El artículo de un vistazo

  • Ha habido un gran número de acontecimientos adversos asociados a la vacuna de ARNm de Pfizer-BioNTech, o BNT162b2.
  • Las vacunas de ARN son atractivas porque pueden desarrollarse rápidamente en comparación con las vacunas que utilizan otras tecnologías.
  • Sin embargo, con esta novedosa tecnología, desconocemos todos los riesgos potenciales, como la posibilidad de modificación genética del ADN genómico.
  • Este estudio de la Universidad de Lund demostró que el BNT162b2 entra en las células del hígado humano in vitro y se transcribe inversamente en el ADN en seis horas.
  • El estudio no evaluó si el ADN transcrito inversamente de BNT162b2 se integra en el ADN genómico humano.
  • Los investigadores recomendaron que se siguiera investigando para determinar si el ADN de transcripción inversa derivado de BTN162b2 puede integrarse en el ADN genómico humano, ya que esto podría causar acontecimientos adversos.

Investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) publicaron un estudio que demuestra que el ARNm de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech (BNT162b2) puede transcribirse inversamente en ADN en células hepáticas humanas in vitro (fuera del cuerpo vivo).

La transcripción es el proceso normal por el que las células de los mamíferos utilizan el ADN para sintetizar una molécula de ARN, antes de traducir el ARN en proteínas. La transcripción inversa se produce cuando las células utilizan moléculas de ARN para sintetizar ADN.

Algunos artículos y publicaciones en las redes sociales interpretaron el estudio de Lund en el sentido de que si el ADN derivado del BNT162b2 se transcribe de forma inversa, puede integrarse en el ADN genómico dentro del núcleo celular y, por tanto, modificar el ADN humano.

Sin embargo, esta interpretación es incorrecta. Lo que el estudio demostró en realidad es que el ARNm de la vacuna de Pfizer puede transcribirse inversamente en fragmentos de ADN dentro de las células de una línea celular de hígado humano in vitro.

En otras palabras, los investigadores presenciaron el proceso de transcripción inversa en un laboratorio, fuera del cuerpo humano; no observaron la transcripción inversa en un humano que recibiera la vacuna.

Los autores concluyeron que se necesitan más estudios para investigar si el ADN derivado de BNT162b2 puede integrarse en los cromosomas humanos.

Los autores tienen razón: los científicos deberían realizar estos estudios.

¿Por qué? Porque si el ARNm derivado de la vacuna puede transcribirse inversamente en ADN y luego integrarse en el ADN cromosómico de una célula determinada, es posible que esta célula pueda seguir fabricando la proteína de espiga o pico indefinidamente. Si eso ocurriera, y la proteína de espiga o pico siguiera “presente” en la superficie de la célula, el sistema inmunitario se dirigiría a esas células para destruirlas, lo que podría provocar daños en los órganos.

Además, este ADN se replicaría cada vez que la célula se dividiera, dando lugar a toda una línea celular potencialmente capaz de generar la proteína de espiga o pico.

Otra posible preocupación es la siguiente: Si el ADN derivado del BNT162b2 puede integrarse en el ADN genómico humano, esto podría causar la modificación genética de la línea germinal, es decir, el ADN dentro de los óvulos o espermatozoides. Si esto ocurriera, la modificación genética podría ser heredada.

Los datos preclínicos de Pfizer procedentes de estudios con animales mostraron que pequeñas cantidades de BNT162b2 acaban en los ovarios y los testículos tras la inyección.

Si el ADN del BNT162b2 se integrara en un gen importante de un óvulo o espermatozoide y alterara la expresión de ese gen, eso podría ser catastrófico para el embrión resultante.

Peor aún, si el ADN que codifica la proteína de espiga o pico permaneciera intacto y se expresara, eso sería probablemente letal para un embrión.

El ADN derivado del BNT162b2 también podría integrarse en una región no codificante (una región del ADN que no codifica una proteína) y no causar problemas. La clave está en determinar si es una posibilidad, y si lo es, cuál es el riesgo.

