El 15 de febrero, el Washington Post, propiedad de Jeff Bezos, publicó un artículo de Associated Press del 11 de febrero aplaudiendo la censura de aquellos que critican las respuestas políticas del gobierno a la pandemia.

El confinamiento ha beneficiado a Bezos con 70.000 millones de dólares desde su inicio. Si eres Bezos, un confinamiento permanente es una mina de oro.

Bill Gates, por su parte, ha ganado 20.000 millones de dólares desde el confinamiento, el cual él previamente había convertido en un juego de guerra y luego había animado y dirigido. Su estrategia ha incluido la castración de los medios de comunicación independientes, las fuentes más probables del tipo de periodismo vigoroso que de otra manera podría examinar su propio interés en las medidas políticas que tan exitosamente ayudó a diseñar para el resto de nosotros.

Gates empleó millones en subvenciones para transformar el otrora orgulloso e irrefrenable ‘The Guardian’ en su boletín de noticias personal. Con 250 millones de dólares, compró inpunidad frenta a cualquier crítica de cadenas informativas como la BBC, NBC, Al Jazeera, ProPublica, National Journal, Univision, Medium, the Financial Times, The Atlantic, el Texas Tribune, Gannett, Washington Monthly, Le Monde y el Center for Investigative Reporting.

Gates también hizo grandes contribuciones a organizaciones caritativas afiliadas a los medios de comunicación, como BBC Media Action y The New York Times, según una investigación de agosto de 2020 de Columbia Journalism Review. Del mismo modo, desarmó a la NPR y a la televisión pública haciéndolos dependientes de su apoyo. A cambio, estos medios protegen los proyectos incompletos de Gates de sufrir un escrutinio crítico.

Gates es sin duda el mayor fabricante de vacunas del mundo. Como su mayor contribuyente, Gates controla la Organización Mundial de la Salud que, según Foreign Affairs, no toma ninguna decisión significativa sin consultar a la Fundación Bill & Melinda Gates. Asimismo, ejerce autoridad dictatorial sobre un ejército de organismos cuasi gubernamentales que creó en gran medida o que financia: Path, GAVI CEPI, Unicef, etc. Estas agencias han demostrado su poder para convertir el mundo en un mercado cautivo para la empresa de vacunas de Gates.

Mientras tanto, los socios de Gates en las grandes industrias farmacéuticas, Big Pharma, utilizan sus 9.600 millones de dólares en gastos publicitarios para dictar pánico pandémico las 24 horas del día y aumentar el apoyo ciego a las vacunas de responsabilidad cero altamente subvencionadas, probadas chapuceramente, que no impiden ni la transmisión ni la muerte.

Los principales programas de noticias de la cadena, incluyendo CNN, ABC, NBC, CBS y Fox han puesto el Terror COVID, la Salvación por las Vacunas y la obligatoria difamación de los disidentes en un bucle de 24 horas con cada segmento (y utilizo este término en todos los sentidos de la palabra) con anuncios farmacéuticos.

Estos medios han convertido sus programas semanales de entrevistas en hagiografías de adulación para los recorridos regulares por satélite de Gates en los que los crédulos y obsequiosos programas de entrevistas del domingo por la mañana plantean preguntas médicas de respuesta fácil a un multimillonario sin entrenamiento en salud pública.

Nadie le pregunta nunca a Gates o a su mini-yo, Tony Fauci, por qué decidieron gastar decenas de miles de millones de dólares de los contribuyentes en vacunas especulativas y gastar cero dólares en investigar los muchos medicamentos que ya están listos para usarse y fuera de patente que han demostrado un éxito extraordinario en manos de médicos privados, medicamentos que podrían haber puesto fin a la pandemia hace un año.

Los medios de comunicación, que han permitido esta crisis global de rehenes, es sin duda la empresa criminal más significativa de la historia de la humanidad. Como observó Rahm Emmanuel, “nunca dejes que una buena crisis se desperdicie”.

Gates y Fauci han demostrado que, al controlar los medios de comunicación, los multimillonarios y sus compinches gubernamentales pueden prolongar una crisis para siempre y acumular riqueza y poder sin precedentes sobre la humanidad.