El abogado Thomas Renz contó el lunes a un grupo de expertos que los datos que le proporcionaron tres denunciantes demuestran que las vacunas contra el COVID-19 están causando daños catastróficos a los miembros del ejército de EE.UU. a la vez que no evitan que se contraiga el virus.

Tras la mesa redonda del lunes sobre las vacunas contra el COVID y los protocolos de tratamiento, dirigida por el senador Ron Johnson (republicano), Renz resumió los datos obtenidos de la Base de Datos de Epidemiología Médica de la Defensa (“Defense Medical Epidemiology Database”, DMED por sus siglas en inglés), la antigua base de datos epidemiológicos de los militares.

Los datos muestran:

  • Los abortos espontáneos aumentaron un 300% en 2021 respecto a la media de los cinco años anteriores.
  • El cáncer aumentó un 300% en 2021 respecto a la media de los cinco años anteriores.
  • Los trastornos neurológicos aumentaron un 1.000% en 2021 respecto a la media de los últimos cinco años, pasando de 82.000 a 863.000 en un año.

Los denunciantes proporcionaron los datos a sabiendas de que se enfrentarían a cargos de perjurio si presentaban declaraciones falsas ante el tribunal en los casos legales pendientes contra el Departamento de Defensa de Estados Unidos (” Department of Defense”, DOD por sus siglas en inglés).

Renz dijo al panel que un “triplete de datos” del DMED, la base de datos de salud integrada militar-civil del DOD, el Proyecto SALUS, junto con la inteligencia humana en forma de médicos-denunciantes sugieren que el DOD y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (“Centers for Disease Control”, CDC por sus siglas en inglés) han retenido datos de vigilancia de la vacuna COVID desde septiembre de 2021.

“Se está realizando experimentación con nuestros soldados, están siendo dañados y a veces pueden morir”, dijo Renz.

Tras la presentación de Renz, el abogado Leigh Dundas aportó pruebas de que el Departamento de Defensa manipulaba los datos en el DMED para ocultar los casos de miocarditis en los miembros del servicio vacunados contra la COVID.

Los denunciantes militares informaron de que una búsqueda en el DMED de “miocarditis aguda” dio como resultado 1.239 casos en agosto de 2021, pero la misma búsqueda en enero de 2022 sólo dio como resultado 307 casos.

El cardiólogo Dr. Peter McCullough, comentando la presentación de Renz, dijo al panel que la miocarditis se describe falsamente como leve y transitoria, cuando en realidad causa un daño cardíaco permanente y es mortal en la mayoría de los casos.

Los militares no tomaron ninguna medida de seguridad para el grupo de edad con mayor riesgo de miocarditis inducida por la vacuna: los jóvenes de 18 a 24 años.

Renz también destacó un conjunto de datos más amplio del Proyecto SALUS, dirigido por el Departamento de Defensa en cooperación con el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial (JAIC), que envía informes semanales a los CDC.

El proyecto SALUS analizó los datos de 5,6 millones de beneficiarios de Medicare de 65 años o más. Los datos se obtuvieron de Humetrix, una plataforma de datos y análisis en tiempo real que hace un seguimiento de los resultados sanitarios.

Según Renz, los datos del Proyecto SALUS a finales del año pasado muestran:

“El 71% de los nuevos casos se dan en los totalmente vacunados, y el 60% de las hospitalizaciones se dan en los totalmente vacunados. Esto es corrupción al más alto nivel. Necesitamos que se investigue. El Secretario de Defensa necesita ser investigado. Hay que investigar a los CDC”.

La presentación de Humetrix que resume los datos del Proyecto SALUS, “Effectiveness of mRNA COVID-19 vaccines against the Delta variant among 5.6M Medicare beneficiaries 65 years and older” (“Eficacia de las vacunas de RNAm para la COVID-19 contra la variante Delta entre 5.6 millones de beneficiarios de Medicare de 65 años y mayores”) (28 de septiembre de 2021) no se ha hecho pública.

El informe del Proyecto SALUS también incluía datos sobre la inmunidad natural, afirmando que las vacunas tienen una protección decreciente. Los datos también mostraron una tendencia al alza de los casos de fallos de la vacunación, lo que sugiere que las vacunas de refuerzo podrían contribuir a prolongar la pandemia.

“Las tasas de infección de 5 a 6 meses después de la vacunación son dos veces más altas que las de 3 a 4 meses después de la vacunación”, dice el informe.

Según el resumen de Humetrix de los datos del Proyecto SALUS, el Congreso debe investigar el fracaso de las vacunas, junto con el mayor riesgo notificado de casos de fallos de la vacunación (o fracaso de la vacuna) etren los nativos norteamericanos, los hispanos, los negros y los hombres.

Las personas con enfermedades renales, hepáticas, cardíacas y en tratamiento contra el cáncer, junto con las personas mayores de 75 años, son las más propensas a experimentar casos de fallos de la vacunación, mientras que las autoridades médicas abogan por vacunar a estas mismas poblaciones para supuestamente “proteger a los vulnerables.”

El Proyecto Salus informó de que las vacunas sólo tenían una eficacia del 41%. Este bajo nivel de prevención de la infección debe analizarse con el contrapeso de un aumento de tres a diez veces de la enfermedad crónica señalada en DMED.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (“Food and Drug Administration”, FDA por sus siglas en inglés) sólo exige dos estudios adecuados y controlados para aprobar un producto biológico, incluso si esos estudios están patrocinados por la industria.

La FDA dispone ahora de datos de la totalidad de los 3 millones de personas empleadas por el Departamento de Defensa y de los 5 millones de personas de Medicare. Estos datos sirven como prueba independiente de que se ha producido un fraude científico.

Basándose en estos datos, la FDA debe revocar la autorización de uso de emergencia de las vacunas Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson COVID, y la solicitud de licencia biológica de la vacuna Comirnaty de Pfizer.

Sería un error que la FDA extrapolara los datos de los ensayos clínicos de la industria a la pediatría sin detener el uso de las vacunas y realizar una investigación basada en estos datos obtenidos del mundo real.

Vea el testimonio de Renz aquí: