Basándonos en lo que sabemos sobre las vacunas COVID, imponerlas al público es un “acto potencialmente perjudicial y dañino”, según la doctora Nina Pierpont, de Nueva York.

En un artículo publicado el 9 de septiembre, Pierpoint analizó los estudios publicados en agosto de 2021 que, según ella, demuestran que la variante Delta está evadiendo las vacunas disponibles contra el COVID, lo que le lleva a concluir que la inmunidad colectiva contra el COVID no puede lograrse mediante la vacunación.

Pierpont, licenciada por la Universidad de Yale, doctora por la Universidad de Princeton y doctora por la Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins, cita tres estudios cuyos resultados y datos respaldan sus conclusiones.

Los estudios incluyen:

  • Uno publicado el 6 de agosto en la revista “Morbidity and Mortality Weekly Report” de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
  • Otro publicado el 10 de agosto por la Universidad de Oxford.
  • Un tercer estudio publicado el 24 de agosto, que fue financiado por el Departamento de Sanidad y Asistencia Social del Reino Unido. En su artículo, Pierpont afirma que las nuevas investigaciones realizadas en múltiples entornos demuestran que la variante Delta produce cargas virales muy elevadas (es decir, la densidad del virus en un hisopo nasofaríngeo, tal como se interpreta a partir de los números del umbral del ciclo de la PCR), y que las cargas virales son mucho más elevadas en las personas infectadas por la variante Delta que en las infectadas por Alpha.

Las investigaciones también muestran que las cargas virales con la variante Delta son igualmente altas tanto si la persona ha sido vacunada como si no. Cuanto más virus tenga uno en la nariz y la boca, escribe Pierpont, más probable es que esté en las gotitas y secreciones respiratorias de este individuo, y que se propague a otros.

Según Pierpont, debido a la evolución del propio virus, todas las vacunas autorizadas en la actualidad (todas ellas basadas en la secuencia proteica de la proteína de espiga o pico de la cepa original de Wuhan) han perdido su capacidad de cumplir el propósito de una vacuna, que es prevenir la infección y la transmisión.

Como resultado, los mandatos de vacunación quedan “desprovistos de su justificación”, ya que vacunar a un individuo ya no detiene o incluso frena su capacidad de adquirir y transmitir el virus a otros.

Pierpont también cita datos de los estudios que demuestran que, en el caso de la variante Delta, la inmunidad natural es mucho más protectora que la vacunación.

“Todas las severidades de la enfermedad COVID-19 producen niveles saludables de inmunidad natural”, concluye.