Muchas pruebas de los efectos adversos de las vacunas de Pfizer

Múltiples fuentes de datos -incluyendo la base de datos del Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (“Vaccine Adverse Event Reporting System”, VAERS por sus siglas en inglés), los datos publicados por una compañía de seguros de salud alemana, una encuesta reciente realizada por el Ministerio de Salud de Israel y el ensayo de fase 3 de Pfizer- indican un alto número de eventos adversos asociados con la vacuna COVID de Pfizer.

El artículo de la universidad de Lund enumera 12 documentos sobre eventos adversos.

Un documento ordenado por un tribunal y publicado en noviembre de 2021 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) reveló que se produjeron 1.232 muertes en receptores de la inyección de Pfizer durante los tres primeros meses de despliegue de la vacuna.

Las 1.232 muertes eran un subconjunto de 42.086 informes de casos que enumeraban 158.893 acontecimientos adversos durante esos tres meses.

A la luz de las evidencias claras de daños y muertes asociadas al lanzamiento del BNT162b2, es imperativo reevaluar las afirmaciones hechas al público por la FDA, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. y otras autoridades sanitarias de que el BNT162b2 es “seguro y eficaz”.

La contribución de este trabajo de la Universidad de Lund es un trabajo preliminar para investigar un posible mecanismo de cómo los eventos adversos asociados con la vacuna de Pfizer podrían estar ocurriendo durante períodos prolongados después de la inoculación.

Desarrollo de la vacuna COVID-19: antecedentes

Antes de entrar en el propio documento de Lund, echemos un vistazo a la carrera por el desarrollo de las vacunas contra el COVID.

Después de que la Organización Mundial de la Salud declarara en marzo de 2020 la COVID-19, causada por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), como una pandemia mundial, se inició la carrera para desarrollar vacunas.

Las autoridades sanitarias dijeron al público que las vacunas eran la única forma de acabar con la pandemia. A continuación, se produjo una oleada de investigación sobre vacunas utilizando una serie de tecnologías.

Los enfoques establecidos fueron las vacunas de vectores adenovirales recombinantes de replicación defectuosa (perseguidas por Johnson & Johnson (Janssen), AstraZeneca, Sputnik V y CanSino), y las vacunas de virus inactivados (investigadas por Sinopharm, Bharat Biotech y Sinovac).

Pfizer-BioNTech y Moderna optaron por utilizar una innovación reciente: las vacunas de ARNm.

Los virus son seres fascinantes en el umbral de lo que consideramos vivo y no vivo. Son submicroscópicos, tan diminutos que no podemos verlos con un microscopio.

Los virus contienen material genético (ADN o ARN) dentro de una cubierta proteica. No tienen metabolismo y sólo pueden reproducirse secuestrando la capacidad de síntesis de proteínas y de replicación del ADN de una célula huésped.

Los virus parecen completamente inactivos, diminutos trozos de proteína con material genético en su interior, que flotan de forma pasiva, hasta que encuentran una posible célula huésped. Entonces, el virus puede infectar la célula, secuestrar la maquinaria celular y hacer más copias de sí mismo.

En el proceso, pueden matar a la célula huésped.

Los humanos somos eucariotas, lo que significa que nuestras células contienen un núcleo. Nuestras células están compuestas por el núcleo, el citoplasma y una membrana celular. Nuestro ADN vive dentro del núcleo.

El “dogma central” de la genética es que el ADN se transcribe en ARN mensajero (ARNm), que luego se traduce en proteínas. Gran parte de nuestro cuerpo está formado por proteínas, que están codificadas por nuestro ADN.

El trabajo del ARNm es sacar la información del ADN del núcleo y llevarla al citoplasma, donde los ribosomas de la célula convierten esa información en proteínas.

