Los insecticidas neonicotinoides o “neónicos”, la clase de insecticidas más utilizada en todo el mundo, se han vinculado desde hace mucho tiempo a pérdidas cuantiosas de abejas y mariposas, a pesar de los esfuerzos que están haciendo las empresas que los producen para restar importancia a su papel principal. La ciencia también vincula los insecticidas neónicos a la disminución de las especies de aves,a las dramáticas pérdidas de las poblaciones de pecesy a los defectos congénitos en los ciervos de cola blanca.

Pero los neónicos pueden ser un problema para algo más que las aves y las abejas. Comúnmente encontrados en suministros de agua, alimentos y cuerpos humanos en todo el país, estos productos químicos populares se están convirtiendo cada vez más en parte de nuestra vida diaria. Esto también preocupa cada vez más a los profesionales de la salud, ya que los nuevos estudios iluminan los graves riesgos que estas exposiciones cotidianas pueden suponer para las personas, especialmente los niños.

Si bien se necesitan más investigaciones sobre los posibles daños a la salud humana que causan los insecticidas neónicos, lo que ya sabemos es preocupante, y el trabajo de análisis está creciendo. Por ejemplo, California está considerando actualmente si incorporar algunos de los plaguicidas neónicos a la lista de la Proposición 65 basándose en sus efectos sobre el neurodesarrollo y la reproducción (es decir, daño cerebral y de espermatozoides), asesorándose por un comité de expertos —el Comité de Identificación de Tóxicos para el Desarrollo y la Reproducción— que lo valoraron el mes pasado (véanse los comentarios del NRDC aquí).

Sin embargo, dado que la evidencia que tenemos sobre los posibles impactos de neónicos en la salud humana hasta la fecha es poco conocida por el público, a menudo ignorada por los reguladores y (como con los datos de vida silvestre) minimizada por las empresas, merece la pena hacer un repaso rápido:

Cómo funcionan los pesticidas neónicos: Apuntan al cerebro y al sistema nervioso

Los neónicos son insecticidas neurotóxicos. Se unen permanentemente a las células nerviosas de los insectos, sobreestimulándolas y destruyéndolas, causando comúnmente temblores o espasmos incontrolables, parálisis y (eventualmente) la muerte. Los insecticidas neónicos se unen a los receptores de acetilcolina nicotínica (nACh), llamados así porque son activados por la nicotina. Los neonicotinoides (que significa “nueva sustancia similar a la nicotina”) reciben su nombre porque activan los receptores nACh también.

Pero los receptores nACh no solo están en las células nerviosas de insectos, sino que también están en las células cerebrales de las personas, donde desempeñan un papel central en las operaciones de nuestro cerebro y sistemas nerviosos, incluyendo el aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo, el procesamiento sensorial y el dolor. Y hay razones para temer los impactos en el cerebro de sustancias similares a la nicotina, particularmente para los cerebros jóvenes y en desarrollo. De hecho, los expertos en salud han advertido durante mucho tiempo a las mujeres embarazadas que eviten la nicotina porque sabemos que no es seguro para el feto.

Para hilar aún más fino, los neónicos están diseñados para unirse a una subunidad del receptor nACh, llamada subunidad alfa-4-beta-2 (4-2). Esta subunidad es una parte de todos los receptores nACh de insectos, pero es una fracción menor de los receptores de las personas. Sin embargo, las áreas críticas del cerebro humano están densamente pobladas con receptores nACh que contienen la subunidad n.o 4-2, incluyendo: la corteza cerebral (responsable de la planificación, juicio, creatividad, inhibición, atención, memoria, lenguaje); el tálamo (emoción, memoria, transmitir información sensorial entre la corteza y el cerebelo); y, el cerebelo (postura, equilibrio, coordinación, habla). En otras palabras, este subtipo de receptor puede aparecer proporcionalmente en menor cantidad en las personas que en los insectos , pero en las personas está en todas las áreas críticamente importantes del cerebro.

Para hacer una analogía, un pinchazo de aguja lastimará a un insecto más que a un humano, pero es importante preguntar qué sucede si esa aguja pincha a la persona en una zona sensible como el ojo. Con los neónicos, la preocupación es que conseguen dar un pinchazo de aguja (o muchos) en regiones críticas del cerebro durante las sensibles etapas de la vida del desarrollo cerebral.

