Tres médicos han demandado a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) por lanzar lo que, según ellos, es una “cruzada”contra la ivermectina como tratamiento del COVID-19 que “interfiere ilegalmente” en la capacidad de los médicos para ejercer la medicina.

En una demanda presentada el 2 de junio, los Dres. Robert L. Apter, Mary Talley Bowden y Paul E. Marik argumentaron que la FDA actuó fuera de su autoridad al dirigir al público, incluyendo a los profesionales de la salud y a los pacientes, a no utilizar la ivermectina – a pesar de que el medicamento está plenamente aprobado por la FDA para uso humano.

La demanda, presentada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Distrito Sur de Texas, División de Galveston, también nombra al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (“Department of Health and Human Services”, HHS por sus siglas en inglés), al Secretario del HHS Xavier Becerra y a Robert Califf, comisionado en funciones de la FDA.

Según la denuncia:

“Por lo general, la FDA no puede prohibir determinados usos de los medicamentos de uso humano una vez que han sido aprobados y admitidos en el mercado, incluso si dicho uso difiere del etiquetado, lo que se conoce comúnmente como uso “no contemplados en el prospecto”.

“La FDA tampoco puede aconsejar si un paciente debe tomar un medicamento aprobado para un fin determinado. Esas decisiones entran en el ámbito de la relación médico-paciente.

“Los intentos de la FDA de influir o intervenir en la relación médico-paciente equivalen a una injerencia en el ejercicio de la medicina, cuya regulación está -y siempre ha estado- reservada a los Estados”.

Los demandantes dijeron que su demanda no se refiere a si la ivermectina es un tratamiento eficaz para el COVID-19. Se trata de quién determina el tratamiento adecuado para cada paciente y si la FDA puede interferir en ese proceso.

En su demanda, citan una publicación de la FDA, “Why You Should Not Use Ivermectin to Treat or Prevent COVID-19” (“Por qué no debe utilizar la ivermectina para tratar o prevenir el COVID-19”), y tweets de la FDA -incluyendo uno que implica que la ivermectina está destinada sólo a los animales- entre los ejemplos de que la FDA desaconseja el uso de la ivermectina.

Los demandantes también argumentaron que si se permite a la FDA interferir en la práctica de la medicina ahora, utilizando la pandemia como tapadera, “esta interferencia hará metástasis en otras circunstancias, destruyendo el muro estatutario cuidadosamente construido entre los poderes reguladores federales y estatales, y entre la FDA y el juicio profesional de los profesionales de la salud.”

“Esta demanda, presentada por tres médicos eminentemente cualificados, es un acontecimiento bienvenido”, dijo Mary Holland, presidenta y consejera general de “Children’s Health Defense”.

Holland dijo a “The Defender”:

“Estos médicos afirman con razón que la FDA, con la ayuda de los medios de comunicación corporativos, han interferido ilegalmente en la relación médico-paciente y en el tratamiento adecuado para los pacientes individuales. La regulación de la relación médico-paciente es un área de la ley estatal bien establecida, no federal.

“Espero que estos demandantes impidan que la FDA siga restringiendo el acceso a la ivermectina y que penalice a los profesionales de la salud que utilizan este medicamento autorizado para sus pacientes”.

Los demandantes: muy respetados en su campo, alta tasa de éxito en el tratamiento de pacientes con COVID

Apter, que está autorizado a ejercer la medicina en Arizona y Washington y tiene una tasa de supervivencia de pacientes con COVID-19 de más del 99,98%, fue remitido a la Comisión Médica de Washington y a la Junta Médica de Arizona para que se le abrieran procedimientos disciplinarios por prescribir ivermectina para tratar el COVID-19.

En un comunicado de prensa, Apter afirmó: “Si se libera a los médicos para que traten a los pacientes según su mejor criterio y su evaluación imparcial de la literatura médica, se evitarán muchos miles de muertes y discapacidades graves.”

Apter dijo que los pronunciamientos de la FDA contra el uso de la ivermectina “han sido la base de las acciones disciplinarias contra los médicos, interfieren con la relación médico-paciente y han tenido un severo efecto de disuasorio en el uso de medicamentos que salvan vidas para una enfermedad mortal.”

