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octubre 09, 2020

Esta solución “tan antigua como la tierra” podría ser nuestra mejor esperanza para evitar la crisis climática

Por Jeremy Loffredo

Ante una crisis climática mundial que se avecina y que amenaza con extinguir toda la vida en la tierra, la esperanza a menudo se le escapa incluso al más optimista de los solucionadores de problemas.

¿Qué pasaría si ya tuviéramos al alcance de la mano —o justo debajo de nuestros pies— una solución climática lista para usar? ¿Qué pasaría si millones de personas no sólo conocieran esta solución, sino que también pudieran ayudar activamente a promoverla?

“Besa la tierra” (“Kiss the Ground“), un nuevo documental, inyecta esperanza en la conversación sobre la crisis climática al arrojar luz sobre la forma en que tratamos el suelo, incluida la forma en que cultivamos alimentos, y ofrece una vía para extraer el exceso de carbono de la atmósfera y devolverlo al suelo, a donde pertenece.

La película, disponible en Netflix, tiene como objetivo reclutar y desplegar un ejército de activistas climáticos trabajando por la solución del suelo; el documental proporciona al público en general un curso intensivo y fácil de digerir sobre la ciencia del suelo y del clima.

 

“Pensamos, ¿qué pasaría si pudiéramos formar a miles, o incluso millones, de nuevos defensores”, dijo Finian Makepeace, cofundador de Kiss the Ground, una organización sin ánimo de lucro que sirve como centro educativo en línea para la agricultura regenerativa.

“Las personas que oyen hablar de esto y están interesadas en ello, en lugar de tener que dedicar una gran cantidad de tiempo a investigar por su cuenta, podrían disponer de una formación para que sean defensores competentes y para que sepan cómo comunicar claramente las ideas a las audiencias a las que quieran dirigirse”, dijo Makepeace a Children’s Health Defense. “Una vez que alguien comprende la importancia de reconstruir el suelo mediante la agricultura y la restauración del ecosistema, puede tener una nueva comprensión de todo el sistema agrario”.

El actor Woody Harrelson, que es quien narra la película, dice a los espectadores: “El suelo tiene la capacidad única de secuestrar el carbono de la atmósfera”. Es una solución “tan antigua como la tierra”, dice Harrelson.

Por primera vez en 12 años, el calentamiento global apareció en la lista de temas de debate durante un debate presidencial nacional de Estados Unidos. Sin embargo, como suele suceder, los candidatos se centraron exclusivamente en inversiones en energía renovable. ¿Qué tema estuvo ausente de la conversación? Cuánto contribuye la agricultura industrial al calentamiento global y cuán grande es el potencial no solo para mitigar, sino para revertir el efecto del calentamiento global simplemente cambiando la forma en que cultivamos alimentos y administramos la tierra.

La película también destaca los muchos beneficios colaterales de la transición a la agricultura basada en buenas técnicas de manejo del suelo. Los beneficios colaterales incluyen promover la seguridad alimentaria mejorando la capacidad de los cultivos alimentarios para sobrevivir a sequías e inundaciones, y cortar de raíz la ola de extinción de especies promoviendo la biodiversidad.

Kiss the Ground” explica que labrar la tierra antes de plantar libera carbono a la atmósfera y disminuye la materia orgánica sana del suelo. La película también presenta un caso convincente en contra de rociar el suelo con productos químicos tóxicos, una práctica común de la agricultura industrial que “mata los mismos microbios que necesitamos para darnos salud”, les dice Harrelson a los espectadores. Describe un “círculo vicioso” de la agricultura industrial a gran escala: cuanto más labranza se realiza, más débil se vuelve el suelo y cuanto más débil se vuelve el suelo, más agricultores utilizan los productos químicos tóxicos.

De hecho, explica Harrelson, las raíces del sistema de agricultura industrial actual tienen poco que ver con la salud o la sostenibilidad y mucho que ver con que los fabricantes de armas químicas de la era nazi impusieran sus venenos en el mercado posterior a la Segunda Guerra Mundial.

La película utiliza imágenes de vastas extensiones de tierra desertificada para ilustrar cómo los pesticidas agrícolas de hoy están diseñados para matar a todos los seres vivos, excepto a los cultivos que han sido modificados genéticamente para resistirlos. En todo el planeta, el negocio de la agroindustria ha convertido suelos que antes eran ricos en nutrientes y secuestradores de carbono, en tierra que es más bien polvo.

No tiene por qué ser así, sólo hay que prestar atención a cómo trabajamos la tierra.

Kiss the Ground” es una llamada a la acción a favor de la agricultura regenerativa como nuestra mejor esperanza para estabilizar el clima.

Jeremy Loffredo es reportero de Children’s Health Defense.

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