Un estudiante de 21 años de Nueva Jersey sufrió una grave inflamación del corazón tras recibir su segunda dosis de la vacuna COVID de Moderna. Justin Harrington, cuya escuela le exigió que se vacunara para poder asistir a las clases en otoño, experimentó síntomas parecidos a los de la gripe, seguidos de dolor en el corazón entre ocho y doce horas después de recibir la vacuna.

En una entrevista exclusiva con “The Defender”, el padre de Justin, Timothy Harrington, dijo que su hijo se sentía diferente después de la segunda inyección. “Cada vez que su corazón latía le dolía y sentía presión”, dijo Harrington. “Luego desarrolló un dolor de corazón que le bajaba por ambos brazos”.

Harrington dijo que su hijo, que no tiene ninguna condición médica subyacente, no experimentó dolor de corazón con su primera dosis de la vacuna.

El 24 de mayo, dos días después de que Justin recibiera la segunda inyección, su padre lo llevó a urgencias del “Morristown Memorial Hospital” porque los síntomas habían empeorado.

“Los médicos no lo relacionaban con la vacuna hasta que les informé de que mi hijo acababa de vacunarse y compartí con ellos la información que había encontrado sobre la miocarditis“, dijo Harrington. “No pensé que los médicos fueran estúpidos, pero los médicos a veces ven con anteojeras”.

Los médicos comprobaron los niveles de sangre de Justin, que mostraban cifras elevadas de proteínas. Las exploraciones anormales, incluido un electrocardiograma, llevaron a un diagnóstico de miocarditis. Justin estuvo hospitalizado durante tres días mientras los médicos intentaban controlar la enfermedad.

Harrington dijo que aunque su hijo ha sido dado de alta, todavía tiene dolor en el pecho y su vida no es la misma.

“Tiene que llevar un monitor cardíaco y tomar cuatro medicamentos diferentes durante seis meses”, dijo Harrington. “Tiene que dormir erguido, no puede hacer esfuerzos y se está perdiendo uno de los momentos más importantes de su vida”.

Harrington dijo que su hijo debería hacer sus prácticas, “pero ¿cómo va a salir a buscar una empresa que trabaje con él si no puede hacer ningún esfuerzo? Es muy inteligente y ahora está marginado. Los médicos quieren que mi hijo esté tumbado durante tres o cuatro meses”.

En cuanto a la recuperación de Justin, Harrington dijo: “Tiene una pequeña cicatriz en el corazón y los médicos esperan haberlo detectado lo suficientemente pronto como para que no haya otros problemas, pero es pura conjetura en este momento.”

El mandato de la escuela no permite excepciones para los estudiantes que ya han pasado la COVID

Tras el diagnóstico de Justin, los médicos recomendaron al hijo de Harrington, de 19 años, que había recibido una dosis de la vacuna Moderna, que no se pusiera la segunda.

Sin embargo, a ambos hijos se les dijo que debían vacunarse para poder asistir a la escuela, a pesar de que ambos habían tenido previamente COVID, dijo Harrington.

Como informó “The Defender” la semana pasada, un nuevo estudio previo realizado por la Clínica Cleveland descubrió que las personas previamente infectadas por el SARS-CoV-2 tenían menos probabilidades de volver a infectarse que las personas totalmente vacunadas que nunca habían tenido el virus, lo que sugiere que la vacuna no es beneficiosa para las personas que ya han pasado la COVID.

Además de que es probable que la vacuna no proporcione ningún beneficio a quienes ya han sido infectados por el virus, los estudios sugieren que las personas que se infectaron previamente con COVID tienen más riesgo de sufrir reacciones adversas graves.

Como informó “The Defender” a principios de este año, algunos expertos afirman que no existe investigación científica que apoye la vacunación de las personas infectadas con COVID y que existe un riesgo potencial de daño, incluso de muerte, al vacunar a las personas que ya han tenido la enfermedad o que se han infectado recientemente.

