En lo que se cree que es el primer caso notificado de este tipo en un varón, un hombre de 30 años del área de la bahía está siendo tratado por un trastorno de coágulos sanguíneos que desarrolló tras recibir la vacuna COVID de Johnson & Johnson (J&J), informó el San Francisco Chronicle.

El hombre fue vacunado el 8 de abril, y una semana después experimentó un creciente dolor en la parte baja de la espalda y en las piernas. Fue hospitalizado en el centro médico de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), donde recibió un tratamiento “que incluye inmunoglobulina intravenosa, el anticoagulante argatroban y prednisona”, dijo en un comunicado el lunes la portavoz de la UCSF, Suzanne Leigh.

Los médicos de la UCSF dijeron que el hombre está siendo tratado por trombocitopenia trombótica inducida por la vacuna (VITT) y que está respondiendo bien al tratamiento y debería ser dado de alta pronto.

La VITT se caracteriza por la presencia de dos condiciones concurrentes: trombosis (a menudo en sitios inusuales como las venas del seno cerebral o las venas esplácnicas) y trombocitopenia, y se asocia con la administración previa de las vacunas COVID de J&J o AstraZeneca.

“Hasta donde sabemos, este es el primer paciente masculino con síndrome VITT en los Estados Unidos tras la autorización de uso de emergencia de la vacuna de J&J el 27 de febrero de 2021″, dijo Leigh.

La Dra. Monica Gandhi, jefa de división asociada y profesora de medicina en la UCSF, dijo: “Esta persona en particular tenía un coágulo más leve, y uno en la pierna. Pero ciertamente es un coágulo real, y tiene poco más de 30 años, así que probablemente podría estar relacionado con la vacuna”.

La noticia llega apenas unos días después de que el 23 de abril un grupo asesor independiente de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés) votase 10 a 4 para recomendar el uso continuado de la vacuna de J&J tras reconocer una “posible relación” entre la vacuna y raros trastornos de coagulación de la sangre, sobre todo en jóvenes. El grupo de expertos concluyó que los beneficios de la vacuna son mayores que los riesgos.

A principios de este mes, los CDC habían suspendido temporalmente la vacuna de J&J después de confirmar que las autoridades sanitarias estaban investigando seis casos de coágulos de sangre en EE.UU. Los seis se produjeron en mujeres de entre 18 y 48 años, y los síntomas se produjeron entre seis y 13 días después de la vacunación.

Sin embargo, durante la reunión del 23 de abril, el panel asesor de los CDC dijo que había encontrado 15 mujeres diagnosticadas con coágulos de sangre raros, incluyendo tres que murieron. Sólo dos de las mujeres tenían más de 50 años, y el riesgo más alto se daba en las mujeres de 30 a 39 años.

‘The Hill’ ha informado hoy de que los CDC están investigando dos nuevos casos de raros coágulos de sangre relacionados con la vacuna de J&J, uno de los cuales se produjo en un varón.

Aun así, los resultados de los CDC parecen confirmar hasta ahora la sospecha de que las mujeres jóvenes son más vulnerables a desarrollar coágulos de sangre que los hombres o las mujeres mayores, aunque los funcionarios de los CDC dijeron durante la reunión que estaban investigando “unos pocos” casos en hombres.

Los miembros del panel de los CDC no recomendaron a los reguladores estadounidenses que restringieran el uso de la vacuna en función de la edad o el sexo, ni que exigieran que se añadiese una etiqueta de advertencia, pero propusieron a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. que considerara añadir una advertencia para las mujeres menores de 50 años.

J&J sugirió una nueva etiqueta de advertencia para la vacuna que explique el riesgo de coágulos sanguíneos, similar a la de la Agencia Europea de Medicamentos (‘European Medicines Agency’, EMA por sus siglas en inglés), que también confirmó previamente una ” posible relación” entre la vacuna COVID de J&J y los coágulos sanguíneos, pero concluyó que los beneficios de la vacuna superan los riesgos.

El comité de seguridad de la EMA (PRAC) dijo que debía añadirse una advertencia a la etiqueta del producto, pero que los trastornos relacionados con los coágulos sanguíneos debían figurar como efectos secundarios “muy raros” de la vacuna. J&J reanudó el lanzamiento en Europa tras el levantamiento de la pausa.

Según los datos más recientes disponibles en el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas de los CDC, ha habido un total de 1.123 informes de trastornos relacionados con la coagulación asociados a las vacunas J&J, Pfizer y Moderna COVID desde el 14 de diciembre de 2020 hasta el 16 de abril.

De los 1.123 casos notificados, 512 se atribuyen a Pfizer, 448 a Moderna y 160 a J&J, muchos más de los seis casos de J&J que las autoridades sanitarias estadounidenses estaban investigando en un principio y los 15 casos revisados durante la suspensión temporal.

Como informó ‘The Defender’ el 16 de abril, numerosos expertos y científicos han advertido que las tres vacunas aprobadas para la Autorización de Uso de Emergencia en EE.UU. plantean riesgos similares de coágulos sanguíneos, aunque hasta la fecha sólo se han investigado la vacuna de J&J y la de AstraZeneca , una vacuna similar basada en la tecnología del adenovirus.

En enero, un médico sano de 56 años desarrolló púrpura trombocitopénica inmune (PTI), un trastorno sanguíneo autoinmune que provoca hemorragias excesivas, tres días después de recibir la vacuna de Pfizer. El Dr. Gregory Michael murió 15 días después de ser vacunado.

A principios de este mes, las autoridades sanitarias de Florida afirmaron que su investigación conjunta sobre la muerte de Michael no pudo encontrar “ninguna certeza médica” de que la vacuna causara el trastorno sanguíneo que provocó la hemorragia cerebral mortal del médico.