La Federación de Juntas Médicas Estatales (“Federation of State Medical Boards”, FSMB por sus siglas en inglés) se ha posicionado en contra de lo que denomina “la divulgación de la desinformación y la información errónea de la vacuna COVID-19 por parte de los médicos y otros profesionales sanitarios en las plataformas de los medios sociales, en línea y en los medios de comunicación”, llegando a recomendar medidas disciplinarias y cambios en la política estatal.

En un comunicado de prensa de julio de 2021, la FSMB advirtió a los médicos que podían arriesgarse a “medidas disciplinarias por parte de las juntas médicas estatales, incluida la suspensión o revocación de su licencia médica”.

Y en una declaración más larga emitida en abril de 2022, la organización sin ánimo de lucro – que dice”ser la portavoz de las juntas médicas estatales”, parecía abogar a favor de leyes como la que se encuentra en el escritorio del gobernador de California, Gavin Newsom, que pueden castigar a los médicos que compartan “información errónea” sobre COVID-19 con sus pacientes, con un lenguaje como éste:

“Las prohibiciones de difundir información errónea ya están escritas expresamente, o implícitamente, en muchos estatutos estatales que regulan la práctica de la medicina. Sin embargo, se alienta la adopción de una política específica sobre la desinformación a la luz del aumento de la prevalencia de la desinformación difundida por los médicos y de los daños causados por ella en esta pandemia en curso.”

En una nueva muestra de apoyo a la lucha contra la “desinformación”, el presidente y director general de la FSMB, el Dr. Humayun Chaudhry, hablará la próxima semana sobre “La información errónea en la atención sanitaria: Las implicaciones para la profesionalidad y la confianza del público” en la conferencia anual de la Junta estadounidense de especialidades médicas (“American Board of Medical Specialties”).

En su comunicado de prensa de julio de 2021, la FSMB no definió lo que entendía por “información errónea o desinformación”, aunque la Junta Americana de Medicina Interna (“American Board of Internal Medicine”) y la Junta Americana de Medicina de Familia (“American Board of Family Medicine”) emitieron posteriormente una declaración conjunta en apoyo de la posición de la FSMB.

Según su sitio web, la FSMB dice que “apoya a sus miembros en el cumplimiento de su mandato de proteger la salud, la seguridad y el bienestar del público mediante la adecuada concesión de licencias, la disciplina y la regulación de los médicos y, en la mayoría de las jurisdicciones, de otros profesionales de la salud”.

También publica directrices que sirven de base para políticas modelo con el objetivo declarado de influir positivamente en la salud y la seguridad de los pacientes y en el sistema de regulación médica.

Sin embargo, algunos críticos de la agresiva normativa de “información errónea” de la FSMB cuestionaron de dónde deriva la autoridad de la organización y quién está realmente detrás de ella.

¿Qué es la FSMB y quién la financia?

Creada en 1912 en una “pequeña reunión anual de funcionarios ejecutivos de juntas estatales sin personal permanente ni sede”, la FSMB cuenta hoy con casi 200 empleados y dos sedes nacionales: una en Texas y otra en Washington, D.C.

La asociación comercial privada exenta de impuestos 501(c)(6) dice que apoya a “las juntas médicas estatales de Estados Unidos en la concesión de licencias, la disciplina y la regulación de los médicos y otros profesionales de la salud” y trabaja para “mantener la seguridad de los pacientes.”

Desde su creación, la FSMB ha contado con miembros que actualmente o anteriormente ocupaban cargos en otros órganos médicos de gobierno .

De hecho, el liderazgo de la FSMB -junto con el gobierno de Estados Unidos- dio lugar en mayo de 1994 a otra agencia de autoridades médicas: la Asociación Internacional de Autoridades de Regulación Médica (“International Association of Medical Regulatory Authorities”, IAMRA por sus siglas en inglés).

Según el sitio web de la IAMRA, ésta se formó cuando “la FSMB, bajo contrato con el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de EE.UU., planificó y acogió la 1ª Conferencia Internacional sobre Regulación Médica en Washington, D.C.”.

La FSMB y la IAMRA comparten una dirección de oficina en Texas. Sus números de teléfono oficiales son casi idénticos. Y cuando una persona llama al número de teléfono que aparece en el sitio web de la IAMRA, el mensaje de bienvenida pregrabado le dice a la persona que llama que se ha puesto en contacto con la FSMB y la IAMRA, en ese orden.

El presidente y director general de la FSMB, Chaudry, es también el secretario de la IAMRA. Este solapamiento de los puestos de liderazgo se extiende más allá de la FSMB y la IAMRA a los consejos médicos de otros países.

Por ejemplo, el Dr. Emanuel García, un psiquiatra residente en Nueva Zelanda que expresó públicamente su preocupación por la vacuna COVID-19 de Pfizer, señaló en un artículo del 22 de agosto para “Global Research” que la presidenta electa de la IAMRA, Joan Simeon, “casualmente” es la directora general del Consejo Médico de Nueva Zelanda.

García, que puso en duda que las verdaderas motivaciones de la FSMB y de la IAMRA sean garantizar unas prácticas médicas seguras, dijo:

“Al echar un vistazo a los años transcurridos desde la dramática introducción de la pandemia de COVID, el cierre casi total del mundo, la inmensa transferencia de riqueza de las clases medias y pobres hacia arriba, la imposición universal de una supuesta vacuna inadecuadamente probada, y la vehemente descalificación de un tratamiento temprano crítico, uno no puede sino concluir que existe realmente una agenda más allá de la salud y el bienestar.