Aun así, muchas facultades y universidades -incluido el Instituto Tecnológico de Nueva Jersey (“New Jersey Institute of Technology”, NJIT por sus siglas en inglés), donde está matriculado Justin- están exigiendo las vacunas a todos los estudiantes, con pocas o ninguna excepción.

“Justin es una persona que obedece las normas y se le presionó para que se la pusiera”, dijo Harrington.

Harrington dijo que cuando llamó al decano del NJIT antes de que su hijo se vacunara y le preguntó por qué la escuela obliga a los jóvenes que tienen poco riesgo de sufrir una enfermedad grave por el COVID a vacunarse, el decano le respondió que, a menos que su hijo tuviera una exención médica o religiosa válida, era un requisito.

“No soy ‘antivacunas‘”, dijo Harrington. “Soy ‘anti-vacunas forzadas’. Están obligando a estos niños a vacunarse aunque no estén afectados por el COVID o ya lo hayan sufrido.”

Según Justin, informó de su miocarditis al Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (“Vaccine Adverse Events Reporting System”, VAERS por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (“Centers for Disease Control and Prevention”, CDC por sus siglas en inglés), pero nadie de la agencia hizo un seguimiento.

Justin dijo que “absolutamente no” recomendaría a nadie que se vacunara, ya que no quiere que esto le ocurra a ninguno de sus amigos. “No estoy aquí para criticar a Moderna, pero yo no me la pondría”, dijo.

Harrington dijo que también sabe de una chica que tuvo que ser sometida a un trasplante de corazón después de ser vacunada y cree que la condición de su hijo podría haber sido aún más grave si no hubiera podido llegar a él a tiempo.

Según WLWT 5 News, Simone Scott, de 19 años, fue sometida a un trasplante de corazón un mes después de sufrir una complicación cardíaca por su segunda dosis de Moderna y posteriormente falleció.

Moderna niega la relación entre la vacuna y la inflamación del corazón

La semana pasada, Moderna dijo que no había encontrado una relación entre su vacuna COVID y los casos de una rara enfermedad de inflamación del corazón notificados entre los jóvenes que han recibido la inyección.

El fabricante de la vacuna dijo en un comunicado que llegó a esta conclusión después de “revisar cuidadosamente los datos de seguridad disponibles hasta la fecha de la vacuna Moderna COVID-19 para los casos de miocarditis y/o pericarditis.”

El CDC dijo el 10 de junio durante una reunión del Comité Consultivo de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés), que la agencia había identificado 226 informes de inflamación del corazón que podrían cumplir su “definición de caso de trabajo” de miocarditis y pericarditis tras las inyecciones, “The Defender” informó la semana pasada.

Según los CDC, se registraron un total de 475 casos de miocarditis o pericarditis en pacientes de 30 años o menos que recibieron una vacuna de ARNm. La edad media de las personas con miocarditis o pericarditis tras la primera dosis fue de 30 años, y tras la segunda, de 24.

Moderna dijo que “seguirá vigilando de cerca estos informes y está trabajando activamente con las autoridades reguladoras y de salud pública para seguir evaluando este asunto.”

“Es evidente que tenemos un desequilibrio”, dijo el Dr. Tom Shimabukuro, de la Oficina de Seguridad de la Inmunización de los CDC, durante la reunión del 10 de junio de la FDA. El comité se reunió para debatir las cuestiones de seguridad relacionadas con el uso de las vacunas COVID en niños de tan sólo 6 meses.

Los CDC han programado una reunión de emergencia de sus asesores para el 18 de junio con el fin de discutir los informes de inflamación del corazón, más altos de lo esperado, después de las dosis de las vacunas COVID de Pfizer y Moderna.

“Children’s Health Defense” pide a cualquier persona que haya experimentado una reacción adversa a cualquier vacuna, que presente un informe siguiendo estos tres pasos.