La historia de un vistazo:

  • El gasto en grupos de presión de la industria farmacéutica alcanzó una cantidad récord en 2020, con más de 306 millones de dólares, frente a los 299 millones de 2019.
  • En 2020 había 1.502 miembros de grupos de presión farmacéuticos, de los cuales el 63,58% eran antiguos funcionarios.
  • El grupo de presión farmacéutico más importante en 2020 fue la organización Pharmaceutical Research & Manufacturers of America (PhRMA), que gastó 25,9 millones de dólares, lo que le convierte en el tercer grupo de presión que más gasta.
  • La comercialización de medicamentos recetados, servicios sanitarios, pruebas de laboratorio y concienciación sobre enfermedades ascendió a 29.900 millones de dólares en 2016.
  • El Wellcome Trust es uno de los principales financiadores de la investigación sanitaria a nivel mundial y ha sido uno de los principales protagonistas de la pandemia de COVID-19, aunque ha invertido mucho en las empresas que fabrican los tratamientos contra esta enfermedad.

Mientras que gran parte del mundo se paralizó durante la pandemia de COVID-19 de 2020, una cosa se mantuvo firme: los esfuerzos de los grupos de presión. El gasto en grupos de presión alcanzó los 3.480 millones de dólares en 2020, lo que supone algo menos que el récord de 2019, que fue de 3.500 millones. Las cifras fueron reveladas por OpenSecrets.org, que rastrea las contribuciones a las campañas federales y los datos de los grupos de presión.

El sector sanitario fue el que más gastó en grupos de presión en 2020: un récord de 615 millones de dólares. Los esfuerzos dieron sus frutos y, según informó Open Secrets, “el Congreso entregó enormes ganancias a los hospitales y el gobierno federal concedió lucrativos contratos a los fabricantes de productos farmacéuticos y dispositivos médicos.”

El gasto en grupos de presión de la industria farmacéutica también alcanzó una cantidad récord en 2020, con más de 306 millones de dólares, frente a los 299 millones de 2019.

PhRMA: El principal grupo de presión farmacéutico para 2020

En 2020 había 1.502 miembros de grupos de presión farmacéuticos, de los cuales el 63,58% eran antiguos funcionarios. La puerta giratoria, en la que empleados del gobierno y ex miembros del Congreso aceptan trabajos en empresas de presión, es común entre los miembros de grupos de presión, y también ocurre lo contrario, que personas del sector privado acaben en puestos del gobierno.

El grupo de presión farmacéutico más importante en 2020 fue la Pharmaceutical Research & Manufacturers of America (PhRMA), que gastó 25,9 millones de dólares, lo que le convierte en el tercer grupo de presión que más gasta en general, solo por detrás de la National Association of Realtors y la U.S. Chamber of Commerce. La PhRMA también dirige la Fundación PhRMA, sin ánimo de lucro, que concede subvenciones para la investigación que pueden llegar hasta la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos.

La FDA no acepta dinero de las empresas, pero sí recibe dinero canalizado a través de fundaciones sin ánimo de lucro, que pueden recibir dinero de otras organizaciones sin ánimo de lucro financiadas por intereses privados, incluida la PhRMA. Por ejemplo, la Fundación Reagan-Udall, una fundación sin ánimo de lucro creada por el Congreso en 2007 para apoyar la investigación científica de interés para la FDA.

La Fundación Reagan-Udall dijo que sólo aceptaría subvenciones del gobierno, de donantes individuales y de otras organizaciones sin ánimo de lucro, no de la industria, pero en 2010 recibió una subvención de 150.000 dólares de la Fundación PhRMA que, al ser una organización sin ánimo de lucro, se ajusta técnicamente a la definición de fuente de financiación aceptable, aunque esté fundada y financiada por empresas farmacéuticas.

Otros de los principales grupos de presión de Big Pharma en 2020

Además de PhRMA, otros de los principales grupos de presión farmacéuticos en 2020 fueron:

  • Organización de Innovación Biotecnológica – 12,56 millones de dólares
  • Amgen – 11,15 millones de dólares
  • Pfizer – 10,87 millones de dólares
  • Roche Holdings – 10,87 millones de dólares
  • AbbVie – 7,07 millones de dólares
  • Gilead Sciences – 7,03 millones de dólares
  • Merck – 6,98 millones de dólares
  • Asociación de Gestión de la Atención Farmacéutica – 6,92 millones de dólares
  • Bayer – 6,70 millones de dólares
  • Novartis – 6,15 millones de dólares
  • Eli Lilly & Co. – 5,83 millones de dólares
  • Horizon Therapeutics – 5,76 millones de dólares
  • Johnson & Johnson – 5,57 millones de dólares
  • Bristol-Myers Squibb – 5,39 millones de dólares

La presión fue intensa durante el primer trimestre, cuando las industrias estaban ansiosas por influir en el primer paquete de estímulo de COVID-19. Muchos de los grupos de presión también tenían estrechos vínculos con los líderes del Congreso. Según Open Secrets:

“Más de 1.000 clientes enviaron a miembros de grupos de presión con estrechos vínculos con la Casa Blanca o con los líderes del Congreso hasta la primera mitad de 2020. Alrededor del 40% de esos clientes declararon haber ejercido presión sobre cuestiones relacionadas con la pandemia.

“Las compañías farmacéuticas que recibieron enormes ganancias del gobierno federal para desarrollar rápidamente las vacunas contra el COVID-19 desplegaron a personas con experiencia en Washington. También lo hicieron las empresas encargadas de la producción de ventiladores y las empresas de los sectores más afectados que intentan obtener ayudas del gobierno. Empresas que no habían hecho presión durante la administración … -o nunca lo habían hecho antes- firmaron contratos con empresas de K Street.

“La gran mayoría de estos clientes son empresas o asociaciones comerciales, que representan casi el 90% del gasto en presión de este año. El éxito de los miembros de grupos de presión de la puerta giratoria indica que los poderosos intereses vieron a los antiguos ayudantes de los altos funcionarios como su mejor oportunidad para influir en las negociaciones de alto nivel que, en su mayoría, dejaron de lado a los legisladores de base.”

Los grupos de presión de las grandes farmacéuticas aumentan

Las actividades de presión anuales sobre productos farmacéuticos y sanitarios ha ido en aumento desde 2013, y en 2019 la industria farmacéutica fue el principal grupo de presión en Washington, gastando mucho más que cualquier otra industria. Una de sus principales prioridades ese año fue oponerse ferozmente a un proyecto de ley que reduciría los costes de los medicamentos.

De 2018 a 2019, se observaron algunos aumentos importantes, entre ellos el de Akebia Therapeutics, que fabrica medicamentos para enfermedades renales. Su gasto aumentó de 110.000 dólares en 2018, a 1,8 millones de dólares en 2019 y a 1,6 millones de dólares en 2020.15 AbbVie, que fabrica Humira, también ha aumentado el gasto de forma constante, pasando de 4,3 millones de dólares en 2018 a 5,4 millones de dólares en 2019,16 llegando a superar los 7 millones de dólares en 2020.

“Ese gasto”, señaló Open Secrets, “se suma a las numerosas campañas publicitarias de la industria destinadas a influir en los legisladores y el público en general”. La industria lucha contra la legislación amenazante de maneras creativas, incluyendo la financiación de asociaciones prominentes pero no relacionadas para impulsar mensajes a favor de la industria en las ondas.”

PhRMA, por ejemplo, financia la Asociación para la Seguridad de los Medicamentos, que es un grupo sin ánimo de lucro que dice estar en marcha para proteger a los estadounidenses de la venta de peligrosos medicamentos falsificados. En realidad, es otro grupo de fachada de la industria, que en 2019 utilizó al menos 900.000 dólares en subvenciones para pagar una serie de anuncios de televisión destinados a frenar la importación de otros países de medicamentos que se venden con receta y son más baratos.

Los anuncios mostraban a los sheriffs advirtiendo a la gente de los “peligros” de la importación de medicamentos con “escasas garantías extranjeras”, y decían estar pagados por la Asociación Nacional de Sheriffs. Dieron la falsa impresión de que las fuerzas del orden estaban ampliamente en contra de las importaciones de medicamentos menos costosos pero, en realidad, la Asociación para la Seguridad de los Medicamentos, financiada por PhRMA, había dado a la Asociación Nacional de Sheriffs las subvenciones para financiar los anuncios respaldados por la industria.

30.000 millones de dólares gastados en marketing médico

La comercialización de medicamentos con receta, servicios sanitarios, pruebas de laboratorio e incluso la concienciación sobre las enfermedades es un gran negocio en Estados Unidos, y el gasto ha ido en constante aumento desde 1997. Ese año, el gasto en marketing médico fue de 17.700 millones de dólares, que aumentó a 29.900 millones en 2016.

El gasto directo al consumidor (‘Direct-to-consumer,’ DTC por sus siglas en inglés) fue el que más aumentó, pasando del 11,9% del gasto total al 32%. Los anuncios de medicamentos recetados DTC representaron 6.000 millones de dólares de gasto solo en 2016, lo que supuso 4,6 millones de anuncios, incluidos 663.000 anuncios de televisión, en su mayoría para biológicos de alto coste e inmunoterapias contra el cáncer.

Las campañas de concienciación sobre enfermedades, por su parte, son en realidad campañas de marketing de las empresas farmacéuticas dirigidas a las enfermedades que tratan sus medicamentos. El número de campañas de este tipo aumentó de 44 en 1997 a 401 en 2016, y el gasto pasó de 177 a 430 millones de dólares en el mismo periodo.

El marketing DTC para servicios sanitarios también aumentó de 542 millones de dólares a 2.900 millones, con incrementos de gasto especialmente notables en hospitales, centros dentales, centros oncológicos, clínicas de salud mental y de adicciones y servicios médicos, como la asistencia sanitaria a domicilio.

