La historia de un vistazo:

  • Las gigantescas empresas tecnológicas que tienen profundos vínculos con el estado de seguridad nacional de los Estados Unidos —Microsoft, Oracle y la Corporación MITRE— se han asociado con empresas de salud para crear la Iniciativa de Credenciales de Vacunación (‘Vaccination Credential Initiative’, VCI por sus siglas en inglés) para avanzar en la implementación de los registros digitales de vacunación COVID-19.
  • La iniciativa se basa esencialmente en un marco común de “monederos” de vacunación digital llamados ‘SMART Health Cards’ (tarjetas de salud inteligentes) que están destinados a “trabajar traspasando los límites organizativos y jurisdiccionales” como parte de una nueva infraestructura mundial de registro de vacunación.
  • Se espera que las tarjetas ‘SMART Health’ incluyan el nombre completo, el sexo, la fecha de nacimiento, el número de teléfono móvil y la dirección de correo electrónico de una persona, además de la información de vacunación, aunque es posible y probable que se requiera más información personal a medida que avance la iniciativa.
  • Si bien el impulso de combinar la identidad digital con los registros de vacunación y la actividad económica parece, superficialmente, ser el esfuerzo de varias organizaciones y grupos distintos, en realidad las mismas personas y entidades aparecen una y otra vez, lo que indica que la presión está coordinada no sólo para implementar ese sistema, sino también para fabricar el consentimiento a ese sistema entre toda la población mundial.
  • La coacción es una parte incorporada de esta infraestructura que, si se implementa, se utilizará para modificar el comportamiento humano con gran efecto, llegando mucho más allá de la cuestión de las vacunasCOVID-19.

Las gigantescas empresas tecnológicas que tienen profundos vínculos con el estado de seguridad nacional de los Estados Unidos —Microsoft, Oracle y la Corporación MITRE— anunciaron que se habían asociado con varias empresas de atención médica para crear la Iniciativa de Credenciales de Vacunación (‘Vaccination Credential Initiative’, VCI por sus siglas en inglés) para avanzar en la implementación de los registros digitales de vacunación COVID-19.

Según un informe de Reuters, el VCI “tiene como objetivo ayudar a las personas a obtener copias digitales cifradas de sus registros de inmunización almacenados en una cartera digital de su elección” porque “el sistema actual [de registros de vacunación] no permite fácilmente el acceso cómodo y el intercambio de registros de vacunación verificables”. [of vaccination records]

La iniciativa, en su sitio web, señala que el VCI es una asociación público-privada “comprometida con el empoderamiento de las personas con registros de vacunación digital” para que los participantes puedan “proteger y mejorar su salud” y “demostrar su estado de salud para volver de forma segura a los viajes, al trabajo, a la escuela y a la vida, al tiempo que se protege la privacidad de sus datos”.

La iniciativa se basa esencialmente en un marco común de “monederos” de vacunación digital llamados ‘SMART Health Cards’ que están destinados a “trabajar traspasando los límites organizativos y jurisdiccionales” como parte de una nueva infraestructura mundial de registro de vacunación.

El anfitrión del sitio web de VCI y uno de los principales apoyos de la iniciativa es la Fundación ‘Commons Project’. Esa fundación, en asociación con el Foro Económico Mundial (‘World Economic Forum’, WEF por sus siglas en inglés), dirige la Red de Confianza Común (‘Common Trust Network’)que tiene tres objetivos que son análogos a los de VCI.

Como se indica en el sitio web de WEF, los objetivos de la red son (1) empoderar a las personas proporcionando acceso digital a su información de salud; (2) facilitar a las personas la comprensión y el cumplimiento de los requisitos de cada destino; y 3) ayudar a garantizar que sólo se presenten los resultados de laboratorio verificables y los registros de vacunación de fuentes de confianza con fines de viajes y comercio transfronterizos.

Para avanzar en estos objetivos, la ‘Common Trust Network’ está impulsada por “un registro global de fuentes de datos de laboratorio y vacunación de confianza”, así como “formatos estándar para los resultados de laboratorio y registros de vacunación y herramientas estándar para hacer que esos resultados y registros sean digitalmente accesibles”.

Otra asociación de ‘Commons Project Foundation’ y WEF, y también relacionada, es ‘CommonPass’. ‘CommonPass’,que también cuenta con el apoyo de la Fundación Rockefeller, es a la vez un marco y una aplicación que “permitirá a las personas acceder a los resultados de sus pruebas de laboratorio y registros de vacunación, y dar su consentimiento para que esa información se utilice para validar su estado COVID sin revelar ninguna otra información de salud personal subyacente”.

