Los datos publicados el 17 de septiembre por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (“Centers for Disease Control and Prevention”, CDC por sus siglas en inglés) mostraron que entre el 14 de diciembre de 2020 y el 17 de septiembre de 2021 se notificaron al Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (“Vaccine Adverse Event Reporting System”, VAERS por sus siglas en inglés) un total de 726.965 eventos adversos tras las vacunas COVID. Los datos incluían un total de 15.386 informes de muertes, un aumento de 461 respecto a la semana anterior.

Durante el mismo periodo se registraron 99.410 informes de lesiones graves, incluidas las muertes, lo que supone un aumento de 7.887 en comparación con la semana anterior.

Excluyendo los “informes extranjeros” presentados en el VAERS, entre el 14 de diciembre de 2020 y el 17 de septiembre de 2021 se notificaron en Estados Unidos 569.294 eventos adversos, incluyendo 6.981 muertes y 44.481 lesiones graves.

De las 6.981 muertes registradas en EE.UU. hasta el 17 de septiembre, el 12% se produjeron en las 24 horas siguientes a la vacunación, el 17% en las 48 horas siguientes y el 30% en personas que experimentaron un inicio de síntomas en las 48 horas siguientes a la vacunación.

En Estados Unidos se habían administrado 383,6 millones de dosis de la vacuna COVID hasta el 17 de septiembre. Esto incluye: 220 millones de dosis de Pfizer, 149 millones de dosis de Moderna y 15 millones de dosis de Johnson & Johnson (J&J).

De la publicación de los datos del VAERS del 17-9-21

Los datos proceden directamente de los informes presentados al VAERS, el principal sistema financiado por el gobierno para notificar las reacciones adversas a las vacunas en los Estados Unidos.

Cada viernes, el VAERS hace públicos todos los informes de lesiones por vacunas recibidos hasta una fecha determinada, normalmente una semana antes de la fecha de publicación. Los informes enviados al VAERS requieren una investigación más profunda antes de poder confirmar una relación causal.

Los datos de esta semana en Estados Unidos para los jóvenes de 12 a 17 años muestran:

Las muertes más recientes corresponden a un varón de 17 años (VAERS I.D. 1689212) con cáncer que fue vacunado el 17 de abril, dio positivo en COVID el 20 de julio, fue hospitalizado y falleció el 29 de agosto; y una chica de 16 años (VAERS I.D. 1694568) que murió de una embolia pulmonar nueve días después de recibir su primera dosis de Pfizer.

Otras muertes recientes notificadas incluyen dos pacientes [VAERS I.D. 1655100] que murieron después de su segunda dosis de Pfizer, incluyendo una chica de 13 años, un chico de 15 años (VAERS I.D. 1498080) que había tenido previamente COVID, se le diagnosticó una miocardiopatía en mayo de 2021 y murió cuatro días después de recibir su segunda dosis de la vacuna de Pfizer cuando se desplomó en el campo de fútbol y entró en taquicardia ventricular; y una chica de 13 años (VAERS I.D. 1505250) que falleció tras sufrir una afección cardíaca después de recibir su primera dosis de Pfizer.

  • 3.058 informes de anafilaxia entre jóvenes de 12 a 17 años, con el 99% de los casos
    atribuidos a la vacuna de Pfizer.
  • 502 informes de miocarditis y pericarditis (inflamación del corazón) con 494 casos atribuidos a la vacuna de Pfizer.
  • 108 informes de trastornos de coagulación de la sangre, con todos los casos atribuidos a Pfizer.

Los datos del VAERS de Estados Unidos de esta semana, del 14 de diciembre de 2020 al 17 de septiembre de 2021, para todos los grupos de edad combinados, muestran:

Los CDC desautorizan al comité de seguridad de las vacunas de la agencia y se ponen del lado de la FDA sobre las dosis de refuerzo

En un “movimiento inusual“, la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, desautorizó el jueves la recomendación del comité asesor de vacunas de su agencia de limitar la vacuna de refuerzo COVID de Pfizer a las personas de 65 años o más, a los residentes de centros de atención a largo plazo y a ciertas personas con enfermedades subyacentes.

En cambio, Walensky se alineó con la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) de una tercera dosis de la vacuna de Pfizer para una población más amplia, que incluye a los trabajadores de la salud, los trabajadores de las tiendas de comestibles, los maestros y otras personas cuyos trabajos los ponen en “alto riesgo” de infecciones, además de los residentes de las prisiones y los de refugios para personas sin hogar.

El presidente Biden ha actuado hoy ante la noticia, anunciando que su administración comenzará a distribuir inyecciones de refuerzo esta semana, según informa “Politico”.

En una reunión celebrada el jueves, el panel asesor de vacunas de los CDC votó por unanimidad la aprobación de las dosis de refuerzo de la vacuna COVID de Pfizer para las personas de 65 años o más, los residentes de centros de atención a largo plazo y determinadas personas con enfermedades subyacentes. La dosis de refuerzo se administraría al menos seis meses después de haber sido vacunado completamente.

