Funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés) dijeron el miércoles que ven una “asociación causal plausible” entre la vacuna COVID de Johnson & Johnson y los trastornos de coágulos sanguíneos potencialmente mortales después de identificar 28 casos -incluyendo tres muertes- entre personas que recibieron la vacuna.

El Dr. Tom Shimabukuro, subdirector de la oficina de seguridad de las vacunas de los CDC, hizo una ponencia sobre los nuevos casos en una reunión de los asesores del panel de los CDC realizada el miércoles, informó The New York Times.

La ponencia de Shimabukuro identificó 28 casos de trombosis con síndrome de trombocitopenia (‘thrombosis with thrombocytopenia syndrome’, TTS por sus siglas en inglés) entre personas vacunadas con la inyección de J&J. Los casos se basaron en los informes enviados al Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas de los CDC, conocido como VAERS (siglas en inglés de ‘Vaccine Adverse Events Reporting System’). La TTS consiste en la formación de coágulos de sangre acompañados de un bajo nivel de plaquetas.

Shimabukuro dijo que cuatro de las 28 personas con TTS aún seguían en el hospital el 7 de mayo, y una de ellas estaba en la UCI. Dos habían sido dados de alta para pasar a un centro de cuidados postoperatorios, 19 pacientes fueron dados de alta completamente y tres habían muerto.

Las pruebas actuales “sugieren una asociación causal plausible” entre la vacuna de J&J y los casos de TTS, dijo Shimabukuro.

La trombosis del seno venoso cerebral (‘cerebral venous sinus thrombosis’, CVST por sus siglas en inglés) es una forma de TTS notificada en relación con la vacuna de J&J en la que se forman coágulos en las venas que drenan la sangre del cerebro, lo que pone a los pacientes en riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. La condición parece similar a lo que se está observando tras la administración de las inyecciones de COVID de AstraZeneca en Europa, dijo Shimabukuro.

La mayoría de los casos de J&J en EE.UU. se dieron en mujeres de entre 18 y 49 años, y seis casos en hombres, según los CDC. Las tasas entre las mujeres de 30 a 39 años y de 40 a 49 años eran especialmente altas -12,4 casos por millón y 9,4 casos por millón-, según la ponencia.

De los 28 casos de TTS, 19 afectaron al cerebro, y 10 de esos pacientes sufrieron una hemorragia cerebral, dijo Shimabukuro. Los otros coágulos se formaron en las extremidades inferiores, las arterias pulmonares u otras zonas del cuerpo.

Todos los pacientes se habían puesto la vacuna de J&J antes de que se suspendiera temporalmente el 13 de abril.

La Dra. Sara Oliver, de los CDC, dijo que los beneficios proporcionados por la vacuna siguen siendo mayores que el riesgo y que no es necesario actualizar la política de vacunación en este momento.

Hasta el 25 de abril, los CDC sólo habían reconocido 17 casos de coagulación entre los casi 8 millones de personas que recibieron las vacunas de J&J.

‘Children’s Health Defense’ consultó los datos del VAERS en busca de eventos adversos asociados a trastornos de la coagulación de la sangre entre el 14 de diciembre de 2020 y el 30 de abril, y encontró 2.808 informes asociados a las tres vacunas autorizadas para uso de emergencia en los Estados Unidos.

De los 2.808 casos notificados, 1043 se atribuyeron a Pfizer, 893 a Moderna y 860 a J&J, es decir, 832 casos más que los 28 notificados por los CDC el miércoles.

Según la ponencia de Shimabukuro, los CDC y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. comprueban diariamente en el VAERS los trastornos de coagulación de la sangre asociados a las vacunas, incluidas las trombosis raras (como la trombosis venosa cerebral), la trombosis venosa profunda, la tromboembolia pulmonar, el accidente cerebrovascular isquémico y el infarto de miocardio.

Utilizando sólo los criterios de búsqueda de los CDC, VAERS reveló 1.082 casos de trastornos de coagulación de la sangre asociados a las tres vacunas, incluyendo 315 informes atribuidos a J&J, 437 informes atribuidos a Pfizer y 328 casos a Moderna.

Sin embargo, según los CDC, sólo hubo 28 casos de trastornos de la coagulación de la sangre asociados a la vacuna de J&J y ningún caso confirmado de TTS asociado a Moderna o Pfizer.

Como informó ‘The Defender’ el 10 de mayo, un adolescente de Utah sigue hospitalizado con coágulos de sangre en el cerebro tras recibir su primera dosis de la vacuna COVID de Pfizer.

Everest Romney, de 17 años, se puso la vacuna el 21 de abril y un día después empezó a sentir dolor de cuello, fiebre y fuertes dolores de cabeza. Después de más de una semana de síntomas y de no poder mover libremente el cuello, le diagnosticaron dos coágulos de sangre dentro del cerebro y uno fuera.

El Departamento de Salud de Utah dijo a FOX 13 que los CDC se encargan de investigar los posibles efectos secundarios de la vacuna. Después de administrar casi 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, los CDC informaron de que hasta el 12 de abril no se había producido ni un solo caso relacionado con la formación de coágulos de sangre en el cerebro.

La declaración del CDC del 12 de abril contradice numerosos informes de noticias, estudios, científicos y el propio sistema de la agencia para el seguimiento de las reacciones adversas.

Tal como informó el martes, ‘The Defender’ se puso en contacto con el CDC el 8 de marzo con una lista de preguntas sobre las muertes y lesiones relacionadas con vacunas COVID para discernir cómo el CDC lleva a cabo sus investigaciones, si está investigando los coágulos de sangre asociados con vacunas de ARNm como Pfizer y Moderna y para saber donde puede acceder la ciudadanía a los resultados de diversas investigaciones divulgadas por los medios de comunicación. Han pasado 66 días y seguimos sin recibir respuesta.

Los CDC han dicho que tienen un compromiso con comunicar de forma abierta y transparente la información sobre la seguridad de las vacunas.