Las empresas de telefonía móvil saben desde hace décadas que las radiofrecuencias emitidas por los teléfonos celulares provocan ciertos tipos de cáncer y tumores cerebrales, según Hunter Lundy, un abogado litigante muy respetado por su trabajo en las demandas contra las empresas de telefonía móvil por perjudicar la salud de las personas.

En una entrevista con el presidente de ‘Children’s Health Defense’, Robert F. Kennedy Jr., en el “RFK Jr The Defender Podcast“, Kennedy y Lundy hablaron de su demanda conjunta contra Motorola, AT&T y otras empresas de telecomunicaciones.

La demanda alega que las empresas son responsables del cáncer de glioblastoma -un tumor cerebral de rápido crecimiento y agresivo- que causó la muerte de Frank Aaron Walker. Walker, pastor, profesor y músico de Luisiana, murió de esta enfermedad a los 49 años después de haber utilizado teléfonos móviles durante más de dos décadas.

Numerosos estudios científicos revisados por expertos demuestran que los teléfonos móviles causan cáncer, dijo Kennedy. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud descubrió que la radiación de radiofrecuencia de los teléfonos móviles está relacionada con un mayor riesgo de tumores de cabeza y cerebro.

En junio de 2014, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (‘Centers for Disease Control and Prevention’, CDC por sus siglas en inglés) emitieron una advertencia en su página web sobre los posibles riesgos negativos para la salud que los teléfonos móviles suponen para los niños. Pero al cabo de dos semanas, la agencia retiró la advertencia debido a la presión de las empresas de telefonía móvil, dijo Lundy.

“Hay una relación poco saludable entre la industria y las agencias gubernamentales”, dijo Lundy. Que “los CDC modifiquen su página web por la presión de la industria es triste porque hemos visto mucha incoherencia”.

Dijo Lundy:

“El público debe saber que el cráneo y el cerebro de un individuo no alcanzan su plena formación hasta que tienen 20 años. Los niños están mucho más expuestos que los adultos cuando se ponen los móviles al lado del cerebro. Llega más profundo. Está causando peores consecuencias, y por eso hay que advertirles”.

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