Según un nuevo estudio, los niños de hasta 2 años son bombardeados con anuncios de comida rápida, y los niños negros e hispanos son los más afectados.

Los niños de 2 a 17 años ven una media de dos anuncios de televisión de comida rápida al día, y hasta 830 anuncios al año, según “Fast Food FACTS 2021”, un informe publicado por el Centro Rudd de Política Alimentaria y Obesidad (“Rudd Center for Food Policy and Obesity”) de la Universidad de Connecticut.

Según el estudio:

“La exposición frecuente y generalizada al marketing de la comida rápida aumenta las preferencias de los jóvenes por la comida rápida y su consumo, que es en gran medida alta en calorías, azúcar, grasa y sodio”.

Los anuncios, que promueven los alimentos grasos con alto contenido calórico, son parte del enorme presupuesto publicitario de las grandes compañías de alimentación, “Big Food”, que según los investigadores se disparó más de 400 millones de dólares entre 2012-2019. El sector gastó un total de 5.000 millones de dólares en publicidad en 2019.

Los autores del estudio señalan que el gasto en anuncios de comida rápida en la televisión de habla hispana ha aumentado un 33% desde 2012. Los niños negros ven un 75% más de anuncios de comida rápida que los niños blancos.

La Dra. Jennifer Harris, asesora principal de investigación del Centro Rudd y coautora del estudio, dijo:

“El consumo de comida rápida por parte de los niños y adolescentes ha aumentado en la última década, y la publicidad de la comida rápida definitivamente juega un papel en ese aumento”.

Un nuevo estudio relaciona la comida basura con el rápido aumento de peso de los niños

El estudio del Centro Rudd se produce tras una nueva investigación publicada a principios de este mes en la revista JAMA Pediatrics que relaciona los alimentos ultraprocesados con un rápido aumento de peso en los niños.

El estudio, que duró 17 años y en el que participaron más de 9.000 niños británicos nacidos en la década de 1990, reveló que los niños que comen más alimentos ultraprocesados, como pizza congelada, panes envasados y bebidas azucaradas, tienen más probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad en la edad adulta.

La Dra. Eszter Vamos, profesora clínica superior de medicina de salud pública en el Imperial College de Londres y autora del estudio, dijo:

“Esto significa que no sólo son los niños que comen más alimentos ultraprocesados (los que) tienen el peor aumento de peso, sino que además, cuanto más comen, peor es esto”.

Los autores del estudio señalan que los alimentos ultraprocesados se definen como aquellos elaborados a partir de fórmulas industriales de aceites, grasas y azúcares que a menudo se elaboran en un laboratorio utilizando potenciadores del sabor y aditivos alimentarios.

Los alimentos ultraprocesados tienen un bajo valor nutricional y están “diseñados para ser baratos, apetecibles, duraderos, cómodos y atractivos”, escriben los autores del estudio.

Los alimentos ultraprocesados, que se relacionan con la diabetes de tipo 2, las enfermedades cardíacas, el cáncer y la muerte en los adultos, son sinónimo de comida rápida, los mismos alimentos que las grandes corporaciones de alimentos empujan a los niños con sus grandes presupuestos publicitarios.

Según el Dr. Joel Fuhrman, autor de“Fast Food Genocide: How Processed Food Is Killing Us and What We Can Do About It” (“Genocidio de comida rápida: Cómo la comida procesada nos está matando y qué podemos hacer al respecto”), la comida rápida es cualquier cosa que salga de una bolsa o caja, o que tenga un envoltorio.

La comida rápida incluye alimentos ultraprocesados, como croissants, panecillos, patatas fritas, barritas energéticas, refrescos, charcutería y platos principales, aperitivos procesados, galletas, pasteles, dulces y productos elaborados con harina blanca procesada.

Según un estudio sobre las tasas de obesidad entre los niños durante la pandemia -cuando presumiblemente había más niños en casa durante más tiempo durante el día-, como promedio, la prevalencia de la obesidad general aumentó del 13,7% (de junio a diciembre de 2019) al 15,4% (de junio a diciembre de 2020).

El estudio, publicado en mayo en la revista “Pediatrics”, incluyó una muestra de niños con una edad media de 9,2 años; el 48,9% eran mujeres y el 21,4% eran negros no hispanos. Los investigadores descubrieron que el aumento de la obesidad era más pronunciado en los pacientes de entre 5 y 9 años y en los que eran hispanos, negros no hispanos, con seguro público o con ingresos más bajos.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los niños con obesidad, diabetes, asma y otras comorbilidades corren un mayor riesgo de padecer enfermedades graves a causa del COVID-19.