Aparte de la publicidad DTC, las grandes empresas farmacéuticas siguen dirigiéndose directamente a los profesionales de la salud, ámbito en el que se concentra la mayor parte del gasto profesional, según un estudio de JAMA sobre el marketing médico en Estados Unidos.

“El marketing farmacéutico dirigido a los profesionales de la salud representó la mayor parte del gasto y sigue siendo elevado incluso con las nuevas medidas políticas que buscan limitar la influencia de la industria”, señalaron los investigadores, del Centro de Medicina en los Medios de Comunicación del Instituto Dartmouth. “A pesar del aumento de la comercialización en 20 años, la supervisión reglamentaria sigue siendo limitada”.

Gates y Wellcome Trust utilizan a la OMS para estafar al mundo

El Wellcome Trust es uno de los principales financiadores de la investigación sanitaria a nivel mundial y ha sido uno de los principales actores en la pandemia de COVID-19, incluyendo la codirección de un programa de la OMS para desarrollar nuevas terapias para el COVID-19. Sin embargo, el Wellcome Trust forma parte de la red tecnocrática globalista. Wellcome es la mayor organización benéfica del Reino Unido que financia “investigación biomédica innovadora”. Se creó en 1936 tras la muerte de Sir Henry Wellcome, pionero farmacéutico e industrial progresista.

Su consejo de administración está formado por actuales o antiguos banqueros, ejecutivos de seguros y miembros de juntas de inversión. Sir Henry Wellcome, en vida, fundó la empresa que luego se convirtió en GlaxoSmithKline (GSK), por lo que el Wellcome Trust es esencialmente el “brazo filantrópico” de GSK.

En una investigación del BMJ, el periodista Tim Schwab señala que las inversiones de la organización benéfica en las grandes empresas farmacéuticas, ‘Big Pharma’, se solapan con sus esfuerzos de investigación, de modo que“el principal financiador de la investigación sanitaria sale ganando con la pandemia, lo que plantea cuestiones de transparencia y responsabilidad”.

Al mismo tiempo que lidera el proyecto Acelerador de Acceso a las Herramientas de COVID-19 (ACT) para ofrecer opciones de tratamiento de COVID-19, Wellcome ha invertido mucho en las empresas que fabrican los tratamientos. Esto incluye 389 millones de dólares en Novartis, que fabrica dexametasona, y 347 millones en Roche, que fabrica anticuerpos monoclonales.

“Tanto Roche como Novartis afirman haber mantenido conversaciones con el Acelerador ACT de la OMS sobre sus medicamentos terapéuticos”, informó el BMJ, añadiendo:

“Los intereses financieros de Wellcome han sido publicados en el sitio web del fideicomiso y a través de los archivos de regulación financiera, pero no parecen haber sido revelados como conflictos de intereses financieros en el contexto del trabajo de Wellcome en COVID-19, incluso cuando muestran que el fideicomiso está posicionado para potencialmente sacar provecho económico de la pandemia.”

Sacar provecho de la respuesta a la pandemia

El director de Wellcome, Jeremy Farrar, también ocupa un puesto en el Grupo de Asesoramiento Científico para Emergencias del Reino Unido, que asesora al gobierno sobre COVID-19, así como un puesto en la junta directiva de la Coalición para las Innovaciones de Preparación ante Epidemias, que aportó mil millones de dólares para el desarrollo de la vacuna COVID-19.

Aunque Farrar se ha pronunciado públicamente sobre los beneficios de los medicamentos específicos de COVID-19, Wellcome ha invertido mucho en empresas que fabrican vacunas, productos terapéuticos y diagnósticos de COVID-19, y ha informado de ganancias de 4.500 millones de dólares por sus inversiones en 2020, que el BMJ señala que es “tres veces más dinero que el que el fideicomiso entregó en caridad”.

La Fundación Bill y Melinda Gates también está en línea para beneficiarse de su papel en la respuesta a la pandemia, ya que tiene más de 250 millones de dólares invertidos en empresas relacionadas con COVID-19. A pesar de sus intereses financieros en las “soluciones” que pregonan, la Fundación Gates y Wellcome han sido consideradas favorablemente en los medios de comunicación por su papel en los esfuerzos de respuesta a la pandemia.

El BMJ citó a Joel Lexchin, profesor emérito de la escuela de política y gestión sanitaria de la Universidad de York, en Toronto, quien declaró:

“Lo que la pandemia está haciendo es pulir la reputación de organizaciones como Gates y Wellcome y las compañías farmacéuticas, cuando no creo que realmente merezcan ese pulido.

“Creo que están actuando como siempre lo han hecho, que es, desde el punto de vista de las compañías farmacéuticas, velar por sus propios intereses financieros, y desde el punto de vista de las fundaciones es perseguir sus propios objetivos desarrollados de forma privada sin ser responsables ante nadie más que sus propios consejos de administración.”

El hecho es que, a través de sus amplios esfuerzos de presión y marketing, las grandes empresas farmacéuticas, ‘Big Pharma’, siguen aumentando su poder, al igual que las fundaciones vinculadas a ella.

Publicado originalmente por Mercola.