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septiembre 28, 2020

Instituto de Ciencias protege los intereses de la gran alimentación, no de la salud pública, dicen los investigadores

Por Jeremy Loffredo 

Una investigación (1) realizada por académicos, periodistas e investigadores de interés público revela una red de dinero corporativo y de investigación científica financiada por la industria que rodea a la organización sin fines de lucro International Life Sciences Institute (2) (ILSI). ILSI se describe a sí misma como una red de think-tanks o grupos de reflexión, de sociedades científicas y de institutos que promueven la seguridad alimentaria y la nutrición. Sin embargo, como afirma el grupo de investigación U.S. Right to Know (USRTK), ILSI es un “grupo de presión de la industria alimentaria” (3) que trabaja para beneficiar a las empresas que hacen donativos a pesar de proclamar que su misión es mejorar “la salud y el bienestar humanos“. (4)

USRTK detalla (5) la puerta giratoria entre el ILSI y la industria, que se remonta a la fundación de la organización en 1978. Fue iniciada por el ex ejecutivo de Coca-Cola, Alex Malaspina y, como señala USRTK, la organización sin ánimos de lucro ha mantenido sus estrechos vínculos con Coca-Cola. Por ejemplo, Michael Ernest Knowles, presidente de ILSI de 2009 a 2011, provenía de Coca-Cola, donde era vicepresidente de asuntos científicos y regulatorios globales. Como otro ejemplo, la presidente de ILSI en 2015, Rhona Applebaum, estaba, al mismo tiempo, trabajando como directora de ciencia y salud de Coca-Cola. Applebaum se vio obligada a retirarse de ambos puestos después de que los informes (6) mostraran (7) que Coke financió y editó la declaración de misión de un destacado grupo de defensa contra la obesidad en un esfuerzo por desviar la opinión pública de plantear críticas a los efectos de las bebidas azucaradas para, en cambio, culpar de la obesidad infantil a la falta de actividad física.

Pero, como se señaló en este estudio (8) reciente, las bebidas azucaradas son las responsables de esta epidemia. Investigadores de la Universidad Médica de Viena analizaron 20 estudios que abordaron la relación entre las bebidas azucaradas y la obesidad en niños y adultos. De todos los estudios, el 93% concluyó que existía una “asociación positiva” entre la aparición del sobrepeso u obesidad y el consumo de bebidas azucaradas en niños y adultos. Otra investigación (9) ha encontrado una relación directa entre las bebidas azucaradas y el cáncer.

USRTK destaca la influencia de ILSI en los funcionarios de salud nacionales en los Estados Unidos y en el extranjero. El informe destaca el ejemplo de los funcionarios de salud chinos, señalando que las operaciones de ILSI chinas están ubicadas en realidad dentro de las oficinas del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China en Beijing. USRTK señala los hallazgos (10) de la profesora de Harvard, Susan Greenhalgh, los cuales muestran que las compañías occidentales de alimentos y bebidas han ayudado a dar forma en China a décadas de investigación científica y decisiones políticas sobre obesidad y dieta al operar a través de ILSI.

Greenhalgh explica (11): “Desde 2015, cuando The New York Times expuso (12) los esfuerzos de Coca Cola para promover la actividad física como la principal solución para la obesidad, sabíamos que Coca Cola estaba involucrada en distorsionar la investigación científica sobre la obesidad. Mi trabajo revela la escala del impacto y el funcionamiento interno de las organizaciones involucradas”, entre las cuales se incluye ILSI.

Los investigadores también muestran cómo ILSI recibe dinero directamente de las empresas químicas y alimentarias. Si bien ISLI no divulga públicamente cuánto de su financiación proviene de la industria, los investigadores pudieron encontrar una contribución de $500,000 de Monsanto en 2012 (13) y más de $163,500 de Coca-Cola ese mismo año.

En 2013, ILSI recibió (14) $337.000 de Coca-Cola y más de $100.000 de varias grandes compañías, como por ejemplo Monsanto, Dow Chemical y Bayer.

Un borrador (15) de las declaraciones de impuestos de ILSI de 2016 también revela cientos de miles de dólares en aportaciones de gigantes como Nestlé, Kellogg, Kraft, General Mills y Unilever.

USRTK señala que estas aportaciones monetarias pueden afectar a la política de salud global. En 2016, el grupo de expertos de las Naciones Unidas para trabajar sobre el glifosato químico de Monsanto fue presidido por el vicepresidente de ILSI en Europa, Alan Boobis. Un miembro de la junta de ILSI, Angelo Moretto, co-presidió las sesiones. Ninguno de los dos declaró sus puestos directivos en ILSI como conflictos de intereses, a pesar de las importantes contribuciones financieras que ILSI ha recibido de Monsanto.

Además, USRTK señala que estas aportaciones monetarias pueden reservarse para iniciativas específicas. Coca-Cola destinó sus contribuciones al ILSI para financiar la “Plataforma para asociaciones internacionales” de la organización, la cual administra sus relaciones con organismos reguladores como la Organización Mundial de la Salud. USRTK luego hace referencia a un documento de junio de 2019  (16) en Globalization and Health, que explica que las compañías movilizan a ILSI “como una herramienta para promover sus intereses a nivel mundial”. Los investigadores demuestran además la existencia de un complejo industrial sin fines de lucro, donde los “institutos de ciencia” como ILSI (17) sirven como vehículo para la influencia ejercida por las compañías, a costa de la investigación científica objetiva y de la salud pública.

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