Afirmando que “la lucha contra la información errónea es un reto global permanente para la sociedad”, Google y YouTube declararon el martes que destinarán 12 millones de dólares a la creación de un Fondo Global de Verificación de Datos que apoyará a una red de 135 organizaciones de verificación de datos que operan desde 65 países en más de 80 idiomas.

El dinero forma parte de una subvención de 13,5 millones de dólares que las empresas tecnológicas concedieron a la “International Fact-Checking Network” (IFCN), una división del instituto de medios de comunicación sin ánimo de lucro Poynter, según Mashable.

El dinero se destinará a ampliar las operaciones existentes de la IFCN de Poynter, y también a lanzar nuevas iniciativas para incrementar lo que la IFCN considera que es “información” y reducir lo que considera que es “información errónea”, informó Mashable.

“El mundo necesita más que nunca la verificación de datos”, dijo Baybars Örsek, director ejecutivo de la IFCN. “Esta asociación con Google y YouTube infunde apoyo financiero a los verificadores de datos globales y es un paso en la dirección correcta”.

Sin embargo, el doctor Mark Crispin Miller, profesor de estudios de los medios de comunicación en la Universidad de Nueva York, dijo a “The Defender” que este desarrollo es “grotesco, casi hasta el punto de ser de ser digno de una comedia, excepto por el hecho de que no es gracioso”.

El doctor Michael Rectenwald, autor de “Archipelago Google: El Gulag digital y la simulación de la libertad” (“Google Archipelago: The Digital Gulag and the Simulation of Freedom”), también criticó la asociación financiera de Google y YouTube con la IFCN, diciendo a “The Defender”:

“Google y YouTube no son proveedores de información; son herramientas para el control totalitario de la información. Se han encargado de censurar, bajar de categoría y poner en la lista negra información, probablemente desde su creación.

“Su externalización de tales funciones a la IFCN no es en absoluto una sorpresa. La IFCN no es más que un agente del régimen totalitario”.

¿Las verificaciones de datos son expresiones de opinión o expresiones de hechos?

La distinción entre lo que constituye “información” y lo que constituye “información errónea” es arbitraria y depende de si se alinea con la narrativa preferida de los gobernantes, dijo Rectenwald.

“‘Información errónea’ significa cualquier cosa que vaya en contra de las narrativas del régimen en gran número de temas, incluyendo la política internacional y la guerra, la economía y la recesión, las pandemias y las vacunas, la política y las elecciones, las élites globales, el cambio climático y El Gran Reseteo que está siendo introducido mientras hablamos.”

Además, según Facebook, las “verificaciones de datos” (“Fact checks“) son declaraciones de opinión y, como tales, están protegidos por la Primera Enmienda; eso es lo que argumentó el gigante de las redes sociales cuando, tras ser demandado por difamación, la empresa alegó que sus “verificaciones de datos” (“fact checks”) no son afirmaciones sobre hechos.

En noviembre de 2020, “Children’s Health Defense” presentó una demanda por la Primera y la Quinta Enmienda contra Facebook, Mark Zuckerberg y dos de los “verificadores de datos” de Facebook por censura ilegal y promoción falsa/falsas declaraciones en virtud de la ley federal (la Ley Lanham y la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Chantajes, comúnmente conocida como Ley RICO (“Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act”)).

Jenin Younes, abogado litigante de la Nueva Alianza de Libertades Civiles (“New Civil Liberties Alliance”), dijo a “The Defender” que Google y YouTube han eliminado la libertad de expresión en temas clave.

Younes está implicado en una demanda contra la administración Biden en la que alega que funcionarios del gobierno -incluido el Dr. Anthony Fauci- se confabularon con las grandes tecnológicas para censurar las opiniones de los científicos que escribieron la “Declaración de Great Barrington“.

Google manipuló su algoritmo para garantizar que la Declaración de Great Barrington quedara más o menos oculta al público”, dijo Younes. “YouTube ha sido uno de los peores infractores al censurar la expresión de opiniones no aprobadas por el gobierno en COVID-19 y, por lo tanto, asfixiar el debate”.

Añadió:

“La empresa llegó incluso a censurar un vídeo del gobernador de Florida Ron DeSantis, los epidemiólogos Jayanta Bhattacharya, Sunetra Gupta,y Martin Kulldorff – los autores de la Declaración de Great Barrington- y el antiguo asesor de la Casa Blanca en materia de COVID-19, Scott Atlas, en el que se habló de la eficacia (o la falta de ella) de las mascarillas y otras restricciones de la COVID-19.

“Sabemos, a través de las declaraciones públicas realizadas por miembros de alto rango de la administración Biden, y de los documentos internos obtenidos a través de la presentación de pruebas en el caso Missouri v. Biden y otros casos, que el gobierno ha estado detrás de gran parte de esta censura.

“Estamos deseando saber más sobre el grado de connivencia de YouTube y Google con el gobierno y cuánto han sido coaccionados por el gobierno a medida que estos casos avanzan en el sistema judicial.”

