El plan #ScreenB4Vaccine del Dr. Hooman Noorchashm está siendo visto por muchos como una forma potencialmente importante de proteger al vasto subconjunto de estadounidenses que ya han sido infectados naturalmente con COVID-19 y que, por lo tanto, son inmunes.

En el siguiente vídeo, Noorchashm, un cirujano consumado y defensor de la seguridad de los pacientes, sostiene que al menos una fracción de estos millones de estadounidenses ya infectados -especialmente los ancianos, los frágiles y los que tienen comorbilidades cardiovasculares graves- corren el riesgo de resultar perjudicados por una peligrosa respuesta inmunitaria exagerada desencadenada por la Vacuna COVID.

Además, Noorchashm dice que al limitar las vacunaciones a quienes no son ya inmunes, los Estados Unidos no sólo pueden proteger a la gente de ser dañada por la vacuna, sino que también pueden llegar a la inmunidad de rebaño aún más rápido al vacunar sólo a aquellos que realmente se beneficiarían de la vacuna.

La cuestión de si a las personas que ya han estado expuestas a las proteínas virales del SARS-CoV-2 como es el caso de los que han tenido COVID, se les debe ofrecer la vacuna contra el SARS-CoV-2 está inextricablemente ligada a la cuestión de la ética médica: La vacunación de las personas que ya son inmunes es considerada por muchos – pacientes y médicos por igual – como poco ética porque es un procedimiento médico innecesario, para el que todo son riesgos y no hay beneficios.

En estos casos, hay motivos médicos establecidos para una grave preocupación. Una de las preocupaciones es la posibilidad de que algunas personas que se vacunen experimenten una potenciación de la enfermedad, una condición que podría hacer que cuando se expongan al virus salvaje, desarrollen síntomas más graves que si no se hubieran vacunado.

El cebado patógeno es otra preocupación, ahora confirmada por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard, el Hospital General de Boston y otros lugares.

Noorchashm plantea una tercera preocupación: que los antígenos virales puedan permanecer en las células presentadoras de antígenos o en otros lugares, lo que provocaría una inmunopatología multiorgánica en las personas que reciben las vacunas COVID.

Como ya informó ‘The Defender’, en enero, Noorshashm escribió a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (‘U.S. Food and Drug Administration’, FDA por sus siglas en inglés) advirtiendo del peligro que suponen las vacunas COVID para los portadores recién convalecientes o asintomáticos del SRAS-CoV-2, entre ellos los ancianos y cualquier persona con factores de riesgo cardiovascular importantes.

El mes pasado, Noorchashm escribió una segunda carta a la FDA, en la que pedía que se evaluara previamente el riesgo de las personas antes de vacunarlas, a fin de reducir las enfermedades graves y la mortalidad atribuidas al COVID-19 y a las vacunas COVID-19. En su carta, Noorchashm escribe:

“Tengo la sincera esperanza de que estos señores, junto con los demás ejecutivos y gestores de riesgos de Pfizer, tengan la claridad y la previsión de actuar urgentemente según mi recomendación: modificar la etiqueta de advertencia de su vacuna con la FDA, para mitigar el riesgo de daño potencial a la “clase” de personas que han sido recientemente infectadas o están actualmente infectadas y que se está considerando vacunar.”

Si la FDA no actúa, los grupos de médicos locales deberían publicar libros blancos que establezcan sus puntos de vista para ayudar a establecer normas de atención ascendentes en su comunidad.

En la entrevista en #UnbreakingScience, hablamos de la última carta de Noorchashm a la FDA y de por qué cree que es urgente que más personas sean sometidas a pruebas de detección de las proteínas virales del SARS-CoV-2 antes de ser vacunadas contra el COVID.

Vea a continuación un fragmento de la entrevista de James Lyon-Weiler con el Dr. Hooman Noorchashm. Haga clic aquí para ver la entrevista completa.