En la demanda, Apter argumentó que la presión del gobierno, “en gran medida a través de la FDA”, también llevó a las farmacias -especialmente en las grandes cadenas corporativas- a negarse a dispensar las recetas de ivermectina para COVID-19, porque esa posición es apoyada por la FDA.

Bowden, que según la demanda tiene 40 años de experiencia en medicina de urgencias, comenzó a recomendar la ivermectina para tratar el COVID-19 a principios de 2020. Ha tratado a más de 3.900 pacientes de COVID-19, con una tasa de éxito superior al 99,97%.

Dijo que las acciones de la FDA con respecto a la ivermectina, específicamente sus directivas de dejar de usar el medicamento para tratar el COVID-19, perjudicaron la capacidad de Bowden para practicar la medicina y tratar a los pacientes.

El empleador de Bowden, el Hospital Metodista de Houston, la obligó el año pasado a dimitir retirándole sus privilegios por difundir “información errónea de COVID”.

Bowden dijo que está “contraatacando: el público tiene que entender que lo que ha hecho la FDA es ilegal, y espero que esta demanda les impida seguir interfiriendo en la relación médico-paciente”.

En una entrevista concedida a principios de este año a “The Defender”, Bowden dijo que estaba a favor de las vacunas contra el COVID cuando salieron por primera vez; sólo cuando empezó a ver lo que estaba ocurriendo con todos los casos de fallos de la vacunación se preguntó: “¿Por qué estoy viendo tantos casos de COVID entre los totalmente vacunados?”

Entonces sus pacientes empezaron a tener reacciones adversas. “Si no hubiera visto eso de primera mano, seguiría pensando que la vacuna es el camino a seguir”, dijo.

A medida que la pandemia evolucionaba, Bowden desarrolló protocolos para prevenir y tratar a los pacientes con COVID. Dice que ha visto excelentes resultados.

“La base es la ivermectina”, dijo. “Y también vitaminas C y D, quercetina y zinc, y aceite de semillas negras. No es nada complicado – y es como con cualquier cosa en la medicina – no hay una talla única para todos – los protocolos son directrices.”

La polémica sobre la prescripción de ivermectina fue inicialmente “intimidante y aislante”, dijo. “Pensaba que era una pequeña isla en un enorme océano, y ahora me doy cuenta de que soy parte de al menos medio continente”.

Marik, autor de más de 750 publicaciones, fue profesor de medicina y jefe de medicina pulmonar y de cuidados críticos en la Eastern Virginia Medical School (EVMS) en Norfolk, Virginia, desde 2009 hasta 2021. También fue director de la unidad de cuidados intensivos del Sentara Norfolk General Hospital.

Desarrolló un protocolo para EVMS para el tratamiento de COVID-19, llamado Protocolo de Gestión de COVID-19 de EVMS, que incluía el Protocolo MATH+.

Sin embargo, según la demanda, Marik fue obligado a dimitir de sus cargos en el EVMS y en el Sentara Norfolk General Hospital por promover el uso de la ivermectina – “así como de otros fármacos seguros, baratos y eficaces no aprobados por la FDA”- para tratar el COVID-19 tras los intentos de la FDA de detener el uso de esos fármacos con ese fin.

Marik alegó en la demanda que la negativa a permitir que los pacientes recibieran un tratamiento temprano eficaz contra la COVID-19 “provocó innumerables hospitalizaciones y muertes, y causó una angustia extrema a los pacientes, sus familias y los profesionales de la salud.”

Boyden, Gray & Associates, un bufete de abogados con sede en Washington, DC, representa a los demandantes.

La ivermectina se desarrolló en la década de 1970 como medicamento veterinario para tratar enfermedades parasitarias en el ganado, pero una década más tarde fue aclamada como un “medicamento milagroso” y recibió la aprobación para su uso en humanos como terapia contra enfermedades como la ceguera de los ríos -o la oncocercosis- y la filariasis linfática, según Newsmax.

Desde 1987, se ha utilizado de forma segura en 3.700 millones de dosis en todo el mundo. William Campbell y Satoshi Omura ganaron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 2015 por sus investigaciones sobre el medicamento.

Los estudios demuestran que la ivermectina está asociada a una menor tasa de mortalidad por COVID-19, pero la FDA -con la ayuda de los principales medios de comunicación- sigue afirmando que el medicamento es ineficaz para tratar el COVID.