Evidencia de exposición: La mitad de la población estadounidense se administra regularmente dosis de neónicos

Para continuar con la metáfora, la primera pregunta clave es ¿cuántas personas están siendo pinchadas con agujas neónicas? Resulta que no necesitas ir a buscar las agujas en pajares.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Preventionn CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos encuentran que aproximadamente la mitad de la población estadounidense está expuesta a al menos una sustancia química neónica de forma habitual (Ospina et al. 2019). Ese análisis buscó productos de descomposición neónicos o “metabolitos” en la orina a partir de una muestra de población aleatoria de miles de personas, encontrando metabolitos de acetamiprid (35% de las muestras) y metabolitos de imidacloprid (20% de las muestras) más comúnmente y también en los niveles más altos (95º percentil de concentraciones fue 1.29 y 1.37 g/L respectivamente).

En comparación con los adultos, los niños pequeños de 3 a 5 años de edad tenían exposiciones neónicas más altas, probablemente por comer alimentos no orgánicos (cultivados convencionalmente). Si bien el estudio de los CDC no incluye a los niños menores de 3 años, la EPA ha estimado que los lactantes de hasta 1 año de edad están expuestos a través de la dieta (alimentos y agua) a aproximadamente 70-80% del límite máximo aceptable (llamado Dosis aguda ajustada a la población, (acute Population Adjusted Dose, aPAD por sus siglas en inglés)) para cada uno de acetamiprid (69% de aPAD, 0,071 mg/kg-día) e imidacloprid (84% de aPAD, 0,08 mg/kg-día). Si la EPA hubiera evaluado los impactos tóxicos acumulativos de todos los neónicos juntos (que es lo que debería haber hecho) entonces la exposición de los bebés excedería el límite aceptable de la EPA.

Y entonces, ¿cómo están estos insecticidas neónicos entrando en los cuerpos de la gente? La mayoría de las personas expuestas tendrían que buscar no más allá de su refrigerador o del grifo en su fregadero de la cocina.

Alimentos favoritos de los niños contaminados con neónicos (buenas noticias: Los alimentos orgánicos están en su mayoría libres de neónicos)

Según los datos del USDA, el acetamiprid se detectó en muchos alimentos no orgánicos que son los favoritos de los niños, entre ellos: en el 60% de las cerezas; 30% de las fresas; 30% de manzanas; 20% de las nectarinas; y el 16% de las peras. Incluso la compotade manzana, un alimento básico común de bebés y niños pequeños, tenía acetamiprid en aproximadamente el 60% de las muestras no orgánicas analizadas. El imidacloprid neónico fue encontrado en el 41% de las uvas no orgánicas de los Estados Unidos y, aunque posiblemente no son alimentos favoritos de los niños, también en las verduras de hoja verde no orgánicas como las espinacas, la col rizada y la col berza. Otras investigaciones también han detectado neónicos en alimentos para bebés.

En los alimentos orgánicos, donde está prohibido el uso de pesticidas neónicos, rara vez se detectó neónicos. Sin embargo, en un signo de lo generalizada que es la contaminación neónica, la investigación ha demostrado que los neónicos incluso aparecen en un porcentaje muy pequeño de productos orgánicos también, probablemente como resultado del agua de riego contaminada por los pesticidas neónicos.

¿Qué hay en el grifo? ¡Neónicos!

Además de nuestros alimentos favoritos, los neónicos también se escurren de las tierras cultivadas, los céspedes y los jardines hacia las vías fluviales y las aguas subterráneas, y hay investigaciones del gobierno federal que muestran neónicos en aproximadamente la mitad de los arroyos estadounidenses examinados. Mientras que los sistemas de filtración modernos pueden eliminar los insecticidas neónicos, el tratamiento de cloración estándar no lo hace, lo que significa que los hogares que extraen de las aguas subterráneas o los sistemas de tratamiento más antiguos tienen un mayor riesgo de encontrar neónicos en su grifo. Por ejemplo, un estudio encontró neónicos “ubicuamente” en el agua del grifo en la Universidad de Iowa. Aún peor, algunos expertos del gobierno y la universidad están advirtiendo que los neónicos tienen el potencial de formar compuestos aún más tóxicos cuando se cloran durante el tratamiento rutinario del agua del grifo (ver detalles en mi bloganterior; Klarich Wong et al. 2019).

