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abril 01, 2020

Lo que debes saber sobre los satélites 5G: cómo los sueños de ciencia ficción de Musk se están convirtiendo en nuestra pesadilla viviente

Las empresas y los gobiernos tienen planes de lanzar aproximadamente 50.000 satélites para proporcionar servicios 5G y Wi-Fi en todas partes de la Tierra. SpaceX de Elon Musk está liderando estos esfuerzos con su despliegue planificado de 42.000 satélites Starlink y su objetivo de establecer una red global.

Para prestar servicio, SpaceX afirma que requiere una infraestructura de un millón de antenas en tierra para conectar sus satélites con los usuarios terrestres. En marzo de 2020, la Comisión Federal de Comunicaciones (Federal Communications Commission, FCC por sus siglas en inglés) aprobó la aplicación de la antena terrestre de SpaceX. El 7/31/2020, SpaceX modificó su presentación original y ha pedido a la FCC que aumente este número a cinco millones. Hasta la fecha se han lanzado casi 400 satélites. Este año, SpaceX planea acelerar sus lanzamientos de satélites a un promedio de 120 por mes (60 cada dos semanas). Space X se acerca al número de umbral en el que dice que puede comenzar a suministrar cobertura 5G desde el espacio. Este año, SpaceX planea acelerar sus lanzamientos de satélites a un promedio de 120 por mes (60 cada dos semanas). En julio, la FCC aprobó 6 estaciones terrestres para comunicarse con los satélites – en California, Minnesota, Idaho, Alabama, Georgia y Montana.

Estos satélites de órbita baja ya no sólo contaminan nuestros cielos nocturnos e interfieren con la astronomía, sino que también prometen inundar la Tierra con potentes y focalizados haces electromagnéticos que emiten radiación de radiofrecuencia (RF) y microondas que han demostrado afectar negativamente la salud de los seres humanos, los animales y las plantas. Los satélites también pueden tener un impacto en el campo electromagnético natural de la Tierra, el cual es esencial para toda la vida en nuestro planeta, sin embargo, ninguna agencia nacional o internacional ha tomado medidas para evaluar, reducir, prevenir o dar a conocer el impacto ambiental de las emisiones de los satélites. Mientras tanto, ya se están produciendo efectos significativos.

La FCC nunca ha evaluado el impacto de las emisiones de radiación de 50.000 satélites o de cualquier otro efecto ambiental adverso existente y potencial.

Complicidad de la FCC

Las empresas de satélites deben presentar solicitudes a la FCC porque los satélites utilizan radiofrecuencias que son competencia de la agencia. Al igual que otras agencias federales, la FCC está sujeta a los requisitos de la Ley Nacional de Política Ambiental (National Environmental Policy Act, NEPA, por sus siglas en inglés) para desarrollar normas que le permitan evaluar los efectos ambientales de sus acciones. Para cumplir con sus responsabilidades procesales en virtud de la NEPA, así como las estipulaciones de la Ley de Telecomunicaciones de 1996, la FCC, en 1996, adoptó estándares de exposición no obligatorias para la radiación inalámbrica. Estos estándares son altamente defectuosos porque sólo reconocen daños térmicos pero no reconocen los daños no térmicos e ignoran los daños establecidos de las señales pulsadas y moduladas. Además, no hay sanciones por exceder las normas.

La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) nunca ha evaluado el impacto de las emisiones de radiación de 50.000 satélites o de cualquier otro efecto ambiental adverso existente y potencial. La razón probable es que la FCC interprete sus obligaciones como que sólo requieren la evaluación de las actividades y dispositivos terrestres debido al lenguaje jurídico que especifica que se centra en las estructuras definidas como un “polo, torre, estación base u otro edificio”, sin mención explícita de los satélites.

Como resultado, la FCC se ha sentido libre de aprobar (sin ninguna evaluación ambiental) cerca de 12.000 satélites SpaceX hasta el momento, y SpaceX ha presentado documentosen la FCC para otros 30.000. De los 12.000, la compañía propuso inicialmente colocar 4.425 en órbita terrestre baja (entre 715 y 823 millas (1.100 y 1300 metros) por encima de la superficie del planeta), pero más tarde modificó su solicitud para poner aproximadamente un tercio de ellos en una órbita inferior, a342 millas (550 metros). Los satélites restantes, más de 7.500, tienen permiso para entrar en órbita terrestre “muy baja”, es decir, altitudes deapenas más de 200 millas (320 metros) por encima de la Tierra. Según SpaceX, estos satélites de órbita ultrabaja son necesarios para reducir la latencia y aumentar las velocidades de transmisión en las ciudades congestionadas, al tiempo que permiten a la compañía ampliar la cobertura Wi-Fi a nivel mundial.