“La FSMB y la IAMRA han demostrado con sus acciones que son herramientas cuya tarea es promover esta agenda, y que esta agenda es tanto antimédica como inhumana”.

Además de contratar con el gobierno de Estados Unidos y la IAMRA, la FSMB dirige su propia fundación, que funciona como una organización 501(c)(3) independiente, pero que se nutre de una “generosa dotación inicial” de la FSMB.

El pasado mes de abril, la fundación de la FSMB celebró su décimo aniversario con la celebración de su almuerzo anual de recaudación de fondos. Sus almuerzos anuales de alto nivel han recaudado miles de dólares para apoyar las actividades de la organización, entre ellas “el estudio de las respuestas estatales a la pandemia de COVID-10”.

El sitio web de la fundación FSMB no revela sus donantes.

Al comentar la declaración de la FSMB de julio de 2021, “La difusión de información errónea sobre la vacuna COVID-19 puede poner en peligro la licencia médica”, dijo García, “La pregunta pendiente sigue siendo: ¿De dónde obtiene la FSMB su autoridad para regular los consejos médicos de Estados Unidos y, a través de su aparente socio internacional, la IAMRA, dirigir los consejos médicos de todo el mundo para sancionar a los médicos?”

Tantas preguntas…

La Dra. Meryl Nass, internista y epidemióloga especializada en guerra biológica a la que se le retiró la licencia médica en enero por “difundir información errónea”, dijo a “The Defender” que las acciones autorizadas de la FSMB plantean muchas preguntas.

Nass, miembro del comité consultivo científico de “Children’s Health Defense”, esbozó las preguntas en un correo electrónico:

  • ¿Por qué una organización sin ánimo de lucro sin autoridad reguladora decide de repente que es importante tirar por la borda la Primera Enmienda, el Código de Nuremberg y otras doctrinas legales para presionar para que se castigue a los médicos que no cuentan la historia del gobierno y utilizan los tratamientos de COVID-19 que el gobierno no quiere que se utilicen?
  • ¿Por qué la FSMB vigila a los estados y recoge información sobre sus intentos de investigar y/o sancionar a los médicos por cumplir con su deber de actuar como intermediarios eruditos ante sus pacientes?
  • ¿Por qué la Junta Americana de Medicina Interna, la Junta Americana de Medicina Familiar, la Asociación Médica Americana y la Asociación Americana de Pediatría impulsaron a mediados de 2021 políticas idénticas que destruirían la autonomía de los médicos, cuando éstos son, se podría pensar, sus clientes?
  • ¿Por qué el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos impulsó la vacunación experimental durante todos los trimestres del embarazo?

Nass sugirió que se investigaran todas estas cuestiones.

Un historial de vínculos con las grandes farmacéuticas, “Big Pharma”

Históricamente, hay pruebas de que las grandes farmacéuticas, “Big Pharma”, canalizan dinero a la FSMB.

Por ejemplo, hace una década, “MedPage Today” publicó la historia de cómo la FSMB se dirigió a una empresa farmacéutica con una solicitud de 3,1 millones de dólares para financiar el coste de producción y distribución de un libro sobre su normativa de prescripción de opioides.

Después de que las directrices para el uso de opioides de la FSMB en el tratamiento de pacientes con dolor crónico fueran adoptadas como normativa modelo, la organización pidió a “Purdue Pharmaceuticals” 100.000 dólares para ayudar a pagar la impresión y distribución de la normativa a 700.000 médicos en ejercicio.

Los 100.000 dólares iniciales fueron sólo un pequeño anticipo de los 3,1 millones de dólares que la fundación de la FSMB calculó que costaría su campaña para dar a conocer el uso “seguro” de los analgésicos opiáceos en el tratamiento del dolor crónico, según “MedPage”.

La FSMB también tiene un historial de cuestionamiento y ataque a los enfoques médicos no farmacéuticos utilizados por los médicos integrales por considerarlos fuera del “estándar de atención”, tal como ellos lo definen.

La Dra. Christiane Northrup, una ex obstetra y ginecóloga certificada por la junta con más de 30 años de experiencia, dijo a “The Defender” que intuía que la FSMB tenía asociaciones cuestionables y decidió no renovar su licencia médica cuando se tuvo que plantear la renovación en 2015.

Northrup, que había cambiado sus actividades profesionales para no ver directamente a los pacientes, dijo que se preguntó: “¿Necesito esto para lo que estoy haciendo ahora?” y concluyó: “No vamos a renovar esto”.

Northrup señaló la conexión histórica entre las empresas farmacéuticas y la FSMB. Dijo a “The Defender” que “de lo que estamos hablando es de un intento muy cuidadosamente orquestado de controlar a los médicos”.

Muchas personas a las que se les ha enseñado que “el médico sabe lo que es mejor”, dijo Northrup, no pueden comprender el “horror” de las implicaciones de las acciones de la FSMB.

“The Defender” se puso en contacto con la FSMB y la IAMRA para pedirles comentarios, pero ninguno de los dos había respondido en el momento de escribir este artículo.