Los miembros actuales de ‘CommonPass’, que incluyen a JetBlue, Lufthansa, Swiss International Airlines, United Airlines y Virgin Atlantic, también son miembros de ‘Common Trust Network’. Esta superposición entre las asociaciones ‘Commons Project Foundation’/WEF y el VCI ilustra que el propio WEF está involucrado con el VCI, aunque indirectamente a través de sus socios en la Fundación ‘Commons Project’.

Merece la pena explorar en sí misma a la Fundación ‘Commons Project’, ya que sus cofundadores, Paul Meyer y Bradley Perkins, tienen vínculos que vienen de antiguo con la Rand Corporation, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos y el Comité Internacional de Rescate (‘International Rescue Committee’, IRC por sus siglas en inglés) como señaló MintPress News.

El IRC, actualmente dirigido por David Milliband, uno de los protegidos de Tony Blair, está desarrollando un sistema biométrico de identificación y registro de vacunación para los refugiados en Myanmar en cooperación con la Alianza ID2020, que se asocia con la Fundación Rockefeller, la cual respalda ‘CommonPass’, Además, la Alianza ID2020 financia la Fundación ‘Commons Project’ y también está respaldada por Microsoft, una de las empresas clave detrás del VCI.

‘Wearable’ dentificación digital sobre su salud y su monedero

El hecho de que se solapen los registros de vacunación digital, promovidos a través de iniciativas como ‘CommonPass’ y VCI, con el impulso de un nuevo sistema global de identidad digital no es una coincidencia. De hecho, el desarrollador del marco ‘SMART Health Cards’ de VCI en Microsoft Health, Josh C. Mandel, señaló en su presentación general sobre ese marco que la identidad digital es parte integral del esfuerzo de registro de vacunación digital.

Se espera que las tarjetas ‘SMART Health’, a partir de ahora, incluyan el nombre completo, el sexo, la fecha de nacimiento, el número de teléfono móvil y la dirección de correo electrónico de una persona, además de la información de vacunación, aunque es posible y probable que en el futuro se requiera más información personal como avances de la iniciativa, dado que VCI afirma que estos identificadores son simplemente un punto de partida.

Aunque se anuncian como registros de vacunación digital, las tarjetas ‘SMART Health’ están claramente diseñadas para usarse para mucho más. Por ejemplo, la información pública sobre el marco señala que las tarjetas ‘SMART Health’ son “bloques de construcción que se pueden utilizar en toda la atención médica”, incluida la gestión de un registro de inmunización completo que va mucho más allá de las vacunas COVID-19, el intercambio de datos con las agencias de salud pública y la comunicación con los proveedores de atención médica.

Sin embargo, este marco no se limitará a la información sanitaria, como ha dicho Mandel. En su presentación, señala que la aplicación de tarjetas ‘SMART Health’ podría utilizarse pronto como tarjetas de identificación para actividades comerciales, como el alquiler de un coche. El uso del término “monedero digital” por parte del marco VCI para referirse a su registro de vacunación digital también sugiere una futura conectividad con la actividad económica.

Recientemente se han intensificado los esfuerzos para vincular la identidad digital, no sólo con la actividad económica, sino también con los datos de salud, por ejemplo con el pilotaje de Gavi,la Alianza de Vacunas (también conocida como GAVI) — Mastercard — ‘Trust Stamp partnership’ en África.

Ese programa, lanzado por primera vez en 2018, vincula la plataforma de identidad digital de ‘Trust Stamp’ con el GAVI-Mastercard ‘Wellness Pass’, un registro de vacunación digital, y el sistema de ‘haz clic y paga’ de Mastercard que se ejecuta con tecnología de inteligencia artificial llamada NuData. Mastercard y GAVI están asociados con ID2020 Alliance, que incluye a Microsoft, miembro de VCI.

Dada la especulación razonable de que tales plataformas utilizarían la moneda digital, específicamente criptomonedas, para la actividad financiera, vale la pena señalar que el miembro de VCI, Microsoft, presentó una patente en 2019 que permitiría a “la actividad del cuerpo humano”, incluyendo las ondas cerebrales y el calor corporal, a la extraer (es decir, generar) criptomoneda. Esto, por supuesto, vincularía la biometría con la actividad financiera, entre otras cosas.

Tal sistema, según se establece en la patente de Microsoft, probablemente requeriría la introducción de ‘wearables’ para ser implementado. En particular, ya se han lanzado recientemente numerosos ‘wearables’ para la identificación sin contacto, pases de viaje digitales y dispositivos de pago.

Algunos ejemplos son DigitalDNA, Proxy y FlyWallet. ‘FlyWallet’ es particularmente notable ya que su último producto, ‘Keyble’, es un ‘wearable’ que combina la identidad digital a través de la autenticación de huellas dactilares, que permite tanto pagos sin contacto como aplicaciones de salud, por ejemplo, vigilancia de signos vitales e intercambio de datos con compañías de seguros y proveedores de atención médica.