Sin embargo, los asesores votaron en contra de recomendar una dosis de refuerzo para las personas cuyos trabajos o situaciones les hacen correr un alto riesgo de infección por fallo de la vacunación.

La FDA ignora las orientaciones del comité de seguridad y autoriza ampliamente las dosis de refuerzo

La FDA modificó el miércoles la Autorización de Uso de Emergencia (“Emergency Use Authorization”, EUA por sus siglas en inglés) de la vacuna COVID de Pfizer-BioNTech para permitir que se administre una única vacuna de refuerzo a las personas de 65 años o más.

Además de los estadounidenses de edad avanzada, la FDA autorizó las dosis de refuerzo para las personas de 18 a 64 años de edad con alto riesgo de padecer una enfermedad grave a causa del COVID, y también para aquellos “cuya exposición institucional o laboral frecuente” al virus les hace correr un alto riesgo de sufrir complicaciones graves a causa de la enfermedad provocada por el virus, dijo la agencia.

El 17 de septiembre, el Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (“Vaccines and Related Biological Products Advisory Committee”, VRBPAC por sus siglas en inglés) de la FDA recomendó por unanimidad la EUA para una dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer para las personas de 65 años o más y aquellas con sistemas inmunológicos comprometidos – pero el comité votó 16 a 2 en contra de recomendar las dosis de refuerzo para la población general, citando la falta de datos a largo plazo. El comité dijo que los riesgos no superaban los beneficios para esas personas.

El Dr. Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica (“Center for Biologics Evaluation and Research”) de la FDA, dijo que la agencia tuvo en cuenta las aportaciones del comité, pero realizó su propia revisión de los datos para tomar una decisión.

Los expertos dicen a la FDA que las vacunas “perjudican a más personas de las que salvan”

Durante la sesión de comentarios públicos en la reunión del VRBPAC del 17 de septiembre, numerosos expertos dijeron que los datos que apoyaban la solicitud de Pfizer de dosis de refuerzo eran inadecuados.

Varias personas destacaron patrones preocupantes con los datos del VAERS, solicitando que se preste más atención a las señales potenciales y a los eventos adversos notificados.

La Dra. Jessica Rose, inmunóloga viral y viróloga, dijo que hay claras señales de riesgo que surgen de los datos del VAERS, ya que se ha dado un aumento del 1.000% en el número total de eventos adversos durante 2021 hasta ahora.

Rose señaló que, hasta el 27 de agosto, se produjeron 1.500 reacciones adversas por cada millón de personas totalmente vacunadas, y 1 de cada 660 personas informó de acontecimientos adversos inmunológicos asociados a los productos COVID. Ella manifestó que los datos no tenían en cuenta la infradeclaración.

El Dr. Joseph Fraiman, médico de urgencias en Nueva Orleans, durante su presentación ante el panel de seguridad de la FDA planteó que no existen pruebas clínicas que refuten las afirmaciones de que las vacunas COVID están dañando a más personas de las que salvan.

Steve Kirsch, fundador del Fondo para el Tratamiento Precoz de la COVID-19 (“COVID-19 Early Treatment Fund”), utilizando los datos de cuatro análisis diferentes, dijo que incluso si las vacunas tuvieran una protección del 100%, eso todavía significaría que matamos a dos personas para salvar una vida.

Una doctora que resultó “terriblemente dañada” por una vacuna de Pfizer pide ayuda a las agencias estadounidenses

En una entrevista exclusiva con “The Defender”, Danice Hertz, una doctora de 64 años que está “horriblemente enferma” e “incapacitada” después de recibir la vacuna COVID de Pfizer, afirma que las agencias sanitarias estadounidenses están ignorando miles de acontecimientos adversos.

Hertz dijo a “The Defender” que hay miles de personas como ella -dañadas por las vacunas COVID- que sufren y necesitan ayuda, pero que son ignoradas por los medios de comunicación y las agencias sanitarias estadounidenses.

Mientras tanto, se están imponiendo mandatos de la vacuna COVID a millones de estadounidenses, sin apenas hablar de los riesgos, añadió.

Hertz explicó que los lesionados por las vacunas están luchando por conseguir la validación y la atención médica porque estas reacciones se están ocultando a la comunidad médica.

Afirmó que la FDA, los CDC y los Institutos Nacionales de Salud conocen las lesiones causadas por las vacunas desde los ensayos clínicos y, sin embargo, no otorgan el consentimiento informado, es decir, no revelan plenamente los posibles riesgos asociados a las vacunas conlo que no permiten que el individuo decida.

“Esto es realmente impactante”, dijo Hertz. “Habiendo practicado la medicina durante 33 años, siempre tuve fe en nuestras agencias reguladoras. Ahora, después de haber sido gravemente dañada por esta vacuna y de luchar para que me tomen en serio y obtener asistencia médica, ya no tengo fe.”

30.000 mujeres en el Reino Unido denuncian problemas menstruales tras las inyecciones de COVID

Hasta el 2 de septiembre, se habían presentado más de 30.000 notificaciones de irregularidades menstruales y hemorragias vaginales al Programa de Tarjetas Amarillas (“Yellow Card Scheme”) de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (“Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency”, MHRA por sus siglas en inglés), el sistema británico de recogida y seguimiento de las reacciones adversas tras las vacunas COVID.