Intoxicación por productos domésticos

El imidacloprid es el neónico más común utilizado en productos domésticos (por ejemplo, tratamientos para chinches y pulgas de las mascotas), y, en la última década, ha habido un cantidad asombrosa de incidentes de intoxicación por imidacloprid, 1.630 según los datos recopilados por la EPA (ver aquí). Los síntomas notificados incluyen erupción cutánea, temblor muscular, dificultad para respirar, vómitos, sibilancias, mandíbula bloqueada, pérdida de memoria e insuficiencia renal. Otros síntomas graves se describen en el Manual de Intoxicación por Plaguicidas de la EPA:

“Los pacientes han presentado desorientación, confusión y agitación, lo suficientemente graves como para requerir sedación; dolor de cabeza, somnolencia, mareos, debilidad, temblor y, en algunas situaciones, pérdida de conciencia”. (EPA 2013, P. 90)

Estas intoxicaciones son evidencia de que los consumidores que utilizan estos productos neónicos están quedando expuestos al imidacloprid a niveles que causan síntomas de intoxicación lo suficientemente graves como para que busquen atención médica, pero es probable que representen sólo una fracción de intoxicaciones reales. Nota: Para notificar una intoxicación por pesticidas, ya sea a personas, mascotas o la vida silvestre, llame a un centro de control de venenos o siga las instrucciones en la página web de la EPA.

Evidencia de peligro: Riesgos reproductivos y de desarrollo

La ciencia ha reconocido durante mucho tiempo que incluso las pequeñas exposiciones tóxicas que se producen durante el desarrollo temprano son más propensas a conducir a efectos permanentes o debilitantes a lo largo de la vida (por ejemplo, NAS 1993y FQPA 1996). Un creciente número de evidencia científica demuestra ahora que este tipo de peligros son muy reales en cuanto a los neónicos, y se hacen aún más preocupados por el hecho de que la exposición neónica es crónica y generalizada en todo el país. Si bien de manera crítica se necesita más investigación , aquí hay un resumen de la investigación que ya está haciendo sonar las alarmas:

Estudios en humanos: Posible riesgo elevado de defectos congénitos en niños expuestos prenatalmente

Una revisión sistemática de la literatura disponible públicamente sobre la exposición humana no intencional a los insecticidas neónicos informó de un vínculo entre las exposiciones neónicas y las malformaciones del corazón y el cerebro en desarrollo, así como un grupo de síntomas que incluyen pérdida de memoria y temblores de dedos (Cimino et al. 2017). La revisión destaca tres estudios epidemiológicos de poblaciones estadounidenses que notifican una asociación sugerente entre la exposición prenatal a pesticidas neónicos y los defectos congénitos:

  • Síntomas similares al autismo — Un estudio realizado por investigadores financiados por NIH de UNC Chapel Hill y UC Davis informó que la exposición frecuente (autoinformada por los padres) a imidacloprid aplicado como tratamientos de pulgas y garrapatas para mascotas (Advantage by Bayer) durante el embarazo se asoció con un riesgo elevado de 2 veces de trastorno del espectro autista en niños expuestos prenatalmente (relación de probabilidades 2.0, Intervalo de confianza del 95% 1,0-3,9 basado en 407 niños con trastorno confirmado del espectro autista) (2014).
  • Defectos congénitos del corazón — Un estudio de bebés nacidos con defectos cardíacos nacidos de madres en el valle de San Joaquín de California notificó una asociación estadísticamente significativa entre vivir cerca de áreas agrícolas que utilizan imidacloprid y tener un bebé nacido con un defecto cardíaco raro llamado ticatología de Fallot (relación de probabilidades ajustada 2.4, 95% intervalo de confianza 1.1-5.4 basado en 101 casos de defectos cardíacos) (Carmichael et al. 2014).
  • Defectos congénitos del cerebro — Un estudio de la misma población de madres en el valle de San Joaquín de California notificó una asociación sugerente entre vivir cerca de áreas agrícolas que utilizan imidacloprid y un riesgo casi tres veces mayor de tener un bebé nacido con anencefalia, falta de partes del cerebro y el cráneo (relación de probabilidades ajustada 2.9, intervalo de confianza del 95% 1.0, 8.2 basado en 73 casos de anencefalia) (Yang et al. 2014).

Si bien estos estudios están limitados por tener un número de sujetos de estudio pequeño, están bien realizados, las exposiciones están bien caracterizadas y el análisis estadístico es apropiado. También todos ellos han sido revisados por pares y publicados en revistas científicas respetadas. Estos estudios son considerados por los autores como en gran medida “estudios de generación de hipótesis” que levantan banderas rojas y señalan la necesidad de más estudios adicionales.