Cuando un virus infecta una célula, utiliza las capacidades de transcripción y traducción de la misma para replicarse. La célula huésped actúa como una fábrica diligente que produce nuevos virus, compuestos de ADN o ARN viral, empaquetados en la cubierta proteica viral.

El propósito de una vacuna es tratar de enseñar al sistema inmunitario del cuerpo a reconocer un patógeno y proteger al cuerpo, sin estar realmente infectado con el patógeno.

En el caso de los virus, esto se consigue exponiendo las células a la totalidad o a partes de la cubierta proteica del virus, y convenciendo al sistema inmunitario del organismo de que este trozo de proteína es perjudicial y, por tanto, justifica la creación de una respuesta inmunitaria y la consiguiente inmunidad.

Las vacunas basadas en el ARNm son una innovación reciente, que saltó a la palestra durante la pandemia. El primer informe sobre el uso exitoso del ARNm para producir proteínas en animales se publicó en 1990, cuando se inyectó ARNm en ratones y se detectó la producción de proteínas.

El Dr. Robert Malone, ahora conocido como un crítico abierto de las vacunas COVID de Pfizer y Moderna, fue uno de los autores de este documento seminal.

Para que la tecnología de las vacunas de ARNm sea una opción viable, los investigadores tuvieron que encontrar una forma de proteger el ARNm de la ARNasa y de introducirlo en la célula. La ARNasa, que se encuentra en todas partes, incluso dentro y fuera del cuerpo humano, destruye el ARN. Se investigaron varios vehículos para el ARN.

Los autores de un estudio de noviembre de 2021, “BNT162b2 safety and efficacy”, publicado en el “New England Journal of Medicine” (NEJM), describieron el BNT162b2 como encapsulado en nanopartículas lipídicas (LNP), lo que significa que la cápsula de LNP protege el ARN de la ARNasa.

El ARN BNT162b2 es un ARN modificado con nucleósidos (modRNA) y codifica la longitud completa de la proteína de espiga o pico del SARS-CoV-2.

La forma en que la vacuna de Pfizer funciona es un poco como el propio virus del SARS-CoV-2 basado en el ARN. A diferencia de un virus, el ARN de una vacuna encapsulada en LNP se encapsula en grasa y no en proteína.

Una vez en la célula, en el caso de la BNT162b2, la vacuna sólo produce la proteína de espiga o pico, en lugar de utilizar los orgánulos de las células para fabricar nuevos virus enteros (compuestos de material genético y capas de proteínas), como haría un virus real.

Así, en lugar de exponer al huésped a toda la cubierta proteica del SARS-CoV-2, el BNT162b2 expone al huésped sólo a la proteína de espiga o pico.

Uno de los puntos fuertes de este novedoso enfoque es que las vacunas pueden desarrollarse con relativa rapidez porque todo lo que se necesita para empezar es la secuencia genética viral.

Según los autores del estudio del NEJM, el desarrollo del BNT162b2 comenzó el 10 de enero de 2020, cuando se publicó la secuencia genética del SARS-CoV-2. Once meses después, la FDA concedió la autorización de uso de emergencia de la vacuna.

Otra ventaja de las vacunas de ARNm, según Pardi et al, 2018, es la seguridad: “El ARNm es una plataforma no infecciosa y no integradora, no hay riesgo potencial de infección o mutagénesis insercional. Además, el ARNm es degradado por los procesos celulares normales”, lo que significa que la molécula no persiste en el cuerpo.

Sin embargo, las células humanas son capaces de transformar el ARNm en ADN. Esta es la excepción al “dogma central” de la genética, que dice que la información fluye sólo en un sentido en las células de los mamíferos, del ADN al ARN y a la proteína.

El trabajo de Lund investigó si el BNT162b2 podía ser transcrito de forma inversa por las propias células hepáticas humanas, con su propio mecanismo nativo.

¿Por qué es relevante el estudio de Lund?

