El movimiento por la libertad médica ha perdido a uno de sus líderes más eficaces, influyentes y queridos: Ed Arranga murió el 6 de diciembre, tras una larga batalla contra el cáncer.

Ed fue el artífice de “AutismOne”, la mayor conferencia anual sobre autismo del país. Padres y profesionales de todo el mundo se reunían cada año en el simposio de Ed para conocer los avances biomédicos que afectan a todos los aspectos del autismo.

Aprendían sobre tratamientos y terapias de vanguardia, desarrollos legislativos y conocimientos jurídicos, y recibían formación práctica sobre cómo abordar, persuadir y reclutar a los legisladores y cómo defender eficazmente a los niños y adultos con el diagnóstico.

Los padres describen sus experiencias en “AutismOne” como algo que les ha cambiado la vida. El cónclave anual era un salvavidas en el que padres que estaban luchando desesperadamente se daban cuenta de que no estaban solos en el universo. Muchos de ellos entablaron amistades para toda la vida, estrecharon lazos e hicieron ajustes en la organización en el hogar y en la educación de sus hijos.

Durante el último año de su vida, Ed luchó por mantener el autismo en el primer plano de la conciencia mundial, ya que la crisis del COVID-19 eclipsó todas las demás preocupaciones médicas.

Mientras tanto, el número de niños afectados siguió subiendo como la espuma.

Ed dedicó las abundantes energías de su vida a promover la misión. Como no le importaba el crédito personal, era especialmente hábil para unificar a los distintos grupos de defensa del autismo.

Predicó que nuestra fuerza residía en la cantidad de personas y en la solidaridad.

Ed trabajó, además, para atraer a las iglesias al movimiento. Recordando a los ministros y pastores que sus predecesores habían desempeñado un papel clave en el movimiento por los derechos civiles y en la Revolución Americana, Ed movilizó al clero de todo el país para que liderara la tarea de aliviar el devastador coste que el autismo impone a las familias y a la sociedad.

En los últimos años, Ed y su esposa Teri han hecho el sacrificio financiero de abrir las presentaciones de la conferencia “AutismOne” en línea sin coste alguno para transmitir información vital al mayor número de padres posible.

Ed y Teri, cuyos dos hijos están diagnosticados de autismo, sabían de primera mano que el autismo no sólo debilita al individuo afectado. El diagnóstico mina las energías personales, emocionales, espirituales y financieras de todos los que se encuentran dentro de su penumbra, imponiendo costos financieros ruinosos, desbaratando carreras, tensionando matrimonios y marginando a las familias de manera que se perjudica a comunidades enteras y se debilita a las naciones.

Los inevitables debates en “AutismOne” sobre la corrupción de las normativas y sobre los vínculos científicamente demostrados entre el autismo y las vacunas inspiraron una feroz oposición hacia la conferencia anual por parte del cártel médico y sus medios de comunicación aliados.

La hostilidad del ‘establishment’ médico/farmacéutico incrementó la letanía de obstáculos insalvables que atormentaban a casi todas las conferencias anuales de “AutismOne”.

Ed superó cada uno de estos retos con su firme determinación, su ingenio y su tranquilizadora calma. Feroz a la hora de enfrentarse a los matones, infinitamente generoso y amable, Ed hizo que los más amedrentados, perseguidos y afligidos se sintieran bienvenidos y seguros, no sólo en el momento de la conferencia, sino siempre.

La compasión natal de Ed y su feroz defensa de las personas con autismo, sin importar su nivel de capacidad o necesidad, fue un ejemplo inspirador para todos los que tuvimos la suerte de llamarle amigo.

Ed influyó en miles de familias: levantando sus cargas, proporcionando información crítica, confianza, ánimo y amor.

Su influencia llegaba mucho más allá del cónclave anual. Los avances, los conocimientos y la creación de redes que surgían de esa conferencia ayudaron a miles de familias que nunca habían conocido a Ed ni habían asistido a “AutismOne”.

Su legado más potente son los ejércitos de defensores que formó y capacitó y que siguen luchando por los niños en las consultas de los médicos, en los consejos escolares, en las legislaturas estatales y en el Capitolio, y la inspiración que nos dio de que podemos llevar vidas dignas y avanzar en la dignidad humana tendiendo la mano para cuidar a un niño y consolar a una familia cada vez.

Para garantizar que el legado de Ed siga vivo a través de “AutismOne”, le invito a hacer una contribución en su memoria a “HelpAutismOne.com”.