Estudios en animales: Mala calidad y cantidad de espermatozoides

Varios estudios en ratas informan que el acetamiprid tiene efectos adversos en los espermatozoides, incluyendo disminuciones dependientes de la dosis de la concentración de espermatozoides y los niveles de testosterona asociados con una exposición neónica de 90 días (2020), aumentos en espermatozoides anormales y bajo recuento de espermatozoides (Mosbah et al. 2018) y un estudio realizado en conejillos de indias muestra la degradación de la membrana celular causada por el acetamiprid en los testículos (2019).

Del mismo modo, estudios de los efectos de imidacloprid en ratas también informan de efectos sobre el sistema reproductivo masculino, incluyendo disminución del recuento de espermatozoides, en la motilidad del esperma, y de los espermatozoides vivos, y disminución de la testosterona (Lonare et al. 2016; 2012; Bal, Turk et al. 2012; 2010). Estudios adicionales notifican un aumento de las anomalías espermáticas en ratas (Hafez et al. 2016) y ratones (Bagri et al. 2015).

Esto es relevante para los seres humanos,dado que aproximadamente un tercio de toda la infertilidad se debe al macho, con la causa más común siendo las deficiencias en la calidad del esperma y el conteo de espermatozoides.

Estudios en animales: Neurotoxicidad del desarrollo

Varios estudios en animales muestran que la exposición prenatal a los neónicos aumenta el riesgo de anomalías del neurodesarrollo y defectos congénitos. Además de los estudios científicos publicados, estos también incluyen estudios en animales de laboratorio presentados por los fabricantes de pesticidas a la EPA para apoyar la aprobación regulatoria de los insecticidas neónicos.

Basándose en gran parte en los estudios anteriores, la Sociedad Endocrina presentó comentarios a la EPA citando el “cuerpo sustancial y creciente de literatura científica que vincula la exposición a pesticidas neonicotinoides y la toxicidad tiroidea del desarrollo en la vida silvestre”. Como el funcionamiento de la tiroides es crítico para el desarrollo cerebral, y “los productos [neónicos] químicos pueden tener efectos a dosis extremadamente bajas”, advierten los comentarios “de hecho puede que no haya un nivel ‘seguro’ para estos productos químicos.” [neonic]

Los daños encontrados entre los animales que sugieren preocupaciones sobre la salud humana incluyen:

  • Reducción de la función tiroidea en los ciervos — Las anomalías del desarrollo en los ciervos de cola blanca expuestos a niveles reales de imidacloprid en el agua tenían un mayor riesgo de hipotiroidismo y letargo, disminución del peso corporal y de los órganos, disminución de la longitud de la mandíbula y mayores tasas de mortalidad para los cervatillos. (Berheim et al. 2019).
  • Adelgazamiento de algunas áreas cerebrales y subactividad en ratas — Un estudio de ratas no publicado patrocinado por Bayer informó que la exposición al imidacloprid durante el embarazo produjo una actividad reducida general en la descendencia, y una disminución estadísticamente significativa del 2% en el grosor de dos áreas del cerebro involucradas en la regulación del movimiento (caudado y putamen) en las ratas hembra de dosis alta. (véase EPA DER 2002;estudio MRID 45537501).
  • El adelgazamiento de algunas áreas cerebrales, reflejos alterados, retraso en el desarrollo sexual — Un estudio de ratas no publicado patrocinado por Syngenta informó que la exposición al tiametoxam neónico durante el embarazo produjo efectos adversos estadísticamente significativos en la descendencia en muchos de los grupos de dosis baja (4,3 mg/kg) y media (34,5 mg/kg) y en todos los grupos de dosis altas (298,7 mg/kg). Estos incluyeron una corteza cerebral más delgada, reflejos de sobresalto auditivo alterados, retraso en el desarrollo reproductivo (separación preputial retrasada) en los hombres, y un aumento de bebés que nacen muertos (EPA DER 2005; estudio MRID 47034201, 46028202).
  • Déficits sensoriales en ratas — Un estudio encontró deficiencias neuroconductuales en roedores expuestos prenatalmente a una única inyección subletal alta de imidacloprid (337 mg/kg en el día 9 del embarazo). Los efectos incluyeron déficits sensorimotores como tiempo reducido de marcha del haz y tiempo de agarre reducido (desde aproximadamente 3,5 segundos en animales de control, hasta menos de 1 segundo en ratas expuestas al imidacloprid. (Abou-Donia et al. 2008).