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El marco ‘SMART Health Cards’ fue desarrollado por un equipo dirigido por el arquitecto jefe de Microsoft Healthcare, Josh Mandel, quien anteriormente era el líder del ‘Health IT Ecosystem’ para ‘Verily’, anteriormente ‘Google Life Sciences’.

‘Verily’ está actualmente muy involucrado en las pruebas COVID-19 en todo Estados Unidos, particularmente en California,y vincula los resultados de los destinatarios de pruebas a sus cuentas de Google. Sus otras iniciativas COVID-19 han sido criticadas debido a preocupaciones de privacidad aún no resueltas, algo que también ha plagado varios de otros esfuerzos de ‘Verily’ antes de COVID-19, incluyendo aquellos que involucran a Mandel.

Causa particular preocupación que ‘Verily’, y por extensión, Google, creó Project Baseline, que lleva desde 2017 recopilando “información genética procesable” de sus participantes con un enfoque en la “salud de la población”. Sin embargo, durante el proceso COVID-19, ‘Project Baseline’ se ha convertido en un componente importante de los esfuerzos de las pruebas COVID-19 de ‘Verily’, lo que ha planteado la posibilidad inquietante de que ‘Verily’ haya estado obteniendo los datos de ADN de los estadounidenses a través de sus actividades de prueba COVID-19.

Aunque ‘Verily’ no ha abordado esta posibilidad directamente, vale la pena señalar que Google lleva varios años muy involucrado en la acumulación de datos genómicos. Por ejemplo, en 2013, se fundó ‘Google Genomics’ con el objetivo de almacenar y analizar datos de ADN en los servidores de la nube de Google.

Ahora conocida como ‘Cloud Life Sciences’, la filial de Google ha desarrollado desde entonces algoritmos de Inteligencia Artificial que pueden “construir su secuencia del genoma” e “identificar todas las mutaciones que un individuo hereda de sus padres”. Google también tiene estrechos lazos con las empresas de pruebas de ADN más conocidas de los Estados Unidos, como Ancestry.com.

Ancestry, recientemente adquirida por el gigante de capital privado Blackstone, comparte datos con una subsidiaria secreta de Google que utiliza datos genómicos para desarrollar terapias que prolongan la vida útil. Además, la esposa del cofundador de Google, Sergey Brin, Anne Wojcicki, es la cofundadora y CEO de la compañía de pruebas de ADN 23andMe. Wojcicki es también la hermana de Susan Wojcicki, que es la CEO de YouTube, propiedad de Google.

Google y la mayoría de los promotores de VCI (Microsoft, Salesforce, Cerner, Epic, Mayo Clinic y MITRE Corporation, Change Healthcare) también son miembros destacados de la Coalición de SaludCOVID-19 de MITRE.

Otros miembros de esa coalición incluyen a In-Q-Tel de la CIA y a la empresa de minería de datos Palantir, vinculada a la CIA, así como a una gran cantidad de empresas de salud y de registros de salud. La coalición encaja bien con las ambiciones de Google y empresas afines que han tratado de tener acceso a los tesoros ocultos que son los datos de salud estadounidenses bajo el pretexto de combatir COVID-19.

La Coalición de Salud, ‘Healthcare Coalition’, COVID-19 se describe a sí misma como una asociación público-privada que ha permitido “la infraestructura crítica para permitir la colaboración y el análisis compartido” en COVID-19 a través del intercambio de datos de atención médica y de COVID-19 entre los miembros.

Que esta coalición y VCI estén íntimamente involucrados con MITRE Corporation es significativo, dado que MITRE es un contratista bien conocido, pero secreto, del gobierno de los Estados Unidos, específicamente de la CIA y otras agencias de inteligencia, que ha desarrollado tecnologías biométricas y de vigilancia orwellianas, incluyendo varias que ahora están enfocadas en COVID-19.

Apenas tres días antes del anuncio público del establecimiento de VCI, Microsoft Healthcare y Verily de Google anunciaron una asociación junto con el MIT y el Broad Institute de Harvard para compartir los datos en la nube y las tecnologías de IA de las empresas con una “red global de más de 168.000 socios de salud y ciencias de la vida” para acelerar la Plataforma Terra.

Terra, desarrollada originalmente por el Broad Institute y ‘Verily,’ es un “ecosistema de datos abierto” centrado en la investigación biomédica, específicamente en los campos de la genómica del cáncer, la genética de la población y la genómica viral. Los datos biomédicos que Terra acumula incluyen no sólo datos genéticos, sino también imágenes médicas, señales biométricas y registros médicos electrónicos.