Como si la radiación de decenas de miles de satélites no fuera lo suficientemente preocupante, la licencia de cobertura total proporcionada por la FCC permite a SpaceX Services (una filial de SpaceX) instalar hasta un millón de transmisores de tierra, terminales que utilizarán “tecnología avanzada de beamforming y antena dirigible” para conectar de forma inalámbrica a los usuarios finales (humanos y máquinas) que están en el suelo con los satélites en órbita. Estos“dispositivos orientados al consumidor”podrían colocar terminales que están emitiendo radicación directamente en los hogares. Elon Musk resume la instalación en dos pasos de la antena de tierra como “apunta al cielo y enchúfalo.” [and]

Las constelaciones de satélite Starlink operan en la porción del espectro de frecuencias de microondas llamada “banda ku” (11-17 GHz); las estaciones terrestres transmitirían a 14-14,5 GHz mientras reciben señales de los satélites a 10,7-12,7 GHz. Esto es muy diferente de las redes LTE actuales,que operan desde 700 MHz hasta alrededor de 6 GHz.

Una “fiebre del oro”

SpaceX puede ser el jugador dominante, pero está lejos de ser la única compañía estadounidense con planes de saturar“cada centímetro del mundo”con emisiones provenientes de satélites 5G de órbita baja. Amazon, que apuesta por cuatro mil millones de nuevos clientes potenciales,planea lanzar un total de 3.236 satélites y promete comenzar a prestar servicios de Internet tan pronto como una quinta parte de ellos esté en su lugar. Facebook también está planeando emplear miles de satélites. Finalmente, la filial de Google Loon ha comenzado a dirigirse a “comunidades que no reciben servicio o están mal atendidas” en América Latina para el servicio LTE proporcionado por su red de globos estratosféricos que viajan por “el borde del espacio”.

Uno de los principales jugadores no estadounidense que participa en la “fiebre del oro del Internet por satélite”es la compañía británica OneWeb (respaldada por SoftBank Group Corp.), que lanzó un lote inicial de seis satélites 5G en febrero de 2019, seguida de otros 34 satélites en febrero de 2020. En el momento del lanzamiento de febrero, OneWeb anunció su intención de mantener los lanzamientos de 30 a 36 satélites cada mes, con“servicios globales comerciales completos”para 2021, mucho antes del total de OneWeb de 5.260 satélites. Sin embargo, un informe de Bloomberg del 19 de marzo declaró que OneWeb podría declararse en bancarrota “mientras lidia con altos costos y una dura competencia”.

En Canadá, los funcionarios de Telesat afirman que sus despliegues de satélites de órbita baja “podrían escalar en última instancia a 512 naves espaciales”. China y Rusia también tienen planes para múltiples lanzamientos.

… el daño va mucho más allá de la raza humana, con evidencia creciente de efectos nocivos tanto para las plantas como para los animales.

Radiofrecuencia dañina y radiación de microondas

Los impactos nocivos de los niveles no térmicos de la tecnología inalámbrica basada en RF y microondas (de 2G en adelante) no son ni “potenciales” ni “hipotéticos”. Miles de estudios científicos revisados por pares han demostrado que ya se están produciendo daños a nivel de epidemia, daños que se agravarán aún más debido a la infraestructura 5G que se multiplica rápidamente .

Algunos argumentan que las emisiones de energía que llegan al suelo desde satélites 5G son menos intensas que las emisiones de las antenas transmisoras terrestres, pero este argumento ignora el hecho de que los satélites irradian todas las áreas de la Tierra, incluidas las áreas no alcanzadas por otros transmisores, con lo que no dejan ningún lugar que no sea afectado por la dañina radiación artificial. Además, los transmisores en tierra que los satélites 5G requieren para conectar satélites con usuarios finales, un millón solo para SpaceX, darán lugar a intensidades enormes de radiación de RF/microondas.

