público?

6. Según el sitio web de los CDC y los materiales de aprobación de la EUA de la FDA, los proveedores de asistencia sanitaria están obligados por ley a notificar determinados acontecimientos adversos al VAERS. Sin embargo, según los CDC, que hacen referencia a un estudio publicado por “Vaccine“, sólo el 17% de los médicos informaron al VAERS a pesar de que más del 31% habían presenciado una reacción que creían causada por la vacuna.

Múltiples informes han determinado que tan sólo el 1% de las reacciones adversas post-vacunas se notifican al VAERS. Los médicos reciben poca o ninguna formación sobre cómo reconocer una reacción adversa a una vacuna, y tampoco se les forma en la facultad de medicina sobre cómo presentar un informe en el VAERS.

  • ¿Existe algún mecanismo por el que los CDC puedan confirmar si los proveedores de servicios sanitarios informan al VAERS?
  • ¿Qué medidas, si es que hay alguna, están tomando los CDC para mejorar el VAERS, incluyendo la garantía de que todos los proveedores de asistencia sanitaria informen completamente sobre todas las reacciones adversas a las vacunas COVID, que fueron desarrolladas en un tiempo récord y que todavía son, por definición, productos experimentales?

7. En el sitio web de los CDC se indica: “Hasta la fecha, VAERS no ha detectado patrones en la causa de muerte que indiquen un problema de seguridad con las vacunas COVID-19”.

  • ¿Puede explicar cómo los CDC han llegado a esta conclusión teniendo en cuenta que se han registrado 3.544 muertes (el 25% de las cuales se produjeron en las 48 horas siguientes a la vacunación), 12.619 lesiones graves y más de 118.902 reacciones adversas, muchas de las cuales fueron notificadas por los profesionales sanitarios?

8. A 30 de abril, había 2.808 informes de trastornos de coagulación de la sangre para las tres vacunas en el sistema VAERS. De los 2.808 casos notificados, 1.043 se atribuyeron a Pfizer, 893 a Moderna y 860 a J&J.

Un adolescente de Utah fue hospitalizado con tres coágulos de sangre en el cerebro y cerca de él, los cuales se desarrollaron después de recibir la primera dosis de la vacuna COVID de Pfizer. Everest Romney, de 17 años, se puso la vacuna el 21 de abril y empezó a sentir dolor de cuello, fiebre y fuertes dolores de cabeza un día después. Al adolescente se le diagnosticaron dos coágulos de sangre en el interior del cerebro y uno en el exterior.

  • ¿Investigan los CDC los informes sobre trastornos de la coagulación con vacunas de ARNm?

9. En marzo de 1976, el gobierno federal se apresuró a comercializar la vacuna contra el H1N1 después de que cientos de soldados de Fort Dix, Nueva Jersey, contrajeran la nueva cepa del virus. De los 45 millones de personas que recibieron la vacuna, 450 desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré y de ellos, más de 30 murieron.

Meses después, en diciembre de 1976, el gobierno suspendió la campaña de vacunación masiva contra el H1N1, después de que la Academia Nacional de Medicina concluyera que las personas que recibieron la vacuna tenían un mayor riesgo de desarrollar Guillain-Barré.

  • ¿Cuántas muertes, en porcentaje del número total de administraciones de una vacuna, serían necesarias para que la FDA retirara una vacuna del mercado? ¿Y cómo se comparan los criterios para retirar las vacunas del mercado con los criterios para retirar otros tipos de medicamentos?

10. Hasta el 26 de abril se habían notificado más de 9.245 casos de COVID en las personas totalmente vacunadas. Estos se denominan “casos de fallos de la vacunación”.

A principios de mayo, los CDC recomendaron reducir el valor Ct de la RT-PCR a 28 ciclos para aquellos que se sometan a la prueba de COVID después de haber sido completamente vacunados. Un valor Ct más bajo indica una mayor carga viral en la muestra, y viceversa. Una prueba PCR suele utilizar 40 ciclos de amplificación, el Dr. Fauci recomienda 35 y la norma mundial es 35.

Si se reducen los valores de Ct a 28 (excluyendo los valores de Ct entre 29 y 35) para los individuos vacunados, se reducirá el número de casos positivos de fallos de la vacunación de COVID que podrían poner en duda los datos de eficacia de la vacuna COVID.

  • ¿Puede explicar por qué los CDC recomiendan un valor Ct más bajo para los que han sido vacunados contra el COVID?
  • ¿Puede explicar el impacto de la reducción del umbral de la RT-PCR a 28 en los casos de COVID que se producen?
  • ¿Puede explicar por qué los CDC no exigen un estándar de pruebas RT-PCR?
  • ¿Por qué los CDC cambiaron sus informes sobre los casos de fallos dela vacunación el 7 de mayo para excluir los casos de COVID en las personas totalmente vacunadas a menos que resulten en hospitalización o mueran?
  • La vacuna está diseñada para prevenir el COVID y/o el COVID moderado o grave. ¿Cómo pueden los CDC supervisar la eficacia de la vacuna si excluyen los casos de COVID que no resultan en hospitalización o muerte?

11. En diciembre de 2020, los CDC pusieron en marcha V-safe, financiado por los contribuyentes, una herramienta basada en teléfonos inteligentes que utiliza mensajes de texto y encuestas web para proporcionar controles de salud personalizados después de recibir la vacuna COVID-19. Según el sitio web de los CDC, a través de esta aplicación puedes informar rápidamente a los CDC si tienes algún efecto secundario después de vacunarte.

  • ¿Dónde puede acceder el público a la información de V-safe? Y si esta información no se hace pública, ¿por qué no se hace y quién tiene acceso a los datos?