Siete niños han quedado paralíticos a causa de la poliomielitis derivada de una vacuna relacionada con la nueva vacuna antipoliomielítica nOPV2 desarrollada por la Fundación Bill y Melinda Gates, según informaron el jueves las autoridades sanitarias de la República Democrática del Congo y Burundi y la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomielitis (“Global Polio Eradication Initiative”, GPEI por sus siglas en inglés).

La Fundación Bill y Melinda Gates, socia de la GPEI, financió el desarrollo y los ensayos clínicos de la vacuna nOPV2.

Burundi declaró la emergencia nacional tras confirmar ocho casos del virus y cinco muestras procedentes de la vigilancia medioambiental de las aguas residuales, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado.

El país tiene previsto poner en marcha una campaña de vacunación contra la polio en las próximas semanas, con el objetivo de vacunar contra el virus a todos los niños de 0 a 7 años que reúnan los requisitos necesarios.

Las autoridades sanitarias de Burundi también tienen previsto colaborar con la OMS y la GPEI en la realización de evaluaciones de riesgo para determinar el alcance del brote del virus derivado de la vacuna.

Y están aumentando la vigilancia de la poliomielitis, con empleados de la OMS que recogen más muestras de agua y posiblemente abran nuevos puntos de vigilancia ambiental.

“Estamos decepcionados”, declaró el Dr. Ananda Bandyopadhyay, subdirector de tecnología, investigación y análisis del equipo de la Fundación Gates contra la polio. “Cualquier brote de este tipo es decepcionante”, declaró, según un informe de “Stat News”.

Los brotes de poliomielitis de origen vacunal no son una sorpresa con la vacuna nOPV2, afirmó la GPEI. “Aunque la detección de estos brotes es una tragedia para las familias y las comunidades afectadas, no es inesperada con un uso más amplio de la vacuna”, señaló en su sitio web.

Las vacunas orales, administradas en gran parte de África, Oriente Medio y partes de Asia, contienen una forma viva pero debilitada del virus de la polio modificada para minimizar su capacidad paralizante.

Los niños vacunados con las vacunas orales vivas eliminan el virus en sus heces, los cuales acaban por llegar a las aguas residuales. Especialmente en lugares donde el saneamiento es deficiente, el virus puede pasar de un niño a otro, lo que, según la Iniciativa Mundial (GPI), es en realidad el objetivo.

Los virus pueden pasar de una persona a otra y “realmente ayudan a proteger a la comunidad”, dice en su sitio web.

Sin embargo, al seguir circulando en el transcurso de 12 a 18 meses, el virus atenuado de las cepas vivas de la vacuna oral puede volver a ser virulento, circular, infectar y paralizar “en lugares con bajas tasas de inmunización”.

Estos virus se denominan poliovirus circulantes derivados de vacunas, o cVDPV.

Afganistán y Pakistán registran ahora más casos de parálisis por polio derivada de vacunas que por el virus salvaje, y se han producido varios brotes de infecciones derivadas de vacunas en toda África, con más de 1.000 niños paralizados sólo en 2020, según un estudio publicado en “The BMJ”.

En 2022, 800 niños desarrollaron poliomielitis paralítica a causa de las vacunas.

¿Por qué vacunas de virus vivos?

Las vacunas antipoliomielíticas orales (OPV) utilizadas en gran parte del mundo en desarrollo son diferentes de las que se administran en EE.UU. y algunos países occidentales, que utilizan la vacuna antipoliomielítica inactivada (muerta) (IPV) desarrollada por el Dr. Jonas Salk y utilizada por primera vez en 1955, cuando la poliomielitis se convirtió en una preocupación mundial.

Según la OMS, sólo en “casos muy poco frecuentes” la administración de la OPV provoca una poliomielitis paralítica derivada de la vacuna.

Además de causar la poliomielitis paralítica asociada a la vacuna, las cepas vacunales tienen la capacidad de causar enfermedades del sistema nervioso y de transmitirse de persona a persona, dando lugar a la poliomielitis infecciosa, informó “The Defender”.

Estados Unidos dejó de utilizar la OPV en el año 2000 porque causaba poliomielitis paralítica.

Albert Sabin desarrolló la OPV en 1962. La facilidad de administración de la vacuna oral la convirtió en la “candidata ideal para las campañas de vacunación masiva”, según la OMS. También detiene la transmisión del virus, cosa que no hace la vacuna IPV.

A medida que ha ido avanzando la campaña mundial de la GPEI para erradicar la poliomielitis, iniciada en 1988, el uso de la vacuna oral ha creado muchos incidentes de propagación de los virus derivados de la vacuna.

De las tres cepas originales de polio salvaje, los tipos 2 y 3 fueron declarados erradicados y sólo el tipo 1 no lo ha sido. La parte de las vacunas Sabin dirigida a los virus de tipo 2 desencadena la inmensa mayoría de los casos de poliomielitis de origen vacunal.

Este problema y el hecho de que la poliomielitis de tipo 2 no se haya visto desde 1999, llevó al programa antipoliomielítico a dejar de utilizar vacunas trivalentes (dirigidas a tres tipos de poliomielitis) en los 155 países que administran vacunas OPV 2016, sustituyéndolas por OPV bivalentes.

Pero esa decisión, llamada “el cambio“, hizo a los niños más susceptibles a los virus de la polio derivados de la vacuna, y el número de niños infectados por esos virus empezó a crecer.