En 2018, más de 200 científicos y médicos citaron la gran cantidad de evidencia científica del daño que causan cuando presentaron la Apelación 5G a las Naciones Unidas, pidiendo una moratoria del 5G. En la Apelación, estos expertos escribieron que los campos electromagnéticos de radiofrecuencia no sólo se ha “probado que son dañinos para los seres humanos y el medio ambiente”, sino que “el daño va mucho más allá de la raza humana”, con “evidencia creciente de efectos nocivos tanto para las plantas como para los animales”. Al discutir el “grave peligro para la salud pública” que representa la infraestructura 5G dentro y fuera del planeta, los autores de la Apelación argumentaron que “la inacción es un costo para la sociedad y ya no es una opción válida”.

Sistema electromagnético natural de la Tierra

Además de la Apelación 5G, una Apelación Internacional para Detener 5G en la Tierra y en el Espacio está advirtiendo sobre el potencial de los satélites para interferir con el circuito eléctrico global. Para el 29 de marzo de 2020, la Apelación había obtenido firmas de 212.661 personas de 208 naciones y territorios de todo el mundo. Advierte que si decenas de miles de satélites llegan a la órbita terrestre baja y muy baja de la Tierra, emitirán haces extremadamente potentes y pulsantes de radiación artificial de RF y microondas en la ionosfera de la Tierra. La ionosfera, una fuente natural de alto voltaje siempre cargada a un promedio de 300.000 voltios, controla el circuito eléctrico global (constante durante tres mil millones de años) que conecta y vitaliza a todos los seres vivos, ya sean aves, animales, árboles o humanos. Toda la vida depende de este circuito electromagnético para la supervivencia, sin embargo, de un solo golpe, los satélites 5G tienen el potencial de alterarlo “más allá de nuestra capacidad de adaptación” [emphasis added].

… la contaminación lumínica producida por las mega-constelaciones de satélites representa una amenaza existencial para la astronomía, lo que potencialmente acaba con la astronomía terrestre tal como la conocemos.

Daños devastadores a nuestro cielo nocturno y astronomía

Los satélites Starlink de Elon Musk ya están causando daño. Según lo informado por Forbes y tanto por astrónomos profesionales como por aficionados, la contaminación lumínica producida por las mega-constelaciones de satélites “presenta una amenaza existencial para la astronomía”, que potencialmente pone fin a la “astronomía basada en el suelo tal como la conocemos”. Musk afirma engañosamente que los satélites Starlink no tendrán“ningún efecto material en los descubrimientos realizados por la astronomía”,a pesar del hecho de que los grandes y altamente reflectantes satélites Starlink ya en órbita están dejando un rastro de luz dañino. Las emisiones anormales de la luz reflejada por los satélites también hacen algo más que descabalar la astronomía; interfieren con la capacidad de las aves migratorias, focas, polillas, ranas y otras criaturas para orientarse y navegar por la noche usando el cielo estrellado.

Si los planes de SpaceX se materializan, el número de sus satélites superará con creces a las aproximadamente 9.000 estrellas visibles a simple vista. A finales de 2019, los primeros 122 satélites Starlink ya eran más brillantes que la mayoría de las 9.000 estrellas, con sólo 172 estrellas más brillantes que los satélites de Musk. El 10 de enero de 2020, los astrónomos lanzaron su propio llamamiento internacional para “salvaguardar el cielo astronómico”, solicitando que los lanzamientos de Starlink se pongan en espera y pidiendo a los gobiernos que acaten los tratados existentes que abordan los riesgos ambientales, incluido el de 1967 ,el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre y en 2018 las Naciones Unidas con sus Directrices para la Sostenibilidad a Largo Plazo de las Actividades del Espacio Ultraterrestre. Hasta la fecha, más de 1.890 astrónomos profesionales de 48 países han firmado el llamamiento. Aunque Musk y SpaceX afirman que trabajarán en la reducción de la potencia reflectante de los satélites y “ajustarán” la orientación del satélite para experimentos astronómicos, no se debe permitir que SpaceX siga lanzando satélites antesde que haya abordado estos graves temas y problemas.

Financiando nuestra propia pesadilla

Los Angeles Times ha señalado que Elon Musk ha construido su “imperio” con miles de millones concedidos por el gobierno de los Estados Unidos, es decir, de loscontribuyentes. En 2017,los periodistas señalaron críticamente que “como un Robin Hood inverso, Musk no está robando a los ricos y dando a los pobres: está robando a la clase trabajadora y guardándoselo para sí mismo”. Ahora, Musk está buscando $16 mil millones adicionales en subsidios del gobierno para SpaceX. Todos esperamos que no lo consiga, ya que los sueños de ciencia ficción de Musk se están convirtiendo rápidamente nuestra realidad en una pesadilla.

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