Los Institutos Nacionales de Salud (“National Institutes of Health”, NIH por sus siglas en inglés) han restituido esta semana una polémica subvención federal a “EcoHealth Alliance” para estudiar el riesgo de propagación del coronavirus de los murciélagos.

“EcoHealth” es una organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York cuya misión declarada es desarrollar “soluciones basadas en la ciencia para prevenir pandemias y promover la conservación.”

En 2014, “EcoHealth” recibió 3,7 millones de dólares del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (“National Institute of Allergy and Infectious Diseases”, NIAID por sus siglas en inglés) para estudiar el riesgo de aparición de coronavirus de murciélagos y la posibilidad de brotes en poblaciones humanas, una investigación que incluía manipular genéticamente los coronavirus para hacerlos más infecciosos para los humanos.

En aquel momento, el Dr. Anthony Fauci era el director del NIAID, que depende de los NIH.

Casi 600.000 dólares de los 3,7 millones se destinaron al colaborador de “EcoHealth”, el Instituto de Virología de Wuhan (China).

Sin embargo, en abril de 2020, bajo la administración Trump, el NIH terminó la subvención de “EcoHealth” por preocupaciones de que la organización había violado los términos de la subvención, utilizando el dinero de los contribuyentes estadounidenses para financiar la investigación de ganancia de función en el laboratorio de Wuhan.

“EcoHealth” anunció el lunes que los NIH restablecieron la subvención, pero con nuevas condiciones, y que “EcoHealth” colaborará con la Facultad de Medicina Duke-Universidad Nacional de Singapur para estudiar los coronavirus zoonóticos “con el objetivo de ser transparentes sobre los objetivos del estudio”.

El Doctor Peter Daszak – que colaboró en secreto con el doctor Ralph Baric y con Fauci para alejar a los medios de comunicación y a la comunidad científica de las preguntas sobre si COVID-19 podría haberse originado en un laboratorio, es el director ejecutivo de “EcoHealth” y el investigador principal de la subvención.

El representante Morgan Griffith (republicano de Virginia), que forma parte del Comité de Energía y Comercio de la Cámara que encontró múltiples violaciones graves por parte de “EcoHealth” de los términos y condiciones contractuales de la subvención de los NIH de 2014, dijo que la decisión de restablecer la subvención fue “absolutamente imprudente“, dada la “negligencia e incumplimiento del contrato de la organización con los NIH sobre la investigación del coronavirus realizada en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV)”.

Francis Boyle, J.D., Ph.D., experto en armas biológicas y profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Illinois, declaró a “The Defender” que no le sorprendía que se restableciera la subvención.

“Las personas implicadas en esto, como “EcoHealth Alliance”, Fauci, la administración Biden, etcétera, saben que han cruzado el Rubicón y que no hay vuelta atrás. Y no tienen intención de dar marcha atrás hasta que les detengamos. Así de sencillo”, añadió.

Boyle, autor de la Convención sobre Armas Biológicas conocida como Ley Antiterrorista sobre Armas Biológicas de 1989, que fue aprobada por unanimidad por ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos y promulgada por el Presidente George Bush padre, también añadió:

“Claramente, todo este trabajo de ganancia de función es un trabajo ofensivo de armas de guerra biológica que viola la convención y mi ley antiterrorista de armas biológicas, cuya pena es cadena perpetua”.

En enero, la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos (“Health and Human Services”, HHS por sus siglas en inglés) de EE.UU. publicó un informe en el que se señalaban el incumplimiento de plazos, la confusión de protocolos y la malversación de fondos en la gestión de subvenciones de “EcoHealth Alliance”, especialmente en lo relativo al laboratorio de Wuhan.

En respuesta, el HHS fijó nuevas condiciones para la subvención de cuatro años, ahora de 2,9 millones de dólares, del NIAID, en virtud de las cuales “EcoHealth” recibirá 576.290 dólares este año.

En virtud de las nuevas condiciones, se prohíbe a “EcoHealth” realizar cualquier investigación en China o recoger nuevas muestras de vertebrados y debe aplicar una supervisión adicional de sus finanzas y prácticas contables.

Las condiciones también impiden a “EcoHealth” realizar cualquier trabajo “que implique patógenos pandémicos potenciales mejorados”, aunque la organización puede seguir trabajando con “agentes altamente patógenos” o “agente[s] infeccioso[s] o toxina[s]” que puedan justificar un nivel de seguridad de biocontención (BSL) de 3 o superior. El laboratorio de Wuhan era un laboratorio BSL-4.

“EcoHealth” es beneficiaria de 17 subvenciones activas del gobierno estadounidense por un total de más de 50 millones de dólares, según informó “The Epoch Times”.

Publicaciones como Nature y Science celebraron el restablecimiento de la subvención. Nature dijo que la investigación era “esencial para prevenir la próxima pandemia”.

Science escribió que la administración Trump pidió la cancelación de la subvención, “en medio de acusaciones sin fundamento de que una fuga de laboratorio en WIV comenzó la pandemia de COVID-19.”

Los orígenes del virus COVID-19 siguen siendo objeto de debate, pero en los últimos años han aparecido pruebas de que la “teoría de la fuga de laboratorio” es una hipótesis plausible a pesar de los intentos de descartarla.

Varias agencias estadounidenses, antiguos funcionarios de agencias y científicos independientes han llegado a la conclusión de que lo más probable es que una fuga en un laboratorio de Wuhan causara la pandemia de COVID-19. Un informe del Departamento de Energía de EE.UU. publicado en febrero y otro del Senado publicado en abril llegaron a la conclusión de que el COVID-19 procedía probablemente de una fuga del laboratorio.