Fallo regulatorio de la EPA

La Oficina de Plaguicidas de la EPA ha tenido acceso al creciente conjunto de pruebas sobre la neurotoxicidad de neónica durante años, pero no ha tomado medidas de protección —o siquiera reconocer honestamente los riesgos— proponiendo únicamente restricciones mínimas en su reciente examen de los neónicos. La propuesta de la EPA no sólo sigue dejando a las abejas y otras formas de vida silvestres expuestas al uso neónico generalizado y derrochador que está diezmando sus poblaciones (véanse los comentarios de la NRDC aquí),sino que viola la Ley de Protección de la Calidad Alimentaria (FQPA), aprobada por unanimidad por el Congreso en 1996 para proteger la salud humana (véase la petición de 2020 de la NRDC).

El FQPA requiere que la EPA considere posibles exposiciones de plaguicidas de todas las fuentes durante todo el período de desarrollo humano, utilizando un enfoque de “copa de riesgo” que es la forma de medición de riesgo de la EPA. Cuando esas exposiciones superan el límite máximo aceptable de la EPA (de nuevo, la dosis ajustada a la población o “PAD”), la copa de riesgo se desborda. La EPA debe cancelar o restringir los usos para que las exposiciones totales ya no se derramen fuera de la copa, es decir, no excedan el PAD. Con el fin de proteger a los niños y otras poblaciones sensibles, la FQPA requiere que la EPA multiplique el riesgo por 10 (el “Factor de Seguridad Infantil”) en ausencia de pruebas fiables que justifiquen un menor margen de seguridad. También debe considerar el riesgo acumulativo de que todos los plaguicidas compartan un mecanismo común de toxicidad (es decir, que causen daño de la misma manera) y considerarlos juntos en la misma copa de riesgo.

Para los neónicos, la EPA descartó el Factor de Seguridad Infantil para cada uno de los cinco neónicos registrados (es decir, lo redujo a 1X), a pesar de la considerable evidencia de los riesgos que los neónicos tienen en las primeras etapas de la vida del neurodesarrollo y no dio justificación para eliminar la protección legalmente requerida para los niños. También ignoró el mecanismo común de toxicidad de neónicos (ya que todos apuntan al receptor nACh), considerando los riesgos de cada producto químico neónico por separado, no acumulativamente (es decir, dividiendo el riesgo en cinco tazas en lugar de juntarlos en una, de modo que ninguna de las tazas se desborde) cuando la evidencia del mundo real demuestra que muchos estadounidenses están expuestos rutinariamente a más de un neónico a la vez.

A pesar de los cálculos matemáticos cuestionables e ilegales de la EPA (una vez más, véase la petición de 2020 de LA NRDC para todos los detalles), la agencia todavía estaba obligada por ley a proponer la cancelación de ciertos productos de imidacloprid para el césped con el fin de proteger la salud humana. Eso significa que si la EPA realmente siguiera la ley (es decir, evaluase todo el riesgo acumulativamente en la misma “copa” con el factor de seguridad infantil 10X FQPA requerido), la EPA tendría que cancelar o restringir severamente muchos más usos neónicos.

Se necesita una acción para la protección de la salud

Los graves problemas de salud planteados por los estudios epidemiológicos y de laboratorio exigen mayores protecciones para las personas contra las exposiciones neónicas, especialmente de usos neónicos generalizados y derrochadores, mientras se llevan a cabo más investigaciones. Si bien esperamos que 2021 sea el año en que la EPA por fin ponga las cosas en su sitio sobre los neónicos y ponga en primer lugar la salud y la seguridad de nuestras familias y nuestro medio ambiente, la oficina de pesticidas de la agencia tiene una larga y problemática historia de no proteger a los consumidores y trabajadores agrícolas de los daños de los pesticidas tóxicos.

Los consumidores pueden poner una abolladura en la contaminación por plaguicidas neónicos y otros tóxicos evitando insecticidas y herbicidas en el césped y jardines domésticos,comprando productos orgánicos cuando sea posible, evitando productos cotra pulgas y garrapatas de base neónica y apoyando iniciativas locales para mantener los pesticidas fuera de los espacios públicos como parques y zonas de juego infantiles.

Las acciones de protección de los estados y las jurisdicciones locales seguirán siendo fundamentales para proteger a sus residentes durante algún tiempo. Usted puede tomar la acción para apoyar nuestro trabajo para proteger a la gente de Nueva Jersey, California,y la vida silvestre de Nueva York de lo neónicos.

Publicado originalmente por Natural Resources Defense Council.