La GPEI respondió creando una nueva vacuna OPV monovalente dirigida contra los virus de la polio de tipo 2 y administrándola en los lugares donde circula el virus.

En lugar de resolver el problema, el número de brotes derivados de la vacuna tipo 2 en África casi se triplicó de 2018 a 2019, y el temor a brotes en todo el mundo creció porque muchos niños no eran inmunes a la polio tipo 2.

Simultáneamente, GPEI/Gates se apresuraron a desarrollar nuevas OPV que hicieran que el virus fuera menos propenso a las mutaciones que creaban problemas, informó “The Defender”.

A la nueva vacuna nOPV2 que causó los recientes brotes se la incluyó en la Lista de Uso de Emergencia de la OMS en noviembre de 2020, y el Grupo de Asesoramiento Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) recomendó que la nOPV2 de Gates se convirtiera en la “vacuna de elección” para responder a los brotes de polio tipo 2 causados por la OPV.

Pero la nOPV2 también se asocia ahora a brotes de poliomielitis relacionados con la vacuna.

Las vacunas nOPV para los tipos 1 y 3 del poliovirus, denominadas nOPV1 y nOPV3, se encuentran en fase de ensayo clínico, según EPGI.

En un correo electrónico enviado a “The Defender”, el Dr. Brian Hooker, Ph.D., P.E., director científico de “Children’s Health Defense” y profesor de biología en la Universidad de Simpson, dijo:

“Es trágico, pero no inesperado, que el uso de vacunas Sabin con virus vivos provoque la propagación de la poliomielitis derivada de la vacuna, dada la propensión de estos virus a mutar hacia su forma paralítica.

“Es aún más alarmante que la forma paralítica circule ahora entre la población infantil del Congo y Burundi”.

La GPEI dijo que se administraron 600 millones de dosis de la nueva vacuna en 28 países desde marzo de 2021, y reiteró que la vacuna era “segura y eficaz.”

Gates y la polio

La Fundación Gates es el principal financiador de iniciativas contra la polio en todo el mundo. En abril de 2013, Bill Gates dijo que la erradicación de la polio era su “máxima prioridad”, a pesar de que en ese momento solo se habían producido 19 casos en todo el mundo ese año.

Desde que Gates asumió ese compromiso, miles de millones de dólares de todo el mundo se han volcado en la causa.

La Fundación Gates es uno de los diversos socios de la asociación público-privada de la GPEI, que también incluye a la OMS, UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Gavi y Rotary International.

La Fundación Gates, además de financiar la vacuna nPOV2, la GPEI y la OMS, también financia a Rotary International, UNICEF, Gavi y la Fundación CDC.

Como informó “The Defender”:

“En esencia, la Fundación Gates financió la creación, el desarrollo y los ensayos clínicos de la nueva vacuna antipoliomielítica nPOV2, financia a las organizaciones que administraron millones de dosis para que se inyectaran en el marco de la EUL sin datos a largo plazo, financia alas organizaciones que aplican su despliegue y vigilancia y financia a la entidad que supervisa los acontecimientos adversos asociados al uso de la nPOV2.

“La Fundación Gates también financia NPR y el blog de NPR, que han publicado numerosos artículos sobre VDPV2 y allanado el camino para la vacuna nPOV2 de Gates como solución”.

Algunos críticos, entre ellos la socióloga Linsey McGoey y muchos científicos que trabajan en entornos de bajos ingresos, han señalado que mientras se derrocha dinero en la poliomielitis, millones de niños quedan expuestos a una serie de enfermedades prevenibles y a menudo mortales.

Esto se debe a que la financiación de Gates no sólo canaliza el dinero hacia este único asunto -o cualquier otro asunto en el que la fundación esté interesada en un momento dado-, sino que las condiciones de sus subvenciones a menudo exigen compromisos de financiación, personal y otros recursos por parte de los países receptores.

Por ello, según Robert Fortner, periodista científico independiente, la atención que se sigue prestando a la poliomielitis es desproporcionada en relación con las necesidades, lo que desvía recursos de otros problemas sanitarios y enfermedades.

Por ejemplo, el Dr. Oliver Razum, epidemiólogo de la Universidad de Bielefeld (Alemania), señaló el caso de la India, donde “el ingente número de dosis de la vacuna de [la polio financiada por Gates] que había que distribuir” dos veces al año dejaba literalmente sin espacio en los frigoríficos para otras vacunas contra enfermedades como el sarampión.

Fortner también informó de que los fondos para la polio de la Fundación Gates han provocado una “fuga de cerebros” locales, con médicos, investigadores y profesionales desplazados hacia la erradicación y alejados de las prioridades sanitarias locales y financiadas localmente.

Incluso “The Lancet” publicó una crítica similar a Gates en 2009.

El Dr. Richard Horton, redactor jefe, escribió en un editorial que “las subvenciones concedidas por la Fundación no reflejan la carga de enfermedad que soportan los más pobres”, y existe una “correlación alarmantemente pobre entre la financiación de la Fundación y las prioridades en materia de enfermedades infantiles.”

“Importantes programas sanitarios se están viendo distorsionados por las cuantiosas subvenciones de la Fundación Gates”, afirmó Horton, y añadió: “También existe una gran inquietud sobre la transparencia del funcionamiento de la Fundación”.

A raíz del papel de la Fundación Gates en la epidemia de COVID-19, muchas más personas expresan hoy preocupaciones similares.