Crispin Miller dijo que la asociación financiera de Google y YouTube con la IFCN le recordaba al “Ministerio de la Verdad” en la novela de George Orwell, “1984”. También señaló que Orwell basó el personaje central del libro -Winston Smith, que trabaja en el Ministerio de la Verdad- en la propia experiencia de Orwell trabajando en la BBC durante la Segunda Guerra Mundial escribiendo emisiones de propaganda.

“Esto es significativo porque el Ministerio de la Verdad es una versión satírica de los medios de comunicación en tiempos de guerra, que constantemente están lanzando mentiras”, dijo, refiriéndose a la colaboración de Google con el ejército de Estados Unidos.

“El propio Google es una fuente de propaganda, no sólo por lo que decide destacar sino, sobre todo, por lo que reprime o entierra”, dijo.

¿Qué está pasando aquí?

La connivencia del gobierno con las grandes empresas tecnológicas, “Big Tech”, no es una cuestión de privatización de las funciones gubernamentales, dijo Rectenwald, sino todo lo contrario.

“Como escribí en ‘Archipiélago Google'”, dijo, “la cuestión del control de la información por parte de las “Big Tech” no es la privatización de las funciones gubernamentales, sino la gubernamentalización de la empresa privada”.

En su libro, Rectenwald escribe:

“Con la autoridad efectiva y el creciente poder del Estado, los aspectos represivos del gobierno se mantienen y se potencian, mientras que la responsabilidad del ‘Estado’ (virtual, corporativo) ante el ciudadano sigue siendo mucho menor que la del Estado democrático tradicional.

“La constelación digital también aumenta en gran medida la capacidad del Estado para la vigilancia, el control de la información, la censura y el destierro o la “despersonalización” de las personase ‘non gratae’, mientras que los derechos supuestamente protegidos por el Estado son en realidad inexistentes.

“Esta evolución está en función de hasta qué punto los gigantes digitales se han convertido en monopolios de facto, no con el permiso del Estado, sino como virtuales apoderados del mismo”.

Poynter dice que “refuerza el papel del periodismo en una sociedad libre” y “defiende la libertad de expresión”.

Sin embargo, las actividades de la IFCN – ahora financiadas por Google y YouTube – parecen estar en desacuerdo con la libertad de expresión, dijo Rectenwald.

“Todo lo que dicen el régimen y sus agentes representa exactamente lo contrario de la verdad”, dijo. “Una ‘sociedad libre’ significa un régimen totalitario. La “libertad de expresión” significa censura, propaganda y doble lenguaje. ‘Democracia’ significa gobierno de un solo partido”.

Según Crispin Miller, “el Poynter Institute se presenta como un organismo de control desinteresado y realista, pero no es nada de eso. Es tan propenso a la falsedad y tan protector de las grandes narrativas propagandísticas como los medios corporativos”.

Poynter lanzó en 2015 la IFCN para “reunir a la creciente comunidad de verificadores de datos en todo el mundo y a los defensores de la información objetiva en la lucha global contra la desinformación.”

Según su sitio web, la IFCN trabaja ahora con más de 100 organizaciones de todo el mundo a través de “la promoción, la formación y los eventos mundiales” y se encarga de supervisar “las tendencias en el campo de la verificación de datos“, al tiempo que proporciona “recursos a los verificadores de datos”.

Con la nueva subvención de Google y YouTube, la IFCN “reforzará y ampliará directamente los esfuerzos de comprobación de datos” en todo el mundo, dijo Poynter en un comunicado de prensa, añadiendo:

“Google y YouTube ofrecerán apoyo financiero suplementario para que la IFCN establezca un comité de selección neutral e independiente; mejore la información, el seguimiento y la evaluación de los esfuerzos de comprobación de datos financiados; y amplíe la capacidad de la IFCN para servir a la comunidad internacional de comprobación de datos.”

Según un informe de 2021-2022, los ingresos de Poynter aumentaron un 150% desde 2017, y en 2022, sus ingresos superaron los 15 millones de dólares.

Entre sus principales financiadores en 2021 y principios de 2022 estaban Meta (la empresa matriz de Facebook), TikTok y la Iniciativa de Noticias de Google.

En 2021, la organización sin ánimo de lucro recibió el 40,2% de sus ingresos de subvenciones y el 20,4% de sus ingresos de “asociaciones”, que el informe no definió claramente.

El resto de la financiación de Poynter en 2021 provino de las “licencias” (14,8%), las “contribuciones” (10,9%), las “matrículas” (6,2%), la “publicidad” (3,0%), los “rendimientos de las inversiones” (2,5%) y los “alquileres” (2,1%). No se proporcionaron más definiciones ni detalles para estas categorías.

“The Defender” se puso en contacto con Poynter para solicitar información más específica sobre sus fuentes de financiación, pero Poynter no había respondido antes de la fecha límite.