Google, a través de su asociación con el Pentágono, que se anunció en septiembre pasado, se ha movido para utilizar el análisis de dichos datos con el fin de“diagnosticar predictivamente” enfermedades como el cáncer y COVID-19. Los contratistas militares estadounidenses, como ‘Advanced Technology International’, han estado desarrollando ‘wearables’ que aplicarían esa tecnología de diagnóstico predictivo impulsada por la Inteligencia Artificial a los diagnósticos COVID-19.

El diagnóstico predictivo COVID-19 también es una ambición de otra empresa que respalda a VCI, ‘Salesforce’. ‘Salesforce’ es una de las tres empresas que crearon COVID 360, que el vicepresidente sénior de ‘Salesforce’ Bob Vanstraelen lo describe como una “solución gratuita de tratamiento completo de coronavirus para pacientes y ciudadanos en riesgo” que está alojada en la nube de salud de ‘Salesforce’ y fue por la sucursal de Deloitte en Israel y la firma israelí de IA vinculada a la inteligencia, Robótica de diagnóstico.

COVID 360 utiliza la plataforma de predicciones clínicas de Robótica de diagnóstico y la aplica a COVID-19 para que “agencias gubernamentales o cuidadores” puedan identificar a individuos “en proximidad a un posible caso positivo de coronavirus” y ordenar pruebas de coronavirus y/o regímenes de tratamiento, basados en un perfil de riesgo generado por COVID 360. ‘Diagnostic Robotics’ y ‘Salesforce’ son miembros de la Coalición de Salud COVID-19, dirigida por MITRE.

Marc Benioff, fundador y CEO de ‘Salesforce’, fue vicepresidente de Oracle. Oracle, otro promotor de VCI, fue creado como una ramificación de un proyecto de la CIA del mismo nombre, y sus altos ejecutivos tienen estrechos lazos con la administración Trump saliente y también con el gobierno de Israel. Si bien la historia de Benioff previa a ‘Salesforce’ con una empresa vinculada a la CIA como Oracle es significativa, los estrechos lazos de Benioff con el Foro Económico Mundial también merecen un mayor escrutinio.

Benioff no sólo es miembro del consejo de administración del WEF, sino que también es el presidente inaugural del Centro para la Cuarta Revolución Industrial del foro, una “revolución” que su arquitecto y fundador de WEF, Klaus Schwab, define como una fusión de las identidades físicas, digitales y biológicas de los seres humanos. Benioff es también el propietario y copresidente de la revista Time, que recientemente preparó todo un número centrado en la promoción de la Cuarta Revolución Industrial y el Gran Reseteo respaldado por el WEF.

Benioff también forma parte del Consejo para el Capitalismo Inclusivo,una colaboración entre el Vaticano y los oligarcas para crear un “sistema económico más inclusivo, sostenible y de confianza” para el siglo XXI.

Junto a Benioff en el consejo hay figuras conocidas como Lynn Forester de Rothschild (cercano asociado de Jeffrey Epstein y los Clinton), Mark Carney (enviado especial de la ONU para acción climática y ex gobernador del Banco de Inglaterra), y William Lauder (presidente ejecutivo de Estée Lauder, sobrino de Ronald Lauder, miembro del Grupo Mega, así como los principales ejecutivos de MasterCard, Visa, Dupont, Merck, Johnson & Johnson, BP y Bank of America. También están presentes los jefes de las Fundaciones Ford y Rockefeller.

Benioff y otros mencionados en este artículo son ejemplos perfectos de la polinización cruzada entre grupos de oligarcas y sus fundaciones y organizaciones asociadas y cómo estas redes están trabajando juntas para perseguir una agenda común.

Si bien el impulso de combinar la identidad digital con los registros de vacunación y la actividad económica parece, superficialmente, ser el esfuerzo de varias organizaciones y grupos, en realidad las mismas personas y entidades aparecen una y otra vez, lo que indica que la presión está coordinada no sólo para implementar ese sistema, sino también para fabricar el consentimiento a este sistema entre la población mundial.

El esfuerzo por fabricar el consentimiento para un sistema de identificación digital que abarca todo es notable dado que su principal punto de venta hasta ahora ha sido la coacción. Se nos ha dicho que sin un sistema de este tipo nunca podremos volver al trabajo o a la escuela, nunca podremos viajar o nunca se nos permitirá participar normalmente en la economía.

Si bien este sistema se está introduciendo de esta manera, es esencial señalar que la coacción es una parte incorporada de esta infraestructura y, si se implementa, se utilizará para modificar el comportamiento humano con gran efecto, llegando mucho más allá de la cuestión de las vacunas COVID-19.

Publicado originalmente por Mercola.