Según un editorial publicado el 16 de septiembre en “The BMJ”, los informes de reacciones adversas incluyen periodos más abundantes de lo habitual, retrasos en los periodos y sangrados vaginales inesperados. Sin embargo, ninguno de los fabricantes de la vacuna COVID menciona ningún problema relacionado con la salud menstrual como efecto secundario, y durante los ensayos clínicos no se ha realizado ninguna investigación para evaluar los efectos de las vacunas en el ciclo menstrual.

Según el VAERS, entre el 14 de diciembre de 2020 y el 17 de septiembre de 2021, se han registrado un total de 9.589 informes, incluidos los estadounidenses y algunos extranjeros, de trastornos menstruales tras la vacunación con una vacuna COVID.

Históricamente, se ha demostrado que el VAERS informa sólo del 1% de los efectos adversos reales de las vacunas, lo que significa que el número de efectos adversos reales referentes a trastornos menstruales podría ser mucho mayor.

Pfizer afirma que la vacuna COVID para niños de 5 a 11 años es “segura” y muestra una respuesta de anticuerpos “sólida”

Pfizer dijo el lunes que un ensayo de fase 2/3 mostró que su vacuna COVID era segura y generaba una respuesta de anticuerpos “sólida” en niños de 5 a 11 años, pero los expertos advirtieron que los datos de Pfizer son engañosos, y algunos incluso cuestionaron la necesidad de que los niños sean vacunados en absoluto.

Estos son los primeros resultados publicados para este grupo de edad para una vacuna COVID, y los datos aún no han sido revisados o publicados.

Pfizer ha dicho que tiene previsto solicitar pronto la autorización de la EUA a la FDA. Los funcionarios de la FDA dijeron que una vez que se presenten los datos, la agencia podría autorizar una vacuna para los niños más pequeños en cuestión de semanas.

La Dra. Elizabeth Mumper, pediatra, presidenta y directora general de The RIMLAND Center y miembro del Comité Asesor Científico de “Children’s Health Defense” (CHD), en un correo electrónico enviado a “The Defender”, dijo que Pfizer no compartió datos específicos sobre la eficacia o los efectos secundarios y se basó solamente en las mediciones de las respuestas de los anticuerpos, extrapolando los datos de los adultos para implicar la protección. Mumper dijo que CHD sigue siendo escéptica con respecto a la “investigación científica presentada mediante comunicados de prensa”.

Un nuevo estudio cuestiona la necesidad de vacunar a los niños contra el COVID

Como informó “The Defender” esta semana, un nuevo estudio publicado en “Science Direct” cuestiona la necesidad de vacunar a los niños contra el COVID. El estudio descubrió que la mayor parte de las muertes oficiales per cápita atribuidas a la COVID se produjeron sobre todo en personas de edad avanzada con alta comorbilidad, mientras que las muertes atribuidas a la COVID fueron insignificantes en los niños.

En comparación, los autores del estudio descubrieron que el grueso de las muertes normalizadas después de la vacunación se produjo sobre todo en personas mayores con altas comorbilidades, mientras que las muertes normalizadas después de la vacunación fueron pequeñas, pero no insignificantes, en los niños.

Los investigadores señalaron que los ensayos clínicos de las vacunas COVID eran muy breves (unos pocos meses), contaban con muestras no representativas de la población total y, en el caso de los adolescentes/niños, tenían un escaso poder predictivo debido a su reducido tamaño.

Además, los ensayos clínicos de las vacunas COVID no abordaron los cambios en los biomarcadores que podrían servir como indicadores de alerta temprana de una elevada predisposición a enfermedades graves, dijeron los investigadores.

“Lo más importante es que los ensayos clínicos no abordaron los efectos a largo plazo que, de ser graves, los niños/adolescentes soportarían potencialmente durante décadas”.

198 días y contando, los CDC ignoran las consultas de “The Defender”

Según el sitio web de los CDC, “los CDC hacen un seguimiento de cualquier informe de muerte para solicitar información adicional y saber más sobre lo ocurrido y determinar si la muerte fue consecuencia de la vacuna o no.”

El 8 de marzo, “The Defender” se puso en contacto con los CDC con una lista de preguntas por escrito sobre las muertes y lesiones registradas relacionadas con las vacunas COVID. Hemos intentado repetidamente, por teléfono y correo electrónico, obtener una respuesta a nuestras preguntas.

A pesar de las múltiples comunicaciones telefónicas y por correo electrónico con muchas personas de los CDC, y a pesar de que se nos dijo que nuestra solicitud estaba en el sistema y que alguien respondería, todavía no hemos recibido respuesta a ninguna de las preguntas que presentamos. Han pasado 198 días desde que enviamos nuestro primer correo electrónico a los CDC solicitando información.

“Children’s Health Defense” pide a cualquier persona que haya experimentado una reacción adversa a cualquier vacuna, que presente un informe siguiendo estos tres pasos.