En un episodio del programa “Doctors and Scientists” de CHD.TV, Heather McCarthy denunció la incentivación de los tratamientos médicos por parte de la Asociación de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (“Food and Drug Association”, FDA por sus siglas en inglés), la falta de consentimiento informado y la sobremedicación irresponsable de su hijo por parte de sus proveedores médicos.

McCarthy, abogada en ejercicio y licenciada en literatura inglesa y administración de empresas, contó al presentador, el doctor Brian Hooker, la trágica pérdida de su hijo, que, según ella, se debió a los efectos adversos irreversibles causados por el medicamento recetado Levaquin.

McCarthy describió a su hijo, O’Shea, como un joven que “estudió ciencias en Purdue” y “le encantaba tocar y producir música”.

Mientras estaba en casa de la universidad durante el verano de 2010, el hijo de McCarthy recibió una receta “muy alta” de Levaquin, fabricado por Johnson & Johnson, como profilaxis para una cirugía menor para corregir su tabique desviado.

McCarthy dijo que su hijo sabía que algo no estaba bien con su prescripción y les dijo a sus amigos y familiares: “Creo que esto está jugando con mi mente”.

McCarthy describió los problemas que experimentó su hijo después de tomar Levaquin, como ansiedad elevada, palpitaciones e insomnio. Sus síntomas no hicieron más que empeorar con el tiempo y, en la primavera de 2011, O’Shea abandonó la escuela, volvió a casa y no salía de su habitación.

En abril de 2011, O’Shea comenzó a recibir tratamiento en el centro de salud mental local y se le diagnosticó un trastorno bipolar. McCarthy describió esto como el comienzo de un “lento camino de dos años” hacia la muerte de su hijo.

“Mirando hacia atrás, mi hijo no tenía ninguna manía, ni síntomas ni indicios de trastorno bipolar”, dijo McCarthy. “Mi hijo quería estar bien. Fue muy cumplidor con todo su tratamiento porque… sólo quería volver a la escuela y retomar su vida.”

McCarthy recordó que después de tomar Levaquin, su hijo “no funcionaba como un ser humano. Era un robot. Esos fármacos realmente te quitan la esencia de lo que eres. Le perdimos mucho antes de su muerte”.

O’Shea falleció en 2013.

En 2015, McCarthy testificó en una reunión de la FDA sobre la experiencia de su hijo. Poco después, se reconoció oficialmente la “discapacidad asociada a la fluoroquinolona“, una enfermedad irreversible.

Las advertencias de caja negra para Levaquin salieron en 2015″, dijo Hooker.

Enfadada con el sistema sanitario y con lo que, según ella, fue una negligencia por parte de los proveedores médicos de su hijo, McCarthy declaró:

“Lo único que había que hacer era apartar la vista del ordenador y mirarle. Este tratamiento fue completamente destructivo para él. Pasó de parecer un joven sano a alguien irreconocible. No tengo ninguna duda de que fueron estos medicamentos”.

McCarthy añadió: “Atribuyo su muerte a las opciones de tratamiento completamente destructivas y a la relación médico-paciente; realmente no había ninguna porque no se le escuchaba”.

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