Los lactantes y niños de 6 meses a 4 años que recibieron la serie primaria de tres dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech pueden recibir ahora una cuarta dosis, la vacuna bivalente de refuerzo de Pfizer.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (“U.S. Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) modificó el martes la Autorización de Uso de Emergencia (“Emergency Use Authorization”, EUA por sus siglas en inglés) de la vacuna de refuerzo bivalente COVID-19 de Pfizer para el grupo de edad más joven, pero sólo para aquellos niños a los que se les administró la serie de tres dosis antes de que la FDA autorizara la vacuna de refuerzo bivalente Omicron de Pfizer como tercera inyección de la serie primaria.

Con la autorización modificada, a los niños pueden se les puede administrar la cuarta vacuna dos meses después de completar la serie primaria de tres dosis.

El Dr. Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, dijo que la autorización daba a los padres la oportunidad de “actualizar la protección de sus hijos”.

Pero sus detractores, entre ellos el Dr. Peter McCullough, médico internista y cardiólogo, afirman que las inyecciones plantean problemas de seguridad a largo plazo para los niños.

“Me preocupa enormemente la seguridad a largo plazo de la acumulación del nuevo ARNm y la proteína de espiga de Wuhan en niños previamente sanos”, declaró McCullough a “The Defender.” “Las inyecciones continuas no son naturales y no pueden hacer que sus cuerpos sean más sanos”.

Mary Holland, presidenta y consejera general de “Children’s Health Defense”, declaró:

“Si alguna vez se necesitó una prueba para saber de qué lado está la FDA, del de las grandes farmacéuticas, “Pharma”, o el del pueblo, no hay más que ver su autorización de una cuarta vacuna COVID para niños menores de 5 años.

“Sabiendo que estas inyecciones no funcionan y que pueden causar graves daños, incluso la muerte, esta decisión es sencillamente obscena”.

La Dra. Michelle Perro, pediatra con más de 40 años de experiencia en medicina aguda e integrativa, declaró a “The Defender”: “La lógica y la razón médicas han pasado a un segundo plano ante una normativa ininteligible basada en la ficción.”

Perro añadió:

“Con el flujo constante de información ahora disponible en VAERS [Vaccine Adverse Event Reporting System] y otros sistemas mundiales de notificación de vacunas, el daño causado a los niños por esta “vacuna” innecesaria es nada menos que un pediacidio.”

Perro señaló que, según las estimaciones de algunos investigadores, los menores de 18 años tienen 51 veces más probabilidades de morir por las vacunas de ARNm que por la COVID-19 si no están vacunados.

Perro, que dijo que pronunciará una conferencia en abril sobre cómo ayudar a los niños perjudicados por las vacunas COVID-19, afirmó:

“Ha llegado el momento de que los padres hagan lo mejor para sus hijos y rechacen esta tecnología experimental”.

Muriel Blaive, Doctora en Filosofía, tuiteó:

Aaron Siri, un abogado de derechos civiles que demandó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para que publicaran sus datos sobre lesiones por vacunas V-Safe, tuiteó:

Un nuevo ensayo clínico “sin resultados publicados”

La agencia dijo que basó su decisión de autorizar la cuarta inyección en análisis anteriores de los datos de eficacia de la vacuna COVID-19 de Pfizer y en nuevos datos de ensayos clínicos de 60 niños de 6 meses a 4 años que, tras completar la vacunación primaria de tres dosis y de que se les administrar la vacuna de refuerzo, “demostraron una respuesta inmunitaria” tanto a la cepa original del virus COVID-19 como a las subvariantes Omicron.

El nuevo ensayo clínico “no tenía resultados publicados”, pero se presentó a la FDA en una proyección de diapositivas de una reunión celebrada el 26 de enero, explicó el bloguero Igor Chudov.

Según el análisis de Chudov, los datos incluían “el más extraño recuento de participantes”.

La diapositiva 16 de la presentación mostraba que había 21 bebés en el ensayo clínico antes de la cuarta inyección, y 23 bebés después de la inyección, señaló.

“¿Cómo es posible? ¿Y por qué nadie de los presentes en la reunión de la FDA hizo preguntas?”, preguntó Chudov.

Chudov señaló que, en virtud de la nueva autorización, la secuencia de vacunación de cuatro dosis podría completarse en un plazo de cuatro meses a partir de la edad de 6 meses.

“Por lo tanto, a un lactante de 10 meses se le habrían podido administrar cuatro dosis de la vacuna Covid ARNm”, afirmó.

La Dra. Meryl Nass, internista y epidemióloga y miembro del comité asesor científico de “Children’s Health Defense”, afirmó que los datos oficiales publicados por los gobiernos del Reino Unido y Alemania sugieren que hay 20 veces más probabilidades de dañar a un niño con una vacuna de ARNm que de beneficiarle.

En un post publicado hoy en Substack, Nass señaló que el Dr. Scott Jensen, médico de familia y antiguo senador del Estado de Minnesota, señaló que el número de dosis de vacuna ARNm necesarias para vacunar a niños pequeños y evitar una hospitalización por enfermedad grave es de más de 224.000 dosis.

Suponiendo que para los niños el riesgo de lesión debido a la vacuna COVID-19 sea similar al riesgo global que reveló el ministro alemán de Sanidad, habría que vacunar a más de 112.000 niños de 5 a 11 años con dos inyecciones y dañar gravemente a 22 de ellos para evitar una hospitalización por COVID-19.

“Cualquiera que conozca estos datos y recomiende las vacunas COVID de ARNm para los niños es, en mi opinión, culpable de prevaricación profesional, un delito, y debe ser llevado inmediatamente ante la justicia”, afirmó Nass.