Los investigadores de Lund citaron un estudio realizado en 2021 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (“Massachusetts Institute of Technology”, MIT por sus siglas en inglés) en el que se demostraba que el ARN del virus COVID-19, SARS-CoV-2, puede transcribirse de forma inversa e integrarse en el genoma (el ADN del núcleo) de las células humanas.

El hallazgo clave del estudio del MIT es que el ADN derivado del virus parecía integrarse en el ADN humano. Los investigadores plantearon la hipótesis de que esto podría explicar por qué algunos pacientes seguían dando positivo a la COVID mediante pruebas de PCR mucho tiempo después de haber eliminado la infección.

Los autores de Lund no mencionaron que otro estudio no encontró pruebas de que el ADN derivado del SARS-CoV-2 pueda integrarse en el genoma humano.

En cualquier caso, la vacuna de Pfizer contiene ARN que codifica parte del SARS-CoV-2. Por ello, el equipo de Lund investigó la posibilidad de que el BNT162b2 también pudiera transcribirse de forma inversa en las células humanas.

Los autores señalaron que el informe de evaluación de Pfizer a la Asociación Médica Europea (“European Medical Association”, EMA por sus siglas en inglés) no incluía estudios de genotoxicidad o carcinogenicidad, ni información sobre si el BNT162b2 atraviesa la placenta.

El informe de la EMA sí mostró que, durante un periodo de 48 horas, la distribución de la vacuna (la PNL y el ARN) se observó principalmente en el hígado, las glándulas suprarrenales, el bazo, los ovarios y los testículos, con concentraciones máximas en estos tejidos observadas entre 8 y 48 horas después de la inyección.

Los investigadores de Lund eligieron estudiar una línea celular de hígado humano, Huh7, debido a los efectos temporales en el hígado y la alta concentración de BNT162b2 en el hígado después de la inyección, según el informe de evaluación de Pfizer ante la EMA.

Presentaron pruebas de que el ARN del BNT162b2 es capaz de entrar en las células Huh7 in vitro. El hallazgo clave es que, una vez en las células del hígado, el ARNm del BNT162b2 se transcribe inversamente en ADN en las 6 horas siguientes a la exposición al BNT162b2.

La introducción de nuevas tecnologías en la población puede tener consecuencias sanitarias imprevistas. La contribución del trabajo de Lund se dirige a una línea de investigación sobre lo que podría estar causando la alta tasa de eventos adversos tras el pinchazo de Pfizer.

Según los investigadores:

“Nuestro estudio muestra que el BNT162b2 puede transcribirse de forma inversa al ADN en la línea celular del hígado Huh7, y esto puede dar lugar a la preocupación de si el ADN derivado del BNT162b2 puede integrarse en el genoma del huésped y afectar a la integridad del ADN genómico, lo que puede mediar potencialmente los efectos secundarios genotóxicos.”

De nuevo, al contrario de lo que dicen algunos artículos y mensajes sobre el documento, el documento de Lund no muestra que el ADN transcrito inversamente de BNT162b2 pueda integrarse en el ADN genómico dentro del núcleo celular. Los investigadores tampoco lo afirman en su artículo.

Más bien, los autores afirmaron:

“Se necesitan más estudios para demostrar el efecto del BNT162b2 en la integridad genómica, incluyendo la secuenciación del genoma completo de las células expuestas al BNT162b2, así como de los tejidos de los sujetos humanos que recibieron la vacuna BNT162b2”.

En otras palabras, el estudio en sí no nos muestra un mecanismo que explique por qué hay eventos adversos asociados al BNT162b2. Pero los resultados sugieren la necesidad de seguir investigando si el ADN derivado de la vacuna se integra en el genoma humano.

Si el ADN derivado del BNT162b2 se integra en el ADN genómico humano, podría causar una alteración de la expresión génica y, por tanto, acontecimientos adversos.

Si nuevas investigaciones demuestran que el ADN derivado del BNT162b2 no se integra en el ADN genómico, habrá que investigar otros posibles mecanismos para determinar la causa de los efectos adversos.